Autor: Hovurus

Realizada por: CyprianZ

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He tenido la oportunidad de haber leído infinidad de historias, relatos desde fantasía, ciencia ficción y terror, sin embargo El Horror Sin Nombre, un relato que nos presenta a una nueva y siniestra forma de vida; una entidad en esencia ameboidea como bien se explica en el texto, que despierta en un cometa y comienza a devorar planetas a su paso. Ahora, ¿qué opino de dicha historia? 

El Horror Sin Nombre es un monstruo genuino: una verdadera rareza lejos del muy desgastado cliché del horror contemporáneo y sobre todo, del horror cósmico. Hablar de horror cósmico es hablar de Lovecraft, pero cuando pensamos en ambos, nos imaginamos a criaturas que escapan al entendimiento humano, usualmente viscosas y terriblemente espantosas, como lo es Nyarlathotep, Azathoth o Shub-Niggurath, pero, esta mancha cósmica que nos presenta este relato, se aleja del misticismo lovecraftiano, dejando a algo desconocido. He visto muchos monstruos y entidades en la literatura clásica y contemporánea por lo que puedo aseverar que los mejores son siempre los más extravagantes, es decir, esos que existen fuera de las limitaciones de nuestras leyes naturales. ¿Qué quiero decir? Bueno, son esos que no nacen, no mueren y no tienen iguales: Frankenstein, Cthulhu, o Solaris, el mítico planeta donde reside una entidad inteligente capaz de recrear a seres humanos partiendo de los recuerdos. 

Para no desviarme más del punto, la singularidad de todas estas, es que son ajenas a toda compresión; y El Horror Sin Nombre, presenta a una entidad amorfa que es la manifestación de un desequilibrio en el orden natural, la revelación de una terrible ruptura en el patrón subyacente de la realidad. En este contexto, esta monstruosidad cósmica dormida en el interior de un cometa es elegantemente única: «Era una pequeña mancha negra dormida en el corazón de un cometa desde tiempos tan remotos, cuando aún las primeras estrellas del universo eran jóvenes. Él siempre había viajado por el espacio sin darse cuenta; se movía a través de una noche sin principio ni fin.» 

El Horror Sin Nombre para ser un relato de horror cósmico, no posee una conexión con el universo de H.P. Lovecraft, pero para aquellos que son más asiduos y conocedores de este género, descubrirán que esta mancha cósmica, es igual de infalible: no tiene rasgos, ni forma definida, y solo conoce el hambre infinita. Esta no tiene historia, y mucho menos necesita un trasfondo complicado de motivaciones. Es simplemente un hambre voraz encarnada en él en todo su esplendor. 

Como puntos negativos, diré que es muy breve, pero al mismo tiempo, es un proeza desarrollar una historia de este tipo con tan poco. Se me queda un poquito corta en cuanto a detalles, es esa intriga de saber más, de ver qué más pasa por la cabeza de los humanos antes semejante horror cósmico inevitable. Me hubiera gustado más desarrollo. 

A nivel ortográfico, gramática y redacción puedo decir que está perfecto, diría que así como está, bien pueden incluidrla ya en una antología. También me encantó, ya que no se va por las ramas, sino que desde el inicio vemos al horror. Ya al comienzo se nos presenta una pequeña masa negra que no tiene forma ni estructura interna, y es capaz de generar y proyectar tentáculos según sea necesario, contrayéndose o expandiéndose según convenga, además de que posee una capacidad evolutiva aterradora. Un depredador que no tiene enemigos naturales en el universo. Cualquier planeta o estrella, es devorado rápidamente.

En resumen: La biología que posee El Horror Sin Nombre es tan interesante como su psicología. Es una entidad voraz y consciente que existe desde tiempos inmemoriales viajando por el cosmos, sin luz, sin depredadores. Una fantástica creación de un horror cósmico no tan lovecraftiano, pero que sí deja entrever su influencia. Por todo lo anterior dicho, queda más que obvia la recomendación de su lectura.