
Capítulo 2: Inesperado (1/2)
Al entrar a casa todo fue tan común y corriente, papá estaba en la sala hablando por teléfono seguramente por algo del trabajo. Mamá en la cocina ayudando a la Señora Betsy a preparar la cena. Mi hermana jugando en su celular. Lo típico. Saludé a todos y subí a mi habitación a cambiarme el uniforme y a poner a cargar la batería de mi teléfono.
Mi vida, de un tiempo para acá, se basa en la rutina, y de verdad que no me afecta ya tanto. Al principio sí, hasta tenía días de depresión. El no salir, no poder hacer nada de lo que una adolescente normal pueda hacer, me afectaba. Ahora solo me abruma. En fin...
Suena la puerta de mi cuarto cuando apenas me estaba colocando mis bermudas de pijama. Doy señal para que pasen, ya que es común en mi familia que nos veamos en ropa interior. Y para mi sorpresa es mi hermana. Me coloco la camisa y me siento en mi enorme cama, ella hace lo mismo.
—¿Qué tal te ha ido hoy? –dice mientras se recuesta en una de las almohadas.
—Bien, tengo chófer nuevo. Y hoy no tuve que ir a esa horrible universidad.
—Genial, ¿Y qué tal el chófer?
—Bien, es el más joven hasta ahora.
—¿Estás bien Alena? Quiero decir, he notado que andas muy callada y apartada, tú no eres así.
—Estoy bien Alicia.
—¿Segura? Porque si necesitas ayuda aquí estoy.
—Lo sé–. Trago saliva –. Solo es lo de siempre, cansancio. Universidad, trabajo. Ya sabes...
—¿Necesitas un descanso verdad? Vamos de vacaciones, pon en descanso el siguiente semestre. ¡ANÍMATE! –suelta ésta con entusiasmo.
—¿Y qué papá vuelva a dejarme de hablar por meses? No, gracias. Tú eres la hija estrella, no yo.
—¡Siempre sales con esas cosas...! –exclama Alicia un poco ofendida.
—Siempre salgo con la realidad, querrás decir–. Se me escapa un bostezo –Por cierto, tengo sueño...
—¿Vas a esquivar la conversación realmente? –cierro los ojos y me recuesto en la misma almohada que ella –Alena, por el amor de Dios, ¿qué te pasa?
—Nada, te he dicho.
—Ajá, y yo nací ayer, ¿Qué ya no confiamos la una en la otra?
—¿Qué sé yo si le dices a mamá? O peor a papá.
—¿Qué sabes sino le digo?
—Nada.
—Entonces arriesga –. Hace una pausa –Dímelo, por favor. ¿Es por la fecha de mañana?
Nos quedamos en silencio, ambas tumbadas en mi cama. Yo con ojos cerrados. No sé ella, pero algo me dice que tiene su mirada clavada en mí. Respiré profundamente y lo pensé, no sé si deba abrirme nuevamente con ella, han pasado muchas cosas.
—Nunca te has equivocado, yo sí. Papá está decepcionado de mí, solo porque no soy lo que él espera. Tengo que trabajar haciendo algo que simplemente no me gusta, tengo que estudiar algo que no quiero para mí, siento honestamente que estoy perdiendo el tiempo y de verdad Alicia... –respiro profundo para poder seguir –La verdad es que no sé hasta cuando pueda soportar seguir siendo alguien que no me gusta ser. Estoy convirtiéndome en todo lo que critiqué, títere de papá, la futura mujer frustrada. Solo por un simple error que cometí hace unos años atrás, yo creo que no son nadie para juzgarme, no lo son. Yo soy la dueña de mi propio destino y sin embargo lo único que han hecho en mi vida es decidir todo por mí, ¿no se supone que estamos aquí para aprender de nuestros errores?
Al finalizar, noté como cálidas lágrimas descendían de mi rostro. Aún así no tuve la fuerza para poder abrir mis párpados, siempre seré cobarde y reservada con mis sentimientos. Tengo que estar muy cansada o muy abarrotada de ellos para expresarlos a otra persona.
El silencio de Alicia al principio me lastimó porque me hizo entender que tengo la razón, pero con el pasar de los minutos lastimaba cada vez menos. Poco a poco fui adentrándome al mejor mundo que haya podido existir, mis sueños...
☁☁☁
Estoy corriendo otra vez en ese bosque dando vueltas sin sentido, me encuentro desesperada, mis manos y ropas sucias, noto como tengo en mis manos sangre seca, pero en éste momento la desesperación que me invade puede más que el preocuparme por algo tan superficial como lo es mi apariencia. Debo correr, huir lo más lejos posible de él...
—ALEEENAAAAAAAA –grita– VEN A MÍ CIELITO...
Mi pulso se acelera cada vez más, intento correr lo más pronto posible, pero mis pisadas sobre las hojas secas hacen delatar mi paradero.
<<No me puedes encontrar, no...>> susurro.
Me detengo para poder escuchar sus pasos mientras pienso rápidamente mi próxima jugada. Lugares para esconderse en un bosque, lugares para esconderse...
Y cómo no lo pensé antes, sonará fantasioso e irónico pero en este momento recuerdo que en Los Juegos del Hambre, Katniss se subió a un árbol súper alto cuando los profesionales la estaban asechando para asesinarla...
¿Por qué no iba a funcionar conmigo?
Giré sobre mí, observando todos los árboles hasta poder identificar el más alto de todos. Y lo veo, empiezo a escalar por él rápidamente rasgando mis manos y piernas, pero la desesperación hace que el dolor sea mínimo. Asciendo cada vez más en el árbol hasta que siento como tiran de mi pie, no logro subir, no puedo esa mano me lo impide, tiro con fuerza y lo que ocasiono es la pérdida del equilibrio, me resbalo y empiezo a caer haciendo un ruido sordo en las hojas secas que me sirven de colchón, escucho su sonrisa cargada de maldad...
—¿CREÍSTE QUE PODRÍAS HUIR DE MÍ? ¿EN SERIO?
Empiezo abrir los ojos lentamente, justo cuando van perdiendo lo borroso de su visión, logro distinguir que se trata de una figura masculina...
☁☁☁
Abro los ojos exasperada. Mi cuarto se encuentra obscuro y en el lado derecho de la cama se encuentra arropada Alicia. Nos quedamos dormidas. Volteo a mi izquierda y sobre la mesita de noche veo la alarma, marca las 03:45 am. El aire acondicionado está encendido, pero sin embargo no puedo dejar de sudar. Tomo mi celular para ver si mi exasperación por esa pesadilla se calma, tercera semana con el mismo sueño, nunca logro huir o descubrir quién me sigue.
Abro WhatsApp, e ingreso en el chat de Jacob.
EN LÍNEA.
📩
ALENA: Hola ✓✓
escribiendo...
JACOB: Hey, ¿Alena, no? ✓ ✓
ALENA: Sí. ¿No deberías estar durmiendo? Quiero decir, hoy se trabaja. ✓ ✓
JACOB: Ehm, sí. Pues tú igual, o ¿no? ✓ ✓
ALENA: Cierto, pero es que tuve una pesadilla. ✓ ✓
JACOB: Yo no puedo dormir, de hecho duermo muy poco. Soy como Edward Cullen. ✓ ✓
ALENA: Iugh, ¿te gusta eso? ✓ ✓
JACOB: Apostaría a que solo has visto las películas, lee los libros. Y hazle honor a mi nombre. ✓ ✓
ALENA: Amo leer, pero tienes razón. No me he detenido a leerme alguno de esos libros... Lo tendré en cuenta. ✓ ✓
JACOB: Muchas gracias, sabes no pensé que juzgarás sin conocer, pero ya veo que con Crepúsculo lo hiciste. ✓ ✓
ALENA: Jajajaja, en mi defensa no me agradan los vampiros que brillan.✓ ✓
JACOB: Jajaja, lo entiendo. ✓ ✓
📨📨
Y así se nos fue la madrugada. Hablando de gustos y cosas. Cuando giro la cabeza a mi izquierda veo que la alarma está a tres minutos de sonar.
📩
ALENA: Hey, Jacob... Debo irme, quiero decir. Nos vemos en unos minutos. ✓ ✓
JACOB: Oh, por Dios se nos fue la hora. Nos vemos en minutos, querida:-* ✓ ✓
📨
Coloqué mi celular a cargar y cancelé la alarma justo un minuto antes, para no despertar a Alicia. Me levanté con cuidado de la cama y me encaminé en dirección al baño. Me aseé y cuando salí del mismo, mi hermana ya no estaba en mi cama. Se fue a su habitación. Tomo mi ropa de salir, hoy tengo universidad así que no iré con uniforme. De hecho el uniforme es mera formalidad, yo por ser hija del dueño no lo debería utilizar. Pero papá lo sugirió un día, lo que quiere decir que no era una sugerencia, era una orden disfrazada. Una camisa negra, un chaleco del mismo color y un pantalón ajustado amarillo, es lo que decido. Tacos negros patentes. Y mi bolso de siempre. Bajo las escaleras a la cocina y el desayuno apenas lo están preparando.
—Buen día Alena, ¿de buen humor?
—Hoy sí, no lo arruines por favor–. Le pido a mi madre.
—Respeta –escucho decir a mi padre mientras lee las noticias a través de su tablet.
Suspiro. Me acerco a él y le estampo un beso en la frente. Sé que mi mal carácter es heredado de ambos. Y por eso siempre he considerado que es el motivo de que lleven juntos tanto tiempo.
—Hoy no tengo clases, iré con el chófer a averiguar institutos de gastronomía.
—Me avisas si encuentras alguno con las características que yo considero necesarias para inscribirte.
Asiento mientras me sirvo mis tostadas con mermelada de mora. Lo que considere mi padre para mí, desde el día del accidente es lo que he tenido que aceptar para mí vida. Como rápidamente para salir de aquí, no es sencillo aguantar todo esto sin estallar. Y la verdad no quiero caer en discusiones con mis padres, porque sé que alguno terminará herido, lo más sano a veces es no culpar a la gente de lo que no puede suceder y conformarse con lo que está en su camino.
Luego del desayuno me levanto de la mesa y le doy un beso a mi papá en la frente, de nuevo. Uno en la mejilla a mamá y salgo a mí día a día. El auto azul oscuro ya está afuera. Al menos esto sí me saca una sonrisa, me subo en él.
—Buenos días, Jefa.
—Buenos días –noto como su rostro confirma el no haber dormido–. ¿Te recuperarás?
—Sí, aunque no luzco tan mal como tú.
—¿De verdad? –tomo el espejo del polvo compacto de mi maquillaje– ¡Oh! Rayosss.
Suelta una carcajada.
—La verdad, no estás mal. El problema radica en tus ojeras, son enormes, y espero que no me eches la culpa de ellas ya que para que estén así tienes que llevar muuuuuchoooos días sin haber dormido, o haber estado llorando y no creo ser el causante de ambas, ya que apenas llevamos dos días conociéndonos.
Trago saliva.
—Voy tarde –anuncio.
—Correcto, ajusta tú cinturón.
Y eso hice, Jacob condujo veloz, claro respetando los semáforos y a los ancianitos que cruzaban la calle. Llegamos a AFE (Arabic Food Express) en quince minutos y habitualmente me demoro unos treinta y cinco.
—Gracias –éste me ofrece una sonrisa– nos vemos más tarde no almorzaré afuera, creo que comeré aquí mismo, y por cierto también puedes hacerlo. Solo enseña tú carnet, ¿Papá te dio uno no es así? –Asiente– De acuerdo, enséñaselo a Paul, en la entrada y di que irás al comedor y lo que se te ofrezca te lo servirán. Adiós.
Cierro la puerta tras de mí y camino a la entrada de la empresa. Saludo al jefe de seguridad e ingreso al mundo de AFE, hoy estoy asombrosamente de buen humor y creo saber el porqué.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro