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Capítulo II: Alumnos

En voz de Zack

—Qué bueno que volvieron ya. Estaba muy preocupado —nos recibió Elijah, quien se mostró enormemente aliviado al vernos llegar sanos y salvos.
—Estamos bien, Elijah —le aseguré, tratando de ignorar su mirada escaneándome desde la cabeza hasta los pies, buscando cualquier herida. Aun cuando fuese mayor, no dejaba de comportarse así. A veces era muy vergonzoso—. ¿Donde están los otros?
—Pues… Jack está en Ur, con Tom y Dante. Los tres están consiguiendo víveres para la casa. Samuel debe estar en el bosque. De repente se le ha metido en la cabeza que es un cazador ávido —cada vez sacaba una locura nueva. Antes de ser creerse un cazador, aseguraba tener un talento nato para el canto. Las serenatas nocturnas ni siquiera eran soportadas por aquel a la que eran dedicadas—. Rebel está con Danna en una misión que nos llegó hace un rato. No es nada complicado. Logan, Connor y yo somos los únicos dentro de la casa.
—Oh, por fin llegaron —el último mencionado apareció tras la explicación de mi hermano. Llevaba puesto un delantal cubierto con manchas de salsa y otros restos de comida. Parecía que era su turno de hacer la comida.
Mientras que el resto de nosotros claramente había crecido y cambiado ciertas facciones, él parecía invariable físicamente. Era exactamente igual a como lo conocí: un chico normal de diecisiete años.
—Estamos agotados, profe Connor. Y necesitamos comer —aseguró Max con tono lastimero.
Él era otro de mis estudiantes. Se trataba del hijo cuarto y último del duque Madhouse de la Región Noroeste. Su nombre completo era Maxwell, pero insistió mucho en no querer que lo llamaran así. Era un chico muy inteligente y también audaz con su magia. Su padre nos insistió en que lo acogiéramos como estudiante. Según el duque, sería una buena experiencia en su formación como mago. Además que con un poder como el suyo, era probable que se metiera en problemas si no tenía una educación acorde a su alto nivel de magia.
—Vaya, vaya. Pues aun la comida no está lista. Pueden darse una ducha y reposar un poco —les dijo.
El trió de jóvenes abandonó la sala y se dirigieron cada uno a sus aposentos.
—Miren lo que conseguimos —sin perder tiempo, Gasper sacó la balanza dorada para mostrarla con entusiasmo.
Mi hermano y el rubio lo miraron con interés. Sin embargo, luego de un par de segundos, Connor se palideció y mostró algo de sorpresa. No estaba seguro de la razón, pero tal vez la había visto antes. Después de todo, él era la persona más longeva del mundo, a pesar de su aspecto de jovencito. Así que debió haber visto muchas cosas increíbles en su larga trayectoria.
—¿Ya la habías visto antes? —le pregunté.
—S-si… ¿d-donde la encontraron? —su tono de voz era algo nervioso.
—Pues, se lo quitamos a un ladrón. Él la encontró en unas ruinas antiguas —explicó el castaño—. Esta balanza puede anular la magia que entre a un rango cercano al usuario. Es increíble.
—Él nunca abandonaría su balanza —musitó Connor seriamente, aunque parecía que hablaba consigo mismo. Luego pasó de estar serio a un gesto sonriente—. Es una herramienta muy poderosa, trátala con cuidado —le sugirió a Gasper.
Después de eso, caminó como si nada a la cocina. Aunque parecía algo abatido al ver el artefacto mágico. Tal vez se debía a que recordó algo poco agradable de su pasado.
—Tiene razón, cuidado con ella —le recalqué al castaño—. Voy a asearme y descansar. Estoy agotado.
Los demás asintieron. Yo proseguí a caminar a mi habitación. Sinceramente me sentía algo cansado y el día apenas estaba comenzando. Mientras lanzaba un bostezo, tropecé sin querer con uno de los chicos. Llevaba un gorro negro puesto, e intentaba cubrir su rostro con un pañuelo morado.
—Oh, lo siento, Logan —me disculpe—. ¿Cómo estás?
—Con algo de resfrió, pero nada grave —explicó él chico, mientras se sonaba la nariz con el pañuelo.
Logan Pourpre, con apenas diecisiete años ya había pasado por muchas cosas en la vida. Lo encontramos casualmente en una misión contra una mafia de ladrones y asesinos en Graum, la capital de la Región Sur. Esta pandilla nació durante las tenciones de la guerra de hace cuatro años. Aprovechándose de las secuelas dejadas por ésta, alcanzó mucho poder. Se hicieron llamar  Los cuervos risueños y eran reconocidos por usar túnicas negras con mangas blancas y un logo de dos alas negras en una de ellas.
A Logan lo obligaban a preparar venenos y drogas para usarlas en sus trabajos. Luego que quedó huérfano un pariente debía hacerse cargo de él, pero simplemente se deshizo de la responsabilidad vendiéndolo como esclavo a ese grupo de desalmados, que posteriormente se convirtieron en Los cuervos risueños.
Fue una suerte que lo encontramos en la casa donde se escondían. Lo mantenían encerrado en una mazmorra bajo la casa, con grilletes oxidados que restringía su movilidad. Apenas le daban comida y agua. Prácticamente estaba al borde del colapso cuando lo encontramos. Fue el último estudiante en haber sido acogido en la academia.
Con el paso de los meses, aprendió a confiar en nosotros. Fue difícil, puesto que durante mucho tiempo solo recibió insultos y maltratos por parte de la gente. Las cicatrices del maltrato prolongado estaban aun visibles en la piel pálida de su espalda, sobre sus brazos y también piernas. Aunque ya estaban totalmente sanadas, aun estaban allí, como un recordatorio perpetuo de lo nefasto del propio mundo.
—Oh, déjame sanarte —rápidamente saqué mi grimorio y busque un hechizo para curarlo—. Magia de Copia: Divine Grace.
Inmediatamente fue rodeado por una neblina dorada y resplandeciente. Era la Magia de Luz que copié de la señora Iris Leuchtend, aquella vez que nos enfrentamos a ella. Era un hechizo sanador muy potente, además que brindaba alivio al instante. En menos de veinte segundos, su semblante enfermizo desapareció por completo. Inclusive percibí un poco de tono en sus mejillas siempre pálidas e incoloras.
—G-gracias, profe Zack —me dijo con timidez. Yo simplemente le sonreí.
Con el paso del tiempo, me sentía muy bien atendiendo a esos chicos. No podía evitar pensar que mi padre y mi tío Evan se sintieron de la misma forma cuando acogieron en su tiempo a chicos desafortunados.
A pesar de dar bastante lata, también era divertido enseñar a estos chicos. Siempre ocurría algo nuevo con ellos. Pero por más problemáticos que fuesen, siempre terminaba agradeciéndole a los dioses por permitirme retribuir con hechos, lo bueno que me ha dado la vida en estos últimos años. Aun cuando me sienta perdido, alejado o simplemente ajeno al mundo, ellos me traen de regreso con sus risas, llantos, temores, sueños, alegrías y furias. No todo era bueno, pero lo importante es entender que las nubes grises también forman parte del horizonte.
—No hay problema. Siempre que necesites algo, puedes contar conmigo —le aseguré mientras le sonreía. Él asintió, mientras que yo continuaba con mi camino.
Al llegar a mi habitación, me metí a la ducha inmediatamente. Necesitaba con urgencia un baño relajante.
El agua tibia aliviaba la tensión en mis músculos y también se llevaba todo el cansancio que sentía. Una vez salido del baño, tenía la suficiente energía como para continuar el día perfectamente.
Aun con el cabello empapado, corrí velozmente a la cocina tras escuchar el llamado de Connor para ir a comer. El baño me había abierto el apetito.
—¡Oye, no me empujes! —escuché quejarse uno de los chicos. Por la voz supe que se trataba de Ruben, compitiendo con Max.
Ruben provenía de una familia de bajos recursos en la Región Noroeste, en el dominio del duque Neves. Su padre estaba incapacitado por una lesión mal curada y el único sostén de la casa era su madre. Debido a lo costoso de la educación en las academias de la ciudad, Ruben no tenía una buena educación y mucho menos alguien que lo adiestrara correctamente en el uso de su Magia de Nieve. Él por su propia iniciativa nos buscó a Elijah y a mí, cuando estábamos de visita en la ciudad donde vivía. Nos explicó su situación y su sueño de ser un Pilar y comandar su propio escuadrón.
—No peleen en la mesa —les dijo Connor, mientras les colocaba un plato a cada uno—. Zack, luego de comer ¿podríamos hablar de un asunto? —preguntó él, con un tono de voz temeroso y extraño en el.
—Claro. Pero no hay problema si me lo dices ahora —le aseguré. Él, con un gesto hacia los estudiantes, me dio a entender que era un asunto privado. Yo asentí.
—Profe Zack, ¿qué tal estuvimos en la misión? —indagó Max.
Ambosh lo hichieron muy bien —aseguré, luego de llevarme un bocado a la boca—. Por lo que me contó Gasper, no tuvieron problemas al enfrentarse con el enemigo. Lo único que les recomiendo es contenerse un poco y utilizar la astucia.
—¿Cómo así?
—Al estar en desventaja numérica, es mejor controlar la cantidad de magia que se utiliza. Si llegasen a quedar sin poder mágico en una situación así, estarían en graves problemas. La razón por la que los magos entrenan con armas, potencian sus cuerpos y mejoran sus habilidades de combate cuerpo a cuerpo, es porque con estas modalidades se gasta mucha menos magia que lanzando hechizos a diestra y siniestra —les expliqué.
El par escuchaba con mucha atención e interés.
—Pero usted lanza ataques a diestra y siniestra —dijo el pelinegro, vestido de negro y rojo—. Nunca lo he visto luchando cuerpo a cuerpo o con espadas o flechas.
—Tonto, eso es porque el profe Zack posee un poder mágico inmenso. Él no tiene esa preocupación de que se le termine la magia —le dijo Ruben.
—Por una parte es eso —le di créditos por su aseveración—. La otra se debe a que al no tener una afiliación mágica definida, usar una espada o luchar cuerpo a cuerpo basándome en un atributo es difícil para mí; ya que estas modalidades no emplean hechizos del grimorio sino que proviene directamente de la magia del usuario.
—Wow, usted sabe mucho de magia y combates —aseguró Max, a la vez que llevaba un bocado a la boca.
—Tiene que saber. Es el capitán de escuadrón más joven y gracias a él, el reino volvió a tener paz —aun cuando haya pasado unos años de eso, todavía había personas que lo rememoraban como si fuese algo reciente.
—Cierto. También venció al Pilar Hierro, considerado uno de los más fuertes entre los pilares —recordó el pelinegro.
—Y nunca se doblegó al poder del rey loco.
Al escucharlos hablar no pude evitar reír al imaginarme las cosas que se imaginaban. Tal vez pensaban que en esas historias, yo hinchaba mi pecho para afrontar con gallardía a mis enemigos.
—Todas esas hazañas fueron increíblemente difíciles de lograr. Es gracioso escuchar de ellas y que la gente piense que fueron increíbles. Para mí no fue muy increíble en ese momento, sino más aterrador. ¿Acaso se imaginan una lucha cuerpo a cuerpo con el capitán Zen? Un golpe y no quedaría más que un saco de huesos rotos.
—Solo pensarlo me da escalofríos —aseveró Ruben. Max y yo asentimos—. ¿Cómo logró derrotarlo?
—No manteniéndome en su rango de ataque. Cuando un enemigo te supere en fuerza y experiencia, lo mejor es mantenerse alejado y estudiar su estilo de combate. Una vez que se aprende los movimientos del contrincante, se puede crear una estrategia para vencerlo.
—Les recomiendo que escriban todo lo que dice. Es un estratega nato —Connor entró a la escena para retirar los platos de la mesa. El par de chicos asintieron—. Gasper está en su laboratorio con Amy, intentando crear un artefacto para ayudarla con su control mágico. Deberían ir a ayudar.
Ambos chicos asintieron a la sugerencia del rubio. Rápidamente se lavaron las manos y de la misma forma que ambos llegaron al comedor, se fueron corriendo uno junto al otro y empujándose mutuamente.
Estando ya solos, ya podríamos hablar tranquilamente. Estaba algo nervioso, cosa muy extraña en él.
—Bien, ¿sobre qué querías hablar? —lo incentivé a que comenzara.
—Esa balanza que trajeron, conocí a su portador original. A decir verdad, tu padre y Evan también lo conocieron. Pero antes de seguir continuando, necesito que hagas algo para mí.
—Claro, no hay ningún problema —aseguré—. ¿Qué quieres que haga?
—Un hechizo… para olvidar.
Realmente era un pedido extraño en todos los aspectos. No lo comprendía totalmente, solo acrecentaba aun más mi curiosidad




Segundo capítulo de esta historia. Como verán, primero voy poniendo en contexto todo iniciar lo bueno. Quiero saber que opinan del inicio de esta nueva parte de Crónica de los magos. Para mí es importante saber sus opiniones y comentarios. Me llena de alegría saber que hay gente que se toma el tiempo de leer esta historia que con amor y noches en vela hice.
Bueno, nos leemos en la siguiente actualización.

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