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Capítulo XV: Apoyo

Al final decidí por contarles a todos los presentes mi historia con Darrell. Al principio apareció mi hermano, así que me cohibí por un instante hablar de ello, no estaba muy seguro de cómo reaccionaría él sabiendo que su hermano se había enamorado de un chico. Pero al ver su cómoda actitud al estar frente a la pareja de chicos me sentí un poco más tranquilo al respecto. Así que poco a poco fui contándoles acerca de Darrell, siendo sutil con algunos detalles. Pero a medida que avanzaba con mi relato, me sentí más cómodo de contar todo.

—Vaya, que intenso —declaró Danna.

—Que chica tan desagradable es esa Amelia —opinó Dante.

—De veras que eres fuerte, Zack —aseguró Tom—. Yo no me imagino una vida sin mi pequeño tejedor —acarició la mejilla de su pareja. Realmente ambos hacían una muy bonita pareja.

—Tengo una duda —intervino Samuel—. No entiendo porque ese tal Darrell te besó, si solo te veía como un hermano.

Suspiré—. Conozco a Darrell muy bien. Él siempre busca la forma de alegrarme. Es capaz de todo para defenderme, incluso pelear con su propia familia. Por eso también sé que se sacrificaría a sí mismo con tal de hacerme feliz.

—Vaya, ahora entiendo.

—Eres un buen chico y estás muy joven, estoy seguro que encontraras a alguien que te corresponderá —aseguró Elijah—. Por cierto, creo que te llegó una carta del señor que cuido de ti.

Luego me dio un sobre amarillento con un sello que correspondía a la familia Rosewald. Como tenía mucho afán por saber lo que decía, lo abrí allí mismo, delante de todos.

Hola Zack, gracias por escribirme apenas llegaste. Me sentí más tranquilo cuando recibí tu carta. Aunque ese sitio queda bastante lejos.

Todos estos días han muy tristes sin ti. La casa ya no se siente igual ahora. Pero sé que donde estás vas a pasarla bien.

Me alegro por ti que por fin hayas conocido a tu hermano. Debes estar muy feliz ahora que conoces a tu familia. Pero recuerda que aquí también tienes familia, así que siempre que quieras, puedes venir.

También te tengo una noticia. Darrell decidió irse al ejército real en vez de la Academia de Magia Avanzada. No sé muy bien sus razones, pero solo espero lo mejor en su nuevo viaje, al igual que en el tuyo.

Espero que sigamos en contacto. Te quiero mucho, hijo.

Me sorprendió mucho enterarme que Darrell se iba al ejército. No entendía que estaba pasando por su cabeza para decidir algo así tan de repente. Él no era un chico interesado en ese tipo de cosas. A pesar de que su magia era increíble, nunca se vio participando en algo como eso.

Sentía el impulso de escribirle directamente a él, buscando respuestas. Pero recordaba que yo no estaba en la posición de hacer eso. Si él había decidido tal cosa, no había que meterse. Tal y como su mismo padre había hecho.

—¿Ocurre algo malo, Zack? —preguntó Elijah.

—No, solo me contó de algo que no esperaba.

—Pero... ¿estás bien?

—S-si, no hay problema. Solo quedé sorprendido —asintió no muy convencido.

No quería parecer afectado por la noticia. Aun cuando la verdad era que me consternaba las razones que incentivaron a Darrell a tomar esa decisión tan drástica. No había que ser muy entendedor para darse cuenta que no podía con la culpa y utilizó esa excusa para huir. Así era él. Cuando se daba cuenta que había hecho algo malo, buscaba la forma de escapar de la culpa. El pesar en su corazón era demasiado para aguantar.

Pero le había dicho que no había ningún culpable. Pensaba que la idea había sido clara. En ningún momento pensé que él fuese responsable de alguna de mis penas. Siempre fui consciente que yo mismo sabía a lo que me enfrentaría, y por necio terminé herido. Darrell no tenia culpa de nada. Y me hubiese encantado tenerlo enfrente para recercárselo.

—¡Hola a todos! —saludó Jack. Estaba cubierto totalmente de pintura. De seguro estaba haciendo uno de sus retratos.

Jack era muy visual. Le gustaba ver con detenimiento cualquier cosa que le llamara la atención. Se la mantenía pintando en su habitación, la cual nunca había visto por mí mismo. Según los demás chicos, hasta el último centímetro de las paredes tenía un cuadro pintado por el mismo. A donde se mirase, había un lienzo hermoso de paisajes, personas o simples objetos cotidianos.

Muchos de sus cuadros incluso fueron vendidos a algún noble conocido de mi tío. El dinero recaudado fue utilizado en la academia, para arreglar cosas necesarias o simplemente mejorar lo que ya estaba. Junto con Dante, que confeccionaba todo tipo de vestimentas, generaban un importante ingreso a la casa.

Él había insistido mucho luego que llegue para retratarnos a mi tío, a Elijah y a mí. Para poder quitárnoslo de encima, terminamos accediendo. Hizo que Dante diseñara unas túnicas blancas con bordes azulé para nosotros tres. Luego nos hizo posar inmóviles durante tres horas sin descanso. Después pidió que lo dejáramos solo para poder terminarlo.

Al otro día nos mostró el resultado final, y siendo sincero, me esperaba muchas cosas, pero mi imaginación quedó rezagada por la creatividad de Jack.

Los tres parecíamos estar entre una tempestad. Había rayos furiosos, nubes tempestuosas, vientos huracanados y nieve tormentosa. Era la escena de una imponente tormenta creada por nosotros tres o al menos así se entendía. Con la vestimenta y el cabello blanco, además de una obvia manipulación de rasgos faciales, parecíamos los amos del caos o algo así. Hasta las poses fueron manipuladas. Mi tío Evan era el más alto, mirando con dureza hacia frente. Elijah era apenas más bajo, observando con indiferencia el horizonte hacia la izquierda. Mientras que yo, el más bajo, miraba con nostalgia el caos hacia la derecha.

La pintura no era para nada mala. Cada detalle era increíble y era ciertamente bella. Pero nos mostraba a los tres como una especie de trió perverso que causaba el caos a donde quiera que íbamos.

Pero al final nos terminó gustando y hacíamos bromas sobre ello.

—Hasta que al fin sales, Jack —dijo el chico de pelo negro—. Pensaba que te habías muerto encima de uno de tus cuadros.

—Muy gracioso, Samuel. Ya terminé el cuadro que tanto me pedias. Espero que te guste —de una de sus grandes mangas sacó un trozo rectangular de madera. No era muy grande, podía incluso abarcarlo con toda la mano.

La pintura parecía ser una especie de insecto, tal vez una cucaracha o escarabajo. Su cabeza era la de un humano, pero con antenas muy largas y de aspecto desagradable. Era un dibujo muy bien hecho, a pesar de lo desagradable del bicho con cara de Samuel.

—¿Qué es esto? ¡Así no lo quería! ¡Pensé que me haría como el amo de la oscuridad o algo así, no esto!—se quejó el bromista. Parecía que ahora la victima de las bromas había sido él.

—Lo siento, pero la con inspiración que tenía solo pude hacer esto —aseguró él—. No seas malagradecido, el retrato te representa a la perfección. Todo un insecto.

Todos soltamos una carcajada, mientras que Samuel le dedicaba una mirada asesina al pintor.

—No importa. Como Zack copió todos tus hechizos, le pediré a él que me dibuje —lo miré sorprendido por la disposición con la que me incluía en su disputa.

—Zack copió mis hechizos. Pero aun tiene que imitar a la perfección mi talento. Eso no algo que se pueda lograr así de fácil —le respondió Jack.

—Tiene razón —dije—. Tengo que practicar mucho antes de poder siquiera realizar un hechizo suyo. La verdad es que es bastante difícil.

—Cuando quieras te puedo enseñar. Mi magia es más difícil de lo que parece, pero estoy seguro que lo conseguirás —aseguró.

La Magia de Dibujos de Jack era bastante compleja de imitar. Los hechizos en si no son nada si mi imaginación es pobre. Pero a pesar de eso, es increíble. Con ella se puede reproducir cualquier elemento que quiera. Ya sea agua, tierra, fuego, viento; cualquiera. No había límites para esa magia, si lograba dominarla.

Yo no poseía la misma creatividad artística de Jack, por eso no me salían tan bien los hechizos. Así que tenía que practicar mucho arte para poder dominar los hechizos de la Magia de Dibujos a la perfección.

—Ahora que dices practicar —mencionó Tom—. No hemos practicado en grupo desde que llegó Zack. Pienso que debemos entrenar con él incluido.

—Es verdad —dijo mi hermano, pensativo—. Pero ahora que lo recuerdo, no hemos hablado aun sobre ese tema.

—¿Sobre qué? —indagué con curiosidad.

—Bueno... esta academia se mantiene gracias a ciertas misiones que nos pide la gente de los pueblos cercanos. Debido a que el ejército real no llega hasta aquí, tienden a aparecer muchas legiones de ladrones. Así que nosotros nos encargamos de ellos y la gente de los pueblos nos recompensa con lo que puedan.

—Vaya, es increíble.

—Así es, gracias a eso podemos mantenernos sin problemas. Aunque siempre hay riesgos. No sé si sea buena idea que te involucres en esto —declaró él, con un tono serio. Quise reír, ya que se le notaba su sobreprotección.

—Me encantaría —me apresuré a decir—. No sería justo mantenerme a costa de su trabajo.

—Pero es peligroso.

—¿Y qué? Ustedes también se arriesgan.

No parecía muy convencido. Pero los demás me ayudaron a convencerlo. Al final terminó por acceder. Lo único que quedaba era hablarlo con mi tío Evan.

—Por cierto, ¿dónde está el profe Evan? —preguntó Jack.

—Fue a Ur con a Lilian. Llegarán más tarde —respondió Elijah.

—Entonces podemos hacer un duelo de entrenamiento —sugirió el pintor—. Dos grupos, así como la última vez. Los perdedores tendrán que hacer los quehaceres por una semana.

—Que buena idea. Pero... ¿Quién en que equipo estará Zack? —cuestionó Danna—. El puede usar cualquier atributo y no sería justo para el equipo contrario —tenía un buen punto.

—Ya sé —intervine—. Somos nueve, así que el grupo donde yo no esté tendrá un miembro de más. Así quedaremos parejos.

Mi sugerencia pareció gustarles ya que todos asintieron.

—Voy a buscar a Connor y a Gasper —dijo Dante. Tom y Samuel lo siguieron.

—Iré a afuera a preparar el campo. Ven a ayudarme, Danna —habló Elijah. La chica asintió y se fue con él.

Yo me quedé con el pintor a esperar a que todo estuviera listo.

Me sentía muy emocionado. Nunca había estado en un duelo o algo así. Obviamente también era la primera vez que usaba mi magia en situaciones de combate. Cuando pensaba que no tenía atributo, nunca me animé a participar en las competencias colegiales. Darrell, en cambio, una vez participó y ganó una competencia contra varias academias de ciudades distintas. Lo hizo parecer muy fácil, a decir verdad. Los combates no duraban ni un par de minutos. Su poder innato y magia única lo hacían el mago más hábil de su edad. Gracias a eso, su popularidad se disparó a mil. Aunque él rehuía de esa atención ya que no sentía confianza con las personas.

Si hubiera sabido la bondades de mi magia, me había animado a participar en las competiciones de este año, tal vez Darrell se hubiese animado también. Tal vez hasta podíamos haber tenido un duelo real y ya que mi Magia de Copia era un poco similar a su magia, cualquiera de los dos podría haber ganado.

—Ya trajimos a estos —dijo Samuel. Tras él estaban Gasper y Connor.

—Espero que esta vez sea más emocionante que la última vez —dijo Connor, con cierto fastidio. Parecía que estaba durmiendo o algo así, su cabello estaba desaliñado y frotaba sus ojos mientras hablaba.

—Pienso lo mismo. Estoy en algo muy importante —declaró Gasper—. Zack, se me ocurrió agregarle una cosa más a aquello y potencié su velocidad para mayor daño.

—G-genial —aseguré, aunque la verdad me aterraba ahora más ya que antes esa cosa tenía mucho poder de destrucción.

—¿Qué cosa hablan? —curioseo el bromista.

—De nada. Mañana lo sabrán todos —Samuel hizo un puchero ante la negativa de Gasper.

Como ya estábamos completos, salimos al campo donde estaban mi hermano y Danna. Estos habían colocado un par de banderas a cada extremo. Era un campo abierto, así que inevitablemente tendríamos que combatir. Además que las estrategias de moverse sigilosamente y atacar de sorpresa no se podían hacer.

—Zack, como no conoces las reglas te las voy a explicar. Son simples y fáciles de entender —explicó mi hermano—. La meta es llegar a la bandera del equipo rival. No importa como lo hagan ni que estrategia usen. Cuando un miembro de un equipo agite la bandera del enemigo, habrá terminado.

—Bien.

Que emocionante. No podía esperar para usar mi magia sin reserva. Casi había logrado dominar todos sus hechizos y quería mostrar que era capaz de serles de utilidad en esas misiones que hacían. Podía considerarse el primer paso para demostrar mi valía. No podía fallar.



Nuevo capítulo, espero que les guste. Mientras tanto, continuaré con mi actualización masiva.

Nos seguiremos leyendo.

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