Capítulo XV: Acto de paz
En voz de Zack
Luego de finalizada la reunión con el rey, me dirigí hacia mis compañeros y les expliqué la situación. Por suerte no hubo ninguna objeción con que Rebel estuviera presente en la ceremonia del día siguiente. Lo único que me preocupaba era el hecho de volver a estar cara a cara con su hermano mayor, después de haber traicionado a la facción.
El llamado Plan del Crepúsculo Negro consistía en el asesinato de León Alisios, cuando iba a hacer un acto público en la capital de la Región Este, Giardi, durante la celebración de la Feria de la Primavera. Planeaban crear varias distracciones para que el cuerpo de seguridad del rey momentáneamente se distrajera y así acabar con su vida. Rebel, como hermana de Noel, conocía todos los detalles del plan y al no estar de acuerdo con su hermano, informó al ejército y así evitó una crisis nacional. Aunque su acto solo enmarcó el hecho de ser hermana del terrorista más buscado del reino. Fue gracias al general que recibió la información del plan, que conocí a Rebel y la acepté en mi academia. Él sabía que sería infeliz viviendo donde solo era vista como la hermana traidora del terrorista Noel Báal, y no como la chica dulce y amable que en realidad era.
Pasar la noche dentro del castillo resultó ser más insoportable de lo que imaginaba. El aura del lugar me impedía conciliar el sueño, junto con el pensamiento de lo que iba a ocurrir al otro día. Ya estábamos avisados y sería relativamente sencillo aplacar a los insurgentes. Pero como Connor decía a veces, una predicción nunca debe ser tomada como certera, ya que siempre habrá una minúscula posibilidad de que el escenario menos probable sea el que ocurra. Lo único que podíamos hacer era llevar a esa probabilidad funesta lo más cercano a cero.
—Hoy es un día esplendido. El clima es perfecto, el atardecer hermoso y la gente aquí presente muy agradable —comenzó hablando el rey a todos los presentes.
Estaba en medio de un escenario, donde a su vez había una mesa con manteles blancos e iluminado por un bello candelabro de cristal azulado. En esa mesa estaba sentada la mano derecha del rey León y también esposa, Ariadna Arenas; una muy bella mujer de piel morena y cabello negro, proveniente del dominio Arenas de la región Oeste. Además estaba el señor Doroteo, como Comandante General y Ministro de Guerra. Por parte del reino de Gouveia estaba el príncipe de ese país, no sabía su nombre, pero era bastante joven. Su tono de piel era oscuro y casi no tenía cabello. Vestía con una túnica de colores vivaces y un pequeño sombrero sin alas de colores igual de vibrante. Junto a él estaba otro hombre, muy parecido a él, pero menos corpulento y sin un rastro de cabello.
Por lo que sabía de Gouveia, era un reino muy distinto al nuestro. Se componía en clanes, no en regiones como la nuestra. Cada clan tenía su territorio autónomo y el rey, más que un gobernante era un mediador entre todos esos clanes. No existía derecho sanguíneo a gobernar, sino que con el descenso de un rey, todos los clanes presentaban candidatos para combatir entre ellos en distintas disciplinas, el ganador se convertía en el soberano de todo el reino. Era una pequeña nación, pero muy orgullosa y con raíces muy afianzadas en la magia ancestral.
—Como saben, estamos aquí para firmar algo más que un pacto, sino iniciar una relación amigable con nuestro vecino reino de Gouveia. Quiero darle la bienvenida al príncipe Gael Azid, del clan Azid e hijo segundo del rey Rashad Azid —todos inmediatamente comenzamos a aplaudir, mientras el mencionado se levantaba de su asiento y saludaba con cordialidad. León le hizo un gesto para que dijera unas palabras.
—Buenas tardes a todos. Es para mí un honor estar en este reino tan rebosante de magia. Por parte del rey les hago llegar sus respetos y agradecimiento por el fin de los conflictos entre nuestras naciones. A partir de hoy solo esperemos prosperidad y que los dioses rocíen su gracia en esta tierra —luego de sus palabras hubo otra ola de aplausos. A pesar de tener un aspecto imponente, su aura generaba cierta calma y cordialidad. Parecía humilde y sencillo, nada arrogante ni mucho menos vanidoso.
El señor León continuó hablando como preámbulo a la firma del tratado de paz. Yo lancé una rápida mirada hacia mis estudiantes y compañeros. Cada uno estaba posicionado entre la gente, comportándose como invitados más y atentos ante cualquier signo extraño. Olivia estaba coordinando con los pocos guardias que estaban dentro del salón y Lumière se paseaba de un lado a otro, también atento ante cualquier peligro inminente. Todo parecía muy tranquilo, demasiado diría yo. Se sentía como esa tensa calma antes de una tormenta que sabíamos que ocurriría, pero no cuándo ni cómo.
—Cualquier persona pensaría que nada ocurriría —una voz femenina habló a un lado de mi.
—Así es. De no ser por tus visiones, la facción del antiguo rey nos tomaría por sorpresa —le dije. Ella asintió—. Sabes, tengo un amigo que es capaz de ver el futuro con su magia, o más bien los posibles futuros.
—El usuario de Magia de Tiempo, ¿verdad? —asentí, ya no me sorprendía que lo supiese—. Mis visiones futuras casi siempre son correctas, solo llegan a cambiar cuando las decisiones de quien aparece en ellas cambian repentinamente, afectando el futuro y el resultado. Como pasa con mi visión de lo que va a ocurrir hoy; han habido muchos cambios en el escenario debido a nuestras decisiones. El único hecho invariable ha sido el ataque.
—Entonces la Facción igual atacará a pesar de nuestra antelación de lo que va a ocurrir. Realmente son unos obstinados —aseveré—. Oh, ya firmaron el pacto.
Me di cuenta gracias a los aplausos de la gente y que el rey y el príncipe se estaban dando la mano. Justo cuando el rey León alzó una copa para iniciar la celebración sentí una mano aferrarse a mi túnica. Los ojos de Avrora estaban perdidos en un resplandor turquesa y era como si su consciencia no estuviese conmigo.
—Ya va a iniciar —dijo, un segundo después un poderoso estruendo sacudió el lugar.
Rápidamente los guardias se aproximaron a crear una barrera mágica alrededor de los monarcas. Yo me aproximé hacia ellos para proteger también al rey, mientras que mis compañeros guiaban a los invitados fuera del salón, tal como habíamos ya planeado. Hubo un segundo estruendo, pero mucho más poderoso que el anterior. En este, se sintió una onda magia inmensa, luego una pared del salón fue arrancada completamente por un torbellino inmensamente poderoso.
—Prepárense para el ataque. Tienen permiso de emplear fuerza letal contra los insurgentes. La prioridad mayor es proteger al rey y el representante del reino de Gouveia —ordenó la líder de la guardia real, mientras desenvainaba un sable dorado que emitía un poder peculiar.
—Crearé un portal espacial para llevarlos fuera de aquí —le dije, a lo que ella asintió. Pero justo cuando iba a abrir el portal, una onda mágica impidió que hiciera mi cometido. Tal parecía que la facción estaba utilizando un artefacto para inutilizar la magia espacial—. Maldición… ¡No puedo usar Magia de Espacio…!
De repente unas inmensas rocas se abalanzaron hacia mí. Eran tales que si llegaban a golpear la barrera que protegía al rey, lo destruiría como una pieza de cristal. Lo peor era que yo estaba en medio y no me daba tiempo de activar un hechizo para evitar ser aplastado por esas rocas.
—Magia de Anulación: Veto a todo —la mujer se interpuso velozmente entre las rocas y yo. Luego, con el tronar de sus dedos, la roca se iluminó de morado y se fragmentó en miles de partículas luminosas, que flotaron etéreas por todo el lugar. Era como estar entre un enjambre de luciérnagas, todas encendidas al mismo tiempo—. Esto no será sencillo.
—No, pero tampoco lo será para ellos —pasé las páginas de mi grimorio y activé varios hechizos para combinarlos—. Magia de Combinación: Torre de Babel.
El suelo bajo mis pies tembló con fuerza, a medida que un cilindro de roca se erguía para interponerse entre los terroristas y la barrera protectora del rey. En los niveles de la torre se abrieron varias compuertas donde se asomaban cañones listos para lanzar ataques de múltiples elementos. Encima de esa fortaleza impenetrable estaba yo, preparado para defender y atacar.
Rápidamente busqué a mis compañeros con la mirada. Logré localizar a Rebel, quien con su viento creaba un túnel por donde la gente escapaba sin peligro. Gasper reforzó la barrera que protegía a León Alisios y los invitados extranjeros con brújulas mágicas, al igual que mi Torre de Babel. Samuel le hacía frente a los insurgentes que estaban ingresando por el agujero inmenso de la pared. El único que no pude localizar fue a Logan. No lo podía ver por ningún lado y me generaba mucha preocupación. Él era mi responsabilidad y también tenía que protegerlo.
—Veo que estaban preparados para nuestra llegada —entre un vórtice de viento ominoso y violento apareció el líder de toda esa locura.
El hombre a quien una vez llamaron Vendaval estaba allí, con su ceño fruncido y manos cruzadas en un gesto retador y poderoso. Nos miró con desprecio a cada uno, hasta que vio a su hermana que sus ojos se llenaron de rabia y locura. Noel se impulsó con mucha velocidad hacia mi estudiante, en un acto frenético y carente de prudencia. Pude ver en su expresión sus deseos de acabar con su vida.
—¡Rebel! —rápidamente guié los cañones hacia el hombre. Sin dudarlo ni un segundo lancé ataques de fuego, rayos y agua. No había forma que esquivara mis proyectiles, o eso creía.
—Magia de Viento: Zona hélix —invocó él, luego una esfera de viento lo rodeó. Mis ataques se desvanecieron ante el contacto con la barrera de Noel. Lo peor era que su hechizo terminó envolviendo a Rebel también.
—¡Aléjate de ella! —le grité. Luego aparecí en un destello de luz enfrente de la barrera de viento. No me atrevía a tocarla, puesto que podía perder una extremidad lo hacía. Solo había un hechizo que podía deshacerlo, o mejor dicho desgastarlo—. Magia de Copia: Mundo en decadencia.
A diferencia de aquella vez, en mi combate con Leopoldo, apenas y dejé que una parte del poder de corrosión brotara de mí. Fue muy difícil controlar un hechizo de ese calibre y modificarlo para que solo afectara un área pequeña. Por suerte sabía que sería suficiente para suprimir su Zona hélix.
Como esperaba, la barrera se desvaneció por acción del desgaste, tal como esperaba. Sin embargo, un fuerte dolor punzante en mi espalda baja me tomó totalmente desprevenido. No era Noel Báal ni tampoco otro miembro de la Facción. Al girar mi cabeza hacia atrás para ver el rostro del traidor, me encontré con la mirada complacida de Olivia Long y su espada clavada en un costado de mi espalda.
—Eres realmente impulsivo, Noel —dijo ella, dirigiéndose al hermano de Rebel—. Sabes que no eres rival para el Arlequín de la copia. Gracias por lanzar mi plan a la basura, idiota.
—No tenías que intervenir, Olivia. Además, el plan no ha cambiado mucho —dijo él, con cierta molestia en su tono de voz.
—El plan era que crearas la distracción para que yo llevara a León Alisios lejos y luego yo me encargaría de eliminarlo a él y a los enviados de Gouveia. Pero no, siempre tienes que ir por tu cuenta…
—M-ma… Magi… —me estaba sintiendo cada vez más débil. Mi poder mágico parecía ser drenado por la herida. Tal vez no era mortal, pero si seguía así, ellos si me matarían. Con la visión de mi amado y mi hijo reuní todas las fuerzas que tenía y activé un hechizo—. M-Magia de Copia: Ideal Closer.
Un gran cubo azul translúcido nos rodeó a todos, incluyendo a mis compañeros que corrían en mi ayuda. Lo único que podía hacer en esas circunstancias era aprisionar a los traidores y criminales, dándole la oportunidad al rey que escapaba. Mientras tuviera magia, el hechizo de Magia de Cerradura copiado de mi hijo los mantendría en jaque y sabía que con mis compañeros venceríamos.
—Maldito, se supone que mi espada debería debilitar tu poder mágico —siseó ella con molestia. Luego, de un solo golpe sacó su espada de mi interior. Terminé en el suelo, de rodillas y a merced de esos dos—. Pero no importa, mi Magia de Anulación desaparecerá esta tonta barrera en un segundo.
—N-no te dejaré hacerlo —moví las páginas de mi grimorio, pero justo cuando iba a activarlo, sentí una fuerte patada en el costado donde tenía la herida. Fue bastante fuerte y doloroso. Mi estudiante gritó mi nombre, mientras terminaba cayendo en los pies de mis amigos.
Estos me miraron absortos. Pude sentir como la furia de Samuel crecía y crecía al igual que su oscuridad. Gasper puso un trozo de tela en mi herida e hizo presión para detener el sangrado. Con su ayuda me volví a levantar, a pesar del dolor que me causaba.
—D-deténganlos —les pedí con tono lastimero y entrecortado—. N-no permitan que deshagan esta barrera y maten al rey. Y salven a Rebel…
Justo después de decir ese nombre, todo mi cuerpo perdió energía y volví a caer al suelo. Apenas y podía mantenerme consciente ya que el hechizo de cerradura estaba consumiendo más poder del que tenía previsto. La herida solo empeoraba la situación y tampoco podía disponer de mi reserva de magia, ya que el collar se desintegró cuando Daniel apareció de él. La situación empeoraba a casa segundo.
Jojojojojo, aquí tienen el segundo capítulo que les prometí.
¿Que tal les pareció? ¿Les gustó?
Me encantaría saber sus opiniones. Les aviso que vienen muchas cosas interesantes. Así que estén pendientes con las actualizaciones.
No olviden darme una estrellita a este capítulo. Me harían la persona más feliz del mundo.
Nos leemos en la siguiente actualización.
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