Lily Evans junto al lago.
Foto tomada por James Potter.

-¡Deja de tomar fotos, James!- Lily se echó a reír cuando la cámara de su novio volvió a sonar para sacar la centésima fotografía del día. - Recién desperté, estoy horrenda...- El siguiente click la encontró con el pelo en la cara. Se cubrió el rostro para evitar otra fotografía.
- Pero necesito otra foto...- dijo él.-¿Una más?- negoció.- Vamos...- le hizo cosquillas y ella lo apartó con un empujón juguetón.
-¿Para qué quieres más fotos de todas maneras?- Ella devolvió su cabellera pelirroja a su lugar, antes de quitarle la cámara a James. Él no respondió. Era el último día de clases. Lily volvería a su hogar y estarían muy alejados el uno del otro.
- Es que...quiero...- se rascó la cabeza, avergonzado. Lily lo observó detenidamente. No le costó entender la reacción de James, ya sentía que lo conocía muy bien.
-¿Puedo tomar una foto tuya?- preguntó.- Podré llevármela a mi casa... y así no te extrañaré tanto...
Él se puso muy contento.
- Y después, tomémonos una foto juntos- pidió- Así, al menos en la foto estaremos juntos para siempre...