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Capítulo XIX: Despedida en llamas

En voz de Zack


Antes de cualquier discusión o plan para rescatar a nuestro amigo, primero teníamos que despedir a nuestra amiga como era debido. Era doloroso y amargo repetir la misma experiencia dolorosa. Inclusive el manto níveo de la llovizna era muy parecido a cuando murieron Lilian y mi tío. También el hecho de haber sido secuestrado uno de los nuestros. La historia se repetía, como si el destino no hubiese quedado satisfecho con la anterior tragedia.
En esta ocasión quien más se lamentaba era Gasper. Su dolor era mucho más fuerte y profundo, ya que no solo había perdido a una amiga de años, sino que también al amor de su vida. A diferencia de la última vez, él no tenía esperanza de volverla a ver. En cambio, se tenía que conformar con visitar a una lapida sin esencia, con el nombre de Danna escrito en ella.
—Zack, ¿no fue suficiente dolor con la última vez? —dijo mi amigo castaño, con semblante oscurecido por la tristeza y el dolor—. ¿Qué hicimos para merecer tanto mal?
—Nada, mi amigo. Esto que pasó no lo merecemos —le aseguré. Luego me coloqué a su lado, justo enfrente de la tumba de Danna. Vi que sostenía en su mano un mechón de cabello, sostenido por una cuerda y unido a un collar. Tenía el poder mágico de Danna acumulado durante mucho tiempo, desde aquella vez que azotados por la tragedia decidimos vengarnos del mundo.
—Sabes, a ella seguramente no le hubiese gustado que su funeral estuviese así —no comprendí sus palabras en un principio. De repente sacó el arma que Danna usaba y la apuntó al cielo. El poder del mechón de pelo era drenado hacia el arma y ésta disparó una bola de fuego que explotó con fuerza al llegar a una altura considerable. Fue entonces que comprendí lo que quiso decir.
—Tienes razón —lancé una mirada hacia atrás, mirando a todos mis amigos para que nos acompañaran en el acto de despedida que a Danna le hubiese gustado, llena de estruendo y fuego—. Magia de Copia: Combo de explosiones.
Yo también lancé bolas de fuego al aire, al igual que Gasper. Mi querido Darrell, que estaba a unos pasos detrás de nosotros, invocó a la espada Laevateinn que usó para expulsar cristales de hielo y llamaradas de fuego al cielo. Jack, utilizando pintura de su paleta, creó aves de fuego que volaban con rapidez hacia arriba, y Samuel lanzó esferas oscuras que estallaban como pirotecnia. Tom envió relámpagos estruendosos al cielo, mientras que los velos de Dante se quemaban al contacto de nuestros poderes en el aire, desintegrándolos a partículas incandescentes. Mi hermano lanzó sus flechas mágicas que provocaban un hermoso efecto de luces azules y los chicos también hacían lo propio con sus magias.
Por un momento todos comprendimos el gusto de nuestra amiga por ver y causar explosiones. El ruido y el resplandor nos hacían olvidar el dolor, nos quitaba las ganas de llorar e incluso daba la sensación que ella estaba allí con nosotros, riendo complacida por el escándalo que estábamos causando. Pero su figura entre nosotros no era más que una ilusión causada por la pirotecnia. Una vez que el ruido cesó y el humo se ciñó sobre nosotros, la presencia que sentíamos desapareció.
Mi amigo permaneció con el arma apuntando al cielo durante un momento. Su respiración era agitada y podía verse como temblaba. Luego se abrazó a sí mismo y se colocó en posición fetal al borde de la tumba salpicada por la llovizna. Inmediatamente sentí un nudo en la garganta y una punzada en el pecho. No sabía que me afectaba más, si la muerte de mi amiga o ver la agonía de Gasper.
—¿Pueden dejarme solo? —pidió en un susurro.
—Está bien, tómate todo el tiempo que quieras —le dije, mientras acariciaba su hombro. Luego me giré mi tomé el brazo de Darrell y nos encaminamos hacia la academia.
La tumba de Danna estaba junto a las de mi tío y Lilian. A través de una ventana de la sala común se alcanzaba a ver las lápidas, por lo que cada cierto rato me asomaba para ver a mi amigo en la misma posición bajo la lluvia.
—Deberías dejar de mirar tanto. Será más doloroso para ti —aconsejó mi amado compañero. Tenía razón, cada vez que miraba esa dolorosa imagen, mi corazón se encogía aun más.
—No lo puedo evitar. Me duele verlo así —le dije—. También necesitamos recuperar a Connor, no sabemos lo que le pueden estar haciendo en este momento. Me siento igual como aquella vez que Semion Spiegel secuestró a Tom y mató a Lilian y a mi tío.
El rápidamente me abrazó, dándome el consuelo de su pecho y el calor para calmar mi dolor.
—Recuerda que puedes contar conmigo, con nuestro hijo, con Elijah, tus amigos y estudiantes. Todos estamos para ti y también para Gasper.
—Gracias, mi amor. Voy a ver a Daniel, con todo esto casi no hemos hablado —le dije, luego caminé hacia el segundo piso donde estaban los niños, acompañados por Max y Amy.
Durante un momento, cuando vi aquella visión desgarradora, temí por la seguridad de mi hijo. Tan solo pensar que le hubiese ocurrido algo me daba nauseas y escalofríos.
—Hola, con permiso —abrí la puerta de la habitación donde todos se encontraban. Mis estudiantes estaban entreteniendo a los niños, tal y como habían dicho que harían—. Pueden tomar un descanso si quieren, chicos. Yo me quedaré con ellos un rato.
—No hay problema, son niños muy tranquilos —aseguró Amy.
—Yo solo voy a buscar un poco de agua. Ya vuelvo —Max sí abandonó el salón.
—¿Cómo está mi niño increíble? —acaricié la cabeza de mi hijo, quien al acercarme a él se aproximó hasta mi.
—Bien. Le enseño a Trent y a Jared como usar sus magias —dijo con orgullo. Miré a los mencionados, con todo lo que había estado pasando, no me había tomado el tiempo de interactuar con ellos.
—Hola, ¿Quién es Trent y quien es Jared? —me senté frente a los chicos. Estos se miraron entre si y tímidamente señalaron cual era cual. Con un poco de esfuerzo lograría identificarlos sin problema. Por ahora me tendría que fijar en sus grimorios para diferenciarlos—. Es un gusto conocerlos. Yo soy Zack, pueden llamarme tío Zack si quieren.
—Tío Zack —repitió el que tenía un grimorio cuadriculado.
—Deberían mostrarles sus magias al tío Zack. Estoy segura que le gustará verlas —les sugirió la chica rubia.
Los hermanos asintieron y a la par sacaron sus grimorios. Aun cuando mi hijo también poseía el suyo, no me dejaba de sorprender el hecho de ser niños poseyendo grimorios como adultos.
Jared agitó unas pocas páginas de su grimorio y una vez preparado, envió su poder hacia una figura de papel que estaba sobre el suelo. Ésta fue aplastada de repente, como si alguien invisible la hubiese pisado con el pie. Luego se elevó hasta llegar al techo y quedó allí inmóvil.
—Se llama Magia de Peso —dijo Amy cuando me vio analizando lo que acababa de pasar—. Tiene el poder de controlar el peso de las cosas, bien sea incrementándolo o disminuyéndolo. Es increíble.
—Es cierto, ¿y cuál es la tuya, Trent? —pregunté al otro gemelo.
Él hizo lo mismo que su hermano, pero a diferencia de la fuerza invisible que provocó Jared, un aura violeta se esparció por el salón una vez que Trent liberó su poder mágico. De su manga emergió una mano de bruma purpúrea que se dirigió hasta un florero en la ventana, donde reposaba una pequeña planta con sus hojas mirando al cielo, ansiando luz solar. La mano incorpórea simplemente acarició suavemente a la planta  e instantáneamente ésta se marchitó. Me recordó a la Magia de Veneno de Logan, pero ésta parecía tener algunas diferencias, ya que esa podredumbre pareció avanzar en la tierra e incluso hasta la propia maceta, ya que se fracturó y liberó un vapor morado que se desvaneció al instante.
—Es Magia de Miasma. Se parece a la Magia de Veneno, pero puede afectar a objetos inorgánicos como rocas y metal —explicó la chica—. Ambos son muy talentosos, al igual que Daniel. Me sorprende que sus magias sean tan raras y poderosas. Supongo que sus orígenes tienen mucho que ver.
—Es posible —le di la razón. Tanto mi hijo como mis nuevos sobrinos eran niños muy buenos. Estaba seguro que se volverían unos magos extraordinarios—. Me hubiese gustado que sus primeros recuerdos fuesen felices y que valieran la pena recordar. Pero en cambio, lo primero que surgirá cuando rememoren su pasado será esta tragedia que nos azota a todos.
—Es verdad —musitó la chica, luego guió a los chicos hacia una esquina de la habitación, lejos para que no vieran mis lágrimas de dolor—. Chicos, vamos a dibujar. Aprovechemos todas las pinturas que nos dio el tío Jack para hacer algo lindo.
Por suerte mi estudiante era lo bastante perceptiva como para guiar a los niños fuera de la conversación. Era bastante buena con ellos y parecía que estos también les agradaba mucho su presencia.
—Gracias —le dije, a lo que ella sonrió.
—No se preocupe, profe. Usted me ha estado conmigo cuando estaba pasándola mal. Ahora que estoy tomando el control de mi magia quisiera devolverle el favor de alguna forma. Sé que todo lo que ha hecho por mí no ha sido para cobrármelo luego, pero quiero hacerlo como forma de gratitud —expuso ella. Sinceramente sus palabras me llegaron al corazón, más en ese momento tan doloroso para todos nosotros.
De repente la puerta se abrió de golpe. Elijah parecía algo sobresaltado, lo que me preocupó.
—Zack, llegó una importante visita. Ven rápido —dijo sin dar más explicación.
Dejé a la chica a cargo de los niños, mientras que mi hermano y yo nos aproximamos hacia la planta baja de la academia. Al llegar, todos mis compañeros y el resto de estudiantes estaban congregados a un lado de la sala común. Gasper también estaba allí, mojado y con la mirada apagada. Además de ellos, estaban unas personalidades que no esperaba encontrarme. Ahora entendía la razón del sobresalto de mi hermano.
—Hola, capitán Zack —saludó el hombre educadamente. Junto al rey se encontraban Avrora y el capitán Zen, también el representante del reino de Gouveia junto a su guardián. Aparte de ellos, estaban varios miembros de la guardia real escoltando al rey—. Lamento mucho haber llegado sin anunciar, apenas me enteré de lo que sucedió decidí venir personalmente.
—N-no se preocupe, su majestad —le dije.
—Lamento mucho lo de tu colega. He dado la orden de buscar a los culpables de este hecho —aseguró el rey.
—No es necesario, majestad. Nosotros nos podemos encargar de esto —intervino Gasper. Realmente me sorprendió su acto, ya que se le veía muy decaído como para querer hablar al respecto. Aunque la verdad no dijo algo muy distinto a lo que yo iba a decir. Prefería que nosotros mismos nos encargáramos de este asunto—. Los que hicieron esto también se llevaron a uno de los nuestros. No nos podemos quedar esperando a que otros investiguen mientras él está raptado y sufriendo.
—Tienes razón, chico —le dijo—. En ese caso, oficialmente les doy la libertad de resolver este asunto y encontrar a los responsables de este acto en contra del reino. Contaran con ayuda financiera y el tiempo que deseen. Y si quieren apoyo militar o de otros escuadrones, no duden en pedirla.
—Darrell, también tienes permiso de ausentarte el tiempo que necesites del escuadrón. Sé que tienes una profunda relación con estos magos y que serás de ayuda en la búsqueda —habló el señor Zen. Mi novio le agradeció asintiéndole.
—Además de darles nuestro apoyo y condolencias, también venimos a agradecerles por lo que hicieron en la ceremonia. El príncipe Gael también quiere decirles unas palabras.
El mencionado se acercó hacia nosotros. Nos miró profundamente, escaneando a cada uno de pies a cabeza. Resultaba un poco intimidante ahora que lo tenía tan cerca.
—Sé que estas desgracias impiden contemplar el porvenir, pero tengan siempre presente que la noche es más oscura justo antes del amanecer —dijo el hombre, con esa misma aura que recordaba de la ceremonia—. Todos ustedes poseen un vínculo profundo e invaluable. Aprovéchense de ello y verán que sus poderes se elevaran más allá de lo que imaginan.
—Muchas gracias por sus palabras, príncipe Gael —le hice una ligera reverencia, mostrando respeto y agradecimiento por su gesto.
—Les agradezco que protegieran la vida de mi hermano Gael, señor Zack Navolger, señor Samuel Noir, señor Gasper Pyxis, señor Logan Pourpre y señorita Rebel Baal; mi padre y todo el reino de Gouveia está en deuda con ustedes —dijo el escolta del príncipe.
No sabía que también era príncipe, ya que se comportaba más como el guardián Gael que como hermano y también enviado de Gouveia. Éste era un poco más imponente y su tono de voz grave y solemne intimidaba. Sin embargo, también le agradecimos por su gesto.  Todos los mencionados hicimos una reverencia, aunque algo avergonzado por la forma que enunció nuestros nombres. Incluso Gasper, que parecía estar con la mente más calma, lo que era bueno para empezar a planear las estrategias en contra de los asesinos de Danna y secuestradores de Connor.
Una vez que los invitados cordiales se fueran, tendríamos una reunión urgente donde decidiríamos nuestro accionar a partir de ese día. Tal como aquella vez que nos arrebataron la alegría, volveríamos a luchar por recuperarla nuevamente. Por suerte el mundo no estaba en nuestra contra, al menos no es mundo que conocíamos hasta ese momento.




Segundo capítulo servido. Espero que les hayan gustado.
Les digo que se me hizo muy difícil escribir este capítulo, ya que quería darle sentimiento al asunto, y al final quién terminó con los ojos aguados fui yo. Cosas que pasan :'v.
Pueden dejarme sus comentarios, al menos como regalo de cumpleaños :3 ya que faltan solo 10 días para tener un año más. Ya voy sintiendo como me pudro :'v
Bueno, ya no digo más. Nos leemos en la siguiente actualización. Besos y abrazos.

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