Capítulo 5
National City...
Las últimas horas, los jóvenes intentaban a toda costa contactar con los Wells de las otras Tierras, para intentar encontrar a sus amigos.
La preocupación se podía palpar en ese lugar, Iris ya no sabía que hacer, necesitaba saber que su esposo estaba sano y salvo, lo mismo Felicity, ellas eran conscientes del riesgo que provoca el estar casadas con superheróes, pero el amor va más allá de eso.
Que más decir de Alex, que se mantenía calmada por fuera, pero en sus adentros, la angustia la gobernaba, al fin y al cabo era su hermanita la que estaba desaparecida hacia horas. ¿Que pasaría si no la encontraban? ¿Que pasaría con los habitantes de cada ciudad, sin sus héroes?.
—¡Lo logré! —exclama Cisco levantando ambos brazos al aire.—Solo necesito conectar este cable y así podremos hablar con los Wells.
—¿Estas seguro que nos ayudarán?— inquirió Iris, posicionandose junto a Felicity en el escritorio.
—No lo dudo, aunque debo de admitir que algunos de ellos, son medios.. ¿Como decirlo?, raritos— admitió.
—Espero eso no nos venga en contra —comento el detective marciano.
En algún lugar...
—¿Mon-el? ¿Mon-el eres tú?— preguntaba desesperada Kara, al borde de las lágrimas.
—¡Oh Cariño!—se acerca dándole un rápido beso en los labios, dejando completamente perplejos a los presentes — Hable con ellos como me dijiste, dicen que no tienen ningún problema, al contrario que les encanta cuando los traemos —menciona rápidamente.—Hola chicos, ¿Qué hacen aquí?— le cuestiono a los demás — Creí que estarían grabando.
— ¿Mon-el que está pasando? ¿Porqué me besas? ¿Qué pasa con Imra?—averigua completamente confundida la Kryptoniana.
— Otra vez con esa broma, cielo —comenta riendo. — Te metes mucho en tu personaje, por eso me encantas —confiesa. –Nos vemos en casa, Mel — se despide para luego seguir su camino.
—¿Mel? ¿Porqué te dijo Mel? — pregunta Barry, igual de sorprendidos que el resto.
—Puedo asegurarles que no tengo ni la menor idea — aclaró Kara.
—Vamos a seguirlo, quizás nos lleve a la salida—sugiere Frost, que toma la iniciativa para velozmente seguir a Mon-el.
National City...
Habían podido contactar a los Wells, después de rato intentando centrarlos y que dejaran de discutir, pudieron contarles lo que pasaba, ellos aseguraron que estaban dispuestos a ayudarlos y hacer todo lo posible por encontrar a sus amigos.
Ahora solo quedaba esperar y a la vez, intentar proteger a cuidad, ahora que no se encontraba Supergirl en National City. En Central City se encontraba Wally siendo Kid Flash y haciendo todo lo que podía junto a Joe, por otro lado en Star City, las Leyendas fueron contactadas con la ayuda de Cisco, informándoles sobre lo ocurrido y estaban dispuestos a ayudar. Así que se encargarían de proteger parte de Star City y Central city ayudando a Wally.
—Con Iris pensamos que nosotras podríamos ir Star City por una horas y con la energía de allá, ver si conseguimos algo —propuso Felicity al grupo.
—Es una gran idea, yo las acompaño — hablo Diggle que le hizo una seña a Cisco para pedirle si los trasladaba.
—Voy a empezar a cobrar por estos viajes – río —Suerte, chicos.
Minutos después una fuerte explosión se oyó por todo el lugar, alterando a la gente y llamando la atención de los héroes.
—Iré a ver — anunció Superman que salió volando hacia el lugar.
Al llegar se encontró con varios coches volcados, intento ver si había alguna víctima, pero por lo visto nadie estaba herido, cosa que le llamó la atención con semejante explosión.
—No era lo que esperaba, pero estoy conforme — anunció su llegada aquel hombre misterioso que se había tardado en regresar.
—¿Qué hiciste con Supergirl y los demás? ¿A dónde los enviaste? — preguntaba seriamente el chico.
—Los envié a un lugar que les cambiará la vida — aseguro el hombre — Ahí podrán saber que todo en este mundo es falso y que ellos lo son, es lo mínimo que merece su raza por destruir a la mía.
—Nosotros no hicimos nada contra ti, no te conocemos, no tienes derecho– espetó el superheroe.
—Ya tendrán tiempo de conocerme, pero por ahora... Salva el mundo Kal-el— advierte al momento de hacer explotar cinco lugares diferentes de la ciudad, escuchando los gritos incontrolables de la gente, donde se podía percibir su miedo con sólo escucharlos.
–¡Ya deja a esta ciudad en paz! Tu problema es con nosotros, no con ellos.
—Tienes un buen punto, pero no me importa – anuncio el extraño, para desaparecer con un golpe de su bastón, notándose como la pierda verde que este contenía.. Se iluminaba.
En algún lugar...
Se dispusieron a seguir al joven. El mismo los llevó a una gran puerta y de allí, pudieron captar la luz del sol y un gran estacionamiento, con sigilo salieron del establecimiento y dirigieron su vista al panorama.
— Chicos, ¿Qué es esto? — hablo Barry, apuntando con su dedo el gran cartel llamativo sobre el lugar.
— ¿Supergirl? ¿Tenías un edificio con tu nombre y no nos contaste? — inquirió Frost, mirando hacia arriba.
— Es que ni yo era consciente de esto — agregó la chica de acero. Todo el equipo miraba hacia el gran cartel de Supergirl en el edificio.
— ¿Qué está pasando? — pregunta Oliver a la nada.
Los superheróes decidieron adentrarse nuevamente al establecimiento, en busca de información del porqué habían llegado a ese lugar, que tenía de especial, el porqué tenía el nombre de Supergirl en su entrada y más que nada, averiguar cómo volver, la cuidad los necesitaba.
— Lo que sabemos es que no estamos en National City, porque si hay energía. Podríamos estar en otra Tierra. Quizás — teorizó Felcha Verde, mientras caminaban por aquel pasillo.
— Si fuera así, lo de Mon-el tendría más sentido. Por eso su comportamiento — explicó Barry, siguiendo a los demás.
— Propongo que entremos por la puerta de donde él salió. Recuerdan que habían muchos civiles, quizás puedan ayudarnos — propuso Supergirl. Mientras se dirigían a aquella puerta.
Se acercaron lentamente, Kara utilizó su super audición para comprobar si todo estaba bien, lo único que pudo notar es que conversaban de cosas triviales. Eso hizo tranquilizar a los jóvenes.
— ¡Vamos! Dejémonos de suspenso — se exaspero la reina de hielo, la cual rápido abrió la puerta, logrando que todos los presentes, miraran al cuarteto.
Star City...
Hacía un par de horas que Felicity, Iris y Diggle habían llegado a la guarida. Rápidamente la rubia informática se acercó a sus amadas computadoras, deseosa de tecnología. Sin previo aviso se dispuso a investigar a sus amigos. Pero a pesar del esfuerzo, dedicación y el tiempo que llevaba utilizando todo algoritmo que podía, no había conseguido absolutamente nada.
— Estoy decepcionada, en verdad se esfumaron — habla cabizbaja la chica.
— Tengo una idea — comenzó Iris acercándose a las chicas. — ¿Y si mejor investigamos al sujeto extraño? Él es la base de todo esto. Lo que sabemos hasta ahora es que humano, no es.
— Nosotros podemos ayudar con eso — anunciaron las Leyendas entrando al bunker. — En uno de nuestros viajes en el tiempo, descubrimos que Ray hizo un amigo Dominador. Digamos que su madre nos debe una por recuperarlo. Ella nos podría ayudar. — propuso la chica.
Todos aceptaron la idea de Sara, parecía medio loco el hablar con unos seres que hasta hace un tiempo habían intentado matarlos. Todo el equipo se dirigió a la Waverider, al encontrarse frente a Gideon le pidieron si había alguna manera de contactar con los Dominadores. Un par de minutos después, la mamá Dominadora estaba en un holograma frente a ellos.
— Sabemos que nuestras razas no son amigas. Pero hace veinte años nosotros te ayudamos a recuperar a tu hijo. Nos debes una — sentenció Sara, de manera firme ante la alienigena.
— Debes dirigirte con más respeto hacia una reina, Humana. Tiene razón, tengo una deuda con su raza. Prosiga — intecractua la reina de los Dominadores.
— Un extraño alienigena está merodeando en nuestra Tierra, atormentando a nuestros habitantes. No hemos conseguido recabar datos sobre su raza por ningún sitio. Nuestro pedido es si usted podría ayudarnos a identificarlo — pidió Ray con cortesía.
— Lo que sabemos hasta ahora es que con tan solo golpear su bastón contra el piso o hasta chasquear sus dedos, puede desaparecer instalaciones completas, teletransportar a la gente y poner en coma a otras. Maneja la realidad a su antojo. — explica Sara moviendo sus manos a la par de sus palabras.
— También utiliza una túnica extraña, como de seda azul. Con él siempre lleva un bastón y una rara piedra verde. Su aspecto es igual al del humano, solo que su color de ojos es bastante peculiar...son rojos— describe más profundamente Diggle.
— Sus descripciones sólo me llevan a una raza, los Varkarianos. Pero parece imposible, por lo que tengo entendido, esa raza se extinguió hace millones de años. Hubo un tiempo en el que el universo estaba en guerra y esa raza era la más preciada en esclavos, por sus sin fin de habilidades, además de que son pacíficos. Fáciles de controlar— informó la extraterrestre.
— ¿Y cómo es que nadie sabe de ellos? — pregunta Felicity tímidamente.
— Si es que querían desaparecer. Creeanme, eran los mejores haciéndolo, por algo eran tan preciados como esclavos, tener uno era lo más valioso en su época. — explicó.
— ¿Cómo es que tu sabes de su existencia? — vuelve a preguntar la rubia más insistente.
— La familia real no se iba a quedar sin su tan valioso esclavo — comentó simplemente para seguidamente retirarse.
— Un "Adiós" no era mucho decir— expresa Ray ofendido.
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