Título Original: Huellitas con sangre

Autor: MikePerea

Sinopsis: Mario Rizzo es uno de los sicarios de confianza de un importante Don de la mafia que opera en Chicago. Cuando se le encarga el asesinato de Tony D'Angelo, un político que aspira a alcalde, conoce en su camino a Vito, un cachorro que se convierte en su mejor amigo.

Hoy, 31 de diciembre, termina el 2020 en este lado del charco; como mexicano he tenido que padecer dos flagelos: las consecuencias obvias de la pandemia y la respuesta inverosímil de las personas ante ella. 

Ha sido un año difícil, denso, extraño. He leído muy poco en Wattpad y he escrito menos de lo que estaba acostumbrado gracias a la universidad, pero he estado leyendo las novelas que tenía como encargos pendientes para hacer críticas (las cuales estaré subiendo pronto) y durante una de esas lecturas encargadas que tengo, me encontré con una notificación que me tomó por sorpresa. 

Últimamente me aparecen como 700 notificaciones al día, sabrá Dios porqué, pero me dio por revisarlas y me llevé la noticia de que el autor de un blog de críticas bastante bueno que yo leía antes de que lo borrara, había subido una historia nueva.

Huellitas con Sangre.

Como este 2020, lleno de contrastes, Huellitas con Sangre es una historia que se va volando, con una profunda dicotomía que es interesante de leer y una ambientación perfecta.

Wattpad es como el mar, está lleno de basura pero de vez en cuando arroja algo bello a la superficie y dichosos los que lo encontramos. Hay miles de historias increíbles y Huellitas con Sangre ha sido una de esas para mí.

El autor tiene una interesante trayectoria en Wattpad, su repertorio va desde fanfics de Yuri On Ice, It de Stephen King, una novela de romance gay hasta una galería de destacables cuentos de terror.

Huellitas con Sangre desde un principio se caracteriza por su prosa aguda e influenciada fuertemente por las novelas de la mafia de antaño, no me sorprendería que el autor se haya leído "El Padrino" de Mario Puzo y haya encontrado en él materia prima para inspirarse. Hay varios guiños a dicha obra, referencias puntuales y sin pretensión que más allá de querer colgarse o tener estilo ni mucho menos ser profundo (cof cof After), sino que ensalsan la admiración y respeto de la obra ante aquellos clásicos. 

Y es que sí, Huellitas con Sangre narra la historia de un mafioso, Mario Rizzo, quien funge como el chofer de uno de los padrinos de la mafia italiana de Chicago, Don Alessandro. La historia sigue los acontecimientos de la Migración de centenares de italianos a Estados Unidos como se hacía en El Padrino.

La prosa es fluida, está narrada en una impecable primera persona, lo cual es un reto porque ésta exige darle una voz propia al protagonista y castrarlo de las percepciones y vivencias del autor. Hacerlo real. Y aquí se logra con creces.

Desde el primer capítulo puedes sentir cómo Mario Rizzo te cuenta su historia, su propia historia al ritmo que la cuenta un sicario que ya ha perdido el propio miedo a la muerte y puede hablar de arrojar a una persona en ácido con la misma naturalidad que uno habla de hacerse el desayuno antes de la universidad. 

La forma de Mario de narrar, sus descripciones de lo que percibe y lo que hace, son el verdadero elemento rico de la historia. Solo por la forma en que está escrita es algo que vale la pena leer. Se presenta sin temor desde el primer párrafo, habla de su vida sin vacilaciones ni arrepentimientos, se desnuda ante nuestros ojos como quien hace una confesión durante un interrogatorio policial sabiendo que el fin ha llegado y dándole la cara.

Es un personaje misterioso, silencioso, más que escucharlo, pareciera que lo estamos acompañando, estamos siendo testigos de unos cuantos días de su vida. Todo esto sin convertirlo en un personaje unidemensional, de cartón, por supuesto que no, en determinado momento tendremos el lujo de explorar su pasado, su infancia a manera de radiografía ex post facto. 

No os confundáis, Huellitas con Sangre es un relato muy especial. Si bien transcurre en un mundo donde los criminales viven en la opulencia coludidos con políticos y policías, no os asustéis porque sea una novela oscura de destripamientos y ejecuciones por doquier como las películas que veía el tío barbón fan de Rambo. 

La historia de Mario da un giro cuando en uno de sus trabajos sucios encomendados por Don Alessandro, en el que tiene que deshacerse de uno de tantos traidores que no tienen menor respeto por quien les ha dado de comer, se encuentra con alguien, Vito, un labrador que perteneció a una de sus víctimas, que lo mira desde la inocencia, desde la pureza ingenua de un perro que mueve la cola frente a a alguien sin pensar en sus pecados ni su pasado. 

Los mafiosos también festejan la navidad, Mario es un simple trabajador, una tuerca fiel en el mecanismo de relojería de la cosa nostra. 

Sí, Mario Rizzo es capaz de colgar a tu esposa si es que le fallaste al jefe, si le estabas robando dinero al negocio o querías quedarte con algunos de sus clientes. Pero no es capaz de golpear a un perro. Este animal, que lo mira desde el corazón, como una suerte de Grogu (baby yoda) en The Mandalorian, no formará otra cosa que no sea un lazo con Mario. 

Vito, el perro, no tiene la menor idea de que Mario asesinó a sus dueños, Vito no sabe del oscuro mundo al que se meterá de la mano de Rizzo. Él es un alma pura más allá del bien y el mal.

La dualidad de la historia es interesantísima, Vito representa la parte blanca del yin-yang. Está más allá de la propia historia. 

Huellitas con Sangre es un relato cálido, no frío ni caliente, es un diario de café, una carta que te encuentras dentro de una botella, un verso que te permite conocer a otra persona, a otro mundo desde sus ojos. Huellitas con Sangre es una historia agradable, efímera, cuando te das cuenta ya has leído todos los capítulos ambientados con música de época. La voz es relajante. 

Y si hay algo que pueda definir al estilo del autor, es que no endulza las cosas (no le echa mucha crema a sus tacos como diríamos por acá), dice lo justo y necesario y no rebusca ni se va por las ramas.

El final es un abrazo de despedida que sabe al último trago de una taza de café que se va rápido, tan rápido como empezó.

Lo destacable:

No me gusta hablar de ortografía porque hay críticas que solo se dedican a darte una clase de español en lugar de hablarte de tu historia, que es lo que se quedan la lectores, pero aquí, Huellitas con Sangre tiene una narrativa destacada, pulcra.

La dicotomía, el ritmo, la ambientación. 

Se dice lo justo y necesario, ni más ni menos.

Es una historia madura, algo que fácilmente podrías encontrar en una antología literaria justo al final. 

Te deja con ganas de más (en el buen sentido).

El capítulo donde se narra la infancia de Mario es ventral, simplemente tiene todas las cualidades del relato completo en una síntesis de su pasado bastante ilustrativa y dinámica.

Lo reparable:

No sé qué decir aquí, podría decir que es demasiado efímera, todo el ritmo y la cantidad de capítulos son culpables de dejar con ganas de más, en el buen sentido. Quizá este es el único detalle, dura un parpadeo pero eso también es parte de su encanto.