Capítulo XLIV: Separación temporal
Después de haber modificado la casa y todos sus espacios, mis amigos y yo nos reunimos por última vez en la sala principal. Obviamente se sentía algo de estrés y temor. Todos estábamos muy conscientes que este sería el acto más arriesgado de todos. La posibilidad de morir estaba más presente que nunca, puesto que no solo nos separaríamos en dos grupos, sino que también dentro de la casa también nos repartiríamos en dos espacios separados con el fin de dividir al enemigo. Era ventajoso en una parte, ya que nos aprovecharíamos de la confusión por la separación y el hecho que Jack y yo manipulamos muchos atributos. Pero también nos ponía en desventaja numérica ante el ejército que incurra en nuestra casa.
Pero a pesar de esto, podíamos presentir que nuestra meta estaba cercana. Solo había que hacer este último movimiento arriesgado para poder rescatar a Tom y desaparecer nuevamente.
—Oigan, chicos —habló Gasper—. He estudiado un sitio en el reino de Pradia, al norte. Es un lugar donde habitan los mixinos. Estoy seguro que ellos nos podrían dar refugio cuando acabemos con todo esto. Es poco probable que la guerra entre el sur y el resto de las regiones dure mucho tiempo. Una vez que haya terminado, podremos ir a un lugar en paz.
Supuestamente se decía que los monjes del credo Mixi, o mixinos, vivían en regiones apartadas para poder meditar y vivir en paz con la naturaleza. También eran muy bondadosos con los refugiados y promovían a estos a unírseles a su religión. Lo que sabía de ellos, por medio de los libros, era que ellos disfrutaban de la paz que brindaba la naturaleza y por medio de la meditación profunda, hacían evolucionar sus magias. Por ello, los más mayores eran capaces de usar atributos y hechizos más refinados que cuando eran jóvenes. Brindaban apoyo a los necesitados, como manera de pago al mundo por permitirles existir y los beneficios recibidos. Eran partidarios de la paz, sin lugar a dudas. Definitivamente estar con ellos era lo mejor para nosotros una vez hayamos terminado con todo.
—¿Se imaginan a nosotros como monjes? —inquirió Samuel.
—¿Y tú con la cabeza rapada? —intervino Jack—. Sería muy divertido verte así. "Samuel, el monje calvo"; sería un interesante cuadro.
Todos reímos al imaginarnos ese escenario.
—Hablando seriamente. Pienso que irnos con los mixinos es nuestra mejor opción. Viviríamos alejados de todos los problemas y no habría temor a ser atacados por las represalias después de la guerra. Nadie sabría que estamos con ellos —les dije. Todos concordaron conmigo.
—Y sería interesante convivir con magos que han hecho evolucionar sus magias —agregó Gasper.
Continuamos conversando sobre el tema. Aunque sabía bien que toda la charla era una distracción para retrasar lo inevitable. El sol había cruzado ya una gran porción del cielo, lo que significaba que la mayor parte del día había transcurrido. Solo era cuestión de tiempo para que llegasen los oficiales del ejército. Aunque por lo que había aprendido durante mi trabajo con Ashton, estaba seguro que atacarían en la noche. No sabía quienes vendrían, pero de seguro que no serían pocos ni débiles.
Afortunadamente tenía un plan cuando estuviese rodeado por ellos. No se lo esperarían. Jack tampoco se tenía que preocupar, puesto que se había dedicado a pintar una gran cantidad de cuadros con distintos hechizos, listos para ser activados. En resumen, estábamos preparados para enfrentar lo que fuese.
Lo que más me preocupaba era que Dante y los demás no tuviesen ningún problema en su parte del plan. Estarían muy lejos de Connor y de mí en caso que alguno resulte herido y necesite sanación urgente. La responsabilidad de proteger al resto recaía en Gasper y su Magia de Brújula. Danna y Samuel serían los pilares de ofensiva, mientras que Dante los apoyaría desde atrás con sus hilos y marionetas.
Nuestro grupo se dividiría en dos. Mi hermano insistió en permanecer junto a mí, por lo que el otro par se compondrían de Jack y Connor. Mi plan en la casa era colocar varios hechizos disruptivos en las habitaciones y así aprisionarlos durante el tiempo que fuese necesario. Aun cuando entrasen en grupos grandes, terminarían dispersos en un laberinto casi interminable causado por las perturbaciones espaciales de mi magia.
Mientras pasaban las horas, nos dedicábamos a recuperarnos lo mejor posible. Teníamos que estar en las condiciones más óptimas, aun cuando en la noche anterior habíamos tenido un combate muy intenso.
Tanto Connor como yo nos dedicamos a sanar las heridas superficiales que teníamos, mientras que el resto se concentraba en acumular magia en sus collares. Yo había contenido tanto poder mágico en el mío, que prácticamente podría hacer desaparecer todo Ipsy de una explosión. No necesitaría detenerme a reponer energía, ya que tendría una fuente constante a dónde acudir en caso de necesitarla. Además que no sería tan agotador realizar los hechizos de Magia de Combinación que tenía en mente.
A pesar de lo expectante del momento, me sentía extrañamente ligero. Como si el peso de mantener oculta mi identidad se hubiese esfumado. Aunque si sentía una molestia en mi pecho, por tantas cosas que tenía contenido. Principalmente lo relacionado con Darrell y también Ashton.
Rememorar ese instante en el que me confesó aquello que supuestamente sentía, me causaba un raro sentimiento difícil de explicar. Pero sin duda alguna, estaba muy alejado de la alegría. Era algo más como una mezcla de la culpa, la rabia y la tristeza.
Me sentía culpable por haber sido el responsable de ese desorden. Estaba seguro que Darrell confundía su cariño por amor. Aun cuando mi corazón insistiese lo contrario, era mejor pensar así.
Ashton también me preocupaba. Suponía que su reacción no sería nada buena al enterarse de todo. Era lo mejor y más conveniente que me odiase. No había ninguna razón para que fuese arrastrado en este camino fangoso. Si sentía rencor por todo lo que hice y le oculté, más rápido se olvidaría de mí.
No era digno de recibir afecto de ellos. Ambos eran tan buenos que no merecían permanecer aferrados a un hombre con una vida tan caótica. Ellos tenían que enamorarse de alguien que de verdad valiese la pena. No como yo, un ser defectuoso sin futuro ni vida. Incapaz de vislumbrar la luz. Solo dedicarme a ver las sombras inertes de un porvenir vacío.
Aun cuando poseíamos un plan, yo sentía que no pertenecía a él. No había ninguna razón para continuar con mis amigos y manchar aun más sus futuros. Cuando rescatemos a Tom y cumpliéramos con el compromiso hacía el sur, desaparecería de sus vidas. Así tendría más opciones y no estarían obligados a seguirme en mi destrucción.
—Oye Zack. Estás muy pensativo y callado ¿ocurre algo? —inquirió mi hermano.
—N-no te preocupes. Estoy bien —le aseguré. El solo me miró seriamente.
Sin previo aviso me tomó del brazo y me haló por un pasillo solitario.
—Recuerda que puedo manipular la mente y también leerla. No me engañes, ¿qué te pasa?
—A ver, no tengo nada. Deja de preocuparte tanto por mí, ¿sí?
—No lo puedo evitar. Eres mi hermano menor —sus palabras causaron que mi corazón se sintiese raro.
—Lo sé... es solo que es difícil no pensar en cómo serían sus vidas sin mí. Lo he arrastrado a esto y no me siento feliz por ello.
—¿Pero qué dices? Hacemos esto por Tom. Cuando lo rescatemos, nos iremos lejos para construir nuestras vidas como antes.
—Con todo lo que está pasando, hasta estoy dudando si mi intensión real era rescatar a Tom —confesé—. Mientras más pasa el tiempo, más pienso que lo que me llevó a hacer todo esto, fue mi odio hacia la nobleza y mis deseos de venganza. Solo utilicé a Tom como excusa para hacer esas incursiones peligrosas. Soy una persona terrible.
—No creo que sea así. Solo estas dejando que la culpa y el temor implanten esos pensamientos en tu cabeza. Crees que de haber sido así, todos te hubiésemos seguido en esto. Lo que motivó a todos nosotros fueron tus deseos puros.
—Tal vez sea así, o tal vez no. Justo ahora no se qué pensar.
—Quizás solo necesites olvidar —sugirió—. Dime lo que en realidad te aqueja y te haré olvidarlo.
No había necesidad de meditarlo mucho—. Temo perderlos. Me aterra imaginarme que alguno de ustedes muera por mi culpa.
—Muy bien —sacó su grimorio y agitó sus páginas. Luego puso su mano en mi frente. Se sentía cálida y suave—. Olvida tus temores. No pienses en que alguien morirá. Solo imagínate la recompensa luego de haber alcanzado nuestra meta.
Sin previo aviso, fui envuelto por su acogedor abrazo. Claramente no me había hecho olvidar con su magia, solo me estaba mostrando que estaría conmigo pasara lo que pasara. Aun cuando la desesperación estuviese por devorarnos.
—Gracias... —él quiso separarse de mí, tras mi agradecimiento. Sin embargo, no se lo permití. Me aferré con aun más fuerza—. Quiero quedarme así un rato más. Me gusta estar así.
El rió un poco. Aunque correspondió sin chistar mi deseo—. Está bien. A mí también me gusta. Recuerda que siempre puedes contar conmigo para lo que sea. Aquí estaré, cerca de ti.
Aunque mis temores aun estaban presentes. Sentir el contacto cálido y cariñoso de mi hermano me hacía olvidarlos momentáneamente. No sabía si era efecto de su magia u otra cosa, pero sus palabras aligeraban un poco el peso de la culpa sobre mí. Solo esperaba que en el futuro no se convirtiera en otra razón que acrecentara mis miedos.
Jojojo, nuevo capítulo para despedir este mes y dale la bienvenida a Diciembre. Les informo, hace unos días cumplí 22 añitos, así que aun estoy en recepción de lo regalos, solo digo *cof* *cof*
Bueno, retomando el tema, ¿que les ha parecido el capítulo? Espero que les haya gustado.
Nos leemos en la siguiente actualización.
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