Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 28 (Final)

Un año y medio después...

Ese día Max me dijo que no podría acompañarme a la iglesia. Yo estaba un poco confundida. Todos los domingos íbamos juntos, además, ni tan siquiera me había dicho por qué no podía ir conmigo. Aun así, yo confiaba en él, y sabía que algún motivo tendría.
Zoe me fue a buscar ese día para ir juntas. Me dijo que me pusiera guapa y yo seguía sin entender por qué la gente estaba tan rara ese domingo.

– ¿Ya estás preparada? —me gritó Zoe, desde el pasillo, afuera de mi habitación.
– Ya casi termino. No te preocupes, no vamos a llegar tarde al culto.
– Vale, vale.

Cuando terminé de arreglarme, me vi al espejo y me sentí particularmente hermosa, y me preguntaba dentro de mí misma por qué tantas chicas creían que para verse guapas tenían que exhibir su cuerpo.
Salí de la habitación, y Zoe gritó de felicidad — ¡Qué guapa! ¡Dios mío!
– Zoe, me has visto con esta ropa en otras ocasiones, ¿qué tienes? —pregunté riendo.
— No me hagas caso, sabes que cuando tomo mucho café en las mañanas, me altero.
– Bueno, va. Ya podemos irnos.
Ella asintió — Pero que no te vaya a dar un ataque en el medio del camino —bromeé, sonriendo.

En el camino Zoe y yo hablamos de muchas cosas. Incluso me dijo que, después de todo, aún extrañaba a Iván, y que realmente creía que él era el indicado.

– A lo mejor lo es, pero ese no era el tiempo —le dije.
– Iván fue de las cosas más bonitas que me han pasado en la vida, pero bueno, Dios sabe todas las cosas, y sabe qué es lo mejor para mí.
– ¡Así se habla!
Ella sonrió — Oye, ¿sabes por qué Max no podría venir hoy conmigo? —le pregunté, pensando que quizás ella lo sabría.
– Vega, si tú no lo sabes, ¿qué te hace pensar que yo podría saberlo?
– No lo sé. No es que esté obsesionada con eso, es que me pareció raro.
– Seguro te lo cuenta.

Llegamos a la iglesia y Max no estaba ahí. Comenzó el culto, y yo me enfoqué en lo más importante, adorar a Dios junto a mis hermanos. Justo antes de terminar, el pastor pidió que no nos fuéramos, y esperáramos un rato. Yo recibí una llamada, y cuando miré, era Iván. Había un poco de ruido en el templo, así que salí para poder contestarle.

– ¿Ivan? Dios te bendiga. ¡Cuánto tiempo!
– ¡Veguita! ¿Cómo están todos?
– Bien, gracias a Dios.
– Oye, te ves muy elegante hoy, ¿algo especial?
– Espera, ¿cómo sabes cómo estoy vestida?
– ¡Porque tengo dos ojos que funcionan bien!

Miré a mis alrededores, y allí, de lejos, vi que Iván se acercaba hacia mí con una maleta, como si recién hubiese llegado.

– ¿Estoy soñando? —le pregunté riendo.
Él me abrazó muy feliz —Los extrañé muchísimo. Hoy es un día muy especial para mí. ¿Dónde está Zoe?
– Zoe va a flipar en colores cuando te vea —le dije emocionada—. ¿No te faltaban algunos meses para terminar tu trabajo?
Empezamos a caminar hacia el templo — Me di cuenta de que hay cosas más importantes que el trabajo.
– Te entiendo.
Nos paramos en la gigantesca puerta y miramos hacia adentro, y allí estaba Zoe, boquiabierta. Vino corriendo hacia Iván, y se lanzó a darle un fuerte abrazo.
– ¿Qué haces aquí? —preguntó feliz e impactada.
– Por dos motivos, y creo que ya sabes cuál es uno de ellos.
– ¿Y cuál es el otro? —preguntó.

Yo no entendía de qué motivos hablaba, pero definitivamente, Zoe era uno de esos dos. Pero, me preguntaba cuál sería el otro.

– Voy a ir entrando —les dije, para dejarles un momento a solas.
– ¡Espera! —gritó Zoe.
– Zoe y yo hablaremos después. Ahora, entremos.

Cuando entramos, vi que todos los hermanos estaban sentados, y Zoe e Iván también se sentaron. El pastor se paró en el púlpito y dijo mi nombre, así que yo, aun sin entender nada, fui a ver qué pasaba.

– Hoy seremos testigos de uno de lo momentos más importantes en la vida de nuestra hermana Vega, y nuestro hermano Max —expresó el pastor.

De repente, Max salió por la puerta que daba a la plataforma donde estaba el púlpito y los instrumentos, y me dio la mano para subir.

– ¿Dónde estabas? —pregunté, un poco confundida.
– Preparándolo todo —dijo, y agarró un micrófono mientras el pastor bajaba de la plataforma.
– ¿Qué? —pregunté sonriendo.
– Fue muy gracioso cómo nos conocimos. Al principio pensé que eras una amargada, pero luego descubrí que eres la persona más alegre del mundo, sólo que habías levantado una muralla para que ningún desconocido se atreviera a descubrir tu lado más sensible. También pensé que jamás sería capaz de enamorarte, pero esto nos superaba a ti y a mí, porque venía de Dios. Y hoy, después de más de dos años, estoy aquí, pensando en que esta será la decisión más importante de mi vida, después de seguir a Cristo. Entendí que tu corazón estaba escondido en Dios, y sólo tendría acceso a él aquella persona que tuviese la misma entrega y compromiso que tú. Dios hizo estrellas muy hermosas, galaxias inimaginables y creaciones maravillosas, pero ante mis ojos, tú eres la creación más hermosa del Señor, y hoy te pido, Vega Martínez, que me permitas seguir viajando por esta vida a tu lado, pero ya no más como tu novio, sino como tu esposo. ¿Te quieres casar conmigo?
Mis ojos estaban llenos de lágrimas y no podía contener la emoción — ¡Claro que sí! —grité fuertemente y abracé a Max, y todos los allí presentes comenzaron a aplaudir y a felicitarnos.

Una hora después, estábamos Max, Iván, Zoe y yo, sentados en nuestra cafetería preferida, conversando.

– Te dije que tu aparición repentina sería una gran sorpresa —le dijo Max a Iván.
– La mayor sorpresa se la llevó Vega —contestó Iván sonriendo—.
— Hoy fue un gran día. Casi no puedo guardar el secreto de la propuesta, pero lo logré —expresó Zoe, sonriendo.
– Estoy muy feliz de saber que me convertiré en tu esposa —le dije a Max, acariciando su mejilla.
– Dejemos a estos dos un rato. ¿Me acompañas? —le dijo Iván a Zoe.

Ella asintió y salieron de la cafetería.

– ¿Lindo día, no crees? —le preguntó Zoe a Iván.
– La otra razón eres tú, Zoe. De hecho, eras la primera y única, hasta que Max me contó lo de la propuesta.
Ella sonrió — Pero, ¿qué vamos a hacer? No podemos pretender que nada pasó.
– Lo sé. Te propongo comenzar desde donde nos quedamos.
– Creo que no es lo mejor. Yo te amo, pero tú te fuiste. Y sí, volviste por mí, pero creo que ahora no es el momento. Debemos esperar.
Él bajó la cabeza — Siento que llevo esperando la vida entera para volver a verte.
– Pero ya no tendrás que esperar más. Lo que digo es que, debemos orar, y ver cómo se desarrolla nuestra amistad en esta nueva etapa de nuestras vidas. Tú cambiaste, yo cambié, todos lo hicimos, pero si este es el amor que soporta y espera, el verdadero, seremos capaces de esperar y confiar.
– Tienes razón —le dijo Iván y le dio un abrazo.

Ese fue un gran día. Max y yo nos comprometimos, Iván regresó, y habían esperanzas de que él y Zoe retomaran la linda y pura relación que tenían, pero ciertamente, lo mejor era esperar. Y tanta fue la espera, que el tiempo se nos fue volando. Max y yo nos casamos tres meses después, y Zoe e Iván retomaron su relación cinco meses después de que nosotros nos casáramos.
Pasaron muchos, muchos años, veintiocho, de hecho. Iván y Zoe se casaron dos años después de retomar su relación. Max y yo tuvimos tres hermosos hijos, llamados: Salomé, Oliver y Cielo.
Nuestros amigos también tuvieron una hermosa descendencia, pero aun mayor. ¡Cinco hijos! ¿Acaso no es sorprendente? Zoe con cinco hijos, cuando parecía que ni ella podría cuidarse sola. Elías, Eliseo, Sara, Abigail y Pablo son mis hermosos sobrinos, mi familia.
Hace 30 años atrás creía que lo de casarse y tener hijos no era para mí, pero Dios me permitió conocer a Max, y lo sigo amando como la primera vez. Es ese amor que no caduca, no envejece ni se torna aburrido. Es como si cada día fuera el primer día, como si todavía tuviéramos veinte años. Jamás imaginé tener una familia tan linda y bendecida, y sólo se que fue posible porque Dios es lo primero y el todo de nosotros. Es lo más importante, y si lo tenemos a Él, hemos ganado lo más valioso de nuestras vidas. Aun así, Él decidió bendecirnos mucho más y darnos tres hijos maravillosos.
Estas son las crónicas de un amor que prevaleció porque venía de Dios, y prevalecerá hasta que la muerte nos separe.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro