[9] KALU
Lo que una ducha era capaz de hacer con el estado de ánimo de uno era algo que me sorprendía. Aún si se trataba de una bañera de madera, más bien tacho, en el que había que cargar el agua manualmente. Estar limpio y fresco, con ropa decente y oliendo a jabón... Era algo que definitivamente necesitaba.
Aproveché para ver la extensión de la maldición en el espejo de la habitación matrimonial de donde había sacado ropa. Mi brazo parecía carbón. Mi pecho y estómago, inclusive mi espalda... Todo era una capa de roca o escama negra, particularmente seca y áspera. También bastante dura.
Tomé el cuchillo de Aruni, la hoja era de un acero realmente resistente forjado en nuestro territorio. Podía cortar hasta armaduras draconianas. Traté de cortar parte de la piel negruzca de mi brazo, fue imposible. La costra continuaba en su lugar inamovible e impenetrable mientras que mi piel que aún estaba al descubierto comenzó a sangrar.
¿Qué ocurría si intentaba rebanar mi brazo? ¿Si intentaba apuñalarlo? ¿La costra seguiría intacta, como una coraza? ¿O era realmente posible de penetrar y dañarme?
No estaba seguro de querer hacer tales pruebas en busca de la veracidad. Al menos no aquí, no en este momento.
Hacía demasiado calor para remeras de manga larga. Preferí recurrir a una sin mangas, de un tono marrón sobrio y oscuro. Traté de limpiar lo más que pude mis botas y de conseguir un pantalón parecido al anterior. Me puse la armadura en su lugar nuevamente. Parecía como si mi brazo tuviera armadura propia viéndome frente al espejo.
Escuché a Isis cantar y chapotear. Sus canciones hablaban de guerra, muerte y sangre. No sé qué clase de padre enseñaría algo así a su propia hija. Lo que me ponía la piel de gallina era la última estrofa de una de ellas, hacía alusión a los sirenios invadiendo y matándonos a todos los draconianos.
Qué tan cierta sea esa canción no lo sabía, pero estaba seguro que no pudo haber llegado hasta los labios de una niña pequeña de manera fortuita.
Más lo pensaba, más mi cabeza dolía. De nada me servía pensar en sirenios extintos cuando de lo que me debía preocupar era de alimentarme bien para luchar contra caelios vivos. Vivos y tratando de resurgir. Sería algo que no permitiría.
Habían verduras y algo de carne. Traté de ingeniármelas para saber cómo cocinar todo sin provocar un incendio. Cuando había puesto la comida en la mesa, la casa entera desprendía el aroma de la comida. Mi estómago gruñó de deseo y desesperación.
Isis entró al comedor con prendas de vestir nuevas, eran de niño y le quedaban algo holgadas. Tuvo que atar sus pantalones con una soga y arremangarlos para poder caminar. Seguía usando sus mismas sandalias sucias.
El Zyrath parecía un animal nuevo, ahora se podía ver su pelaje. Era de color crema con manchas amarronadas. La punta de su cola era de color marrón oscuro.
La niña se sentó a la mesa mientras su nueva mascota limpia inspeccionaba cada rincón de la cabaña en busca de comida.
Al final, el cabello se Isis era tal cual el cobre. Ese electrizante rojo amarronado que relucía a la luz. Estaba demasiado enmarañado y largo, me pregunto si se lo habría peinado en algún momento de estas semanas pasadas.
— Tu cabello es un desastre — Dejé la observación fluir por el silencio cómodo de la habitación.
Ambos estábamos sumidos a la comida y bebida, teníamos hambre.
— Papá solía hacerme trenzas. No sé hacermelas.
— ¿Cuántos años tienes?
— Ocho, creo que estoy por cumplir nueve en unos meses — Se encogió de hombros.
Intentó agarrar el pan arrastrando su manga por la comida del plato en el proceso. Me acerqué a ella tomando sus brazos, arremangué los puños para que quedaran a medida y volví a mi comida.
Sus facciones tiernas y menudas gritaban que era una niña. Estaba demasiado flaca y era demasiado pequeña para su edad. Pero era fuerte.
Con aquella ropa, un corte de pelo... Se asemejaría bastante a un varón. De esa forma podría pasar más desapercibida entre forasteros. Pero ¿se dejaría cortar el pelo? No lo creía.
Recordé a Aruna de chica, haciendo un gran escándalo porque no quería que ni uno solo de sus cabellos dejase su cabeza. Sonreí por un pequeño instante.
Cuando terminamos de comer le ordené a Isis que tomara una pequeña mochila y la llenara con las cosas que quería llevarse.
Me dirigí al patio trasero, de donde el caballo de la familia parecía haber estado. Para mi suerte, había otro en un pequeño establo. Eso al fin eran buenas noticias. Observé el cielo, el sol estaba en lo alto. Mediodía. Si hacíamos buen tiempo tal vez podría llegar a Argana para el atardecer, no estaba muy seguro de las distancias.
Lo que me mantenía activo y enérgico era saber que cruzando el puente de Argana, me encontraría con Ventuna. De allí debía cruzar el pueblo hasta llegar a las montañas.
Yo también armé mi mochila, utilicé la bolsa llena de naranjas y la vacié. Verifiqué que tengamos agua, puse alguna que otra naranja, otras frutas y galletas. Observé un pequeño bolso colgado junto a la puerta, rebusqué en los bolsillos por cosas de valor. Nuevamente, en vez de draks, encontré caltios. Me los llevé de todas formas, poniéndolos junto a las piedras que había guardado con anterioridad. Estaba segurísimo que en Ventuna no usarían draks como forma de pago, no si Caeli estaba nuevamente en auge.
Renové mi capa por una limpia. La capucha me serviría para ocultar mi cabello y rostro, la capa para el brazo.
Isis volvió a mi con el Zyrath y una pequeña mochila a cuestas ¿Qué tanto había tomado que parecía reventar de cosas? Junto al bolso colgado, y donde ya había encontrado la capa, había una más pequeña. Hice que se la pusiera.
Marchamos hacia el establo y no pude evitar preguntarme si era una buena idea traerla conmigo. Tampoco me resultaba llamativo dejarla y no saber qué harían los caelios con una criatura draconiana.
Por ahora, esto era lo mejor.
La alcé para dejarla encima del caballo, el Zyrath subió hasta su regazo acomodándose como si estuviera listo para dormir todo el camino. Subí también dejándolos delante y marché hacia Argana.
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No sé usar photoshop, pero me puse a jugar un poquito y después de pelearme con el programa y ver muchos tutoriales en YouTube, ta taaaaaan...
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