Capítulo XLIII: Caminos separados
No hay que darse por ofendido cuando los demás nos oculten la verdad, ya que nos la ocultamos muy a menudo a nosotros mismos.
Su confesión no era algo que esperaba y ni siquiera estaba seguro de que fuese verdad. Aún cuando sus ojos no mostrasen mentira alguna, se me hacía casi imposible creer que Darrell poseía tal sentimiento hacia mí. Yo pensaba que solo estaba confundido por el amor fraternal que de seguro sí sentía.
Aunque lo más profundo de mi ser quería rendirse a sus suplicas, no podía hacerlo. No solo estaría renunciando a mi vida, sino que también arrastraría aun más a mis preciados amigos a mi ruina. Todo nuestro esfuerzo se iría a la basura. Mi promesa a Dante quedaría sin valor y el objetivo despreciable del rey sería todo un hecho.
—Vamos, Zack. Sé que puedes parar toda esta locura —pidió él, usando todo su esfuerzo para hacerme cambiar de parecer—. Ven conmigo. No me importa el compromiso, solo me interesas tú. No quiero perderte.
Sus palabras realmente penetraban muy profundo en mi pecho. Me daba mucha nostalgia, puesto que mi alma lo anhelaba más que a nada, pero mi mente se negaba rotundamente a tal propuesta.
—En este mundo roto, donde no logro distinguir el blanco del negro, desconfío de tus actos de bondad —declaré, intentando no mostrar los sentimientos que mi corazón gritaba—. Desconfío de tu propuesta de salvación y tu declaración de amor.
Busqué un conjuro que terminaría con todo de una vez por todas. Por ironía del destino, el hechizo que acabaría con esto, era uno de los suyos.
—Magia de Copia: Mistilteinn —invoqué una espada hecha enteramente de ramas de árboles enrollados entre sí, moldeando la forma puntiaguda de la hoja.
Sin darle tiempo a mi mente de hacerme dudar, la clavé en el suelo e inmediatamente se extendió por todo el lugar. Antes que los demás se pudieran dar cuenta, de la tierra emergieron raíces vivientes para sujetarlos y absorber todo su poder mágico.
Cada uno fue envuelto por las ramas y raíces de Mistilteinn. Las tres pilares no tuvieron ninguna oportunidad. Nuestro plan había funcionado casi a la perfección. Lo único que quedaba era conseguir la información de la mente de Giselle Glass.
Le lancé una última mirada a mi querido Darrell. Sentía un puntazo en mi corazón al verlo así, suspendido entre ramas torcidas y abatido por nuestro desafortunado reencuentro. Me sentía como la persona más miserable del mundo.
Rápidamente me aproximé hasta donde estaba la Pilar Cristal. Se encontraba inconsciente y bastante herida, pero estaba seguro que sobreviviría.
—Elijah, ¿puedes ver en sus recuerdos? —le pedí a mi hermano. Este asintió rápidamente y posicionó su mano en la frente de la mujer.
—Magia de Memorias: Reciprocidad de recuerdos —en el lugar donde tocaba el peliblanco, se formó un disco ovalado color celeste.
Era una ventana directa hacia su mente. Literalmente podríamos ver lo que ella había visto de Tom.
Mi hermano manipuló las imágenes que se mostraban en el disco hasta encontrar lo que estábamos buscando. Pudimos ver como el Pilar Espejo le entregaba a Tom. Lo tenían encadenado como a una bestia rabiosa. Su ropa estaba destrozada y sucia. También tenía gran cantidad de moretones y raspones en todo su cuerpo.
Mi corazón se aceleró al ver lo que habían hecho con mi amigo.
—¿E-ese es mi Tom? —preguntó Dante. Claramente estaba abatido con lo que mostraba los recuerdos de esa mujer.
Jack y Danna se aproximaron hacia él para consolarlo y alejarlo que esas imágenes. Podría perder de nuevo el control y quien sabe que haría luego. Además que él no merecía ver a su amado en ese estado, tenía que recordarlo fuerte y lleno de vida.
—¿Puedes mostrar donde lo tienen? —le pregunté a Elijah. Él se concentró en su hechizo e hizo cambiar las imágenes hasta llegar a la que queríamos.
Los pasillos que veía eran muy pulcros y de color blanco. Había varías personas con batas de médicos y salones con grandes ventanas. Dentro de ellas había muchas personas con ropa blanca. Parecían no tener esperanzas de salir y algunas incluso tenían vendas manchadas con sangre. Era algo demasiado grotesco.
—Ese chico es un espécimen bastante difícil de domesticar —escuché que hablaba un hombre dentro de los recuerdos de la mujer. Parecía referirse a Tom—. Pero creo que estará listo para la segunda fase de los experimentos.
En ese instante se formó un nudo en mi garganta. Lo que Peter nos había contado era cierto. Él estaba siendo sometido a esas pruebas crueles, no nos quedaba mucho tiempo.
Mi hermano terminó el hechizo e indicó a los demás que se acercaran. Ahora tenía que decirles nuestra próxima movida.
—Escuchen chicos, ya sé donde está Tom. El plan ahora será entrar en ese edificio de investigaciones. Por lo que pude ver, está en un nivel subterráneo —expliqué—. Obviamente el ejército va a descubrir nuestras identidades y llegaran a nuestra casa. Así que el plan será distraer toda la atención del ejército hacia nosotros, mientras que algunos de ustedes irrumpen humildemente en ese edificio y lo saca de allí.
—¿Quiénes irán al rescate? —inquirió Danna.
—Pensaba en Dante, Gasper, Samuel y tu —indiqué—. Estoy seguro que podrán manejarlo. Elijah, Jack, Connor y yo ganaríamos todo el tiempo posible. Una vez que hayan sacado a Tom de ese edificio, activaré un hechizo de Magia de Espacio y nos transportaremos muy lejos de esta región. Solo es cuestión que ustedes acepten el plan.
Todos lo meditaron por un instante. Luego cada uno asintió, apoyando así nuestro nuevo movimiento.
Todos nuestros adversarios estaban contenidos por las ramas de Mistilteinn. Así que me aproximé a cada uno para copiar sus hechizos. Al llegar a la pilar Luz, me percaté que ella aun estaba consciente.
—N-no se saldrán con la suya —declaró.
—Agradece que te dejé viva, Iris —le dijo Samuel—. Sé que no sientes ningún afecto hacia mí, pero igual sigues siendo mi hermana. Aprovecha esta oportunidad.
—No hay nada que agradecer —aseguró esta, mostrándose desanimada—. Solo me has permitido continuar con esta miserable vida. Hubiese sido mejor que me acabaras, como hicieron con Semion.
—¿Pero qué dices? —inquirió el bromista, bastante confundido por las palabras de la chica—. ¿Es que ya olvidaste todo lo que presumías de lo que yo no tendría por ser un bastardo?
—Te tenía envidia —confesó—. Como un hijo ilegítimo, nadie esperaba nada de ti. Yo en cambio llevaba todo el peso de la familia Leuchtend sobre mis hombros. Tú no tienes que cargar ninguna responsabilidad. Te odiaba por tener esa libertad que yo tanto anhelaba.
El chico le tomó por sorpresa tal confesión. Seguramente nunca se dio cuenta de lo que ella sentía. Tristemente, el destino nos otorgaba y privaba de algo al mismo tiempo. Aquellos bendecidos con riqueza y poder, carecían por completo de afecto y sentimientos. Mientras que los "desafortunados", disfrutaban cada día como si se tratase del último. Y en ambos casos se sentía envidia por el contrario.
Samuel no dijo nada. Simplemente se dio vuelta y se alejó. Su hermana entretanto, dejó caer su cabeza y cayó en un sueño profundo.
Luego de haber copiado todos los hechizos, Gasper y yo deshicimos el hechizo Other Atlas. Seguidamente abrí un portal para llevarnos fuera de ese sitio. Mientras menos tiempo pasara, nuestra huida sería más fácil.
Seguramente ya había un gran número de oficiales fuera de nuestro hechizo, esperando para atacar.
Todos mis amigos pasaron por el portal sin ningún inconveniente. Pero justo cuando yo lo iba a hacer, sentí un gran poder mágico acumularse desde atrás de mi.
—Magia de Cristal: Campo híbrido —la Pilar Cristal había logrado deshacer la atadura y se aprovechó que ya no estaba la influencia de Other Atlas.
Del suelo emergieron cientos de picos cristalinos filosos, creando un camino cortante hacia donde yo estaba. Recordé aquel momento cuando fui herido en la sede del Escuadrón Celeste. Lo ocurrido aquella vez, no volvería a pasar.
—Magia de Copia: Dalia de vidrio —usé uno de sus hechizos. Ésta se mostró muy sorprendida.
El trayecto de los cristales filosos se vio interrumpido con la aparición de una barrera hecha por placas cristalinas con forma de dalia.
—Al menos te atraparé a ti. Tu magia será la pieza definitiva para nuestros planes —declaró ella. Su grimorio blanco con incrustaciones de gemas, se iluminó intensamente. No podía creer que aun poseía tanto poder mágico—. Magia de Cristal: Lluvia de esquirlas.
—Lo siento, pero no tengo tiempo para esto —pasé unas páginas de mi grimorio hasta llegar a los hechizos de Magia de Luz, luego hice lo mismo hacia los que eran del Pilar Espejo—. Magia de Combinación: Maison pour Oiseaux.
Cuatro espejos circulares aparecieron a cada lado y otro encima de ella, luego un rayo de luz se reflejó en éste último. Junto con los espejos, el haz de luz se conectaba de forma perfecta, formando una jaula que mantenía a la mujer atrapada.
Aproveché ese momento para irme de allí. No sin antes lanzarle una última mirada a mi querido Darrell. Aun estando inconsciente no dejaba de verse hermoso. El corazón me dolía por dejarlo así. Pero era lo mejor, después de todo, nuestros caminos no podrían estar más separados.
Ya estando en nuestra casa, lejos de todo peligro a corto plazo, les pedí a mis amigos una última reunión antes de emplear nuestro próximo y último movimiento.
Este paso sería el definitivo. No había espacio para la equivocación. Si fallábamos, no habría segundas oportunidades.
—Chicos, estuvieron fantásticos —aseguré con orgullo—. Nuestro objetivo final está cerca. No habrá tiempo para descansar, mañana mismo haremos nuestra última jugada. Nuestros collares poseen aun todo el poder mágico que hemos reunido hasta ahora. Ni todo el ejército podría vencernos si estamos unidos —ciertamente era así. Nuestras habilidades habían crecido exponencialmente durante todo este tiempo. Pudimos pelear contra tres pilares sin perder a ninguno. Esa era hazaña que nadie había realizado—. Pero ahora es necesario separarnos. Jack, Elijah y Connor defenderán nuestra casa, junto a mí. Atraeremos toda la atención posible para que Dante, Samuel, Gasper y Danna puedan entrar en el edificio del Escuadrón Níveo y rescatar a Tom.
Cuando decidimos invadir la fiesta, planeé esta estrategia con mucho detalle. No había que dejarlo a la improvisación. Todo tenía que ser perfecto.
Los chicos asentían a medida que les explicaba todo. Estaban más que convencidos que esta vez lo lograríamos. Siempre y cuando, todo nos saliera como esperábamos.
—No quisiera separarnos justo ahora. Pero entiendo que sea necesario —confesó Dante—. Les agradezco a todos lo que hacen por Tom. No se imaginan lo feliz que me siento a ver todo el apoyo que me dan.
—No tienes que agradecer nada. Todos somos amigos y hemos estado juntos en muchas cosas, buenas y malas —le aseguró Jack. Los demás asintieron, incluyéndome.
—Luego que esto acabe, pienso que será mejor irnos del reino. No creo que sea seguro continuar aquí —sugerí—. Somos criminales buscados, en este instante de seguro que ya el ejercito sabe nuestras identidades y están buscando esta casa.
Todos asintieron y se pusieron en marcha a prepararse. Solo teníamos horas para alistar nuestra casa y recuperarnos lo suficiente como para esta arriesgada movida.
Por suerte, ya nuestra casa tenía el espacio perturbado para algo como lo que haríamos. Solo quedaba darles unos cuantos retoques y colocar ciertos mecanismos para interferir en la formación que adopte el enemigo. Por suerte había copiado suficientes hechizos de Magia de Espacio como para transformar la casa en una gigantesca trampa mágica.
Hola a todos, espero que les haya gustado este capítulo. Pueden dejarme sus comentarios y opiniones acerca de esta historia. Me encantaría saber lo que piensan.
Los invito a pasarse por mis otros escritos, disponibles en mi muro. Estoy seguro que también serán de su agrado.
Nos vemos en la siguiente actualización.
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