Capítulo XXXVIII: La verdad
Deseaba que la noche nunca terminara, más que todo, porque sabía lo que se me vendría encima con la llegada de un nuevo amanecer. Por más posiciones que me colocaba en mi cama, no podía encontrar el sueño. Mi mente estaba muy inquieta por mi encuentro con el señor Eugene. Y los temores se acrecentaban con el transcurrir de la etérea noche.
Antes de lo que hubiese querido, el día llegó. Ya no había nada más que hacer, solo prepararme para mi encuentro con el hombre que me dio un hogar.
Luego de arreglarme, baje rápido hacia la planta baja. Allí estaba mi hermano y Connor alistándose para irse a trabajar. Danna por su lado, acababa de llegar del suyo.
—¡Hola chicos! —les saludé.
—Hola Zack, ¿Te vas tan temprano? —preguntó Connor.
—Sí. Quedé con hablar con el señor Eugene antes de entrar a trabajar —les expliqué. Luego caí en cuenta que no les había contado lo ocurrido con el Señor Eugene.
—¿Cómo sabe que estas aquí? —indagó la chica.
—Oh, lo olvidé por completo. Me encontré con él durante la cit... la cena. Lo tuve que convencer de no decir nada con la condición de que hablaríamos hoy —les conté. Mi hermano se mostró preocupado.
—¿Estás seguro de eso? —preguntó él.
—Claro. El señor Eugene fue quien me cuidó todos estos años. Él no haría nada para lastimarme —aseguré. Pero mi hermano no parecía muy convencido—. Puedes acompañarme, si gustas.
El peliblanco asintió. Así que los tres nos encaminamos hacia el centro de Ipsy. Connor nos acompañaría una parte y luego se adelantaría al trabajo. Aun era temprano, así que íbamos caminando lentamente.
Al llegar a una encrucijada, Connor se despidió de mí y le aseguró a mi hermano que no cubriría el tiempo que hiciera falta. Pero le advirtió que no tardara tanto.
—Gracias por dejarme acompañarte —me dijo Elijah.
—Quiero que conozcas al señor Eugene. Y estoy seguro que a él le dará gusto conocerte —le dije—. Me entusiasma mucho hablar con él. Pero me da un poco de miedo la reacción que pudiera tener.
—¿Piensas contarle todo? —inquirió.
—Sí. No quisiera mentirle y aunque lo intentara, él se daría cuenta. Pero... me encantaría pedirte un favor.
Le expliqué mi pedido sin rodeos. Él pareció muy sorprendido, demasiado diría yo. Pero entendió mi explicación y aseguró que lo haría apenas le diera la orden.
Llegamos a la plaza central de Ipsy. Había mucha gente por todas partes, aun cuando todavía fuese temprano. A lo lejos vi a un hombre de espalda, mirando fijamente el gran reloj de arena de esa ciudad, que no era muy diferente a la de Nirvan.
Mi corazón se aceleraba más, a medida que me acercaba a él. Tomé la mano de mi hermano para que me brindara un poco de calma y también valor para decir lo que quería.
—Hola —le saludé. Inmediatamente se volteó al escuchar mi voz. El hombre me escaneó de pies a cabeza, también hizo lo mismo con mi hermano—. Él es mi hermano, Elijah.
El señor Eugene se mostró muy feliz cuando los presenté. Sonrió ampliamente y le dio la mano a mi hermano.
—Es un gusto conocerte. Ahora entiendo la razón del cabello blanco —dijo, luego se dirigió a mí—. Querías parecerte a tu hermano.
—El gusto es mío, señor. Estaba deseoso de conocer al hombre que cuido de mi hermano todos estos años. Por fin puedo tenerlo enfrente para darle las gracias por haberle dado un hogar a Zack —le dijo mi hermano—. Y el cabello blanco no es por moda. Es totalmente natural.
—Pero Zack no tenía el cabello así cuando se fue. Apenas y lo pude reconocer —aseguró.
En ese momento decidí tomar la palabra en la conversación—. Mi cabello cambió cuando descubrí mi magia. Resulta que en nuestra familia, el cabello se vuelve plateado cuando se adquiere el grimorio o se descubre el potencial —le expliqué.
—Pero... no tenías ningún hechizo. Todos pensábamos que no poseías atributo —el señor Eugene parecía algo confundido.
Le sonreí—. En el camino hacia la Región Suroeste mi tío Evan me mostró mi verdadero poder —le saqué mi grimorio y le mostré las páginas ocupadas por los hechizos.
—P-por los dioses —quedó totalmente anonadado. Sin previo aviso me abrazo fuertemente—. ¡Siempre supe que poseías algún talento!
—A-así es. Aunque en esos momentos no lo creía.
—Entonces, ¿qué magia posees?
—Se llama Magia de Copia —le dije—. Poseo el poder de copiar los hechizos de otros magos. Sin importar el atributo que posea.
—E-es... increíble.
—¿Puede sacar su grimorio para mostrarle? —le pedí. Él rápidamente hizo mi solicitud y me extendió su bello grimorio verde brillante con raíces marrones.
Inmediatamente lo toqué y tanto el suyo como el mío se iluminaron por un segundo. Luego agité las páginas hasta llegar a los hechizos de Magia de Árboles que había copiado. Embutí un hechizo sencillo con un poco de magia y de mi mano surgió una partícula de luz verde. Segundos después comenzó a brotar una pequeña planta.
Observé al señor Eugene. Estaba absorto por lo que sus ojos veían. No parecía creer que yo estuviese haciendo aquello.
—Me siento feliz que hayas descubierto tu potencial escondido. Algo en mi me decía que llegarías a ser alguien increíble —aseguró. Yo apenas escuche eso, mordí mi lengua.
—Bueno, yo no me llamaría así. Aun no le he contado la razón por la que estoy aquí y por qué le pedí que no dijera nada sobre mí.
En ese instante enserió su rostro.
—Parece ser algo bastante complicado —parecía que había captado algo.
—Hace unos meses mi tío murió —le dije. Él abrió los ojos por la sorpresa—. O mejor dicho, fue asesinado. Junto con su esposa, Lilian Belaqua.
—¡Q-que horrible! ¿Por qué no me escribiste?
—No tuve oportunidad de hacerlo. Mis amigos, Elijah y yo estuvimos vagando por ahí. Nuestra casa fue destruida y no teníamos nada. Con mucho esfuerzo logramos llegar hasta aquí y trabajando, pudimos reconstruir un poco nuestras vidas —le expliqué—. Pero hubo una razón que nos mantuvo unidos y centrados en llegar hasta aquí. Uno de mis amigos fue raptado por el asesino de mi tío y sabíamos que se encontraba cerca de aquí. Ideamos un plan por semanas con el fin de rescatarlo. Practicamos mucho, acumulamos poder mágico, aprendimos nuevos hechizos. Todo para ese momento —el señor Eugene comenzaba a entender hacia donde iba mi historia— Cuando llegó el día, terminamos los últimos detalles y atacamos el lugar donde estaba el asesino. Destruimos todo y me manché las manos con sangre. Pero todo fue en vano. Después de tanta destrucción, no pudimos dar con el paradero de nuestro amigo. Y en un momento de rabia y desesperación, el hombre que causó todo terminó muerto.
—No me digas que... —parecía que la simple idea de ello era insoportable para él.
—El asesino de mi tío y su esposa fue el Pilar Espejo, Semion Spiegel —dije finalmente—. Los que atacaron al Escuadrón Celeste y ahora llaman Legión del Arlequín, fuimos nosotros. Yo soy el arlequín que destruyó a un escuadrón especial del reino, junto con mis amigos.
—N-no puede ser... n-no es posible —parecía que estaba a punto de desmayarse. Su respuesta no fue para nada diferente a la que esperaba—. T-tu no pudiste hacer tal cosa.
—Si lo hice —le aseguré—. Supongo que ha escuchado que dos de los arlequines pueden usar cualquier elemento —el me miró con aun más desconcierto—. Uno de ellos soy yo, con mi Magia de Copia. El otro es uno de mis amigos, él usa Magia de Dibujos y puede reproducir cualquier atributo con pintura.
—P-por los dioses, Zack ¿en qué te has convertido?
—Gracias a Semion Spiegel me convertí en esto. Y no me voy a detener hasta recuperar a mi amigo.
—¿Y qué harás luego? Para este momento eres el enemigo número uno en la lista de los más buscados. Tu cabeza ya tiene precio y muchos están buscándote junto con tus amigos —observó a mi hermano con inquisición—. Se supone que eres su familia, ¿Cómo pudiste dejarlo que hiciera eso?
—No hubo otra alternativa. Ninguno de nosotros quiso llegar a esto, pero nos orillaron a hacerlo ¿Sabe que se siente que de un momento a otro toda su vida sea destruida? ¿Cree que alguno de nosotros aspiraba ser enemigos de este reino? No se imagina el mal que no ha hecho este sistema corrupto y fútil.
—Siempre hay otro camino. Pero escogieron el peor —aseguró—. De haber sabido que te convertirías en esto, nunca habría dejado que te fueses de mi casa.
—Pero ya no se puede regresar el tiempo. Al menos, no tanto —le dije. Él obviamente no entendió la referencia—. No me importa si tengo que enfrentarme a todo el ejército con tal de rescatar a mi amigo. Y no dudaré en mancharme las manos en el proceso, otra vez.
—Zack... no te reconozco —sus palabras me dolían. Pero las esperaba y era mejor así—. No sé qué hacer ahora. Desearía que te entregaras ahora mismo. Usaría todas mis influencias para que no fueses juzgado tan severamente.
—Ya no hay marcha atrás. Me encantaría que me apoyase, pero eso comprometería su lealtad hacia este reino. Y no sería justo para usted.
—Zack... por favor. No hagas más locuras —suplicó.
Mi hermano me miró, deseoso de hacer mi petición. Pero aun no era el momento.
—Ya no hay marcha atrás —aseguré—. No quería mentirle a usted. Por eso vine y le conté todo esto. Nadie más sabe nuestra verdad, solo nosotros mismos.
Puse mis manos sobre sus hombros, luego me acerqué y lo abracé. Quería llorar con él, pero mis lágrimas no tenían intenciones de salir. Así que solo me limité a estar allí, sintiendo los sollozos del hombre.
—Créame, me hubiese encantado que fuese todo diferente —me aparté de él. Luego con un gesto de mi mano, le di la señal a mi hermano—. Y ahora que le he contado la verdad, puede olvidar.
El me miró confundido. Luego me aparté del camino para que mi hermano hiciera lo suyo.
—Magia de Memorias: Anulación de tormentos —pronunció Elijah, al mismo tiempo que disparaba una flecha mágica hacia la cabeza del señor Eugene.
Apenas impactó el objetivo. El hombre quedó inmóvil y con la mirada perdida. Aproveché ese momento para irme de ese lugar junto con mi hermano. Iba a transcurrir un par de minutos hasta que ese estado de trance terminara.
A lo lejos le miré por última vez. Ahora mis lágrimas sí querían salir. Realmente hubiese deseado que fuese todo diferente. Pero no podía dejarlo con el conocimiento que le dije, carcomiéndole el corazón y la mente. Lo mejor era que se olvidara de lo que acababa de decirle y también sobre nuestro encuentro en el baño del restaurante. Para él sería como si nunca nos hubiésemos encontrado.
—¿Olvidará lo que le dije? —le pregunté a Elijah.
—Sí. Solo lo referente a esta conversación y al encuentro de ayer. No te preocupes. Nada más sentirá que tuvo una laguna mental y pensará que solo salió a caminar —aseguró—. ¿Por qué le contaste todo y luego me hiciste borrarle los recuerdos?
—Ya tengo mucho atormentando mi conciencia. No creo soportar la culpa de haberle mentido. Y viste como reaccionó con lo que le dije, estaba seguro que enloquecería si lo dejaba conservar ese conocimiento.
—Comprendo. Prácticamente lograste decirle la verdad y a la vez no dejarlo preocupado sabiendo sobre nuestros movimientos en contra del reino.
—Sí. Me siento un poco aliviado sabiendo que no andará por ahí, con la mente destruida y nosotros en riesgo de ser descubiertos. Y también por el hecho que pude decirle todo lo que nos pasó.
Era una sensación dulceamarga en muchos aspectos. Pero hubiese sido peor si no lo hacía así. Tenía que secar mis lágrimas y mirar hacia al frente. No podía flaquear ahora que sabía cuál sería mi próximo objetivo y tampoco tenía que dejar cabos suelto por ahí. Ya había cometido la osadía de aceptar la cercanía de Ashton y en el fondo de mi corazón, estaba seguro que eso me iba a perjudicar en el futuro. Ya no había espacio para más errores.
Buenas,buenas little readers, aquí está este capítulo súper emocionante (al menos paramí lo fue) espero que lo hayan disfrutado. Me gustaría leer sus cometarios yopiniones. También sus amorosos votos si creen que me lo merezco.
Nos vemos en el próximo capítulo.
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