Capítulo XXX: El camino de la venganza
Tiempo atrás, cuando aún era ingenuo acerca de la vida, pensaba en la venganza como un mal perpetuo, cuyo camino espinoso nunca tenía otro final más que una muerte triste. Imaginaba a aquellos que buscaban cumplir venganza, como pobres almas que transitaban una vía que solo los llevaría al olvido. Nunca me detuve a pensar en las razones que los empujaron a ser así. Ahora que era yo el que caminaba por ese sendero lleno de rocas filosas, tenía otra mentalidad acerca de la venganza.
Nunca me había sentido tan vivo. Estando frente a frente con el causante de mis desgracias. Enfrentarlo con todo, era simplemente una dicha. Si la venganza me llevaría al vacio del olvido, estaba dispuesto a caer allí con gusto.
—Es muy fuerte —aseguró Dante, quien estaba visiblemente cansado. El manejar tanto tiempo a la gran marioneta le estaba consumiendo la energía y la magia. Pero aun así podía ver en su rostro una determinación incluso más fuerte que la mía.
El Pilar Espejo llevaba bien puesto ese título. Su Magia de Espejos era muy molesta y no parecía tener puntos débiles. Esos espejos reflejaban nuestra magia de ataque y creaba soldados sin parar.
—Ustedes no son más que basura —declaró el hombre—. Creen que por haber logrado llegar hasta aquí, serán capaces de vencerme. Ni siquiera tu —me señaló—, aunque puedas usar cualquier atributo, solo eres un pobre plebeyo que fue bendecido con tal poder por pura suerte. Pero acabaré contigo lo antes posible. Alguien indigno como tú, no puede vivir usando esa magia asombrosa.
—Muchas veces en la vida me han llamado indigno. No eres le primero ni tampoco serás el ultimo. Antes tal vez hubiese bajado la cabeza, pero ahora que sé mi potencial, jamás volveré a agachar la mirada. Y sí creo que seremos capaces de vencerte, como lo hemos hecho con casi todos tus compañeros de escuadrón —le dije con seguridad.
—¿Compañeros? —rió con ironía—. Ellos son piezas reemplazables. No me importan en lo más mínimo.
—¡Eres un ser despreciable! —le recriminé.
—¡Soy fuerte! ¡Y los fuertes pisotean a los débiles como ustedes! —pareció perder la calma que aparentaba siempre. Su grimorio brilló con mucha fuerza, al mismo tiempo que alzaba su voz—. ¡Ya me cansé de esta tontería! ¡Magia de Espejos: Prison miroir!
Dos espejos aparecieron detrás de Dante y Gasper. Éstos apenas vieron su reflejo en ellos, fueron encerrados dentro en un parpadeo.
—¡Chicos! —corrí hasta donde estaban. Intenté tocarlos, pero el vidrio del espejo me lo impedía. Tampoco podía escuchar lo que decían, aunque los podía ver gestionar palabras.
—A ti te acabaré primero. Luego iré por las otras basuras —declaró el desgraciado—. Magia de Espejos: Miroir réfléchissant.
Un espejo rectangular apareció encima de él. Podía verme reflejado en el. Inmediatamente se volvió blanco y expulsó un haz de luz en mi dirección.
Usé la velocidad de rayo para evitar ser golpeado por ese ataque. Apenas y pude hacerlo. Pero detrás de mi apareció un espejo que reflejó la luz y la lanzo en mi dirección. Usando un hechizo de Gasper desvié el haz de luz a una parte donde no había espejos.
No comprendía de donde provenía ese poderoso rayo de luz. Era muy parecido a su hechizo de reflejo. Pero en vez de regresarme mis ataques, producía uno propio.
—Esa luz estuvo mucho tiempo contenida. El espejo negro que hay encima de este edificio absorbe la luz, luego creo otro espejo para expulsarla —explicó con arrogancia—. Éste es el poder de la nobleza del reino. Es algo que la mugre y débil plebe nunca entenderá
—Magia de Copia: Crucifixión —usé un hechizo del sujeto de las cadenas de antes.
Cuatro puntas de hierro emergieron del suelo. Pero antes que pudieran hacerle algo, él las esquivó. Luego volvió a lanzar rayos de luz del espejo sobre él.
Usé un hechizo de fuego y luego otro de tierra. Todos los lograba evadir o me los reflejaba. Mis amigos golpeaban su prisión, desesperados por salir. Cada vez me estaba sintiendo más frustrado.
Entonces una idea surgió en mi cabeza. Mientras él tuviera vigilado todo el entorno, podía atacar y defenderse sin mucho esfuerzo. El salón no proporcionaba ningún escondite, todo estaba a la vista. Por ente, sabía reaccionar al momento justo ya que me veía cuando invocaba mis hechizos. Su estrategia era muy visual, así que tenía que cambiar eso.
—Magia de Copia: Laberinto nebuloso —usando un hechizo de neblina, hice que todo el salón fuese cubierto por completo. Lo malo era que a mí tampoco me daba visibilidad, pero si mejoraba mi percepción de la magia. Podía sentir donde estaba parado, inclusive sentía los movimientos que hacía, intentando mirar en todas partes—. Magia de Copia: Cadenas sella-magia.
Guié mi hechizo por el suelo hasta llegar justo debajo de mi objetivo. Inmediatamente salieron en un destello rápido y antes que pudiera percatarse, estaba totalmente rodeado por ellas. Justo después hice desaparecer mi neblina.
Mi corazón se detuvo cuando vi que había funcionado mi plan. Estaba envuelto hasta el cuello, su grimorio en el piso y su magia contenida.
—¡E-este hechizo es de René! ¡¿Cómo es que puedes hacer hacerlo tú también?! —inquirió con algo más que sorpresa. Parecía asombro y horror.
—Mi magia consiste en imitar otros hechizos. Los de ese tal René son muy útiles. Menos mal que pude tocar su grimorio antes que muriera. Tal como haré contigo —sostuve su grimorio que había caído al piso. Su textura era lisa en los espejos que tenia incrustada.
Mis amigos salieron de los espejos justo después. Luego se aproximaron rápidamente hasta mí.
—¿Está bien atrapado? —inquirió Gasper.
—Sí. Este hechizo es bastante efectivo —le dije.
—¿¡Donde esta Tom!? —gritó Dante.
Yo rápidamente me puse en el camino para evitar que hiciera una locura. Claramente estaba muy alterado y era de entender. Yo mismo estaba luchando por dentro para no perder la compostura.
—Ya veo... Así que ustedes son esos chicos —dijo él. Luego comenzó a reír a carcajadas, como si algo le diera mucha gracia—. ¡Todo esto que hicieron para rescatar a ese chico fue en vano! ¡Realmente son más patéticos de lo que pensaba! ¡Están...
Antes que siguiera hablando, estampé un fuerte puñetazo en su rostro.
—Si no vas a decirnos lo que queremos por las buenas, será de otra forma —le dije.
Él solo me miró con odio y escupió en mi dirección.
Sentí un gran poder mágico en el espacio, aunque no podía ver el origen. De repente, todos mis compañeros aparecieron en el centro del salón. Se veían algo golpeados y el enemigo estaba de rodillas, bajo un reloj mágico.
Al ver más detalladamente, se trataba de un anciano. No recordaba haberlo visto antes. Ni siquiera era el mago que hizo el hechizo de espacio que nos separó. Pero al concentrarme más, sentí que su magia era la misma. No entendía cómo había terminado así. Solo había un posible responsable.
—Connor...
—Sí. Absorbí casi todo su tiempo —me explicó, antes que pudiera hacer mi pregunta—. Es mi Magia de Tiempo: Absence Time. Este hechizo acelera el tiempo de mi objetivo hasta que éste se termina. Todos esos años robados lo acumulo en mi Reloj del mundo inerte. No me gusta usar esta faceta de mi magia, pero me vi obligado. Ese hechizo espacio es un verdadero problema.
—¿¡Zack, estas bien!? —inquirió mi hermano. Antes que pudiera responderle, fui envuelto por un fuerte abrazo de su parte.
—E-estoy bien —le dije. Intentando quitármelo de encima. Era algo vergonzoso y no era el momento para hacer eso—. Logré atrapar a este desgraciado. Usa tu magia en él para saber donde esconde a Tom.
Elijah asintió. Luego abrió su grimorio—. Magia de Memorias: Vérité Absolu —tocó con su mano la cabeza de mi prisionero. Éste intentó moverse para evitar el contacto. Pero cuando lo hubo, quedó inmóvil y en trance—. Podemos preguntar lo que sea. Va a responder con absoluta verdad.
—¿Donde está encerrado Tom? —inicié con la pregunta.
—No lo sé, no está aquí —respondió sin dudar. Su tono de voz era neutro y muy diferente a la que hasta ese momento habíamos escuchado. Parecía un autómata—. Me ordenaron entregarlo al Pilar Cristal. Después de eso, no supe más de él.
Sentí como si hubiese sido pateado en el estomago. Como era posible que no estuviera allí. No había leído ningún reporte de haber ocurrido un traspaso de prisionero entre pilares.
—¿¡Cómo que no está aquí!? ¿¡Dónde está mi Tom!? —Dante cada vez estaba más desesperado. Hasta yo me empezaba a sentir así.
Dante cayó de rodillas. Inútil ante el llanto causado por la rabia y frustración.
Rápidamente me acerqué hasta él y me puse a su nivel. Su máscara había caído, por lo que podía ver el sufrimiento en su cara. Intentaba consolarlo, pero era difícil en esta situación. No sabía que decirle. Me sentía culpable por no haber previsto algo así.
Le temblaban las manos y su grimorio brillaba con intensidad. Sentía que su poder mágico aumentaba. De un momento a otro, su grimorio agitó sus páginas hasta llegar a unas en blanco. Luego aparecieron las runas de un nuevo hechizo. Seguidamente todo el salón fue minado de incontables hilos tensados. Podía verlos con claridad, debido a que eran totalmente rojos. El carmesí nacido en la ira creciente de un corazón desesperado.
—D-Dante...
—Lo extraño, Zack —musitó entre el llanto. A mí se me hizo un nudo en la garganta—. Y siento tanta rabia por no saber si lo volveré a ver.
—Dante. Prometo que lo encontraremos. No pierdas la esperanza. Daré mi vida si es posible solo por hacer que vuelvan a estar juntos. No...
Una estruendosa risa burlona interrumpió mis palabras. El hechizo de mi hermano ya había perdido efecto.
—Que patéticos. Debe ser muy frustrante saber que todo su ridículo esfuerzo no valió la pena. No sé nada al respecto, pero imagino que tu querido amiguito estará encerrado en un agujero asqueroso. Yo lo tenía así —mi corazón se aceleró por la furia—. Recuerdo que gritaba un nombre... Dante creo que era. Eres tú, ¿cierto? Es repugnante ver que un hombre de la nobleza se enamore de otro hombre. Merece totalmente estar donde está.
—¡Cállate, desgraciado! —le grité. Pero él solo continuaba riendo.
Mi amigo se levantó con rapidez y movió sus hilos con violencia. Podía escucharlos silbar por la rabia. Sabía lo que haría, sus ojos centellantes de rabia no eran normales en él.
—Magia de Hilos: Furia de hilos —pronunció su nuevo hechizo, nacido de la ira pura.
Intenté detenerlo, pero antes que pudiera hacer algo, el cuerpo del pilar fue rodeado por los hilos carmesí y al cernirse sobre él, descuartizaron su cuerpo en un instante. Inclusive mis cadenas fueron cortadas como mantequilla.
Todos miramos inmóviles, sorprendidos y absortos por lo que acababa de pasar. El grimorio del pilar, que yo estaba sosteniendo en ese instante, se desvaneció con mucha rapidez tras la atroz muerte de su usuario. Los hilos se tensaron al instante de realizar el acto, goteantes de sangre.
Miré el rostro de mi amigo. Sus ojos estaban perdidos, observando fijamente lo que acababa de hacer. Me quite mi máscara negra y puse mi mano sobre su hombro, pero no hubo ninguna reacción. Busque apoyo de mis otros amigos, pero estos estaban horrorizados con la forma que acabó todo. No podía verles la cara, pero era fácil deducirlo. Solamente Connor se acercó hasta nosotros y brindó su apoyo a Dante.
No los culpaba. Yo aún no salía del asombro de cómo Dante acabó con la vida del pilar. Ver todos esos pedazos de carne esparcidos por el suelo —aun sangrantes—, revolvían mi estomago y me hacía temblar los pies. Pero aunque parecía atroz, no me podía imaginar otro final para alguien como él. Después de todo ese hombre fue causante de su ruina. Eso es lo que ocurre al orillar a una bestia herida.
—Vámonos, todo acabó aquí —les dije a todos—. Pronto amanecerá, así que tenemos que irnos antes.
—Zack —susurró Dante—. No nos rendiremos, ¿verdad?
—Claro que no. Esto apenas comienza. Prometí que Tom y tú estarían de nuevo juntos.
Sus ojos se llenaron de lágrimas. Luego sus hilos de desvanecieron, al mismo tiempo que me agradecía con un abrazo.
—Gracias, Zack. No sé qué haría si no estuvieras ayudándome.
—No hay nada que agradecer... —silencié mis palabras.
De repente sentí como se acumulaba gran cantidad de magia entre las ruinas del salón. Aun quedaba un soldado consciente y oculto. Por su poder, sentía que era bastante fuerte. No entendía como no había sentido su presencia antes.
—¡Pagaran lo que hicieron! —vociferó el sujeto—. ¡Usaré toda la magia en este hechizo para acabarlos! Magia de Hielo: Campo gélido.
Todo el suelo fue cubierto por una capa de escarcha, inmediatamente después surgieron picos de hielo filoso. Todo el suelo se convirtió en una trampa mortal. Antes de poder reaccionar, sentí como penetraba un trozo de hielo por mi espalda. Mi cuerpo fue alzado en el aire, mientras que la punta del carámbano salía por mi abdomen. El dolor era indescriptible, pero lo peor era que no podía gritar. Todo el aire de mis pulmones fue expulsado por el impacto y sentía como me asfixiaba. Pero después de un segundo, dejé de sentir todo.
—¡Zack! —escuché como gritaban mis amigos.
Después de eso, hubo varias explosiones, seguidas de una sensación de caída que duró un par de segundos y acabo de forma abrupta. Poco a poco los sonidos se apagaban, mientras que mi visión se oscurecía. Era irónico, acababa de decir a Dante que no nos rendiríamos. Ahora yo estaba así, suspendido en la oscuridad y el silencio, imposibilitado de cumplir mi promesa.
De entre la oscuridad emergió mi gran anhelo, como un regalo antes de dejar el mundo que tanto daño me había causado. Estaba igual a como lo recordaba: fuerte, sonriente y hermoso. Extendía su mano, esperando a que yo la tomara. Quería que ambos camináramos hacia la luz que había detrás de él. Se sentía cálida y acogedora, creía que al ir allí, me encontraría con mi mayor sueño. Lo que mi corazón más anhelaba, era estar con Darrell.
Buenos días-tarde-noche-madrugada-amanecer-equinoccio-eclipse o lo que sea. Aquí un nuevo capítulo dedicado a ustedes que se han tomado el tiempo y las molestias de leer las locuras que escribo.
¿Que les pareció este capítulo? Me encantaría saber lo que piensan.
Quería invitarlos a que se pasen por mis relatos disponibles en mi muro. No tardarán ni cinco minutos en leer uno.
Eso es todo, nos vemos en el próximo capítulo.
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