Capítulo XXIX: El destino
Era una noche tranquila y despejada. El viento se sentía bien en el rostro. La luna no se veía por ningún lado, por lo que era una noche más oscura de lo normal. Pero obviando ese detalle, era de lo más normal. Tanto, que nadie en ese edificio del Escuadrón Celeste se podría haber imaginado que serían atacados.
Samuel usó un hechizo llamado Regalo del ángel caído. A todos nos aparecieron un par de alas negras que nos permitía volar con mucho sigilo. Gracias a un instrumento hecho por Gasper, no se podía detectar nuestro poder mágico. En esencia éramos invisibles.
Danna no estaba acostumbrada a moverse tan lento en el cielo. Pero las llamaradas que expulsaba desde la planta de sus pies eran demasiado visibles y alertarían a todos nuestros enemigos.
Cuando estuvimos muy cerca de ese edificio, pude generar con rapidez una forma de distribuirnos. No era sensato quedarnos todos en un mismo lugar, pero tampoco dividirnos en grupos tan pequeños. Lo mejor era separarnos en dos grupos. Uno atacaría en la planta baja y avanzarían hacia arriba. El otro comenzaría desde el cuarto piso, el más alto, y luego bajarían. El plan era ir deshaciéndonos del mayor número de enemigos mientras avanzábamos. Estaríamos en comunicación constante a través de unos micrófonos que llevábamos cada uno. Solo tenían que imbuirlo con un poco de magia y podría enviar un mensaje.
—Samuel, Gasper, Jack y Danna vayan hacia la parte baja. Elijah, Connor, Dante y yo comenzaremos desde arriba. Estoy seguro que encontraremos primero al maldito Pilar Espejo. En caso de encontrarse ustedes, avísennos inmediatamente e iremos a ayudarlos. Nosotros haremos lo mismo —ordené. Todos asintieron—. Recuerden, tienen que estar juntos. Apóyense en el otro como entrenamos en la casa.
—Tranquilo Zack, recuerda que hemos hecho este tipo de estrategia antes —recordó Samuel. Tenía razón, me estaba preocupando de mas.
Sin más ambos grupos nos separamos para quedar en dos extremos encima del edificio de cuatro pisos que abarcaba el escuadrón. Encima de este había lo que parecía ser un espejo circular negro con cuatro más pequeños unidos a este formando una cruz. No entendía su función, no había averiguado nada de eso. Pero parecía ser algo ornamental.
—Estamos listos Zack, Gasper lo activará —dijo Jack desde el aparato de comunicación.
—Está bien. Que lo active —le respondí.
Cuando Gasper fue a comprar herramientas mágicas para hacer las marionetas. Encontró un aparato muy pequeño que imposibilitaba el uso de comunicaciones a distancia. Él le hizo unos ajustes para que tuviera un rango de efecto mucho mayor y que no afectara la comunicación entre nosotros.
Ese sitio era un pequeño mercado negro escondido en la ciudad. Por eso dijo que era mejor ir de noche. Todas esas herramientas mágicas estaban reguladas y su uso requería ciertos permisos.
—Listo —ahora que ya no podían pedir refuerzos de Comondor, nuestro ataque procedería.
Acumulé gran cantidad de magia para realizar un hechizo ofensivo de amplio alcance. Danna, Samuel, Jack y yo haríamos lo mismo. Esto destruiría una buena parte del edificio y haría que el pánico y la confusión reinara.
—Magia de Copia: Ataque de los cielos —conjuré un hechizo de rayo. Uno de los más poderosos que tenía, cortesía de Tom.
En el otro extremo vi como Danna lanzaba una gran bola de fuego. Jack lanzaba un ataque doble de hielo y agua. Y Samuel creaba dos grandes esferas negras.
Todos lanzamos nuestros ataques al mismo tiempo. Una gran explosión tuvo lugar, seguido el asenso gigante de una nube de humo. Eso daba inicio a nuestra misión de rescate. Ya no había marcha atrás.
Con mi grupo volamos hacia la azotea, donde entramos por uno de los agujeros creados por nuestro ataque. Había mucho humo y escombros regados por todas partes. A lo lejos escuchaba gritos confusos.
Apenas percibieron nuestra presencia, los soldados se pusieron en guardia e iniciaron a atacar sin miramientos.
—Magia de Tiempo: Watchmaker Lock —Connor se puso delante de nosotros, deteniendo el tiempo de los ataques para que no pudieran afectarnos.
Mi hermano comenzó lanzar las flechas mágicas hacia los desafortunados que aparecieron delante de nosotros. Apenas golpeaban a su objetivo, algunos caían inconscientes y seguramente con una amnesia. Otros comenzaban a delirar o se quedaban inmóviles. Sus flechas poseían todo tipo de hechizos que tenían efectos variables en la mente. Algunos causaban amnesia, otros los hacía enloquecer y también sumían a las víctimas en un mar de pensamientos y memorias.
Yo decidí mostrar todo mi potencial. No me iba a contener con ellos. No había necesidad de retraerme sabiendo que ellos no lo harían.
—Magia de Tierra: Alud —uno de los magos hizo que apareciera un muro de tierra y barro que se movía hacia nosotros.
Rápidamente agité unas páginas de mi grimorio. Sabía que un hechizo de agua no serviría, era un elemento débil para la tierra. Había que utilizar el tipo de magia correcta que fuese fuerte sobre los ataques hacia mí.
Hice aparecer una paleta de colores y un pincel, tal como en la Magia de Dibujos de Jack. Aunque no era un pintor experto como él, había logrado manejar su magia lo suficiente. Coloqué el pincel en la pintura marrón e imaginé con fuerza lo que quería, que se materializaba un muro de rocas que detuvo el deslizamiento de tierra.
—Magia de Memorias: Destructor de mentes —mi hermano lanzó una flecha magia. El sujeto cayó al suelo y comenzó a actuar de forma incoherente.
Dante liberó su marioneta por fin. Era muy alta, de tres metros de alto más o menos. Estaba vestido con una gran y gastada túnica negra que repelía los ataques mágicos. Su cara era una máscara blanca tallada en forma de calavera. Sus manos eran de aspecto huesudo y llevaba una larga y filosa guadaña. Con esta atacaba con total libertad sin tener que perder tiempo controlando a otros. Además que tenia ciertas mejoras ocultas. Su nombre era Cegador.
—Zack, cuidado con la chica a tu derecha. Usará un hechizo de fuego —me advirtió Connor gracias a su poder de ver el futuro.
—Magia de Fuego: Closed red prison —pronunció la chica. Seguidamente emergieron del suelo cuatro pilares en llamas, que luego giraron para crear una prisión de fuego. Pero por suerte no me impedía usar magia.
—Magia de Copia: Cascada tardía —apagué sus flamas con una cortina de agua creada encima de mí. Aunque terminé un poco empapado.
—¡¿Puedes usar dos elementos?! —gritó la chica confundía.
—Sí. Aunque no solo son dos —le lancé un potente disparo de fuego que no pudo esquivar. Lo único que pudo hacer fue mirar con confusión y sorpresa mi ataque.
Poco a poco fuimos acabando con los magos que estaban en el cuarto y tercer piso. Estábamos por terminar con el tercero, pero unas cadenas serpenteantes aparecieron de repente, intentando atraparnos. Conocía ese hechizo, no podría olvidarlo aunque pasara los años del mundo. Por él no pude evitar que asesinaran a mi tío.
—Cometieron un grave error el irrumpir en este lugar —aseguró él. Se mostraba muy seguro de sí mismo. Tanto que me daba un poco de molestia—. No me interesa que es lo que quieren, pero ahora no saldrán ilesos de aquí.
—Tú eres uno de los que quería ver —le dije con complacencia, aunque no entendió totalmente—. Veamos lo que puedes hacer ahora, que no estoy atado con cadenas como la última vez.
—¿Lo enfrentaras tu solo? —inquirió mi hermano.
—Sí. Tú apoya a Dante y a Connor con los magos que quedan. De él me encargo yo.
Mi hermano asintió y se apartó de mi, aunque no muy convencido.
—Debes ser muy valiente o muy estúpido al pretender enfrentarme tú solo. Solo para que lo recuerdes en el infierno, soy René Fierro, segundo vicecapitán del Escuadrón Celeste —dijo él—. Magia de Hierro: Cadenas sella-magia.
Muchas cadenas aparecieron de muchas direcciones. Todas en mi dirección. Era consciente que si me atrapaba, no tendía oportunidad.
—Magia de Copia: Ethereal Compass —hice que aparecieran varias brújulas que se interpusieron en la trayectoria de las cadenas. Todas terminaron enredadas unas con otras—. No te diré mi nombre, pero solo te diré que tú y tu escuadrón patético saborearan la misma desesperación e impotencia que nosotros sentimos aquel día.
—¿Aquel día? ¿Acaso ya nos hemos visto antes? —inquirió con confusión.
—No diré más. Ahora desaparece para que pueda llegar más rápido a donde está tu desgraciado capitán —busqué un hechizo en mi grimorio—. Magia de Copia:...
—No creas que me vencerás con esas brújulas patéticas —él también se preparó para lanzar un hechizo—. Magia de Hierro: Lluvia de cuchillos.
Lanzó una gran cantidad de cuchillas de hierro hacia mí. Estaba dispuesto a matarme.
Usando el hechizo nuevo de Gasper hice que todas se desviaran y se regresaran a su dueño. Pude ver en cámara lenta como cada una de las armas se clavaba en su cuerpo. Era la primera vez que veía algo así. Aunque no mostré ninguna expresión bajo mi mascara. Solo vi inmóvil como el cuerpo de ese hombre salía disparado hacia una pared, apuñalado por sus propios cuchillos.
Rápidamente me aproximé a él. Estaba muy herido. Los cuchillos habían penetrado en puntos vitales. No tenía salvación.
—Al menos me quedaré con algunos de tus hechizos —le dije con frialdad mientras tomaba su grimorio gris con dibujos de cadenas. Él solo escupía sangre por la boca, en un intento inútil por hablar. Aunque no me pudiera mirar a los ojos, yo si podía hacerlo y veía la desesperación por al menos saber quién era antes de morir—. Una tarde lluviosa, nueve chicos encadenados, mirando con desespero y frustración como su familia moría a manos del Pilar Espejo.
Entonces entendió quiénes éramos y la razón por la que estábamos allí. Después de eso, la luz de sus ojos comenzó a desvanecerse, junto a su grimorio. Pocos segundos después, no quedaba rastros de vida en él.
Se sentía amarga mi boca. Nunca antes había causado la muerte de otra persona. Mi corazón estaba acelerado y mi garganta se sentía seca. Incluso mi vista se turbó un poco.
—Aquí Danna. Hemos conquistado el primer piso sin problema. Vamos hacia el segundo —informó la chica. Gracias a eso pude volver en sí y concentrarme nuevamente en la misión.
—Habla Zack. Ya vamos para allá también. Tengan cuidado —le respondí.
Rápidamente me reuní con mi grupo. Mi hermano me escaneo de pies a cabeza. Aunque no podía ver sus ojos, sabía que eso hacía. Pero no me pregunto nada. Y era mejor así, no quería responder preguntas en ese momento.
El lugar era muy grande. Mucho más de lo que se podía ver desde afuera. Los pasillos eran largos y debido a los daños, bastante oscuros. Una gran bola de fuego abrió un agujero inmenso en el suelo. Al mirar hacia abajo, vi a mis amigos frente a frente a alguien que parecía ser muy fuerte.
Usando ese mismo agujero pasamos al segundo piso. Cuando alcé la vista, había dos hombres con un poder imponente. A uno de ellos lo reconocí al instante.
—Aparecieron más insectos —declaró uno de ellos, con ese tono frívolo que me hacia hervir la sangre.
—Estábamos a punto de avisarles —me dijo Gasper—. Danna lo atacó, pero hizo lo mismo de aquella vez con los espejos. Por suerte usé mi magia a tiempo y evité que la golpeara su hechizo.
—Tranquilo. Ya estamos aquí. Por suerte nadie ha salido herido...
—No sé que tanto susurran entre sí. Pero será mejor que se preparen, lo que hicieron esta noche merece un castigo muy estricto. Vicente —hizo una seña al que estaba a su lado. Este asintió y dio un paso hacia adelante.
—Magia de Espacio: Dimension Lost —pronunció. Luego de ello, sentí como su magia se expandía por todo nuestro alrededor.
Con mucha velocidad tomé a Gasper y a Dante ya que eran los que tenía a mi alcance. Usando un hechizo de desplazamiento rápido, nos apartamos a velocidad de rayo. Un segundo después, mis otros compañeros se desvanecieron, junto al hombre que invocó el hechizo.
—¿Dónde están los otros? —inquirí con confusión—. ¿Alguien me oye? —no recibí respuesta.
—Aun siento su poder mágico, pero no los puedo ver. Aunque creo que están bien —respondió Gasper—. Gracias.
—Nosotros tenemos que encargarnos de él —les dije.
—Nada me haría más feliz —aseguró Dante—. Él nos quitó todo.
—Parece que unas ratas lograron escapar a la trampa —declaró el Pilar Espejo—. Me tendré que ensuciar las manos con suciedad como ustedes. Pero no hay problema. Valdrá la pena mostrarles la gran diferencia de poder entre la mugre y la nobleza.
Su grimorio espejado emitió un fuerte resplandor. Seguidamente aparecieron espejos, de distintas formas, por todos lados.
Dante preparó su marioneta y Gasper sus brújulas. Yo abrí mi grimorio y me alisté para luchar. Tal vez no estaban todos mis amigos, como era el plan original, pero lucharía igual con todas mis fuerzas, ahora por ellos también. El destino ya había lanzado las fichas, ahora era mi turno de hacer mi jugada.
Ufff... recuerdo que este capítulo fue bastante complicado de escribir. Pero creo que quedó decente.
Espero que hayan disfrutado este capítulo tanto como yo disfruté escribiéndolo.
Me encantaría saber sus comentarios y opiniones acerca de esta historia. Y si creen que lo merece, un voto :3
Nos vemos en el siguiente capítulo.
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