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Capítulo 13

"¡Esto es vergonzoso!"

¿Quién está hablando? ¿Qué está diciendo? No puedo entender...

"¡No es mi culpa!... No sé por qué pasó esto... esta cosa... Esto no puede ser mi hijo..."

Una... ¿Mujer?... Esa voz...

"Seremos la vergüenza de todo el clan... deshazte de esta asquerosidad"

... No se que están diciendo... No entiendo... pero... no me gusta como suena...

Duele... duele mucho...

"David"

¿Quién es ahora?... Esa voz... es cálida.

"David"

David... David... ¿Qué es? Acaso soy... ¿yo?

"¡David!"

Con pesadez abre sus ojos lentamente, intentando acostumbrarse a la luz que se expandía en la habitación desde el gran ventanal a su izquierda. Cuando logra enfocar, lo primero que presencia su mirada es el rostro de una mujer de baja estatura, rubia, ojos violetas. La chica que había conocido antes.

La expresión preocupada de Amy se suaviza en el momento que el pelirrojo despierta, dejando salir un largo suspiro.

—Que alivio... Me tenías preocupada ¿sabes cuanto tiempo llevas durmiendo? ¡tres días! Eso es bastante para un humano, para un licántropo debe ser incluso más extraño... Creo, digo he estado leyendo algo en los libros que están en la biblioteca, pero siento que no he aprendido nada.

El joven parpadea unas cuantas veces, ladeando su rostro con confusión al no ser capaz de entender lo que la chica le comentaba. Hablaba bastante, y algo rápido, pero era una voz que le gustaba escuchar.

—¡Ah! Lo siento! Olvide que no sabes muchas palabras aún, lo siento David.

—¿D-David? -Consulta el joven pelirrojo, su voz sonaba rota, inusual, laa herida de su cuell aún no estaba del todo curada.

—Si, Tú, David —Respondió la de orbes violetas sonriéndole con amabilidad, señalándole con el dedo índice de su mano derecha— ¿Te gusta?

Seguía sin comprender del todo lo que la chica decía, pero sentía que, si estuviera en su frma lobina, su cola estaría moviéndose de un lado a otro desenfrenadamente. Se sentía feliz.

Asintió un par de veces, aceptando el nombre otorgado por Amy, cuando de pronto siente algo rozando su mano izquierda.

—Oh... Mira quien despertó —Comenta la mujer con emoción, tomando entre sus manos al pequeño cachorro que gimoteaba en busca de atención. Se veía un poco más grande, con mayor masa y en mejor estado— Mira, Velkan, tu hermano está despierto ¿estás contento? —Mientras simulaba hablar con el lobito rojo, David les miraba con un extraño sentimiento de pertenencia alojandose en su ser.

—David y Velkan... me tienes que estar jodiendo —Jadea Cassandra con resignación apoyándose en el umbral de la habitación sin realmente querer ser parte de aquella chiclosa escena.

—No empieces, Cassy... Te pregunté si te gustaban estos nombres o los otros que estaban en mi lista, pero no quisiste participar.

—Y me mantengo firme en esa decisión... —Responde entrecerrando sus ojos, sin embargo al cruzar miradas con el joven pelirrojo quien aún la observaba con cierto temor, su expresión se suaviza un poco, realizando una mueca que podría malinterpretarse como enfado— El tipo... David, no ha comido en días... bajen, Sandu preparó algo que no tengo idea de como pronunciar.

La reacción tan calmada y poco amenazante de Cassandra desconcertó ciertamente al pelirrojo, quien desde el inicio se sintió aterrado por ella, pero no tuvo tiempo de quemar su cerebro buscando una razón para el comportamiento ajeno, ya que Amy inmediatamente le jaló con cuidado para incitarle a salir de la cama.

—Vamos, David, tienes que comer para ponerte fuerte y sano.

Ya en la cocina, La rubia le indica a David que se siente en uno de los taburetes mientras ésta se acerca a ofrecerle ayuda a Sandu. El joven decide sentarse frente a la pelinegra, quien solo se dedicaba a mirar los utensilios con aburrimiento.

—Sigue sorprendiéndome que decidieras quedarte, Cassandra.

Menciona de pronto el más alto, llegando a la mesa con dos platos servidos de un extraño estofado que, si bien no tenía la mejor pinta, emanaba un delicioso aroma que le recordaba a la primavera. La muchacha simplemente se encoge de hombros, no dándole mucha importancia al respecto.

—Si Amy se queda, yo me quedo. Es simple.

—Tiene una pequeña obsesión con protegerme de todo y todos —Explica resumidamente Amy a Sandu al tiempo que deposita otros dos platos con estofado para ella y David, ganándose un leve asentimiento de este.

—No es una "obsesión" —Clama Cassy dándole un ligero codazo a su hermanita, quien se había sentado a su lado— Además, no es como si pudiera ir sola a mi casa después de saber que me persiguen unos malditos hombres lobos.

—Licantropos —Corrige Sandu antes de comer un bocado del estofado.

—Me vale.

—Entonces... —Interrumpe Amy antes de que ambos volvieran a discutir por cosas sin sentido.— Ese elixir se encuentra en el Bosque de las Ilusiones ¿verdad?

—Así es, el hogar de las Zaides, solo ahí crecen las flores que necesitamos.

—Y ¿hay alguna razón por la que te ves como si ir allá fuese el infierno —Cuestiona Cassandra, un tanto divertida por la expresión de total repudio que tenía Sandu en su rostro mientras hablaba de ese lugar.

—No es que el bosque sea realmente malo... pero el reino de los Zaides es... un poco complicado para mi. —Comenta el trigueño intentando relajar la expresión de su rostro— Pero, si ustedes están ahí no debería tener problemas.

—Ellos van a quedarse aquí, yo iré contigo a buscar esa mierda...

—¿Perdón? ¿Y en qué momento estuve de acuerdo con eso? —Clama la rubia con enfado, mirando a su hermana con los ojos entrecerrados.

—Señorita Amy, si bien ir sólo con Cassandra no es un júbilo para mí, creo que el viaje resultaría mucho más peligroso para usted que para nosotros -Interviene Sandu, con calma, intentando manejar la tensa situación que se había formado de pronto. Y, por supuesto, ignorando la expresión indignada de la pelinegra.

—Aunque crean lo contrario, dudo que este lugar sea el mejor escondite con tres licántropos buscándonos... Especialmente con uno de ellos queriendo matarme a mi ¿Saben? Para comerme... literalmente comerme —Comenta Amy, cruzándose de brazos, siendo observada con curiosidad por el pelirrojo en todo momento.

—Eso... también es cierto...

—Está decidido entonces, iré con ustedes.

—No es la mejor idea —Vuelve a hablar Sandu con cierta preocupación, notando cómo de pronto la pelinegra se había quedado callada.

—Si hay una manera de proteger esto... —Comienza Cassandra, señalando a su alrededor mientras mira directamente los ojos violáceos de su hermana— ¿prometes quedarte aquí?

—¡Cassandra, ya dije...!

—¡Solo escucha! —Clama exasperada por la terquedad de la rubia. David mira a Sandu esperando que este pudiera amenizar el ambiente, sintiendo temor de que, de pronto, estallase una pelea.

—¿Que tengo que escuchar? Sé por qué quieres terminar con esto pronto, y lo entiendo, pero no puedes esperar que me quede aquí sin hacer nada, esperando que vengan a matarnos.

—¡Es muy peligroso que vayas conmigo!

—¡Es igual de peligroso si no voy contigo!

—Entiende, si algo llega a pasarte Papá y yo vamos a sufrir las consecuencias —Sentencia mirando a su hermana con una disimulada expresión de sufrimiento en su rostro.

Sólo eso bastó para que la expresión molesta de Amy cambie a una de culpabilidad, desviando su mirada hacia su plato lleno de estofado humeante, no importando que todas las miradas estuvieran puestas en ella.

—Ok... Me quedo.

—Bien... —Relajando por fin su postura, Cassandra presta atención ahora al joven pelirrojo, quien hasta ahora solo se dedicaba a mirar a todos como si fueran extraterrestres, no entendiendo una sola palabra de lo que estaban hablando— David. —Llama ganándose inmediatamente la atención del chico— Mañana vas a aprender a pelear.

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