En voz de Darrell

Por más que intentara comprender la situación, simplemente no conseguía una explicación lógica que me satisficiera. No podía entender las razones que incentivaron a Zack a actuar así en contra del reino.

Tal vez era obligado por el sur o por propia voluntad, pero la historia detrás de ello era lo que acaparaba mi concentración. No me importaba estar siendo interrogado por el ejército ni mucho menos los rumores que inmediatamente comenzaron a circular, apenas se supo que yo conocía al líder de la Legión del Arlequín.

Al recuperar la conciencia, pude contarle todo lo ocurrido a mi padre. Él no parecía tan sorprendido como yo al descubrir que Zack era el líder de ese grupo. Inclusive aseguró que una parte de él sentía que ya lo sabía. No lo comprendía del todo.

Cuando el ejército llego, rápidamente buscó interrogar a todos los que luchamos con ellos. No fue de mi boca que se enteraron que yo conocía a Zack, fue Amelia quien lo delató. Gracias a ella, fui escoltado como persona de importancia en la investigación. Lo que también se podría traducir como un sospechoso de traición.

—Déjame ver si entendí tu historia —habló uno de los oficiales que me estaba interrogando—. El líder de la Legión del Arlequín vivió contigo durante gran parte de tu vida y hace unos meses se marchó a un lugar que desconoces —asentí—. No conocías su paradero ni tampoco los planes que tenía en contra del reino. ¿Cómo es que no sabías nada de esto, si prácticamente se criaron juntos?

—Antes que se marchara, hubo algo entre nosotros que no distanció. A raíz de esto él decidió irse a vivir con su familia en la Región Suroeste. Desde ese momento perdí total comunicación con él —aseguré—. Luego ingresé al ejército, lo que consumía gran parte de mi tiempo y energía. En esta condición era menos probable comunicarme con él.

—¿Tampoco conocías a los demás miembros del grupo? —inquirió el otro oficial. Negué con la cabeza a su pregunta.

—Supongo que ellos son los otros miembros de la academia que poseía su tío —les dije—. Escuchen, no juzguen a Zack aun como un terrorista. Creo que debe haber una explicación para esto. Lo conozco, él no haría todo lo que hizo solo por gusto.

—Señor Rosewald, solo nos basamos en la evidencia que hay. Si es o no obligado a atacar a altos mandos militares, no es relevante. El hecho de atentar en contra del reino, es motivo de castigo.

—No creemos que sea coaccionado. Ocultó su identidad y se infiltró en Comondor con el nombre de Lewis. Tuvo acceso a información secreta y la usó para destruir al Escuadrón Celeste y asesinar a Semion Spiegel. Se aprovechó de la oportunidad para atacar a los pilares en su fiesta de compromiso. Todo fue planeado exhaustivamente. Una persona obligada, no sería tan minuciosa.

Ciertamente sus argumentos eran certeros. Para ellos no existía ninguna duda que Zack estaba actuado de forma voluntaria. Aun cuando la evidencia me golpeara en el rostro, sentía dudas, o más bien esperanza que no fuese así.

—Necesitamos que nos cuente más acerca del Arlequín de la Copia. Cualquier cosa que crea que nos pueda ayudar en contra de su magia.

—No sé que más decirles. Cuando vivía con nosotros, nunca mostró atributo para la magia. Incluso cuando recibió su grimorio, no poseía ningún hechizo. Pensaban que era incapaz de darle un elemento a su magia —aunque mi padre y yo no estábamos tan de acuerdo con ello—. Por lo que vi, su Magia de Copia puede imitar cualquier hechizo, sin importar su atributo. Lo único que tiene que hacer es tocar el grimorio cuya magia quiera copiar.

—Es decir que técnicamente sería difícil enfrentarlo, ya que se aprovecharía del punto débil de nuestra magia. La única opción es que usted se enfrente a él.

—¡Qué! ¡No, no puedo hacer eso! —aseguré sin dudar. No podía estar de nuevo frente a él con la intención de pelear. No me sentía capaz de levantar mi espada en su contra.

—Usted es el único que puede hacerlo. La Magia de Espadas que usted posee, crea espadas mágicas de cualquier elemento. Ni en el ejército, ni dentro de los escuadrones hay alguien capaz de ello, además de usted. Por eso debe ser quien se enfrente al Arlequín de la Copia. Es su deber como oficial de un escuadrón bajo las órdenes de la corona.

—Si no, será acusado de traición y se le encerrara —amenazó el otro oficial—. En este momento tiene que mostrar su lealtad al reino o por el contrario, caerá junto con los terroristas.

—¿Creen que pueda vencerlo? No hay ninguna garantía que gane. Además que no solo está él. También hay otros con grandes poderes. Parece que han entrenado mucho y ha llevado sus habilidades a otro nivel.

—Los pilares restantes irán junto con parte de sus escuadrones. Aunque los superemos en números, siempre habrá la posibilidad de fallar ante esos magos con múltiples atributos. Por eso hay que enfrentarlo con un poder similar y equivalente. Siempre estuvieron a un paso delante de nosotros y nos tomaron desprevenidos. Esta vez será diferente. Habrá una estrategia estipulada.

Prácticamente no tenía otra opción. Si me negaba, me encerrarían como a un animal y seguramente mi padre correría con la misma suerte. No podía dejar que eso ocurriese. Ya bastante había que enfrentar cuando la aristocracia se enterara que acogimos a un terrorista durante años. Se acercaba momentos oscuros para el apellido Rosewald. No había razones para continuar oscureciendo nuestro porvenir.

Aunque no estaba dispuesto a pelear en contra de Zack, esperaba al menos convencerlo de detener sus planes y así optar por una resolución más o menos pacifica. Usaría todas las herramientas posibles para que al menos le perdonasen la vida.

Los dos oficiales me escoltaron a un gran salón donde desde afuera se escuchaba un gran bullicio. No se entendía nada, todos querían ser escuchados al mismo tiempo.

Dentro de este salón había varias personas, con distintos colores de túnicas. Pero de entre la gente deslumbre a mi capitán. Era el único que no hablaba, simplemente miraba con seriedad al parloteo sin sentido del resto.

—¡Ya cállense! Me duele la cabeza —gritó un hombre. Llevaba una túnica roja con algunas líneas amarillas. Junto al había otro mago exactamente igual, con la diferencia que éste poseía una túnica color verde opaco—. Por esta razón odio reunirme con el ejercito. No son más que un montón de descerebrados y brutos.

Todos guardaron silencio al escuchar hablar al líder del Escuadrón Escarlata, Oliver Jet.

—B-buenas tardes, señores —se anunció uno de los oficiales que me había escoltado hasta allí—. Aquí está Darrell Rosewald. Participará en esta reunión de emergencia para hablarles sobre el líder de la Legión del Arlequín.

—¿Qué nos puede decir él? ¿Acaso ha descubierto algo que nos puede ayudar? —inquirió un hombre delgado y pálido que parecía estar oculto entre el resto. Vestía con una túnica del Escuadrón Azabache. Seguramente se trataba del capitán y Pilar Tinta, Rodric Wordsworth.

—Él conoce al líder de la Legión del Arlequín desde hace años. Ese conocimiento será de utilidad cuando se enfrente a él —sin decir más, el par de oficiales abandonó el lugar.

Todos los presentes me observaban fijamente. Sentía como si me clavaran miles de agujas con sus miradas inquisitivas. Realmente era intimidante estar allí, en esa situación.

—Jovencito, no tenemos todo el día, cuéntanos lo que sabes —rompió el silencio el Pilar Viento, Esteban Jet. También capitán del Escuadrón Aceituna y hermano gemelo del Pilar Fuego.

—¿Q-qué quieren saber? —realmente era incómodo ser observado así.

—¡Lo que sea! Debilidades, fortalezas, cualquier cosa que nos ayude para vencerlo —dijo el señor Esteban, con clara impaciencia.

—¿Cómo es que lo conoces? —preguntó uno de los generales. Por la forma como miraba al Pilar Viento, no estaba muy feliz con su forma de actuar.

—Vivimos juntos durante años. Él perdió a sus padres hace muchos años, por lo que mi padre lo acogió en nuestra casa —expliqué—. No tengo información de cómo vencerlo, ya mientras vivía con nosotros no mostró ningún atributo para su magia y mucho menos un hechizo. Hace unos meses se marchó de nuestra casa, con un pariente perdido que dio con su paradero. No tengo ningún conocimiento de lo que pasó con él durante todo este tiempo.

—No es de mucha ayuda tu información, ya que se nota que tu conocimiento es bastante limitado. Pero de seguro tu participación será crucial. Aun cuando no lo digas, estoy seguro que conoces aspectos que nos ayudarán en la batalla —aseguró el comandante del ejército. El mismo al que le entregué el informe aquel día que vi a Zack y no lo reconocí—. Ahora que ya hay algo de calma en el salón, el Pilar Tinta que nos dirá las identidades de los demás miembros de la Legión del Arlequín. Gracias a la cooperación con el Escuadrón Níveo, la investigación fue en un tiempo record.

—Muchas gracias por darme la palabra, señor —se puso de pie el señor Rodric—. Si bien no conocíamos la identidad de ninguno de ellos, gracias al reconocimiento de uno por parte de la capitana Iris Leuchtend y también por el joven Rosewald, hemos podido rastrear a los demás miembros y descubrimos parte de su historia. Todos estos jóvenes pertenecían a una pequeña academia de magia en la Región Suroeste, perteneciente a Evan Navolger. Este fue ejecutado, junto a su esposa, por el difunto Pilar Espejo hace unos meses, como parte de una misión secreta. Los detalles de este hecho no se me permitió acceder por completo, pero la razón por la que el pilar tomó esa acción, fue debido a que ellos se rebelaron en contra de las ordenes directas del rey —me horroricé al escuchar eso. No me había imaginado que el tío de Zack hubiese sido asesinado por el capitán Semion. Ahora la historia comenzaba a tener sentido—. En esta academia vivían ocho jóvenes, de entre dieciocho y veintidós años. Luego se uniría el más joven, de diecisiete años, Zack Navolger. El mismo que está ahora comandando a este grupo de terroristas.

—¡¿Diecisiete?! —se exaltó el capital Oliver. No era el único, todos se mostraron absortos por la información—. ¡¿Cómo es que alguien tan joven posee tal poder?

—Aunque parezca sorprendente, este jovencito posee una gran cantidad de poder mágico y la capacidad de manejar varios elementos. Éstas son las razones por las que es tan peligroso —explicó el hombre con la túnica negra—. Como continuaba diciendo, en esta academia vivían ocho jóvenes. Elijah Navolger es el mayor y por lo que hemos averiguado, es también hermano mayor de Zack Navolger. Es usuario de Magia de Memorias, un poder que puede manipular la mente de los demás, borrar sus recuerdos y también encerrarlos en memorias perpetuas. Otro es Gasper Pyxis, posee Magia de Brújula, un tipo de magia que permite cambiar las direcciones y trayectorias de objetos y hechizos, como magia defensiva es difícil de derrotar. Danna Flame y Samuel Noir son dos magos de estatus bajo, no hay mucha información de Danna, pero lo que sabemos de Samuel es hijo ilegitimo del noble Leuchtend, de ahí su gran poder mágico. Samuel es usuario de Magia de Oscuridad, y la chica posee Magia de Fuego, esto le da gran movilidad y poder de ataque.

—Ya veremos si es capaz de igualar mi magia —habló el Pilar de Fuego, parecía emocionado.

—Dante Weaver es un usuario de Magia de Hilos. Usa un par de marionetas gigantes con las que ataca y defiende a sus compañeros. Si se logra destruir esas marionetas, quedará imposibilitado e indefenso —aseguró el Pilar Tinta—. De este joven solo se conoce el nombre, Connor. No hemos encontrado ningún registro de él. Usa Magia de Tiempo, una magia rara que le permite detener el tiempo para aprisionar, acelerarlo para atacar y retrocederlo para sanar. Tenemos la sospecha que esta persona ha vivido más tiempo que cualquiera de nosotros, debido a que se aprovecha de su poder sobre el tiempo. Por último está Jack Dérain. Es la segunda amenaza junto con Zack Navolger, debido a que éste también posee la capacidad de manipular varios elementos, por medio de su Magia de Dibujos. Su pintura se puede transformar en cualquier elemento que desee. Así que es primordial capturarlo, junto con Zack. Si llegamos a derrotar a ambos, el resto de los arlequines será pan comido.

—Tengo una pregunta —alzó la mano una chica, miembro del Escuadrón Níveo. Era la única que estaba allí. Me suponía que estaba presente en representación de su capitana, que debido a las heridas no pudo asistir—. ¿Cuando se piensa atacar la guarida de este grupo?

—Esta misma noche de ser posible, señorita vicecapitana —aseguró el señor Rodric—. No podemos darles el tiempo para que abandonen su actual posición y desaparezcan. Actualmente sabemos el lugar y hemos ordenado la evacuación de los civiles de esa área. Es muy probable que haya un enfrentamiento muy destructivo.

—¿Qué garantías hay que aun sigan allí? Pueden usar portales para transportarse a cualquier parte del reino —el cuestionamiento del capitán Oliver era bastante valido.

—Por ahora tenemos a magos que mantienen una barrera sobre la casa, que bloquea cualquier portal que dé un camino hacia el exterior—explicó el hombre de negro—. Y hay un gran poder mágico agrupado en el interior. Eso indica que están todos reunidos allí.

—¡Bien, tenemos que atacarlos cuanto antes! —ordenó uno de los generales, mostrando mucha emoción por el evento.

El señor Rodric lo miró con un poco de incomodidad.

—Escuchen, señores oficiales —se rascó la cabeza—. Es solo una sugerencia de mi parte, pero creo que es mejor que el ejército no se involucre en esto.

Todos los hombres de túnica marrón se mostraron claramente ofendidos por la sugerencia del pilar.

—¿¡Como que el ejército no se involucre!? —inquirió furioso el general que se había mostrado entusiasta—. ¿¡Acaso dudas de las habilidades del ejército real!?

—No me lo tome a mal, señor Novak. Es solo que para una ofensiva así, se necesita de una organización muy especializada. Los magos de los escuadrones están calificados para este tipo de estrategia. Pueden amoldarse a un plan en poquísimo tiempo y realizarlo a la perfección. El ejército es menos flexible en este aspecto.

—¡Esto es un insulto...!

—Pienso que es lo mejor —se apresuró a decir el comandante, antes que hubiera una confrontación entre los pilares y los generales—. Los escuadrones están más especializados a este tipo de maniobras ¿Cómo estaría conformado este grupo de incursión, capitán Rodric?

El general ofendido guardó silencio a mala gana, al ver que su superior estaba de acuerdo con la idea del Pilar Tinta.

—Lo mejor sería conformarlo por los cinco miembros más fuertes que posee cada escuadrón, a estos se le suma los pilares que en estos momentos podemos combatir. Sería más que suficiente para realizar un asalto.

—Me parece bien. Entonces esta noche acabaremos con la Legión del Arlequín. Espero mucho de los escuadrones y de ustedes, pilares.

Después de unas cuantas palabras de aliento por parte del general, concluyó a reunión de emergencia con todas esas personas importantes.

Me sentía abrumado por toda la información. Pero también abatido por saber lo que tuvo que sufrir Zack con el fallecimiento de su tío. Aunque no estuviese de acuerdo con lo que estaba haciendo, al menos comprendía el motivo que lo llevo a hacerse enemigo del reino entero.

Sin embargo, lo que más me afectaba era el hecho que estaba obligado a combatir contra él. No quería hacerlo, pero tenía un deber que me sobrepasaba. Estar en esta situación me hacia cuestionar todas mis decisiones, actuales y pasadas. Me preguntaba como habrían resultado las cosas si hubiese tomado un camino diferente. Tal vez, Zack estaría junto a mí, no como un amigo o hermano, sino como algo más. 

Nuevo capítulo, espero que lo disfruten como la antesala a lo que viene *pirada perversa*. Preparense para lo que viene con los capítulos finales.

Chao, chao.