Ámbar
Eras mí fulgor,
la esperanza que me resguardaba.
Eras ese rayo de fuerza que me impulsaba,
parecía que soy yo era lo que te importaba.
Explícame, porque no entiendo,
¿Cuándo se volvieron los engaños indispensables?
Nosotros pasamos a segundo plano,
al principio todo eras agradable.
¿Qué no me amaste dices? Ni tú mismo lo crees,
todo fue fingido, pero en mis sueños aún te encuentro.
Mi sonrisa era constante,
y tus labios un calmante.
Cuando te volvía a ver,
eras el calmario para mi mente.
Me llenabas de tantos anhelos,
como la luz al ámbar.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro