Capítulo XXII: Conflictos y dudas
En voz de Zack
El miedo y la razón no son muy compatibles, ya que la primera siempre tiende a eclipsar a la razón en esos momentos cuando el pensar tarda más que el actuar. Ante el peligro puede ser ventajoso, pero en otros momentos nos vuelve incapaces de contemplar por completo lo que está frente a nosotros. Terminamos actuando por medio de impulsos y al final perdemos toda facultar de pensar.
En el salón donde estábamos congregados, luego de las inquietantes revelaciones de Connor, el miedo danzaba entre nosotros con la ligereza del aire, como fina neblina que se escurría entre cada uno, influyendo en nuestras mentes y corazones. Inclusive yo sentía los efectos de él, haciendo que mi punto más débil tomara protagonismo.
—¿Nadie va a decir algo? —Jack rompió el silencio que se estaba volviendo insoportable y pesado—. ¿O es que acaso están dudando en ayudar a nuestro amigo?
—Tenemos que pensarlo, Jack. No es como las otras misiones, esa gente posee magias extrañas y son más poderosos que un Pilar —señaló Dante—. Tal vez muramos intentándolo.
—¿No fue igual cuando se llevaron a Tom? Éramos inexpertos, estábamos heridos e íbamos en contra del mismo reino. Pero nunca dudamos en ir a rescatar a un amigo por más fuerte que resultara ser el enemigo —tras la declaración de Jack, Dante no hizo más que guardar silencio. No podía discutir ante ese fuerte argumento.
—Jack, tienes toda la razón —intervine—. Pero recuerda que tenemos hijos ahora y nuestras decisiones no solo nos afectan a nosotros. También están nuestros estudiantes que son muy jóvenes y no sé si estén preparados para afrontar algo así. Yo quiero ir a rescatar a Connor, pero primero tengo que digerir todo lo que nos dijo —aseguré.
—Eso está bien. Y mientras tomamos una decisión de si ir o no, Connor en su encierro seguramente está pensando que sus amigos ya están creando una estrategia para rescatarlo —enfatizó con obvia molestia. Luego, salió de la habitación con rapidez y sin decir más nada.
—J-Jack, espera —Samuel fue tras él para intentar calmarlo.
Yo por mi parte solté un suspiro de frustración y puse mis manos en mi cabeza aun adolorida. Mis amigos no estaban muy diferentes a mí. Obviamente sabían que Jack tenía razón con lo que dijo, pero también tenía que comprender que éramos padres ahora y no podíamos tomar una decisión impulsiva. La situación era desagradable para todos.
—Será mejor pensarlo en lo que queda del día y mañana temprano tomaremos una decisión. Intentaré hablar con Jack para calmarlo un poco —sin más di por finalizada la reunión.
—Lo siento, Zack. No pensé que Jack se pusiera así con lo que dije —dijo Dante, una vez que comenzamos a salir del salón—. Pero tiene razón. Cuando se llevaron a Tom, ninguno de ustedes dudó en ir a rescatarlo. Me siento terrible por haber dudado en ir por Connor.
—Dante, es normal. Tienes dos hijos y las cosas ahora son distintas para todos. Yo no voy a abandonar a Connor, pero primero tengo que poner mis ideas en orden para poder crear una estrategia —expuse—. Y si crees que no puedes ir por los riesgos, yo no te voy a juzgar y tampoco dejare que alguien más lo haga.
Él asintió levemente. Luego de eso salió del lugar, dejándome solo con mi chico.
—Deberías descansar. Recuerda que aun no te has curado, esa herida puede volver a sangrar —advirtió mi querido compañero. No podía tener más razón, necesitaba poner mis ideas en orden y digerir todo lo que dijo Connor de su pasado y el de mi padre.
—Dime lo que piensas acerca de todo esto —le pedí.
—Es una misión muy peligrosa. Los enemigos a los que nos enfrentaremos han entrenado por décadas y sus poderes casi rozan lo divino. No hay ninguna garantía de éxito sin que alguno muera —expuso todos los puntos negativos de esa misión. Justo cuando pensaba que esa era su opinión, continúo hablando—. Pero, hace casi cinco años ustedes se enfrentaron a gente con grandes poderes y que los superaban en la experiencia en combate. No solo se rebelaron en contra de toda una nación, sino que lograron vencer y exponer la verdad. Yo tengo muchas dudas, no lo negaré. Pero creo que debemos crear un plan para atacar ese sitio y recuperar a nuestro amigo. Si lo abandonamos allí a su suerte, ¿cómo seremos capaces de mirar a los ojos a nuestro hijo?
Esa última frase me dejó sin aliento. Realmente necesitaba escuchar algo así, que me hiciera estremecer. Y no había nadie mejor que Darrell para eso.
—Gracias —deposité un beso en sus suaves labios.
—Además, siempre estaré contigo. No dejaré que nadie te toque un solo cabello —aseveró lleno de convicción.
—Eso está bien. Por eso te amo —pude notar un ligero sonrojo que intentó disimular dándome muchos besos en la cara.
—Zack —Gasper entró en la sala, con un semblante serio y distante—. Quiero decirte que yo si iré a ese templo. No me importa si los demás no quieren.
—Está bien, Gasper. Te agradezco mucho —le dije—. De todas formas mañana hablaremos del rescate con la mente más serena.
—No, no te confundas. Yo no voy a rescatar a Connor, por su culpa Danna está muerta —aseveró con un tono que desconocí en él—. Voy a matar al desgraciado que me arrebató al amor de mi vida.
—Gasper…
—No quiero que se forme una idea equivocada. Culpo a Connor o como se llame realmente por la muerte de Danna. Si hubiese hablado, ella estaría con nosotros. Pero no, prefirió creerse un todopoderoso y pensar que tenía la situación bajo control.
—Lo hizo porque pensó que así evitaría que alguno muriera. Él no tenía la intención de que Danna fuera asesinada. Los culpables fueron esos cobardes que atacaron sin aviso.
—¿Sin aviso? Zack, Connor sabía que vendrían. Hubiésemos ideado algún plan y salvar la vida de Danna —aseguró tajante—. Ya sabes mi posición respecto a esto. Entrenaré yo solo para no interferir en cualquier estrategia de rescate que se les pueda ocurrir. Mi intención será matar a ese hombre, y lo haré aunque sea lo último que haga.
Luego de eso, salió de la sala de la misma forma que entró; cada vez más alejado y frío. Miré a mi compañero sin saber cómo reaccionar a eso. Jamás había ocurrido algo así entre nosotros. Nuestras peleas siempre eran sobre quien preparaba una mejor salsa o por alguna broma pesada de Samuel. Sentía que la presión de ser líder y amigo de todos ellos me estaba sobrepasando. No tenía forma de lidiar con el resentimiento creciente de Gasper hacia Connor. Tampoco podía obligar a Dante a aventurarse a una misión casi suicida sin saber si volvería a ver a sus hijos, ni mucho menos permitir que Jack le restriegue en su cara lo que hicimos por Tom hace casi cinco años. De un momento a otro nuestra invaluable amistad terminó hecha pedazos. Solo quedaban los trozos afilados dejados por el resentimiento, el temor, la confusión y el dolor.
—Esto se está complicando mucho.
—Sí —dije con tristeza—. Espero que esta tormenta que cae encima de nuestras cabezas acabe pronto. No soporto ver a mis amigos así de divididos. No está bien, teniendo en cuenta todo lo que hemos vivido.
—Tranquilo, esto se resolverá —aseveró. Aunque en ese momento sus palabras no eran más que palabras carentes de certeza. Solo servían para mostrar su apoyo y falsamente brindarme una efímera tranquilidad— La muerte de Danna, el secuestro de Connor y todo lo que dijo en su mensaje nos ha alterado a todos. Solo se han dejado llevar por el shock.
—Ojalá. No quisiera que después que toda esta pesadilla se resuelva, mis amigos se vayan lejos. Los quiero mucho, no sé qué haría si se llegasen a marchar por culpa de esta cadena de odio y dolor.
—Eso no pasará. No gastes tu energía pensando en esas cosas. Mejor descansa, recuerda que tienes una herida y hay que cuidarla. Todo este estrés no te hace bien —recordó. Tenía razón, pensar en todo lo ocurrido me había hecho olvidar el dolor punzante en la herida.
Ambos nos encaminamos a nuestra habitación. Realmente ya no quería saber ni hablar más del asunto. El dolor que me había encargado de ignorar durante toda la reunión se estaba haciendo bastante incómodo. Tal vez los disgustos y las sorpresas eran los causantes de ello, por lo que ameritaba un descanso largo por el resto del día, tal como sujería Darrell.
Una vez dentro de mis aposentos, mi querido compañero me colocó con cuidado en mi cama y procedió a examinar mi herida. Dolió cuando retiró el vendaje, sin embargo me guardé el quejido para no preocuparlo más. Él hizo una muesca de incomodidad, no le gustaba verla y lo comprendía a la perfección. Yo tampoco estaría cómodo si viera sus heridas abiertas sin ser capaz de sanarlas.
—Creo que está bien —declaró, luego con cuidado de no lastimarme volvió a colocar la venda encima de la herida. Luego se acostó a mi lado, dándome su pecho como almohada y sus brazos de amable protección. A pesar de algo relajante, pude sentir que su corazón comenzó a latir un poco más rápido que antes—. Por cierto… me llegó una carta de papá. Parece que se ha enterado de todo lo que ocurrió en Avior y también aquí. Y le dijeron lo que pasó en la casa Spiegel. No creo que esté muy feliz y llegará muy pronto.
—¿Por qué no me dijiste antes? —inquirí con sorpresa. Aun no me sentía listo para hablar con él, sobre todo referente a lo de Daniel.
—La carta me llegó antes de la reunión. Y como estabas ya estresado con lo de Connor, no quise agregarte más preocupaciones en ese momento —explicó.
—Bueno —solté un suspiro cansado. La verdad no quería que llegara ese momento, pues no sabía cómo explicarle todo. Sin embargo, tampoco podía ocultarle que tenía un nieto, un heredero para Darrell, tal como anhelaba desde hacía mucho tiempo—. Hay que pensar en lo que le vamos a decir.
—Supongo que la verdad es lo mejor. Aunque sea extraña y difícil de creer —aseguró.
—Pues sí. Tal vez no sea tan raro como decirle que salió de mí, pero igual será extraño explicarle todo —ambos reímos, aunque yo con menos intensidad por el dolor de mi herida—. Al final creo que se pondrá feliz. Después de todo, ha querido un nieto desde hace mucho tiempo. No habrá nacido de forma tradicional, pero innegablemente es nuestro hijo. Tiene tus bellos ojos castaños.
—Y tú hermoso cabello blanco —agregó—. Se parece mucho más a ti que a mí.
—¿Tú crees? —pregunté incrédulo—. A mí se me hace muy parecido a ti cuando eras niño. Tal vez cuando crezca más, va a adquirir más rasgos tuyos.
Continuamos hablado de nuestro hijo por un largo rato. No estaba seguro si Darrell lo hacía a propósito o era simplemente sin intención; pero hablar de otra cosa que no fuera Connor, Danna o el Templo del mundo inerte me calmó un poco y el dolor en mi abdomen se atenuó. Se sentía bien olvidar por un segundo toda la tempestad que nos rodeaba, y tomarme ese breve instante para realzar aquella luz que me dio felicidad, y ahora mi único faro que daba tranquilidad y guía en mi paso por este mar en penumbra.
Hola a todos, disculpen mi total ausencia. He estado en un bloqueo total y no he avanzado mucho en la historia. Sin embargo, tampoco es el final y que aún me queda mucho por hacer.
Espero que les haya gustado este capítulo. Pueden dejarme sus dudas y sugerencia con confianza.
Sin más que decir, me despido. Nos leemos en la siguiente actualización.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro