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Good boy dont talk

Era increíble lo que tres mes con pastillas se podían hacer, un mes que a veces es un poco borroso para mi, porque básicamente era un zombie.

Desperté por el suave beso de mamá y su perfume que insistía en ponerse.

—Vamos Santi se te hará tarde —sonrió.

Me desperté medio atontado como cada mañana, la estupida pastilla con la bendita leche que apenas y me podía acabar.

Me puse la ropa, usando un cinturón pues estaba a nada de que se me cayeran y no iba a permitir que vieran mis bóxers de Batwoman, bajé a desayunar con todos, jugando con la comida.

—Ya casi son las calificaciones —nos recordó papá— esta vez si iremos a Disney o nos llevaremos la sorpresa de siempre Santiago.

Levanté los hombros para seguir jugando con la comida.

—Come mi niño —pidió mamá tomando mi mano.

—No tengo hambre —aparté el plato, llevaba semanas sin tenerla

Mama miró a papá, a lo que contestó lo de siempre "Es un efecto secundario ya pasará" pues no señor las jaquecas y dolores no pasaban.

Mamá nos llevo a la escuela feliz, llegamos, mi mamá me miró con aquella sonrisa triste que llevaba por semanas.

—Adiós mi niño, te amo —dijo mamá.

—Yo igual —susurre.

Bajé del auto, a mi lado estaba bajando Lu, abrazando a su chofer fuertemente como cada mañana y en cuanto me vió salió corriendo a mi para abrazarme con fuerza.

—Santi —sonrió Lu— ¿Te sientes bien hoy?

Asentí, él me llevó de la mano hacia los demás, abrazándoles como siempre.

—Sant —dijo Sammy chocando puños— adivina que, no tiraron la basura de ayer y con la de hoy el bote debe estar asqueroso y ya tengo en mente dos tontos.

—Si quieran —asentí— iré al salón, estoy cansado.

—Bueno puedes ver mientras nosotros los metemos —apoyó Lu.

Levanté los hombros pasando de ellos para dirigirme al salón.

—Hola Santi —saludó Invierno— te gusta mi playera.

Una estupida playera con un pato más estupido que él.

—Si a ti te gusta es lo importante —proseguí mi camino.

—Oye —gruñó— ¿Ni un insulto ni nada?

—¿Cuál es el chiste? —pregunté serio— te insulto, me insultas y no llegamos a ningún lado.

Me fui sin decir más, al llegar al salón me acosté en mi banca, exhausto.

Ni siquiera me di cuenta cuando inicio la clase, porque el sistema prefería a un niño dormido sin molestar que a uno haciendo desmadre.

Desperté con Lu abrazándome, y el golpe de Sam con su cuaderno.

—Hora del almuerzo Sant —se burló.

—Me lo quitan —gruñí, los gemelos lo separaron apesar de su resistencia.

Salimos al receso, un par de mordidas y estaba lleno, me sentía cansado todo el tiempo y aveces solo me quedaba mirando la nada por mucho tiempo.

—Hey —dijo Sammy presionando mi hombro— iremos a aplastar cajas de jugos quieres.

—No gracias —suspiré levantándome— iré al salón si.

—Pero es tu favorito —dijo Lu triste.

—Estoy cansado —suspiré.

Me fui al salón pues estaba calientito y podía dormir un poco.

—Definitivamente hablaremos con su mamá —gruñó Lu.

Y así fue, hicieron su intervención con mi madre y aunque ella ya no quería dármelas papá dijo que debía cumplir el tratamiento de un mínimo de seis meses.

Al llegar al salón me acomodé dispuesto a dormir... pero un par de minutos después llegó.

—¡Oye debes insultarme! —exclamó Inviernito.

Le miré un poco confundido.

—Tu playera es ridícula pero no más que tu cara —asentí.

—Pues... Gracias —contestó molesto— ¿Estás bien? —preguntó sentándose frente a mi.

Asentí cansado aún mirándole recargado en mi banca.

—Me das más miedo que antes y no me gusta —aclaró— tú me insultas y yo te insulto así es esto, más tu que yo lo recuerdas.

Suspiré y es que solo cuando lo molestaba era la única manera de estar cerca a él, llevaba tres meses sin molestarlo... tres meses sin hablarle.

—Que sadico —señalé.

—No se que signifique eso... ¿Acaso hice algo mal? —preguntó preocupado— ya hice de todo, me peine diferent,  te di razones, incluso me compré esta playera.

—Pensé que te gustaban los patos —dije confundido.

—Más que nada en el mundo, pero aceptémoslo es ridícula —se miró— entonces...

—No eres tú, es la medicina —lo calme.

—Pues déjala —soluciono.

—Como no lo había pensado —puse los ojos en blanco.

Invierno negó riendo, para mirarme con sus ojitos azules.

—Entonces lo intentarás... molestarme —pidió nervioso.

—Si tú quieres —bufé.

Invierno sonrio pero se le borró cuando los demás empezaron a llegar.

—¡Hey no lo molestes! —regañó Lu llegando a mi— atras invierno.

Si, solo era Lu protegiendo su propiedad... yup sé como suena.

Todo el día fue agotador, mamá paso por nosotros para hacer lo mismo de siempre llevarnos a comer nuestras clases, la loquera y terminar en casa.

Estaba agotado y aún me faltaba la cena, sólo quería mi pijama y a mimir pero no, al llegar a mi habitación lancé la mochila que sin darme cuenta tiró mi vaso de la mesita rompiéndose y ensuciando la alfombra.

—Mierda no —dije llegando a la zona de desastre— no, no, no.

Traté de limpiarlo con la toalla del baño pero los vidrios me habían cortado y ni siquiera lo había sentido, ese miedo se instaló en mí sin razón alguna.

—Mi amor vas a bajar —dijo mamá entrando— Santi...

—Yo... fue un accidente yo...

Mamá llegó hasta mi preocupada mirando mis manos llenas de sangre.

—¡Santi! —dijo asustada, una cara que nunca olvidaría.

—Lo siento yo... fue un... yo —sentía que me faltaba el aire.

—Santiago mírame esta bien cariño —tomó mis manos separándome de la zona— esta bien yo lo limpio.

—Mamá... lo siento —dije llorando.

Ella me tomó en brazos para tratar de calmarme, porque a como ella recuerda estaba histérico.

—Tranquilo mi niño, tranquilo —me calmó besando mi frente.

—Ayuda... —dije entre llantos.

Sofia llegó para ver la escena, me abrazó hasta que por fin me calme quedándome dormido.

Las heridas no habían sido graves pero la sangre en la alfombra junto con el jugo si habían dejado marca, tanto que habían que tenido que cambiarla.

Mamá se quedó acostada a mi lado, había tenido mi primer ataque de pánico... uno de varios causados por la medicación.

Al llegar papá fue directo a mi habitación, y aunque estaba medio dormido a ellos les dió por discutir.

—La va a dejar Sebastian —sentenció.

—Sarah,  Santiago va bien —señaló— por unos pequeños efectos secundarios.

—¡Por que tu no lo viste! —le gritó con un nudo en la garganta— sentí que perdía a mi hijo Sebastian, estaba aterrado, y yo... no puedo verlo así una vez más.

—Prefiero a mi hijo con ataques de pánico que a mi hijo en una carcel en un futuro —estableció— Sarah estamos haciendo lo mejor por él, deja que termine el tratamiento.

Papá hablo como el hombro de ciencias que es y esa noche le ganó la discusión a mamá.

Dos semanas más terribles pero fue ese día que mi papá se hizo cargo de mi cuando se dió cuenta, mi mamá había tenido que salir por trabajo un par de día y aunque rogué ir con ella no me dejaron.

En la salida papá nos llevó a su trabajo, una cajita feliz que comimos en su oficina para mandarnos a jugar , frente a su oficina estaba el pequeño parque del hospital, muchas veces gritándonos desde su oficina para callarnos.

—Aquí está la forma —le dió Margot su secretaria.

—Gracias Mari —dijo papá en su papeleo.

—Debe ser bueno poder cuidar a sus niños desde aquí —mencionó mirando por la ventana.

—Bueno así me aseguro que no se maten el uno al otro —bromeó papá.

—¿Santi está bien? —preguntó ella.

—Si, ¿Por qué la pregunta? —preguntó a la defensiva.

—Oh nada solo últimamente lo he visto apagado, triste en realidad —confesó.

La mirada de papá le hizo saber que había dicho algo mal.

—Pero si dice que esta bien debe estar bien —asintió para salir.

Aquella calma lo hizo asomarse por la ventana, en cualquier otro momento hubiera estado jugando basket, gritando o corriendo pero ese día solo me vió sentado mirando la nada... primera alerta.

Dejamos a Sof en su clase de danza, al llegar a mi clase de dibujo el profesor ya me esperaba.

—Hola Santi —saludó chocando puños.

—Te recogo al rato —dijo papá desde la puerta, asenti para recostarme en la mesa.

—Usted es el padre de Santi no —le miró inseguro.

—Sebastian —se presentó tendiéndole la mano.

—Puedo hablar con usted un momento —pidió.

—Ahora que hizo —se adelantó papá molesto.

—Nada en realidad, su hijo tiene un talento nato —aseguró— venga le muestro.

Mi profesor le empezó a mostrar varios de mis trabajos.

—Son...

—Algo grotescos si, era su manera de protesta para no estar aquí —explicó— para la edad de Santiago y sin haber tomado clases de dibujo su hijo tiene una técnica casi perfecta, comprende la anatomía y vaya que los dibujos de sus manos son asombrosas.

Papá sonrió mirando mis dibujos.

—Tengo entendido que a Santi lo empezaron a medicar —mencionó preocupada.

—Así es —asintió.

—Quiero que vea esto —mencionó— Santi empezó a mejorar su técnica con forme el tiempo pasaba y justo en su punto máximo llegó la medicina y esa curva se vino abajo.

Y si cada dibujo iba empeorando terminando con un sol, un par de trazos sin sentido o caritas felices mal hechas.

—Y así se pasa toda la clase, o a veces solo se duerme —señaló— no soy padre y espero no le moleste pero me importa Santiago, debería reconsiderar lo de la medicina.

Mi padre asintió, atacarlo como figura paterna le molestaba pero solo era la verdad.

—Tiene razón, no es padre —contestó para salir.

Mi padre es terco... de él lo saqué, pero incluso él tenia su punto de quiebre.

Más tarde era hora de recoger las calificaciónes, Sofi sobresaliente como siempre, un poco de nervios me dieron pero ver los puntitos verdes me calmaron.

—Es un gran progreso —ánimo la directora— sus notas se elevaron considerablemente, estamos muy orgullosos con su progreso.

Papá tomo las hojas para verlas, me sonrío para revolver mi cabello... que soy un perro, pero me gustó.

—Bajó en educación física —dijo desconcertado.

—Si, el profesor dice que a estado un poco apático y cansado pero entiendo —mencionó calmada.

—No lo expresa en los comentarios —no me dejó leerlo pues según habían un par de malas palabras— varios profesores expresan lo mismo.

—Costó beneficio —sonrió.

Papá me obligó a salir un par de minutos después ya nos íbamos a casa.

—¿Mamá vuelve hoy? —pregunté cansado.

—Si en la noche —me calmó.

Asentí para cerrar los ojos pues me estaba mareando demasiado.

—Para el coche —pedí.

—Santi...

—¡Páralo! —grité.

Me hizo caso para orillarse, en cuanto se detuvo abrí la puerta para poder vomitar, con suerte lo logré y no manché su lindo auto.

Papá me paso un par de pañuelos y la botella del agua.

—Lo siento —dije cansado.

—Está bien —me calmó.

—Me duele el estómago —mencioné adolorido.

—Ya casi llegamos a casa de acuerdo —añadió— te daré algo al llegar.

—Si —dije acomodándome.

Me quedé dormido... medio en coma para ser honestos, al llegar me cargo hasta a mi habitación despertándome para obligarme a cambiar, lavarme los dientes y darme medicina, en cuanto me acosté me quedé dormido.

Mi padre fue a ver a su niña, su rutina de noche era extensa.

—¿Cómo está mi princesa? —preguntó entrando a su habitación.

—Bien, media rutina pero esperare a mamá —sonrió— ¿Y Santi?

—Se sentía mal peor ya se durmió —contestó sentándose a su lado— te tengo buenas noticias.

—Tendré un poni —sonrío.

—También —si le compro un poni porque la niña se lo pidió— pero ya que sacaste buenas calificaciones y tu hermano mejora las suyas los llevaré a Disney.

—¡De verdad! —dijo emocionada.

—Cumplieron yo cumplo —aseguró.

—Gracias papi —lo abrazó— a Santi le encantara, seguro lo hará sentir mejor.

—¿No se siente bien? —preguntó.

—A estado triste y raro... no me gusta —explicó— pero seguro ver a Micky le ayudara, pero yo que tú lo mantenía alejado de Goofy

—Que tiene tu hermano con Goofy —bufo riendo, no era secreto que entre él y yo habría una pelea.

—¿Es una vaca?, ¿Es un perro? no sabe y eso lo molesta —explicó.

Papá negó divertido para salir, entrando a su oficina para meditar los sucesos del día... le encantaba el muevo Santiago, uno callado, bien portado y de buenas calificaciones... pero ese no era su hijo.

Cinco minutos le tomó a mi padre tomar una decisión, mi padre entro a mi habitación para mirar las pastillas y tomarlas.

—Lo siento mi niño —susurró para besar mi frente.

La única vez que mi padre fue lindo conmigo y yo estaba medio en coma por las pastillas, papá tiro la medicina en el baño.

Mi madre llegando después de un viaje era... un escándalo pero del bueno y siempre traía los mejores regalos.

Papá bajo por los gritos de mamá, ya tenía atrapada a mi hermana en besos.

—Me falta uno y más vale que este enterito y baje ahora mismo a besar a su madre —ordenó.

—Ese uno se sentía mal, tiene la pijama puesta, lo obligué a lavarse los dientes y está acostado dormido —aseguró— no es tan difícil como dices.

—Le tomaste la temperatura, lo arropaste bien y le diste la medicina correcta —le miró sería.

—Soy doctor —le recordó.

—Es mi niño —le ganó, ante ese argumento nadie.

—Está bien —llegó él para besarla.

A la mañana siguiente mamá aprovechó para llenarme en besos y regalos claros está, pero el amor se acabó cuando llegó la hora de la medicina.

—¡Pero dónde está Santiago! —regañó exaltándose.

—No sé —dije adormilado— me duele el estómago y quiero dormir.

—Ya fue tu papá a traerte algo si —me calmó.

Papá llegó con los analgésicos de siempre para dármelos.

—¿Has visto sus pastillas? —preguntó mamá— no las encuentro.

—Las tire —contestó— ya no las necesita.

Mamá sonrió para besarlo, sabía que le daría lo que quería en la noche.

—Pero si puedo seguir con la leche de chocolate no —los interrumpí.

Mamá asintió para besar mi mejilla, aunque me quitaron los medicamentos tardaron casi dos semanas en dejar mi cuerpo, justo para el final de las clases.

—¡Santi! —dijo Lu abrazándome— te voy a extrañar mucho.

—Son un par de Semanas Lu —lo calme.

—Claro nosotros acá y tú feliz con Micky Mouse —gruño Sammy.

—Oh ni creas voy por Goofy —asegure, esa cosa seria mía— estaré algo oxidado pero mi gancho derecho sigue intacto.

—No le hagas daño a Goffy si —pidió Lu nervioso.

—Ya veremos Lu, ya veremos —mentí, nos dimos de golpes pero oh si yo gane, su cabeza de botarga me la quedé como trofeo dado a que Goofy también me golpeó no se iban arriesgar a demandas — entonces explotamos jugos.

—Me alegro que estes de vuelta —confesó Sammy.

Salimos en busca de un par de torpes y lo encontré, justo cuando iba corriendo mi pie atacó haciendo caer a Invierno, él me miró confundido.

—¡Felices vacaciones Inviernito! —me burlé.

Invierno solo sonrió para levantarse e irse corriendo, oh si estaba de vuelta.

La peor parte fue la despedida del taller de dibujo, no solo lo dejaría aquel buen profesor también se iría a otro estado.

—Bueno déjame ver tu último dibujo —pidió emocionado.

—Si así lo quiere —sonreí.

Aquella ultima obra era lo que había sentido estos últimos meses, pastillas, una mente en blanco y sin poder hablar, mi obra de arte.

—Es extraordinaria Santiago —suspiró— tienes talento chico.

—Lo sé, pero hasta aquí terminó esto —asegure— mis manos están diseñadas para estar bajo guantes no con un lápiz.

—No entiendo tu fascinación porque te golpeen en la cabeza —negó.

—Solo si eres malo, pero ese es el secreto yo jamás pierdo —lo que era verdad, tenía récord de cero pérdidas.

—Bueno futuro boxeador no olvides tus raíces de arte cuando veas tu dibujo —sonrió.

—Quédeselo —pedí— prefiero olvidar esto, ademas así nunca me olvidará.

—Cómo podría olvidar a mi alumno estrella —confesó.

Negué divertido para tomar mis cosas e irme pues tomaría un vuelo por la tarde.

—Santi —me detuvo— eres extraordinaria, no lo olvides de acuerdo, estás hecho para cosas grandes solo sigue tu corazón.

Asentí, le di un abrazo fugaz para irme.

Seguí ese consejo, ahora podía decir que el éxito era grande, producir películas, ganar premios pero mi mayor orgullo siempre sería mi retoño, aquel que tuve gracias a que seguí mi corazón y me llevo hasta invierno.

¡QUE LE HICIERON A NUESTRO NENE! Así es, tristemente el latino sufrió.🥺

Ahora ya saben la historiase porque Santi tenía ataques de pánico, pero le sirvió en un futuro para darle su besito a Invierno. 🌚

También podemos decir que Winter y Sant tenían una relación extraña desde pequeños.🧐🥴

Es bueno tener amigos, y a Santi le tocaron unos buenos 🥰🙌🏻

Bendito dios su padre se dió cuenta, démosle un poco de crédito al señor.🙌🏻

Las razones por las que Goofy es su enemigo son claras.😑

En fin nos vemos el siguiente lunes, cuídense y descansen ✨❤️

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