Capítulo 8
National City...
Mientras el resto miraba admirado al trío de la liga de la justicia, los mismos conversaban de como llevarían acabó el ataque hacia el Varkariano, que hasta ahora la única debilidad que presentaba era esa piedra. Pero se tenían fé, si pudieron con peores cosas.. Podrán con un sujeto en túnica.
— Si Cisco estuviera aquí, estaría delirando — comentó aún estupefacta la rubia, sin dejar de ver al trío. — Esto es increíble, yo creí que solo eran cosas de cuentos..¡Son reales! ¡Los mejores héroes del multiverso son reales! — le susurraba a Sara, que se encontraba junto a ella, sin despegar su vista de la mujer maravilla.
— Demasiado sexy — comunicó, totalmente atraída hacia la chica.
— Estás babeando, amiga — bromeó Iris que se sentó junto a ellas. — Estoy preocupada por los chicos — informó, haciendo que sus dos compañeras la observarán.
— Yo igual, pero confío en Oliver, han pasado cosas peores, sé que están vivos y que están bien. — agregó la informática, tomando la mano de la morena.
Los integrantes de la liga de la justicia se acercaron al resto del equipo, quien los miraba atentamente, encontrándose con una seria mirada por parte de los tres.
— Tenemos una idea — comenzó Superman. — Necesitaremos su ayuda, él siempre hace que vayamos.. Esta vez, hagamos que él venga.
— Nosotros no apareceremos hasta que Clark nos dé la señal, ahí entraremos — señaló el murciélago de brazos cruzados.
— Solo díganos que hacer y lo haremos, queremos a nuestros amigos de vuelta y a esta cuidad protegida — señaló J'onn, a lo que los demás asintieron.
— En ese caso, prepárense, en dos horas comenzaremos — anunció Wonder Woman, quien miró a cada uno a los ojos.
En algún lugar...
Las jóvenes héroes estuvieron abrazadas a sus encarnaciones por largo rato, intentando asimilar lo sucedido, al igual que Barry y Oliver que solo miraban un punto fijo en la nada. Después de mucho tiempo para pensar y de silencio, comenzaron a aceptarlo e intentar tomarlo de una buena manera.
— Quizás todo lo que hice en mi vida, estuviera escrito. Pero aún así, estoy orgullosa de ello. Estoy segura que hemos ayudado a mucha gente indirectamente — intenta sonreír Caitlin.
— Y así es. No sabes la cantidad de niños y niñas que se identifican con ustedes, los aman. Son su luz entre la oscuridad de los peores días, muchos sueñan con alguna vez poder salvar al mundo. Ustedes hacen eso posible — expresa Grant, que miraba a todos con admiración. Sus compañeros interpretaban un personaje y ellos eran el personaje, no había nada más duro que eso.
— Me alegra oír que así sea — habla Oliver, que tenía lapsos de silencio.
— Nombraste a Felicity, Oliver. Déjame decirte, que tu amor por ella si es real — informa Stephen.
— ¿Acaso tu y ella...?— dejó Flecha verde la pregunta al aire, ya que fue respondida rápidamente por su doble.
— No, no por favor. Emily es mi amiga. Yo estoy casado y tengo una hermosa hija — esboza una sonrisa. — Lo que quiero decir, es que en los Cómic de los cuales están basadas las series. El amor de tu vida es Laurel, pero al grabarse la serie, la química que Felicity y Oliver tenían, era única. Así que amigo, es real. — sus palabras animaron a Oliver, no le importa que su vida fuera una mentira, solo le importaba ella, que ella siguiera siendo su todo.
— Eso no pasó conmigo y Mon-el — carcajea nerviosa Kara, logrando una risa en los actores.
— Oh créeme, Querida. Lo suyo si que es real — sonríe Grant mientras mira a su compañera Melissa.
— Chris, el actor que interpreta a Mon-el, es mi prometido— se ruboriza Melissa, haciendo que Kara pegara un gritito.
—¡Wow! Ahora todo tiene sentido. Hace unas horas lo vimos, dijo algo de que los productores les gustaba cuando los traían y dijo que te esperaba en casa — comentaba la rubia de acero.
— Si, hablaba de nuestros perros... — comenzó a decir Mel, pero fue interrumpida por un nuevo gritito de Kara.
—¡Oh por dios tienes perros! Chicos, no nos vamos de aquí nunca más — sentenció seriamente a sus compañeros — ¿Puedo conocerlos? — inquirió tímidamente a lo que Melissa asintió gustosa.
— También puedo presentarte los míos — propuso Grant, iluminando la cara de Supergirl.
— Y al mío igual — agrego Danielle, haciendo que la sonrisa se agrandara aún más en Kara.
— Esto es el paraíso — reveló la chica recostandose completamente en el sofá.
— ¿Y yo con Iris? ¿Lo mío si es real? — pregunto Barry de la nada hacia su doble.
— Digamos que en los Cómics está escrito así. Yo estoy felizmente casado y la verdad, aunque en pantalla tienes química con Iris. También la tienes con Patty y Caitlin — informó Grant tranquilamente, sin notar los ojos abiertos exageradamente de ambos susodichos.
— ¿Barry y yo? — pregunto estupefacta la bio-ingeniera —¡Por dios! ¡No! Que asco.
— Gracias — se ofende el velocista.
— Sin ofender — sonríe posicionando su mano en el hombro del chico.
— A esto me refiero con química — una risita se le escapa a Grant, ganando una mirada fulminadora de parte de ambos.
—Calla tú— golpea Danielle suavemente el hombro de Grant, que no dejo de reír.
— ¿Y tú? ¿Estás con alguien? — le pregunto Cait a su doble.
— Casada hace un año— sonríe nostálgica.
— Si que no pierden el tiempo. Esto de ser superheróes no nos deja vida social a nosotros— agrega Supergirl, levantando la cabeza del sillón. Proclamando su soltería y la de Cait.
— Y eso no es todo.. Si vas a contar, cuenta todo, Dani — se carcajea Grant a su lado.
— Bueno.. — desiste la chica en un suspiro. — Estoy embarazada — sonríe tiernamente.
— ¡Eso es hermoso! ¡Oh por dios serás mamá! — se acerca Cait a darle un abrazo, junto con el resto de los héroes.
National City...
Clark se encontraba solo en la calle que intercepta con la de Catco, esperando a que el sujeto pudiera notar su presencia y dirigirse al lugar.
No pasaron más de diez minutos cuando el joven de ojos rojos se apareció como por arte de magia, siempre explayando egocentrismo por sus poros.
—¡Queremos hacer un trato contigo!— exclama el hombre de acero, acercándose al lugar de encuentro.
— ¿Qué tipo de trato Kal-el? — curoseó el Varkariano.
— Me entregaré a ti a cambio de nuestros amigos y la planta de energía. La gente está muriendo sin ella — plantea Superman.
— Es algo que debería de pensar, porque si quisiera... Ya te tendría entre mis manos — explicaba el extraño hombre posicionando su dedo índice en su mentón.
— Te daré lo que quieras si apareces de vuelta la planta de energía — recalcó el chico.
— Es una oferta que no podría rechazar — aceptó el Varkariano. — Cuando te necesite, te encontré. — reveló, golpeando su bastón y reapariciendo la planta.
El hecho de que la misma apareciera nuevamente, controlaría a la cuidad, los hospitales podrán atender a los heridos de los accidentes por la falta de semáforos, aviones, los supermercados. Era lo que más añoraba que se arreglara.
— Fase uno. Hecha — anunció Clark, ingresando a la DEO e informándoles a sus compañeros.
— En ese caso, comienza la Fase dos. — agregó Batman.
— Brainiac, prepara el dispositivo. Mientras que Felicity realiza el algoritmo. — repasó Sara. — Iré por Ray, necesitaremos su ayuda ahora que Cisco no está. — anunció abriendo una brecha con el aparato del buró.
— Deben de asegurarse que le sea imposible el salir. Debe de ser como las prisiones de metahumanos — les aconsejo Diggle mientras se acercaba a las computadoras con Felicity.
—Nos encargaremos que así sea, ese bastardo obtendrá lo que merece — amenazó la graduada del IMT. — Aguanta un poco más, Ollie — susurro para ella misma mientras tecleaba sin parar.
Argo...
— Confiamos en ti. Ayúdanos — pidió el morocho.
— Lo haré, todo sea porque no se destruya un Planeta más — anunció completamente serio, acompañandolos a su regreso.
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