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Capítulo XLVI: Mundo de sueños

La noche llegó, junto con una fría brisa procedente del oeste. En ella se percibía cierta fragancia a tierra mojada, y su frialdad me indicaba que se aproximaba una tormenta.

Todos estábamos en nuestras posiciones, esperando expectantes al inicio de la batalla. No había entusiasmo por ello, por el contrario, era bastante estresante. Más para mí, que el peso de la responsabilidad se cernía sobre mi espalda.

Por suerte había enviado al grupo de Dante temprano, anticipando un bloqueo del espacio a nuestro alrededor. Había aprendido mucho estudiando los documentos y libros en la oficina de Ashton. Gracias a ello, sabía que ellos nos aislarían dentro de nuestra casa para impedir cualquier huida y así mantenernos mientras que elaboraban una estrategia.

Aun cuando existiese una barrera perturbando el espacio, podía sentir con claridad el movimiento fuera de la casa. Había oficiales del ejército y también de los escuadrones especiales, todos reunidos en las afueras de nuestra casa.

—Jack, mantente alerta. Creo que iniciaran su ataque en cualquier momento —le advertí por medio de las herramientas de comunicación de Gasper.

Está bien. Tengo todo tipo de cuadros, listos para dejarlos boquiabiertos —aseguró el pintor.

—Connor, ¿puedes ver el tiempo exacto de cuando iniciará? —le pedí a mi otro compañero.

Tardó unos cuantos segundos en responder—. Cuarenta segundos, entrarán de frente.

Me sentía ansioso, pero a la vez confiado. Había repartido muchas trampas y el espacio dentro de la casa lo modifiqué y alargué a tal punto, que aun cuando anularan las trampas, tardarían bastante tiempo en llegar a nosotros.

Sentí como un grupo ingresó a la casa. Debido a que mi magia estaba esparcida por toda la casa, podía sentir por donde se movían y que trampas activarían.

Seguramente al entrar se toparon con las doce puertas que había dispuesto a lo largo de un pasillo. El objetivo era separarlos en grupos pequeños y la gran mayoría acabaría en otros lugares dentro de la complicada estructura de la casa. Probablemente la mayoría acabaría perdiéndose en el laberinto en el que transformé el lugar.

Los pocos que lograsen acertar, acabarían frente a mi o Jack. Cosa que sería muy mala para aquel desafortunado, por muy fuerte que fuese.

—Bien chicos. Ya inició —alerté a mis compañeros.

Ok, estaremos alerta. Ustedes dos, cuídense —respondió Jack.

Miré a mi hermano. Él estaba nervioso, pero su seguridad era mucho más fuerte. Si algo llegase a ocurrir, al menos me sentía feliz por haberlo conocido y luchar a su lado.

Como había predicho, el grupo se dividió bastante y la mayoría de ellos fueron repartidos por distintos puntos de la casa. Sin embargo, hubo tres que tuvieron la desdicha de ser transportados a mi espacio. Había llegado mi momento de pelear.

Eran dos hombres y una mujer. Los tres con distintos colores de túnicas. El hombre más grande e imponente llevaba puesta una de color gris. Llevaba un parche sobre uno de sus ojos, lo que hacía que su mirada fuese tosca y fuerte. La mujer llevaba una túnica blanca, sobre su cabella llevaba un gorro de piel del mismo color. Y el hombre restante estaba vestido por una túnica violeta muy clara.

—Bienvenidos a mis aposentos, caballeros y dama —los saludé, haciendo una reverencia exagerada. Tenía que mostrarme tal como ellos esperaban, un bufón rebelde que se burla del sistema—. ¿Quieren acabar con esto rápido o lento?

El hombre impotente dio un paso fuerte hacia delante. El otro par se quedó detrás. Detallándolo mejor, supe quien se trataba. Sería un oponente difícil, pero podría con él.

—Me han ordenado que te capture con vida —hasta su voz era igual a él—. Pero supongo que no te rendirás solo porque te lo pida.

—Muy cierto, señor Zen Blacksmith —le dije—. Y si planea capturarme vivo, será mejor que desista de esa idea —saqué mi grimorio e inicié a activar el hechizo que había creado.

Con él, no había ninguna posibilidad de perder.

El trió se puso inmediatamente alerta y sacaron sus grimorios también. A diferencia de los otros dos, el Pilar Hierro se abalanzó sobre mí a una velocidad sobrehumana. Buscando impedir la realización de mí hechizo.

Magia de Hierro: Gran mazo de hierro —invocó un martillo gigante. Ciertamente sería un gran problema si llegase a recibir un golpe de esa bestia.

Sin embargo, mi hechizo estaba activado. Ya no tenían escapatoria.

Magia de Combinación: Reverie World —sin que pudiesen hacer algo, mi hechizo combinado envolvió a todos y nos transportó a un lugar especial.

En mi entrenamiento, mientras practicaba mezclando magias, descubrí que al combinar la Magia de Espacio y la Magia de Dibujos, terminaba por crear un mundo separado donde la realidad era lo que yo quería que fuese. Cualquier cosa surgiría con solo imaginármelo. Ciertamente era un mundo de sueños.

Reverie World no parecía tener fin. Lo único que se veía hacia arriba era un infinito manto azulado, de distintos tonos fríos. Flotando inertes en la inmensidad había objetos gigantes y lejanos, cosas tan comunes como libros, juguetes, caramelos u otras cosas que pudiera imaginar.

No existía el suelo en ese lugar. Los únicos puntos de apoyo eran los objetos flotantes cercanos. Aunque yo no los necesitaba, puesto que podía mantenerme suspendido al igual que las cosas que adornaba a este mundo ilusorio.

—¿¡Que es esto!? —inquirió el sujeto con la túnica violeta. Parecía bastante alterado.

No lo culpaba, un segundo atrás estaba en un lugar y ahora se encontraba en otro totalmente distinto.

—Bienvenidos a Reverie World —les dije, mientras flotaba encima de ellos—. Aquí no tienen oportunidad de vencerme.

—Ya veremos eso —aseguró el capitán, dando un salto gigantesco en mi dirección, preparando ese gran martillo para golpearme con él.

Al verlo acercarse de ese modo, me imaginé que una llamarada sería suficiente para detenerlo. Un oso de peluche que flotaba junto a mí, se movió suavemente hasta colocarse enfrente de mí, alzó sus extremidades superiores y de ella, emergió un gran chorro de fuego.

El hombre lo esquivó de alguna forma. Aun estando en el aire. Sin embargo, perdió el impulso y regresó al punto desde donde había saltado. Los tres oficiales se mantenían gracias a un inmenso libro cerrado bajo sus pies.

—Veamos como manejan esto —declaré. Luego me imaginé a una serpiente de dos cabezas, capaz de lanzar dos ataques elementales.

Inmediatamente apareció lo que imaginaba. Una cabeza lanzaba una potente centella azul, mientras que la otra un gran chorro de agua.

Los tres saltaban con fuerza en distintas direcciones, buscando esquivar el ataque.

Magia de Nieve: Rigor Mortis —la chica de blanco provocó una helada ventisca en mi dirección.

Extendí mi mano e imaginé que aparecía ante mí una pared de fuego. Este elemento detuvo con facilidad al hechizo de la chica.

Pero ese instante de distracción fue aprovechado por el capitán Zen. El cual se abalanzó sobre mí. No había oportunidad de contraatacar. Lo único que pude hacer fue imaginarme un muro de acero entre él y yo.

El impacto entre su martillo gigante y mi defensa fue tal, que la onda expansiva resultante me empujó en sentido opuesto, por suerte, alejado de ese hombre con fuerza monstruosa.

—¿Estás bien, Zack? —inquirió mi hermano.

—Sí. Puedes encargarte de aquellos dos —le pedí—. Yo me concentraré en el pilar.

Elijah asintió. Sacó su arco e inmediatamente comenzó a dispararles flechas mágicas.

Ahora podía tener una total atención hacia el hombre imponente. Si bien este mundo era impresionante y me hacía invencible, tenía que acabar rápido, puesto que también consumía bastante magia mantenerlo.

Me alejé de mi hermano y los dos restantes. Tal como esperaba, el pilar me siguió, blandiendo ese martillo que me agotaba solo mirarlo. Me sorprendía como alguien podía siguiera sostenerlo, se veía más que pesado. Pero Zen Blacksmith lo hacía parecer como si sostuviese una cuchara.

—¿Por qué no hablamos un poco? —dijo él, de repente. Seguramente pretendía distraerme. Sin embargo, decidí seguirle la corriente.

—¿Qué quiere hablar, señor Pilar? —inquirí desde un punto lo suficientemente alejado para reaccionar a un posible ataque.

—Por lo que sé, eres alguien muy bueno y amable con los demás ¿Por qué tomas este camino tan violento?

—No me creería si se lo dijera. Además, ¿qué cambiaría con eso? Yo soy un terrorista —realmente me sorprendía que dijese esas cosas de mi. No era algo que alguien leal al reino diría.

—Tal vez no importe mucho, pero un buen amigo mío me habló de ti y me encantaría escuchar tu historia —abrí los ojos por la sorpresa, ¿quién había sido esa persona?—. Me contó muchas cosas buenas de ti. Así que pruébame y cuéntame lo que te llevó a esto.

—No tuve otra elección, ¿qué otra cosa cree que pude hacer, luego que me arrebataron todo? ¿Vivir una vida feliz? ¿Olvidar lo ocurrido y agachar la cabeza ante los que matan y torturan? —cree varias águilas de fuego e hice que se abalanzaran hacia él—. No espero que comprenda mis motivos, usted tiene un deber y yo una meta que cumplir.

El tipo simplemente desintegro mi ataque golpeando con su martillo. Aun cuando el fuego fuese superior al metal, no pareció hacerle nada. Era bastante fuerte como para mover ese pesado martillo y golpear mis ataques con la fuerza suficiente como para desaparecerlos al instante.

—Así es. Tú y yo caminamos distintos sentidos en una misma vía. Y en este momento chocamos —agitó las páginas de su grimorio y activó uno de sus hechizos—. Magia de Hierro: Descarga del cañón impetuoso.

Creó lo que parecía ser un cañón de metal, el cual sostenía con ambas manos y lo apuntó en mi dirección. Yo rápidamente me imaginé una forma de detenerlo.

Se escuchó una fuerte detonación proveniente de su arma, seguramente una esfera maciza impactó un muro de hierro que me había imaginado. Este se dobló a causa del proyectil. Sin darle oportunidad para continuar con su ataque, hice aparecer innumerables cuchillas metálicas que lancé en su dirección.

El invocó otro hechizo que cubrió todo su cuerpo por una armadura de hierro impenetrable. Aun cuando los cuchillos fuesen del mismo elemento, no parecía siquiera afectar a su defensa.

Hice que un oso de felpa lanzara una llamarada de fuego bastante fuerte, lo suficiente como para derretir el metal. Como esperé, el sujeto se movió para esquivarlo. Era obvio que conocía el riesgo que corría si encaraba tanto fuego, estando cubierto por un material sumamente conductor de calor.

—Es sabio en sus movimientos, señor Zen —declaré. No dejaba de sorprenderme que aun siendo cubierto totalmente por una pesada armadura de hierro, se movía igual de rápido que antes.

—Tú eres igual. Este hechizo tuyo es magnífico. Si hubieses ingresado al ejercito, seguramente todos los pilares hubiéramos peleado por ti —aseguró—. Aunque hay algo que me inquieta.

—¿De verdad? ¿Y qué es?

—¿Por qué te estás conteniendo conmigo? ¿Acaso me subestimas, o estás buscando ganar tiempo?

Abrí mis ojos por la sorpresa. No había forma que supiera mis planes. No comprendía cómo era que lo había deducido. Realmente Zen Blacksmith no era igual a los otros pilares. Era más perceptivo e inteligente. A pesar de ser todo músculo y poseer una fuerza bestial, también era bastante perspicaz.

—Parece que es muy deductivo, señor —un vórtice de agua apareció a mi alrededor, girando con bastante fuerza—. Y tiene razón, me interesa ganar todo el tiempo posible. Aunque ahora que lo sabe, me veo obligado a mostrarle el verdadero poder de este mundo ilusorio.

El vórtice creció a tal forma, que envolvió en un instante todo lo que alcanzaba a ver. Un instante después, toda el agua tormentosa se transformó en hielo macizo. El paisaje mítico de Reverie World se transformó en un mundo blanco y azul, donde picos de hielo se erguían filosos y agresivos, con diversas formas, como olas cortantes y colmillos agudos.

No había mucha posibilidad que alguien pudiera escapar al hechizo. Los únicos resultados eran haber sido atrapados en el hielo, o atravesados por los carámbanos. La pregunta era: ¿en cuál de estas opciones había caído el Pilar Hierro?



Uff, espero que les haya gustado este capítulo.

¿Qué opinan de este capítulo, les gustó? Espero que sí, porque a mi me encantó escribirlo.

Voy a tratar de seguir subiendo capítulos, si el internet kk me lo permite U.U

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