Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 7: Yo ganaré (1/2)

El fin de semana en el hotel fue maravilloso, terminó de las mil maravillas. La pasé súper genial con Ronnie y Vanessa, mientras Jacob se mantuvo al margen. Ésta semana Elián y Vanessa se están quedando en mi casa, debido a que mis padres siguen de viaje y Alicia aún está desaparecida, físicamente. Al menos me llama todas las noches y se preocupa por como estoy. Cosa que hasta ahora mis padres no han hecho.

—No lo haces bien.

Le reclama Elián a Vanessa. Llevan en eso desde que salimos de clases intentando resolver unos problemas de Archivos que les mandó el Sr Jules, por mi parte no tenía tarea ni nada que hacer así que me encuentro acostada en mí cama revisando mi WhatsApp por quinceava vez y noto como Jacob actualizó su foto de perfil. 

Es él en la playa, supongo que la capturó su hermanita o su mamá. O al menos eso quiero creer. En vista de que, en la foto, se encuentra sexymente distraído. Sigo revisando mis contactos y no consigo nada nuevo. Observo fijamente como continúan rompiendo sus cráneos en los ejercicios, no literal, Vanessa y Elián. Hasta que algo ronda por mi cabeza, una idea desesperada, que debo seguir porque jamás se me había ocurrido algo así. Y de eso se trata la vida, de aventurar. Y en cierto modo de seguir tú instinto.

—¿Qué tal si vamos a una disco? —Digo en voz alta, ambos me observan serios.

—Buena broma, cariño—. Me dice Elián y continúa hablando con Vanessa —Debes ordenarlo de esta forma o te saldrá al revés...

—¡NO! —suelto aceleradamente, dando un brinco de mi cama —Es en serio.

Me observan atónitos.

—¿A dónde iremos un miércoles por la noche? En serio Alena, nos distraes.

—No, espera. He visto esa mirada antes—, dice Vanessa —ella está diciendo la verdad, quiere ir.

—Pero tenemos clases y trabajo mañana, y tenemos que entregar...

—Luego lo haremos, por favor. Nunca hemos hecho una locura— Vanessa sube las cejas— de acuerdo tú sí, pero Elián, ¡Vamos!...

Le supliqué y éste luego de un suspiro recriminatorio no tuvo otra opción que acceder.

Nos subimos al auto de Elián vestidos con ropa muy acorde para la noche. Pero no sabíamos a dónde ir, así que Vanessa sugirió un pub dónde ella desde que tengo uso de razón se escapa, Elián condujo hasta allá. Queda casi saliendo de West Haven. Es ese típico sitio donde el estacionamiento se encuentra a reventar de autos y motocicletas, con chicos malos que llevan chaquetas negras de cuero y mujeres a medio vestir. Pero no es para nada algo marginado, al contrario, es un pub a todo dar...

—De acuerdo, denme una razón por la cual debemos permanecer aquí— ninguna le responde a Elián— Alena, tú eres la más centrada ¿En serio quieres estar aquí?

—Sí—, digo temerosa —lo peor que nos puede pasar es que nos embriaguemos, y si lo hacemos a eso hemos venido ¿o no? —pregunto dirigiéndome a Vanessa.

—De acuerdo, ella sí que está extraña.

—Okey, tengo como mal de amores— ambos me observan— necesito soltar éste despecho, ya saben lo que me pasó el fin de semana, ¿Será qué mis dos mejores amigos me pueden acompañar?

—¡SÍ! —Dicen al unísono.

—Pero será mejor que dejemos nuestras pertenencias en el auto, yo llevo el dinero —sugiere Elián enseñando su cartera de cuero— y ustedes, solo luzcan hermosas.

Caminamos hasta la entrada escuchando los silbidos de varios chicos con tatuajes en sus brazos, son altos y robustos y no dejan de observarnos a Vanessa y a mí. Vanessa les guiñaba el ojo, yo por mi parte actúo como sino estuvieran allí. Aunque no puedo negar que, de ése grupo uno, que otro se me hace atractivo.

—Entrada para dos mayores —se adelanta a decirle Vanessa al portero.

—Hoy son 150$—, nos analiza con la mirada —cada uno.

—¡QUÉ! —Grita Elián.

—Shhhhhh. Entrega el dinero—. Lo amenaza Vanessa

—De acuerdo, ten.

—Un momento—, dice el guardia —el chico contra la pared y ustedes deben pasar por el detector de metales.

Caminamos por el detector de metales, sentí nervios en mi estómago, realmente no sé porque ya que no llevo nada que pueda activar esto, sin embargo siento calambres al pasar por ahí. Supongo que es algo psicológico en todos los seres humanos sentir algo cuando atraviesas un detector de metales. Una vez dentro del pub choca presurosamente en mi nariz ese aroma de humo de cigarro, alcohol, humedad y sudor.

Es un sitio bastante espacioso y con más mujeres que hombres, está en el escenario una banda de rock y toda la multitud está eufórica. No es para nada lo que pinta desde afuera, realmente las personas de West Haven tienen razón. Es una cosa del otro mundo. Tiene clase, no hay personas mal vestidas. Es solo pura pinta lo de afuera.

—Generalmente no tocan mis partes tan fácil en la primera —aparece Elián tras nosotras.

—Es para asegurarse de que no estés armado.

—¡Oh claro! Casi olvidaba dejar mi glock en casa —suelta sarcásticamente.

—Pues te he salvado de que sean más, pedí entradas para dos mayores y ni siquiera pidió nuestras identificaciones.

—Basta, vinimos a disfrutar. Vamos por un trago —los interrumpo.

—Cariño sí que tienes mal de amores, ven la barra es por aquí.

Vanessa tomó nuestros brazos y nos guío a la barra del pub, lo cual fue un poco complicado por la cantidad de personas que aquí se encuentran. Todo tenía luces y escarcha. El bartender tiene un delantal con el nombre del establecimiento, bordado con hilo dorado.

***

"Buffalo's Gold"

***

—¿Qué se les ofrece pecosa? —pregunta a Vanessa.

—Tres Daikiri's querido—, le guiña un ojo —súper fuertes. Mi amiga tiene mal de amores.

—¡Vaya! Enseguida.

—Recuerda que debo conducir—. Regaña Elián –Debimos haber llamado a uno de los chóferes de tú papá Alena.

—Qué patético suenas Elián, dices eso solo para intentar invocar a Jacob.

—Pues de algo debe servir que nos lleve, ya que me quitó a mi novia. Y engañó a mi mejor amiga.

—Él no te la quitó, ella es una zorra que sale con cualquiera...

—¡Oh! Pues tú también saliste con él...

—¡BASTA! ¿No pueden estar juntos dos minutos sin pelear? —Ambos me observan— ¡Larissa es una zorra y Jacob un imbécil que le gustan las zorras! ¿Está bien? Ninguno merece que los estemos nombrando la noche de hoy. Vinimos a disfrutar por si se les olvida.

—Gracias, por lo de zorra —escucho a mis espaldas la voz de Larissa.

<< ¡Genial la cagué! >> —dice una voz en mi mente. ¿Pero qué hace ella aquí?

—Pues te lo mereces —le reta Vanessa— y más de la boca de Alena.

—Smith, hace años que no me importa tú opinión y por lo visto Alena se ha codeado demasiado contigo—. Se acerca a mi oído y susurra —A ver quién se queda con Jacob, al parecer no eres la única interesada en él.

Al alejarse de mi, pasa al lado de Elián guiñándole el ojo y dejando tras de sí un aroma a marihuana con chocolate.

—Tengan —nos sobresalta el bartender.

Tomo mi trago de un solo golpe. Mientras atraviesa por mi garganta, causa cierto ardor pero lo disfruto.

—Quiero otro —suelto la copa en la barra.

—Aprovechen chicos, es barra libre hasta las 3am.

—Al menos valdrán mis 450$ —salta Elián. Los tres reímos.

Tomamos cuatro tragos seguidos, y ya mi cuerpo empieza a sentir los efectos del alcohol. Vanessa estaba coqueteando con un chico de aspecto Irlandés. Elián esta sometido por una pelirroja que no lo deja ni levantarse de la silla. Así que para evitar que el efecto del alcohol invada mi organismo decido caminar para conocer el local. Ya que no pienso ponerme a bailar sola. Es grande, de tres pisos, nosotros nos encontramos en el segundo, así que me asomo por la baranda para ver hacia abajo.

Veo un grupo de personas reunidas y bailando aceleradas, con pulseras de luces y tragos en sus manos. En este momento noto que mi atuendo no es el adecuado para este sitio. Estoy vestida muy formal, o al menos eso parece. Me pongo a caminar en búsqueda del letrero de los baños y me encuentro con que están en la parte de arriba, avanzo hasta el pie de las escaleras y el guardia me indica hasta donde debo ir. Subo las escaleras no sin antes sentir su mirada pesada sobre mi cuerpo, específicamente, en mi trasero. Una vez frente al baño de damas observo a una chica con mechas en su cabello de colores verdes y moradas, está de pie en la puerta.

—Debes dejar algo de valor, sino no puedes entrar —pongo mis ojos en blanco.

—No traje nada —le hago ademán en todo mi vestuario.

—Quiero tus botas.

<< ¡¿QUÉÉÉÉÉÉÉ MIS BOTAS DE TACÓN TRAÍDAS DE LONDRES?! NI LO SUEÑES, NO LAS DEJARÉ SOLO PARA IR AL BAÑO >>

—¡Oh! ¿Y me voy descalza? No, disculpa. Mejor iré a otro sitio.

—Eso pensé —suelta la chica con cara de satisfacción.

¡Estúpida!

—Déjala entrar Stefanny—escucho una voz demasiado familiar a mis espaldas.

—Pe-pe-pero... Las normas son las...

—Yo te estoy autorizando su entrada. No tiene nada de valor, ya te dijo. Además nadie dijo que dejar sin vestimenta a los clientes era una norma.

—Adelante.

La chica se levanta de su asiento y retira el listón de gamuza para que pueda entrar al baño.

—Gracias—. Digo con expresión de ganadora.

Me volteo y me encuentro con Jacob. Un varonil y formal pero muy guapo Jacob.

—Te esperaré aquí.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro