Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 5

Han pasado cinco días desde que Max y yo nos presentamos oficialmente. Ese día conversamos bastante, y terminamos dándonos nuestros números para agregarnos a WhatsApp.

Yo lo agregué como Max, pero él me agregó como Mi Vecina Favorita y no sabía por qué.

Bueno, como de costumbre, estaba en el portal de mi casa, leyéndome un libro y contemplando el atardecer, hasta que recibí un Whats de Max.

Max: Vecinaaaa!

Yo: ¿Qué pasa Maximiliano? 😒

Max: No me llames así que sueno a un conde del siglo XV 😑

Yo: Vale, qué pasa?

Max: Que voy a hacer una pequeña fiesta en mi apartamento, nada exagerado, es solo para estrenar el piso. Vas a venir?! 😎

Yo: ¿Y quiénes van a ir?

Max: Bueno, obviamente Iván y yo estaremos, invitamos a Zoe, Pablo, Ulises, Regina, Bianca y a ti.

Yo: Bueno, son pocas personas y las conozco a todas... Vale, iré.

Max: Te espero Vega ❤

No se que pasaba que últimamente las personas interrumpían mi rutina. Bueno, estaba dispuesta a ir ya que todos eran de la Iglesia y no tendría que lidiar con desconocidos, así que escogí un lindo outfit y fui. Esta vez no usé un vestido. Me puse unos jeans y una blusa con lindos colores, mangas largas y anchas.

Cuando llegué al apartamento la puerta estaba abierta así que entré. La última vez que había estado ahí dentro había sido antes de que Doña Lidia lo vendiera. Estaba totalmente distinto, con un estilo sencillo pero moderno.

Vi a Zoe conversando con Iván así que me uní a ellos, ya que no veía a Max por ninguna parte.

— Hola chicos —los saludé y me senté junto a ellos a conversar.

Estuvimos charlando unos minutos hasta que Max apareció, y como león rugiente buscando a quien devorar, venía Regina detrás de él.

— Vega, que bueno que viniste —me dijo Max luego me saludó con un beso en la mejilla.

— ¡Max, tu apartamento es tan hermoso! —dijo Regina mientras lo agarraba de su brazo, como abrazándolo.

No se por qué, pero esa escena me incomodó, y creo que Max se dio cuenta.

— Gracias Regina —dijo mientras con la mayor decencia posible, la zafaba de su brazo.

— Un día de estos te puedo enseñar los alrededores —le dijo Regina mirándolo de reojo.

— Gracias, pero ya tengo una guía que me enseñará los alrededores —dijo sonriendo.

Bueno, el león rugiente se fue con su hermana a chismear, como siempre, y Max se sentó junto a nosotros.

— Que linda estás, vecina —dijo mientras me miraba con esos hermosos ojos que eran para mi dos atardeceres.

— Gracias Maximiliano —le dije bromeando, soltando una risita.

— Oye, ¿qué acordamos?

— Que yo no te llamaría por tu nombre largo, ni tú me volverías a llamar «vecina».

Zoe e Iván nos miraban riendo. Parecíamos dos niños pequeños discutiendo por una tontería, solo que nosotros estábamos bromeando.

Max se levantó y nos llamó a todos. Quería decir unas palabras por la inauguración de su apartamento.

— Bueno chicos, si están aquí son porque no tenemos más amigos —dijo aguantando las ganas de reír, haciéndose el que no tenía amigos—. No, es broma, si tenemos amigos, pero ustedes son los primeros que hicimos cuando llegamos al vecindario —explicó esta vez mirándome. Iván y yo estamos agradecidos con Dios por haber abierto puertas para que nosotros llegáramos hasta aquí, y pudiéramos obtener este hermoso apartamento. A él le debemos lo que somos, y por él estamos hoy aquí con ustedes. Y también les agradezco a ustedes por habernos recibido con afecto y amor fraternal, bueno, casi todos —susurró esto último con una breve risita, mirándome a mi y a Zoe.

Iván tomó la palabra.

— Y bueno amigos, esperamos que podamos permanecer aquí por mucho tiempo con el favor del Señor. Gracias por venir a celebrar con nosotros el comienzo de una historia, y espero que cada uno de ustedes forme parte de ella.

Después de que los chicos dieran un breve pero bonito discurso, todos al unánime aplaudimos.

Ya al anochecer, más o menos a las 10:30 pm, la pequeña fiesta finalizó. Regina y Bianca se hicieron las que le tenían miedo a la oscuridad nocturna, esperando que Max o Iván las acompañaran, pero por chistosas Ulises, un gran siervo del Señor pero no muy agraciado físicamente se brindó a acompañarlas, y ellas por la poca educación que les quedaba, aceptaron.

Zoe se iba a quedar ayudando a los chicos a recoger la casa. Los invitados habían dejado migajas y palomitas por todo el suelo.

— Bueno chicos, yo me tengo que ir ya —les dije mientras caminaba a la puerta.

— Espera Vega —dijo Max mientras agarraba su chaqueta de cuero—. Yo te acompaño.

Y otra vez más, mi corazón comenzó a latir con fuerza. Max, mi querido y amado amigo, quería acompañarme para no dejarme ir sola en medio de la oscuridad.

Nota de la autora
Si, ya se, me demoré en actualizar pero aquí está el nuevo capítulo. Espero que lo disfruten. Comenten y voten, bendiciones!

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro