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El club de los cinco

Pasé la clase sin poner atención, cosa que nunca hacía salvo que antes era por hacer desmadre y ahora porque no tenía con quien hacerlo.

Al final de la clase me obligaron a salir al frío intenso sin dejarme quedar en el calorcito del salón.

Me senté a comer mi almuerzo congelándome.

—Quieres lo que me sobró —dijo mi hermana sentándose a mi lado— estás en crecimiento no.

Tomé sus papitas para abrirlas.

—Con este frío necesito más grasa —gruñi.

Mi hermana sonrió para abrazarme, claramente ella era más abierta que yo y como no si mi padre la tenía en un altar, "la hija perfecta" en cuanto a mi... "Un desastre potencial"

—Sofia —le gritó una chica para hacerle señas y que fuera, no me sorprendía que tuviera amigas ya.

—Ve, no me quiero ver mas patético almorzando con mi tonta hermana —sonreí.

Ella besó mi mejilla para irse riendo, una vez más solo.

Completamente mi día fue así, unos cuantos trataron de acercarse pero al no entender y sacar mi diccionario solo se reían y se iban.

Quemaría esta cosa al llegar, total me daría un poco de calor en este frío.

Mamá paso por nosotros, me limité a escuchar lo genial que le fue a mi gemela.

Al llegarle bajamos del auto para entrar a la casa la cual olía bien.

—Que bueno que te gustó Sofi, porque no se cambian y comemos para que me sigan contando —sonrió mamá— tu favorita Santi.

—No gracias —murmuré.

—Ay cariño pero si debes comer, o dime que quieres y te lo preparo —se adelantó preocupada.

—¡Quiero volver, eso quiero! —le grité para irme a encerrar a mi habitación.

Mamá trató de animarme pero me quedé ahí toda la tarde hasta que llegó papá.

—Vamos a cenar —anunció entrando.

—No tengo hambre —murmuré jugando con mi videojuego.

—Puedes decir no quiero, no tengo ganas pero no tengo hambre no es propio de ti —aclaró sentándose a mi lado, tenía razón moría de hambre.

—Bueno no quiero —contesté molesto.

—Que lastima bajaras —ordenó.

Puse los ojos en blanco para girarme y darle la espalda.

—Santiago un berrinche no hará que volvamos lo entiendes, y esta actitud tuya solo hará que sea más difícil para ti este cambio —regañó.

—Ya es difícil Papá, no entiendo la mayor parte de lo que dicen —solté agotado— y se burlan de mi por no hacerlo.

Papá suspiró para verme, una lágrima había rodado por mi mejilla la cual secó.

—No sabes la suerte que tienes de estar aquí Santiago, de tener lo que tienes, una casa, ropa, comida, cosas que muchos no tienen —empezó su sermón— nadie te va a regalar nada en esta vida, debes luchar por él y desgraciadamente para ti tendrás que luchar al doble, tienes ventajas de cierto modo —expresó— pero eso no significa que no lo harás.

Asentí cansado sin entender una mierda.

—Venimos aquí porque eso significa que tendrán mejores oportunidades de un buen futuro, ahora solo falta que pongas de ti —añadió— si no hablas bien el idioma lo aprenderás, si te molestan por eso demuéstrales quien eres.

—Y si me molestan por no lucir como ellos...

Papá asintió comprendiendo un poco lo que quería decir.

—¿Cuántos niños blancos hay en tu salón? —preguntó serio.

—Veintinueve —contesté.

—¿Cuántos morenos hay? —preguntó de nuevo.

—Solo yo —expresé desanimado.

—Siempre sobresaldrás Santi, y está en ti portar el color de tu piel con orgullo —asintió— tu color de piel, tú cultura y todo tú son diferentes, pero eso nunca te debe hacer sentir menos de acuerdo.

Asentí para limpiar mis ojitos.

—Bien ahora deja de llorar ya sabes lo que pienso de eso —me recordó.

—Guardo las lágrimas para lo que de verdad importa —contesté.

—Ya lo ves eres muy listo hijo —se burló— ahora vamos a cenar si.

Asentí cansado y hambriento.

—Santiago —dijo de último— no permitas que te traten mal desde un principio, demuéstrales que no eres la presa eres el depredador.

Sonreí, papá no tenía idea de lo que acababa de hacer ¡Había creado un monstruo! Uno chiquito en ese momento.

Bajé a cenar unos taquitos, mamá me sonrió para abrazarme con fuerza y besar mis mejillas.

—No lo abraces, volverás al niño gay —murmuro papá.

—Pues tendrás un hijo gay porque lo voy a seguir abrazando —sentenció.

Spoiler alert papá tenía razón y la sigue culpando por abrazarme.

Al dormir me quedé con la idea de mi padre hasta el día siguiente, bastante normal y aburrido hasta el receso, me senté en una de las mesas apartado comiendo mis quesadillas cuando llegó mi oportunidad.

—Hola —saludó el chico acompañado de su amigo.

Les miré para ignorarlos y volver a mi desayuno.

—Me llamo Winter Jones y él es Tyler Perry —sonrió sentándose frente a mi— ¿Te está gustando aquí?

Les miré inseguro para tomar mis cosas y guardarlas.

—Tranquilo, solo queremos ser tus amigos —añadió el rubio.

—¿A caso la pedí? —gruñi dispuesto a irme.

—Hey espera —me detuvo Winter sosteniéndome de la muñeca.

—No me toques Invierno —dije para quitar su mano de la mía.

Acto seguido sus bandejas terminaron sobre ellos manchándolos por completo.

En mis tiempos si pasaba algo así te lo quedabas guardado y lo regresabas, pero no, estos niños prefirieron ir de chismos.

—Vamos siéntate ahí —ordenó la maestra señalando a los otros chicos.

¿Qué clase de castigo era este?

Me senté entre los otros chicos mientras hacían sus planas "Debo portarme bien para ser mejor persona" basura.

—¿Tú por qué estas aquí? —preguntó el chico tras de mi.

Me giré para mirarle inseguro, sus chinos alborotados sobre su rostro, tan flaquito que parecía que se iba a romper.

—Le tiré la comida a unos chicos —mencioné cansado.

—Winter y Tyler —mencionó a lo que respondi asintiendo— tienen básicamente un cartel en la cara que dice golpéame, pero lo haces y son los primeros en acusarte.

Sonreí para asentir divertido.

—Sam —se presentó extendiendo la mano.

—Santiago —contesté.

—Bien Santi ellos son Bob y Rob —presentó a los gemelos quienes asintieron— y el manojo de nervios de ahí es...

—Louis, pero puedes llamarme Lu —interrumpió para abrazarme sonriendo y luego regresar a su lugar.

El chico me miró, cabello y ojos castaños, un chico bastante tierno, que en efecto temblaba, iba tan bien vestido que me imaginaba de donde provenía.

—No son nervios es que... mi papá me va a regañar —susurro nervioso.

—Solo si se lo dices —dijo Sam rodando los ojos— tranquilo Menéndez estarás bien, niños —mencionó rodando los ojos.

—¿Menéndez? —pregunté curioso.

El chico asintió para verme, su moño en el cuello rebotaban cuando asentía.

—Mi papá es latino y mi mamá Inglesa —explicó— ella quería que me llamara así por su padre.

Asentí, no una buena combinación... pero bueno, de tales padres tales hijos terminándole por poner a sus hijos como los miembros de One Direction

—Seguro que nuestras madres se llevarán bien —mencioné, tenía que buscarle amigas para que no fuera tan borde.

El chico solo me sonrió triste para volver a sus apuntes.

—Su madre murió cuando nació —explicó Sam.

Cagandola como siempre.

—Lo siento —susurré.

El chico solo asintió para seguir con sus planas.

—Y porque están aquí —mencioné inseguro.

—Pelea de flautas en el salón de música —explicó sonriente.

—Divertido —sonreí.

—Lo es, falta de criterio al parecer —aseguró— eres nuevo aquí no es así.

Asentí, una llamada de atención nos silenció.

—Me ágradas —sonrió— puedes estar con nosotros, te la pasarás aquí la mayor parte del tiempo pero créeme te la pasarás bien.

—Ya lo veremos —asentí.

En ese momento comenzó el terror de los cinco, los épicos momentos con ellos fueron encantadores.

Simples bromas como pegar chicles en las bancas, tirar agua sobre la mochilas, un par de metidas de pies para que terminaran en el suelo... épico, claro mamá no lo llevaba tan bien.

—No volveremos a esto Santiago, será mejor que te controles —regañó antes de que bajara del auto.

—Querías que tuviera amigos no —me defendí.

—Es la cuarta vez que vengo en el mes Santiago —me recordó — si esos niños te están obligando...

—Obligarlo —interrumpió Sofia— quien crees que es el líder.

Mamá me miró molesta.

—Criaron un líder no un borrego —señalé.

Mamá puso los ojos en blanco para dejarnos ir.

—Te amo —sonreí.

—Yo también pequeño bravucón—dijo besando mi mejilla.

Bajé sin saber que ese día sería mi primer gran altercado.

Mi hora favorita llegó, educación física con el especial del mes  Quemados, era muy bueno en mi país y aquí solo esperaba aguantaran los golpes.

—Te van amonestar por no traer los shorts —mencionó Lu regañándome como siempre.

—Me muero de frío —asegure revolviendo su cabello— además mamá ya se encargó de eso.

Lu asintió más relajado abrazándome según él para que no tuviera frío, el pobre chico vivía bajo mucha presión pero eso si, verle reír en los momentos de nuestras pendejadas eran sus cincos minutos de libertad.

Entramos al gimnasio para ver a todos los demás y lo que vi no me gustó.

—Al parecer Inviernito tiene en la mira a tu hermana —se burló Sam divertido.

Le miré molesto para alejarse un poco.

—¿Hacemos algo? —preguntó Bob.

—Yo me encargo —sonreí.

Lancé el balón directo a su cabeza, mi hermana me miró molesta.

—¡Lo siento! —grité riendo.

—Santiago —me llamó el entrenador — guárdalo para el partido.

Asentí feliz para que diera inicio al partido, unos a otros fueron cayendo, a mi hermana la eliminé yo pues no iba a permitir que alguien le pegara.

Uno a uno hasta que quedamos los gemelos, Lu y yo de mi lado, Invierno y su perra del otro.

Invierno lanzó una pelota que le dió directo a Lu haciéndolo caer, miré al chico cuya mirada cambió.

—Acábalo —ordenó en el suelo.

Sonreí, habían lastimado a mi Lu, y eso no  lo iba a dejar pasar.

Tomé el balón dando justo en el ojo de Tyler, Bob me dió otra de las pelotas para acabar con Invierno.

—Lo siento —murmuró viendo a Lu.

—Ve a llorarle a tu mami —sonreí.

Tomé el balón para lanzarlo Justo a la nariz, el entrenador marcó el final del partido y la nariz sangrante de Invierno se hizo presente.

Miró la sangre para mirarme molesto.

—Imbecil —me gritó para correr a mi y tirarme.

No lo vi venir, ambos caímos haciendo que me golpeara la cabeza, mi madre lo dijo tengo cabeza dura y aunque el estruendo fue grande mis ganas de pelea eran más.

Invierno me dió un buen golpe en el pómulo pero me libre de él con un golpe en el estomago.

Un par de vueltas de golpes y rasguños entre los dos, el coqueteó del profesor se vió interrumpido por los gritos "pelea" "pelea"

No me dejaron seguirle partiendo la madre, terminaron separándonos para mandarnos a la enfermería con un par de chicos más heridos por el juego.

—Tenían que ser ustedes dos —dijo la enfermera— si no vienes tú por el, él viene por ti.

—Cabe aclarar que solo vine una vez —aseguré.

—¡Yo igual tonto! —reprochó empujándome.

—¡Y las que te faltan imbecil! —le devolví el golpe.

—¡Niños! —exclamó la enfermera— los van a expulsar si siguen así.

—No pueden, son la única escuela de aquí sería como negarnos la educación —establecí.

La enfermera nos miró amenazante para sentarnos a ambos en la camilla.

—Tengo muchos niños por su culpa —regañó— lo que sea que traigan entre los dos lo van a resolver ahora.

—Con gusto le reparo la cara a golpes a ver si deja de provocarme —amenace.

—Seguro el golpe que le di lo hace ser menos imbecil —gruñó.

La enfermera suspiró, harta de los dos.

Nos limpió las heridas y revisó mi cabeza al igual que mis ojos.

—No los quiero ver aquí de nuevo —amenazó, promesa que rompimos claro esta— del odio al amor solo hay un paso chicos.

Nos miramos para negar.

—Soy demasiado para este —mencioné bajándome de la mesa.

—Quisieras —murmuró.

Claramente ambos quedamos como payasos pues terminamos juntos, con nuestra bendición de hijo pero en ese momento no entendía que efectivamente ese día habían sido mis celos actuando.

Nos dirigimos a la oficina de la directora, ahi estaba mamá mirándome molesta y el padre de Invierno.

La mirada de mi madre era una mezcla de preocupación, y molestia la mirada de "ya verás en la casa"

Entramos a la oficina de la directora para sentarnos frente a ella.

—Señor Jones me alegra verlo aquí, pensé que vendría su esposa —mencionó ella.

—Acabamos de tener a nuestro hijo, sigue recuperandose —explicó.

—Pues felicidades —sonrió— lamento darle malas noticias en estos momentos pero el conflicto entre sus hijos se está haciendo más preocupante.

—El inició —dijo el chismoso.

—Hay testigos que comprueban que te lanzaste a mi como la bestia que eres —establecí.

Mamá me pellizco por lo bajo.

—Me pegó con el balón —acusó.

—Golpe permitido pregúntele al profesor —reproche.

—¡Y antes que! —me gritó.

Su papá lo calmo pues se estaba exaltando.

—Señora Dagda los problemas de comportamiento de Santiago han sido notorio desde que empezó, necesitamos que su conducta mejore —comentó la directora.

La sonrisa de Winter me molestó, no podía dejarlo ir así, mucho menos quedar como el malo.

—Estoy mareado —le dije a mamá tocando mi cabeza.

Mamá me miró preocupada.

—¿Te sientes mal? —preguntó mamá, asentí.

—Cuando me empujó me golpeé la cabeza —conté recargándome en ella.

—Claro mi hijo es el único de los problemas —mencionó mamá molesta.

Ella me ayudó a levantarme para irnos.

—¡¿Señora Dagda a donde va?! —la detuvo la directora.

—Claramente asegurarme que mi hijo esté bien, dado la evidente falta de atención que le ponen —reprochó— en vez de culpar a un niño deberían hacer mejor su trabajo.

Mientras salía pude ver la cara de preocupación de Invierno, amaría haber tenido una foto de su cara de estupido.

Al llegar  al auto mamá encendió el auto nerviosa.

—¿Y que vamos a comer? —sonreí.

Ella me miró confundida para entender.

—Tenía que sacarnos de ahí o nos destrozarían —asegure — podemos comer pizza.

—Te ganaste una ida al hospital muchachito —me regañó— y tal vez te consiga una agencia de actuación.

Así es era buen actor, después de todo había actuado de Hetero la mayor parte de mi vida.

Ese día al ver a mi hermana con Invierno me llené de celos que a mi edad confundí con odio, cosa que entendí muchos años después.

Que hizo Sebastian ¡Creó un monstruo! 😱así es Santi no siempre fue tan seguro, pero a ver ahora quien se atreve a meterse con él 🤨🤨

❄️Dato: Winter sólo quería robarse la quesadilla que comía Santi no su amistad, ahora es adicto a las quesadillas 🥰

¿Nombres conocidos? Seguro que si 🌚

Y bueno Lu bb ¿Qué tal? 🥺 Cuando creció cambió los abrazos por besos pero quien lo culpa 🤷🏽‍♀️

Santi celoso desde tiempos inmemorables.🙌🏻

¡Sorpresa! Tendremos capítulos cada semana de Crónicas de un amor futuro, y el miércoles no se pierdan el estreno de Winter & Sant: Un paseó por él Invierno 🥳

Nos vemos, cuídense, tomen agua. 🥰

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