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Capítulo XLVII: La espada y el pincel

En voz de Darrell

Nunca me hubiese imaginado que Zack fuese capaz de crear un hechizo así. Aun cuando éramos un grupo grande y estábamos previniendo cualquier trampa, terminamos cayendo en una y dispersados por diferentes espacios.

Dentro de ese laberinto, solo e incapaz de orientarme, entraba en las puertas que se me cruzaban, esperando que alguna de ellas me llevara hasta donde estaba mi querido Zack. Tenía que llegar antes que cualquier otro.

A veces las puertas me terminaban llevando al mismo lugar, una y otra vez. Otras eran simplemente mazmorras vacías. Pero después de tanto intentar, llegué a un lugar de donde provenía un gran poder. Esperaba que Zack estuviese allí.

Sin embargo, al entrar me encontré con varios miembros de los escuadrones en el suelo, inmóviles. El lugar era inmenso y con poca luz. Lo siguiente que vi fueron incontables pinturas colgadas a lo largo de las cuatro paredes del lugar. Encima de una de ellas, había el mago con una túnica vistosa y sombrero de punta y amplias alas. Parecía bastante relajado, hasta que me vio entrar.

—Vaya, vaya. Yo a ti te conozco —declaró él, mostrándose burlista—. ¿Por lo que veo en tu cara, pareces desesperado por encontrar a Zack?

—¡Si sabes dónde está, dímelo! —le pedí—. ¡No puedo dejar que siga con esto!

—¿Crees que te diré donde está, solo para que lo lastimes? No lo creo —sentenció sin titubear, luego activó un hechizo con su grimorio—. Magia de Dibujos: Hidra de cinco cabezas.

Del cuadro donde estaba sentado, que ilustraba una laguna turquesa y mística, surgió una bestia que parecía un dragón de varias cabezas. Cada una con un color distinto representando un elemento, o al menos eso me imaginaba. Estaba claro que tendría que luchar contra él.

La cabeza de color rojo escupió una gran cantidad de fuego en mi dirección. Si no me defendía, terminaría frito.

Magia de Espadas: Bothan —inmediatamente rasgué el espacio para que absorbiera el fuego antes que me tocara. Seguidamente invoqué a Laevateinn y lancé un ataque de hielo en su dirección.

La gran bestia golpeó el suelo y de él emergió una pared de roca que detuvo mi ataque. Luego, una cabeza amarilla lanzó un potente rayo hacía mi. Con Bothan volví a anular su ataque y contraataque con el filo de fuego de Laevateinn. El chico se defendió con un chorro de agua lanzado por una cabeza azul de la hidra.

Además de Zack, él también podía manipular cualquier elemento. Así que era un oponente igual de formidable para mí. No sería fácil vencerlo sin lastimarlo gravemente. Además que tampoco estaba seguro si podría vencerlo.

Una buena opción era tratar de dialogar con él y convencerlo para que se detuviera y me dijera dónde encontrar a Zack. Sin embargo, era muy consciente que eso no pasaría. Parecía ser firme y leal a su objetivo.

Invocaba espadas de distintos elementos para repeler sus ataques e intentar acertar los míos, pero al igual que yo, usaba el atributo fuerte contra ese elemento y deshacía mi magia. Estábamos igualados. Lo único que nos diferenciaba era que yo balanceaba mis espadas de un lado a otro para atacar y defenderme, mientras que él estaba simplemente sentado en el mismo sitio, mirando como si viese una función teatral. No parecía inmutarse por mis hechizos.

—Esto se está tornando aburrido —aseguró él.

La bestia dibujada por él levantó sus cinco cabezas y acumuló el poder en un solo punto. Era una cantidad de magia inmensa. Mi vida correría peligro si me llegase a impactar ese ataque. No había otra alternativa.

Magia de Espadas: Zaphiria —la espada invocada era azul intenso, con doble filo color negro.

Nunca había usado a Zaphiria en un ataque de tal calibre. Esperaba que aguantase tanto poder y me diera la oportunidad de vencer en este combate.

La gran bestia lanzó un poderoso rayo multicolor en mi dirección. El aire rugió y todo el lugar fue iluminado tras el paso de ese ataque. Realmente era colosal.

Interpuse mi espada como un escudo. Inmediatamente el filo negro se iluminó con los colores del rayo de la hidra. Podía sentir el inmenso poder mágico que era absorbido por Zaphiria, inclusive se estaba empezando a sentir caliente la empuñadura.

Sin embargo logré absorberlo todo. Luego lancé un corte único, con todo ese poder concentrado en un solo tajo. Con él logré cortar en dos a la bestia de varias cabezas, y el tajo siguió avanzando en dirección del mago de los dibujos. Parecía absorto y no se movía. En ese instante pensé que dejaría que el ataque lo impactara a él también. Si eso ocurría, no había posibilidad que sobreviviera.

En el último segundo agitó su pincel lleno de pintura. Esta se acumuló sobre él y un pájaro de vistosos colores se formó de ella. Rápidamente lo tomó de los hombros para quitarlo del camino de mi ataque.

Hubo una inmensa explosión tras el impacto de mi corte reflejado contra la pared de la habitación. Casi toda esa parte desapareció, junto con los cuadros que allí estaban colgados.

Podía ver que el chico aun no parecía dispuesto a rendirse. A pesar de haber estado frente a frente ante la muerte.

—No entiendo porque alguien como tú se esfuerza tanto por defender al miserable rey que domina este reino —declaró él—. Zack hizo bien en alejarte de ti.

—Yo quiero lo mejor para Zack, pero con todo esto que hace, solo lo complica —le aseguré.

—¿Y crees que él lo quiso así? —su pregunta me descolocó. Había escuchado de la muerte de su tío y una vez sabiéndolo, empecé a entender los motivos que lo llevaron a todo esto. Era obvio que no había deseado ni querido convertirse en lo que se convirtió—­. Desde que lo vi por primera vez, no dude ni por un segundo que era una buena persona, amable y fiel. No ha hecho más que buscar las maneras de mantenernos juntos, como habría hecho el profe Evan.

—Entiendo por lo que han pasado, pero...

—¡No, no lo sabes! —exclamó, sus ojos gritaban con un llanto silenciado y lágrimas contenidas—. ¡No puedes saber que se siente ver a una persona querida siendo ejecutada enfrente de ti, y no poder hacer algo para cambiarlo! ¡No puedes saber lo que es despertar cada noche con pesadillas sobre lo ocurrido! Es más sencillo decir "te entiendo, pero...", cuando en realidad no es así. Si lo entendieses de verdad, no te enfocarías en intentar detener o siquiera perturbar a Zack con tu presencia.

Ahora que ese chico me lo decía de forma tan cruda, me hacía cuestionar todo lo que había estado pensando hasta ese momento. ¿Realmente comprendía a Zack? No estaba seguro. Él había vivido por muchos años conmigo y conocía mucho de él, o al menos eso pensaba. Me había encargado de pensar en Zack como el chico dulce que trataba de ocultar sus verdaderos sentimientos al mundo. Y nunca me cuestioné que sentimientos eran los que se encargaba de esconder tan ansiosamente.

Tampoco conocía las desgracias que había pasado los meses atrás. Ni siquiera me había tomado el tiempo de saber lo que sentía con su desdicha primordial, la muerte de sus padres. Nunca me encargué de preguntarle ni hablar sobre ello. Solo me conformaba con verlo sonreír.

Luego me torturaba la mente pensando en lo que lo había llevado a esto, pero sin sopesar en las causas reales. Simplemente me limité a ver la superficie de un torrente más profundo y basarme en ello para crear un veredicto.

Se suponía que yo lo amaba. Pero mis miedos me llevaron a aceptar lo que no quería y dejar que la felicidad se desvaneciera como neblina ante el crepúsculo. Me uní al ejército en busca de un escape de mis pensamientos y culpas, pero después de tanto correr, la nube negra terminó por alcanzarme.

—Entonces explícame para poder entender —le pedí—. Quiero saber porque se convirtieron en la Legión del Arlequín.

—No cambiaría nada. Además que no me daría tiempo —agitó su pincel y creó una gran pared de agua con el que en un primer momento pensé que me atacaría, pero era para detener un intenso fuego proveniente de mis espaldas.

Me giré rápidamente para ver quién era el atacante. No era uno solo, sino que se trataba los gemelos Oliver y Esteban Jet. Uno junto al otro, combinaban sus magias para crear una llamarada más intensa de lo normal. Esteban intensificaba el fuego agregándole aire y con ello se incrementaba el poder.

—Parece que hemos encontrado a uno de los peces gordos, hermano —dijo el vestido de rojo.

—Sí. Pero no será oponente para nosotros —aseguró el otro, con la túnica verde—. Oye niño, será mejor que te apartes.

—Por favor, esperen...

Como si no hubiesen escuchado mi pedido, el par se abalanzó a gran velocidad hacia el mago de los dibujos. Éste hizo un trazo rojo que un segundo después se transformó en una hoz de fuego que se lanzó hacía los pilares.

Volvieron a combinar sus magias para destruir el fuego creado por el chico. Era obvio que su poder de fuego era minúsculo en comparación a la de los pilares.

—Que problema —dijo el chico, mientras era acorralado por los gemelos. Las hojas de su grimorio se agitaron hasta llegar a un hechizo. Luego se iluminó con mucha intensidad—. Magia de Dibujos: Exposición de tempestades.

Todos los cuadros que quedaban en el salón se iluminaron, tras la pronunciación del hechizo. De ellos emergieron todo tipo de bestias y monstruos de variados elementos. Había serpientes de rocas y fuego, felinos gélidos y lobos incandescentes, gigantes de roca, águilas lanza-truenos y un sin número de otras formas grotescas. Una sola hidra me causó muchos problemas, pero ahora era una gran cantidad de monstruos.

Los pilares parecieron sorprendidos por el calibre del hechizo. No parecía que se esperaban algo así, de tal magnitud. Ni siquiera yo creí que fuese capaz de algo así.

—¿Qué hacemos ahora, hermano? —preguntó el Pilar Viento.

—Pelear, supongo —dijo, mostrándose muy diferente a como era antes. Parecía que su actitud retadora y osada desapareció totalmente al estar ante un montón de monstruos.

—Mis creaciones estaban selladas en las pinturas, solo tenía que abrir la puerta para que salieran —explicó el chico, mientras acariciaba la cabeza de un gran lobo negro de ojos resplandecientes y patas envueltas por fuego naranja.

Las bestias iracundas se abalanzaron sobre nosotros, desplegando un armamento de múltiples elementos. Los dos pilares se juntaron rápidamente y sus grimorios resplandecieron al mismo tiempo.

Magia de Combinación: Fuego del purgatorio —mezclando fuego con viento se generó una llamarada intensa, capaz de derretir la roca y el metal.

La ola naranja y dorada arrasó con los monstruos que estaban más cerca, pero en vez de reducirse el número, solo se incrementaban. Como había dicho el sujeto con túnica colorida, solo tenía que abrir la puerta para dejar salir a más bestias.

Era una magia increíble. Estaba bien pulida y él sabía utilizarla sabiamente. No iba a ser fácil detenerlo sin herirlo. En suma, ni siquiera sabía si existía la posibilidad de hacerlo.




Buenas, buenas ¿que les está pareciendo la historia hasta ahora? Ya está próximo el final, ¡que emoción!

Los dejo para continuar publicando capítulos. espero que disfruten todo lo que viene.

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