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Capítulo L:Velos nostálgicos

No hubo tiempo para el desconcierto de la noticia. Todos tuvimos que defendernos como podíamos de los ataques iracundos de nuestro amigo. Inclusive tuve que abalanzarme sobre Dante para evitar que lo golpeara directamente.

Él estaba absorto por la noticia, no lo podía creer. Pero tras enfocar su mirada hacia la bestia desenfrenada, comprendió que lo que le había dicho era verdad. Muy dentro de ese ser sin razón, oculto entre lo profundo de esos ojos negros insensibles, estaba el Tom que conocía. Solo había que encontrar una manera de traerlo de vuelta.

—Mi Tom es ahora un monstruo... —los ojos de Dante se llenaron de lagrimas, mientras veía a su amado atacar a sus amigos sin razón ni titubeo—. Llegué tarde.

—¡No! ¡Yo no pude evitar que le ocurriera eso! —le aseguré. Ciertamente quien era el responsable era yo—. Tenemos que encontrar la forma de regresarlo a como era antes.

Sin previo aviso, Dante corrió junto con sus marionetas en dirección de Tom. Estaba desesperado por traer de vuelta a su otra mitad, aun cuando su propia vida corriera riesgos.

—¡Dante, espera! —le pedí, mientras yo iba tras él.

El chico hizo caso omiso a mi pedido. Utilizando al títere con aspecto de mujer, llamada Dama, creo una potente ráfaga de viento para intentar desestabilizar a la bestia. Sin embargo, ni se inmutó, era como si el ataque de mi amigo fuese una simple brisa.

Magia de Rayo maldito: Inclemencia de los cielos —el mago maldito elevó una inmensa cantidad de poder hacia arriba.

Ese hechizo era de un calibre descomunal. Cubrió por completo el salón con una nube tormentosa. Los rayos acumulados en su interior rugían con furia, mientras deseaban salir y destruirlo todo.

Lancé una mirada a mis amigos, estaban demasiado lejos para intentar crear un plan. Además que no me daría tiempo para ello. Lo único que quedaba era que se reunieran y combinaran su poder para defenderse. Yo haría lo mismo con Dante.

—Estaremos acabados si nos llega a golpear ese hechizo —le dije a Dante. Él solo miraba con tristeza hacia arriba, en dirección a Tom.

Su grimorio blanco, decorados con telarañas en las cubiertas, se iluminó con mucha intensidad. Su convicción por querer salvar a Tom estaba haciendo algo raro a su libro de hechizos.

—Zack... Tom está dentro de esa cosa, lo puedo sentir —me dijo—. Mi vínculo con él me muestra que está luchando contra el monstruo que domina su cuerpo. Creo... creo que puedo salvarlo.

Miré a Tom para intentar ver lo que él decía. Pero no lograba ver un ápice de razón, ni intento por detener el hechizo. Tal vez Dante solo deseaba eso, aunque existía la posibilidad de que realmente el chico estaba intentando resistirse a lo que su cuerpo estaba haciendo. Sin embargo, no me podía arriesgar a que lo lastimara. Estaba seguro que el mismo Tom no se lo perdonaría si a Dante le llegara a ocurrir algo por su culpa.

—Necesitamos protegernos, crearé una barrera para ambos. Los demás se defenderá como puedan —le dije. Pero el chico no pareció oírme—. ¡Dante...!

—No puedo dejar que haga esto —el castaño se subió al títere con la guadaña y luego intentó llegar hacia Tom.

—¡Dante, es peligroso! —fue totalmente inútil. Mi amigo estaba cegado por los sentimientos. Solo había una cosa que hacer—. Magia de Copia: Ethereal Compass.

Coloqué una brújula mágica enfrente de él para que los rayos no lo golpearan directamente. Aunque no era una protección definitiva. Estaba seguro que no aguantaría muchos ataques continuos.

Además de la convicción de Dante, la luz proveniente de su grimorio me llamaba la atención. También emitía un poder distinto a lo usual. Parecía que los sentimientos de mi amigo lo estaban acercando a una especie de revelación.

Justo cuando estaba a pocos metros de su amado, un rugido inmenso hizo temblar todo el salón. Lo siguiente fue un destello violáceo que encegueció a todos. Fue tal que el suelo se agrietó y las paredes de derrumbaron. El rayo supremo destrozo todo el lugar. Apenas logré defenderme, pero gasté mucha magia en ello y en mantener la brújula de Dante.

Intenté buscarlo entre la polvareda. Debido al estruendo, se me dificultaba escuchar y el humo y polvo bloqueaban por completo mi visión. Tropecé con varios pedazos de sus dos marionetas, pero no hubo rastro de él.

Logré reunirme con mis otros amigos. Todos, incluyendo a Darrell, combinaron su poder para crear una protección contra ese ataque. Sin embargo, mi preocupación por Dante no mermaba.

Cuando el polvo logró asentarse, vi una escena que no esperaba. Mi amigo estaba vivo, pero lleno de magulladuras y cortes. Claramente si sufrió con el hechizo de Tom. Pero sentía que su convicción no desaparecía.

—Te sanaré —dijo Connor, luego agitó rápidamente las páginas de su grimorio—. Magia de Tiempo: Perfect moment.

Muchos relojes diminutos se situaron encima de sus heridas y las agujas de éstos iniciaron a retroceder el tiempo para sanarlos. En unos pocos segundos, estaba como si nada. Sin embargo, me comenzaba a preocupar su actitud. Se estaba poniendo en riesgo sin siquiera tener algún plan.

—No veo a Tom por ninguna parte —informé. El poder mágico maligno estaba presente, pero por alguna razón se me dificultaba descifrar el lugar de origen—. Dante, sé que es difícil, pero tienes que dejar de ponerte en riesgo. Ese no es Tom, solo es una cascara vacía sin razón ni recuerdos.

—¡No! ¡Él está allí! —gritó él—. Antes del ataque... vi como evitó golpearme con los rayos, en el último momento se desviaban. Cuando escuchó mi voz, Tom consiguió fuerzas para poder luchar con esa cosa que lo está poseyendo.

—¿Estás seguro? ¿No será que te estás dejando llevar por lo que sientes? —inquirió Jack.

—No, no es eso. Créanme... —de repente su grimorio destelló intensamente.

Todos quedamos absortos mientras veíamos que detrás de ese intenso brillo marfil, una de las cubiertas de su grimorio perdió por completo su patrón de telaraña. Luego ese mismo lugar fue cubierto por vendas color crema, similares a las que cubrían mis brazos y piernas. En ese instante comprendí lo que estaba pasando.

—Es increíble —dije. El castaño me miró, buscando una respuesta a lo que estaba pasando—. Tu magia ha evolucionado.

Estaba claro que sus deseos intensos por rescatar a Tom, sin importarle su propia vida, hizo que su Magia de Hilos evolucionara a una versión mejorada. Sus convicciones lo llevaron a lograr algo que a muchos les cuesta años.

Ese acto me convenció de la fortaleza de su vínculo. Sin embargo, el temor existía aun.

Sin perder tiempo, Dante activó un hechizo de su nueva magia. Sus hilos se fueron entretejiendo para formar largos trozos de tela translúcida color blanco. Estos se ciñeron a su cuerpo para formar una especie de vestimenta con vuelos y tela suelta que se movía a voluntad. Se veía muy elegante y delicado.

Magia de Velos: Danza silenciosa—pronunció. Luego se dirigió hacia su amado—. Ya voy, Tom.

A pesar que yo no sabía dónde estaba Tom, Dante se dirigió a un punto especifico cubierto por polvo y escombros. Su andar era sutil y ligero, se movía como si flotase a centímetros del suelo.

De entre el polvo emergió mi amigo poseído, envuelto por chispas eléctricas e ira irracional. Sin titubeos comenzó a lanzar rayos potentes en contra de mi amigo. Yo quise interferir, pero me detuve al ver como Dante esquivaba los ataques con movimientos sutiles y etéreos, como una danza elegante bajo un cántico armonioso.

Aprovechándose de esa habilidad, pudo acercarse lo suficiente a Tom. Por alguna razón, éste no se movía de su posición. Solo soltaba alaridos estruendosos e iracundos.

Magia de Velos: Étreinte de les voiler —pronunció mi amigo. Los velos de su prenda se soltaron por completo, luego se extendieron hacia Tom, hasta envolverlo por completo.

La criatura se intentaba zafar del agarre, pero era inútil. Por lo que yo percibía, había logrado sellar el poder del mago maldito. Ese hechizo funcionaba casi igual a las Cadenas sella-magia que había copiado en nuestro combate contra el Pilar Espejo.

—Dante... eso fue increíble —aseguró Jack. Luego miró a Tom, estaba claro que aun no había terminado—. ¿Cómo lo regresamos a la normalidad?

—Es imposible —aseguró el científico loco. Ese desquiciado se había puesto a salvo mientras Tom se salía de control. Pero estaba claro que aun poseía influencia sobre él—. Hicieron un esplendido trabajo. Todos serán unos valiosos sujetos de prueba.

—¡Eres un maldito! —le dije. Rápidamente saqué mi grimorio y busqué un hechizo—. Magia de Co...

—¡Zack, mira! —mi amigo del ojo reloj interrumpió mi arremetida en contra del mal nacido que había causado todo esto.

Al voltear la mirada, vi a Dante apoyando su frente con la de Tom. A pesar que esta ultimo se retorcía de la rabia, detuvo todos sus movimientos cuando sintió el contacto con Dante. Su expresión funesta desapareció y aunque era sutil, esa aura malévola disminuía tenuemente.

—Tom, por favor. Vuelve conmigo —musitó mi amigo, mientras las lagrimas corrían sobre sus mejillas—. Sé que estas allí dentro. Recuerda que prometiste que estaríamos juntos por siempre.

A medida que él hablaba, el poder negativo que el rubio despedía iba en disminución. Parecía que si había una forma de regresarlo a su estado normal.

—Es inútil, no volverá. Nunca se ha documentado un caso de un mago maldito que recupera su estado normal. Solo retrasan lo inevitable —el sujeto parecía perturbado por lo que estaba viendo. Era obvio que no se esperaba algo así.

—Tú no entiendes los vínculos de las personas —intervino Darrell. Hasta ese instante se había mantenido como observador. Sacó una espada mágica de su grimorio y se posicionó entre nosotros y ellos—. Solo eres un ser despreciable que no conoce el amor y lo que puede lograr.

—Vaya, vaya. El joven Darrell tiene la lengua muy larga. Me será placentero poder arrancártela —aseguró el científico—. Aunque logren regresarlo, todavía tengo un as bajo la manga para hacerme con sus poderes —se acercó al otro individuo que tenía cubierto el rostro.

Con esa otra persona, era seguro que no podríamos contenernos como hicimos con Tom. Además que no se sabía de quien se trataba ni que magia utilizaba. Ese hombre era un desalmado que merecía morir.

Uno de los magos que estaba con él, se puso enfrente de Darrell y agitó las páginas de su grimorio. Una gran pila de tierra emergió y fue lanzada en dirección a nosotros. Darrell rápidamente agitó su espada y rasgó el espacio para que el ataque de tierra fuese absorbido por completo. Luego desenvainó otra espada mágica y lanzó un ataque combinado de hielo y fuego.

En nuestro lado, Dante continuaba hablando con Tom y parecía que poco a poco estaba regresando. Los sentimientos puros de éstos y su unión a pesar de las adversidades, estaban brindando sus frutos.

—D-Da... D-Dante —por primera vez en mucho tiempo, volvimos a escuchar a nuestro amigo. La influencia del poder negativo estaba todavía presente, pero era claro que la presencia de Tom era más fuerte.

Sus ojos regresaron a ser azules y luminosos, mientras que su piel poco a poco adquiría su tonalidad anterior. La mayoría de sus dientes regresaron a la normalidad y esa aura siniestra estaba por desaparecer.

—Estoy aquí —acarició la mejilla de él, justo por donde pasaban sus lágrima.

Ninguno de nosotros podía ocultar su emoción. Yo solo miraba complacido como por fin se reencontraban, después de tantas dificultades y pesares. Era hermoso mirarlos, recuperando la alegría que se creía extinta. Volviendo a sentir aquello que la tristeza enterró bajo el frío de la desdicha y el dolor.

—T-te... amo —dijo el chico rubio, culminando así su lucha interna. Luego de esas palabras esperanzadoras, sucumbió al agotamiento y se durmió.

Los velos de Dante se suavizaron y lentamente depositaron al chico en el suelo, arropado por los mantos cálidos y el abrazo delicado de su querido amor. Por fin estando juntos, ambos terminaron siendo absorbidos por el sueño que durante meses se les fue privado.

—Por fin terminó —dijo Elijah, soltando un suspiro.

—Si... al menos esto —le dije. Luego activé un hechizo de sanación copiado del señor Eugene. Aunque los dos dormían plácidamente, ambos poseían heridas profundas que necesitaban sanar. Luego me acerqué a donde estaba Darrell, él estaba manteniendo a raya al desgraciado científico y quienes estaban con él.

—¿Tu amigo regresó a la normalidad? —preguntó él, a lo que asentí—. Bien, entonces váyanse. Yo les daré suficiente tiempo para que huyan.

—¡¿Qué?! ¡No! —exclamé—. No te puedo dejar con ese hombre. Es demasiado peligroso. Transportaré a mis amigos fuera de aquí. Yo me quedaré.

—Pero...

—Ya lo decidí —lo miré fijamente—. Al ver a Tom y Dante, por un segundo me imaginé como hubiera sido si ambos estuviésemos juntos. Entonces pensé que si no podía estar como ellos, entonces pelearía a tu lado.

—Zack, yo...

—¡Ya dejen de hablar tonterías de amor y esas payasadas! ¡Esa tontería no existe! —vociferó el hombre, mostrando su furia y desagrado—. Parece que mi fórmula aun tiene algunas fallas. Pero veamos como responderás a esto, Arlequín de la copia.

Le pidió a su otro secuaz que empujara al otro rehén hacia él. Lo tomó del cuello y lo posicionó junto delante de mí. Yo rápidamente me aproximé para rescatarlo de las garras de ese degenerado.

Magia de Cristal: Agujas transparentes —pronunció el hombre. Inmediatamente varias agujas finas de dispusieron detrás de la persona cautiva.

Intenté apresurar mi paso, pero al estar a unos pocos centímetros de él, las agujas penetraron en su espalda y la persona cayó al suelo. En ese instante sentí un fuerte piquete en el pecho, al ver como esa persona se desplomaba. Luego de eso, las agujas de cristal desaparecieron, dejando las heridas abiertas y sangrantes.

Rápidamente activé un hechizo de sanación de agua y le di vuelta al cuerpo para que sus heridas abiertas entraran en contacto con el agua sanadora. Solo deseaba que aun hubiese tiempo.

Estando lo suficientemente cerca, me percaté que la silueta de esa persona me resultaba familiar. Así que me dispuse a apartar la bolsa de tela de su cabeza. Al hacerlo, sentí como si me apuñalaran junto en mi pecho. Mi vista se turbó y mi respiración se hizo pesada. Inmediatamente mis ojos se llenaron de lágrimas desesperadas y mis manos temblaban, mientras tocaban el rostro de quien yacía inmóvil entre mis brazos. Era Ashton.

—Así es. Ashton Haizea, general del ejército y traidor del reino —habló el desgraciado—. Pagará con su vida el precio de la traición y con ello, aportará al futuro grandioso del reino.

Mi magia no parecía hacer efecto sobre las heridas de Ashton. Activé otro más, desesperado por que funcionara. Luego otro y después otro más. Ninguno parecía funcionar.

La culpa y el odio se acrecentaban en mi interior. La impotencia se sentía amarga en mi boca. Mientras que el dolor se asentaba sobre mi pecho.

—Ashton... por favor —intenté agitar su rostro, pero no hubo respuesta. Su cuerpo comenzaba a sentirse frío y su magia estaba casi desvanecida.

El salón comenzaba a sentirse silencioso. Lo único que escuchaba era el ruido acelerado de mi corazón y mis suplicas agónicas. A pesar de casi no percibir su energía vital ni su corazón latiendo, no quería creer en lo que estaba pasando.

No comprendía cómo había llegado hasta este punto. Lo único que si sabía, era quien había sido el responsable. Solo existía una persona quien tenía las manos manchadas con su sangre. No era ese desquiciado doctor el causante, ni las heridas que él causó. Eso solo fue el resultado de mis decisiones aberrantes. Yo y nada más yo era el culpable de la muerte de Ashton. Yo había sido el que entró en su vida. Yo lo encaminé por el sendero que lo llevó a este destino. Yo lo involucré en una lucha que no le pertenecía. Yo lo asesiné.

Esa verdad resonaba en mi mente, mientras que el resto desaparecía. El odio crecía, a medida que el caos de mi ser me tragaba y escupía.

Atrapado en la oscuridad, el hombre dejó de respirar con cara impasible. Esa fue la última imagen que vi, antes que todo lo demás desapareciese.



Capítulo sad servido U.U ¿que opinan de este evento triste? Me encantaría saber sus opiniones, estaré esperándolas.

Nos leemos próximamente.

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