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Piso nueve

Como dije los once fue un año difícil para mi... y el peor año para lo que fuera que tuviera con Invierno, también fue el punto de partida para aquel Santiago que la mayoría conoce, el frío y seco Santiago... uno con miedo de expresar sus sentimientos.

Y todo eso inició cuando la idea de pasar más tiempo en el hospital se hizo presente.

—No quiero perder mi día en el hospital —me quejé—mamá dile.

—Yo estoy de acuerdo, te prefiero en el hospital que aquí durmiendo —me atacó mamá.

—Estoy en crecimiento —me quejé.

Y vaya que si, mi voz ya estaba cambiando, tenía unos ligeros músculos de golpear chicos y el box... más por los chicos y según las chicas era el bad boy a lo que Sofía contestaba que era el bebé de mamá.

Si soy...

—Papá no —me queje.

—Te formará carácter y te introducirá en el mundo de la medicina —estableció— tu hermana también irá.

—Genial —dijo abrazando a papá.

—No quiero —gruñi.

—Adivina que, no me importa —estableció papá— iras.

Y me obligaron, con las amenazas de papá baje desanimado a la escuela.

—Y esa cara —dijo Lu llegando a mi lado, con su jugo y galleta de cada mañana.

—Papá —murmure robando su galleta— me harán pasar las tardes en el hospital.

Lu asintió metiéndome tremendo golpe en el hombro, no estaba de humor así que se lo devolví, de un momento a otro ya nos estábamos golpeando hasta que llegaron los gemelos a separarnos.

Yup los gemelos aleas guarda espaldas eran demasiado fuertes y altos por lo que de un jalón ya nos tenían separados.

—Ya me calmé —suspiré acomodándome la Chamarra.

—¡Noo! —gruñó Lu cual dramático mirando la galleta y su cuadrito de leche en el suelo.

Bob le dió unas palmaditas en el hombre para apartarlo.

—Invierno volvió —murmuró Rob.

Me giré, efectivamente ahí estaba, con su gorrito azul acompañado de su ornitorrinco.

—Hacemos los honores —se adelantó Bob quien tenía sujeto a Lu del brazo pues insistía que aún podía comerse la galleta.

No sería lo más asqueroso que tuviera en su boca pues cuando aprendió que era el sexo oral ya nada lo detuvo.

—No tengo ganas hoy —murmuré.

—Puedo ir yo —aprovecho Bob.

Negué para tomar mi mochila que seguía en el suelo.

—Es mío lo saben —les recordé caminando al salón.

Pasamos a su lado, no podía golpearlo pero eso no evitaba la agresión verbal.

—Invierno —murmuré— y su perra.

—Imbecil —respondió Invierno.

—Idiota —le siguió Tyler.

Me detuve para girar y sonreírle.

—Louis —llamé.

—Con gusto —dijo tronando los huesos de las manos— ven Perry buscarás una de tus entradas al servicio secreto.

Lu lo tomó del cuello abrazándole para llevárselo, con los gemelos tras de él.

Wint quiso ir tras él pero lo detuve.

—A menos que quieras un submarino yo que tú no los seguía —advertí.

Invierno me miró recayendo en mi mano en su hombro, la tomó para quitarla de él pero sin soltarla.

—Adivino no me harás nada —gruñó.

—Puedo hacerte el submarino pero pierde la gracia sin cabello que mojar —le di lo que quería.

Invierno sonrió para soltar mi mano por fin, peor que lo tratara mal era tratarlo como un enfermo.

—Gracias —susurró.

—Cuando quieras —sonreí dándole palmaditas a su mejilla— advertido estas, si vas yo no los detendré.

Se lo pensó un momento y optó por ir al salón tras de mi, un submarino no es algo que desear, solíamos hacerlo en los inodoros pero implicaba que nos salpicara con el agua del retrete así que optamos por bloquear uno de los lavamanos y sumergir sus cabezas ahí.

Me senté en mi lugar para acomodar mi suéter dispuesto a tomar mi siesta, vi a Perry llegar con la cabeza mojada y una mancha en sus pantalones como si se hubiera hecho pipí, claramente no era porque no olía mal.

Winter no pudo evitar reírse para darle su sudadera y que se pudiera cubrir.

—Imbeciles —susurro.

—Quieres otro Perry —ofrecí sin mirarle.

—Así esta bien —gruñó.

Lu llegó sonriendo comiendo una nueva galleta y su lechita, pasó dejándome un cuadrito.

—Patrocinado por Perry con el dinero de Invierno —sonrió.

—Y mi galleta —me quejé.

—Aquí —señaló mostrando su pancita.

Negué para pegarle, el chico se sentó atrás de mí para jugar con mi cabello... estaba a nada de que me lo cortaran pues a papá no le gustaba que lo llevara largo.

Ja los tres años con mi cabello largo fue los que más odio.

Tras acabar clases mamá llegó para llevarnos al hospital donde ya nos esperaba papá.

—¿Emocionados? —preguntó él.

—Uh si muchísimo —dije sarcástico a lo que me contestó con un golpe.

—Venga los llevaré a dar una vuelta —se animó.

Pero su alarma sonó y tenía una reunión así que busco un pobre inocente.

—Sabes que es peor que niños, así es niños enfermos —dijo una interna.

Sip, papá la encontró fácilmente.

—Carol no es así —la llamo papá.

—Así es señor Dagda —dijo preocupada— ¿Necesita algo?

—Ya que lo pides tan amable si —sonrió— te quiero presentar a dos pasantes especiales.

Sonrió dichoso empujándonos a ella.

—Sofia y Santiago, no hace falta decirte que son mis hijos —señaló— están aquí para aprender así que porque no les muestras tu trabajo.

—Si señor —dijo entre dientes.

—Este es medio idiota —me señaló— no lo tomes personal.

Le sonreí dichoso a lo que me contestó con una mirada de miedo.

—Diviértanse —ánimo para huir.

—Venga me toca en el piso nueve —anunció mi fin.

—Ugh pediatría —me quejé montándome en mi patineta.

—Hey no puedes patinar aquí —aclaró molesta.

—¿Quién dice? —pregunté retador.

—El reglamento —aseguró.

—Que pena que papá se entere que no te sabes el reglamento, te recomendaría leerlo —me burlé.

La mujer que ciertamente parecía fantasma con el cabello rizado voluminoso de color negro miró a mi hermana.

—Tiene razón, no hay ninguna regla que diga que no puede patinar —señaló mi hermana.

Sonreí victorioso, llegamos al piso nueve donde nos puso unas batas de doctor.

—Esto es estupido —me quejé.

—A mi me gusta —sonrió Sofia.

—Porque eres estupida —asegure.

Me dió un buen golpe en el hombro qué tal vez me merecía.

—No haré de sus niñeras los quiero tras de mi, solo pregunten después de ver al paciente y no los quiero peleando —ordenó.

—Ni mamá puede conmigo que te hace pensar que tú si —me crucé de brazos.

—Veinte dólares y te quedas callado —trató de chantajearme.

—Guárdalos para tu almuerzo, se ve que te hace falta —asegure.

Ella puso los ojos en blanco para obligarnos, lo que no nos dijo es que nos tocaría en la parte de oncología.

—Hola Melisa —sonrió la doctora al entrar— te presento a mis pasantes, Sofia y Santiago.

La nena nos miró tendría unos siete años tal vez.

—Me encanta tu cabello —le dijo a mi hermana.

—Gracias —sonrió ella.

Tres minutos y perdieron mi atención, mientras revisaban a la niña me escapé dejando la bata en el primer lugar que encontré, no muy lejos de ahí mi vista fue atraída por un pequeño grupo de chicos mayores evidentemente.

No tarde en reconocer que jugaban una especie de Pockar, había nacido para jugar cartas y la abuela me había enseñado bien.

—¿Puedo jugar? —pedí acercándome a ellos.

Aquellas cabezas calvas se miraron entre sí para reirse.

—No te ofendas pero estamos apostando —dijo uno de ellos.

—No hay problema —dije sacando mi billetera.

—Que apostarás, tú mamila —se burló el cabron seguido de las risas.

—Te parece cien —me impuse— o además de cabello les da miedo perder dinero —observé al blanquito de ojos verdes.

Los demás hicieron bullicio para chocar puño conmigo.

—La entrada es de veinte —contestó el chico molesto.

Me senté a lado de uno de ellos para poner mi billete en la mesa.

—Ni te preocupes por este —me sonrío el chico a lado de mi— Yo soy Richard pero puedes decirme Rick

—Santiago —contesté respondiendo a su saludo.

—Ellos son Peter, Jackson, y el imbecil es Damian —presentó uno a uno— ¿Quieres que te explique las reglas del juego?

—Menos platica y más juego —lo detuve revolviendo las cartas.

Vaya cara de sorpresa que pusieron cuando les parti el culo en las cartas.

Casi cien dólares en una partida de treinta minutos.

—Quieren la revancha —mencioné— puedo tener piedad.

Rick me abrazó revolviendo mi cabello.

—Eres bueno niño—admitió Damian.

—Claramente —sonreí.

—¡Santiago! —exclamó Carol —llevó buscándote desde hace rato.

—Pues no buscas muy bien —me burlé.

Los chicos se rieron a lo que respondió con una mirada fulminante.

—Tranquila Carol déjalo aquí —la calmó Richard.

—Ahora somos niñeras —se quejó Damian.

—O que tienes miedo de que te vuelva a dejar sin dinero —se burló Peter.

Nos reímos de la cara de Damian, Carol me miró insegura.

—Llevaré a tu hermana a comer vamos —menciono.

—Aquí lo alimentamos relájate —dijo Jackson.

—Si tu padre pregunta...

—Yo estuve a tu lado todo el tiempo —la calmé.

Ella asintió para irse dejándonos solos.

—Tenemos alguien de la realeza aquí no es así —dijo Peter mirándome— para que obligaran a Carol a cuidarte, debe ser alguien importante.

—Adivino hijo de alguno de los doctores —mencionó Jackson.

—No les dire —aclare tomando las cartas.

—¿Por? —me preguntó Richard.

—Porque si les gano sé que es porque son malísimos y no porque me dejan ganar —establecí— ahora, ¿De que planean alimentarme?

Richard sonrió, conseguimos que la enfermera nos trajera leche y galletas, no me quejaba era una buena comida aunque solo yo comí.

—¿Están buenas? —preguntó Peter mirándola un poco asqueado.

—Supongo, quieres —dije tendiéndole una.

El chico negó mirando su bolsa de quimio, cosa que apenas había notado.

—Si comemos una esto se llenará de vomito antes de que puedas huir —bromeó Richard.

—Asqueroso —negué dejando mi galleta— ¿Qué tienen? —pregunte curioso.

—Pues Can...

—Si acabas esa frase mi galleta se estrellará en tu horrible cara —amenacé a Damian— sabes a lo que me refiero.

Damian asintió divertido, joderme era su nuevo objetivo.

—Pues yo tengo un tumor en mi cabeza  —explicó Richard— Peter y Jackson leucemia y Damian melanoma.

Asentí, solo entendí que dos de ellos tenían lo mismo que inviernito.

—En mi escuela hay un chico con leucemia —conté.

—¿Cómo está? —preguntó Richard.

—No lo sé, es un imbecil —contesté lo obvio.

—¿Por tener cáncer? —preguntó Peter riendo.

—No por qué su cara dice pégame y su actitud es de un imbecil—explique no eran muy listos.

Una pequeña risa se hizo presente.

—Así que lo odias —se adelantó Jackson.

—Es mutuo —confirme— Entonces volvemos a jugar o seguimos hablando de imbeciles, seguro tenemos que hablar mucho de Damian.

—Pequeño cabron —murmuró mientras los demás se reían— reparte enano.

Asentí dándoles su carta, eran buenos platicando y daban bastante risa aunque Peter si vomito lo que fue asqueroso.

Ya era tarde y me moría de hambre y sueño.

—Que el bebé ya se quiere dormir —atacó Damian.

Asentí cansado, Peter y Jackson ya se habían dormido.

Me quedé ahí, esperando a ver cuando le daba la gana a papá venir por mi.

—Venga recárgate —dijo Richard acomodándome dándome su cobija.

—No hace falta —mencioné.

—Déjalo, se muere por un hermano menor —explicó porque su actitud tan amable todo el día.

Richard asintió dichoso revolviendo mi cabello.

—Tu duerme de acuerdo —me calmó— si viene por ti te despertamos.

Asentí sin decir más, probablemente me quedé dormido por una hora cuando me despertó Carol.

—Vamos tu mamá llegó por ti —anunció Carol.

Asentí despertando para despedirme.

—Nos reunimos algunos lunes, miércoles y viernes —me sonrió Rick— por si te interesa jugar un rato.

—Si que quieren perder su dinero —me burlé chocando puños con Damian.

—Solo hoy niño, para tener once y algo eres agradable —halagó por fin.

—Tu eres un dolor de culo —sonreí.

Una sonrisa y me fui, eran las once de la noche y seguramente había venido mamá por qué papá se había olvidado de nosotros.

Al subir me tire en Sofia para dormir.

—No los vuelvo a traer —se quejó mamá.

—En realidad me gustó —acepté— puedo volver a venir.

Mamá asintió insegura para ver a Sof.

—Hizo amigos —explicó acomodándose— pero yo que tú sólo lo traía un par de días o los dejara en banca rota —aseguró.

Oh si... vaya que había sido un buen día

Aww nuestro nene hizo amigos que lindo.🥰

Santi era un imbecil, si, un Bully probablemente pero lo hacía por diversión... y porque no sabía manejar sus sentimientos.😔

El amor de Oti por galletas viene desde sus padres, osi, osi. 💕

✨Santi e Invierno chiquitos✨, a nadie engaña no le iba hacer daño en ese momento.😖

El nene es todo un experto en cartas, razón por la que hay que cuidarlo 🔥 en una de esas apuesta hasta a Lu 🥴

En fin volvemos a los caps de la mañana, suerte a todos los que ya entran como yo, tomen agua, descansen y si no disfruten de sus vacaciones 😎

Los quiero 🙌🏻✨

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