Pequeña venganza.
¿Quien dijo que era algo que debíamos buscar hasta hallarlo?
¿Quien dijo que sin el,no era posible vivir?
¿A quien se le ocurrió la idea absurda de al encontrarlo,poder conservarlo para el resto de la vida?
¿Quien y a quien?
Amor...buscarlo hasta hallarlo.¿Porque?¿No seria mas lógico buscar en nuestro interior lo que nos impulse a vivir independientemente de un supervalorado sentimiento?
Amor...Vivir por el,para el y como el dicte,cual maldito órgano dictador.
Amor...Para siempre¿Para siempre?...Por favor,no me hagas reír...desconocido que tuvo esa ocurrencia idiota.
¿No soy suficiente yo?...¿Porque debería buscar algo que me complete?¿Acaso fui creada en partes?....¿O sufro de alguna mutilación oculta?....¿Porque debería buscar esa emoción para llenarme?
Lo maldigo...a aquel que propuso vivir en una dependencia total, en un constante necesitar...Lo maldigo.Al que cruelmente puso esa ansiedad incesante en mi pecho,y ese ansia desmedida y ciega.
Quizás fue como le dicen...esa maldita costilla.
¿Porque amar?¿Porque el amor?...¿Porque vivir en agonía?...
¿Para que arrancarle a el,y luego poner en mi?...Si me hubieras querido dar algo Creador,me lo hubieras dado todo...y no solo una pequeña parte...que me hace arrastrarme cual serpiente sobre su pecho,que me hace mendigar como un pordiosero hambriento de sobras,.
Condenada solución...arrancar de mi lado este hueso...y ya no adeudarle nada...aunque mi anatomía se desarme...aunque ese pedazo oseo...termine devorado por los perros.
Sus piernas largas desde abajo se veían mas largas aun. Su pose recargada sobre la alta escalera era perfecta.El sol,su cómplice absoluto bañaba de sus finos rayos dorados sus ondeantes cabellos rubios,mientras el tarareaba esa pegajosa canción adolescente que no paraba de sonar en la radio.
Arreglaba una parte del techo,o eso me había comunicado.Con mas voluntad que conocimiento...pero ingeniándoselas como era acostumbrado en el.
-Traje limonada Thomas-le grite desde abajo.
El quito su vista de lo que estaba haciendo para fijarla en mi,y ¡Alabado sea Dios que puede derrochar belleza a su antojo! .Sus esferas celestes,y su sonrisa perfecta me hicieron olvidarme de todo...de todo.De lo que hacia allí parada debajo de ese tortuoso calor,con una bandeja en la mano con bebidas,mirando un perfecto Apolo de la mitología que me convertía en una rendida pagana esclava de sus deseos.
-Gracias Lu...ya bajo¿Si?-me respondió mi joven hermano.
Y bajo,y con el parte del brillo de esa mañana,que ahora venia a encandilarme exclusivamente a mi.
-Me asusta que hagas eso Thomas,es muy alto, podrías caerte y romperte el cuello-le digo mientras le alcanzo el vaso.
El da un pequeño sorbo,y luego me responde aun sonriendo.
-Lucille...tengo 17 años,no 5,puedo hacer esto tranquilamente...ya deja de estar protegiéndome de todo-.
-Y si no lo hago yo¿Quien lo hará?...eres todo lo que tengo...y soy todo lo que tienes-respondí con una efusividad mayor quizás,a la que ameritaba el momento.
-Ay lucille,lucille...me dijo el negando con la cabeza.
-Lucille...lucille...lucille-seguía el eco...ya no podía verlo pero si escucharlo¿Porque la preocupación en su voz?...Solo estoy aquí parada....¿O no?
-Lucille...¿Estas despierta?-oí su voz,la de mi gran amor.
Me esforcé en abrir los ojos para verlo,mis parpados parecían adheridos con alguna clase de pegamento,realmente me costo.... pero lo hice.
Mis ojos enfocaron,y ahí estaba el, a mi lado.Parpadee desconcertada por un momento,pero con los segundos, el espacio,el tiempo,y los últimos hechos se hicieron presentes.
-Thomas-dije con un hilo de voz,y gemí en respuesta a un repentino dolor en mi pecho-¿Que?....¿Donde?...
-Tranquila...no hables-me calmo Thomas,ahora podía verlo bien,tenia ojeras debajo de sus ojos y el seño fruncido en un gesto de preocupación.
-Estas en la clínica-continuo-Te tuvieron que intervenir por un corte profundo en tu pecho...Tu...Lucille cuando llegue tu...te lo clavaste...¿Como hiciste algo así?...¿Porque?-.
Pensé por un instante en sus palabras y todo vino a mi mente. Recordé tomar el cuchillo para concluir con mi penosa existencia, oír su voz,verlo venir a mi,pero igual hacerlo, quizás con mas temblor y menos decisión al saberlo allí,y seguramente por eso sin obtener aquel mortal resultado que esperaba.
-No digas nada-volvió a decir al ver mi intento de articular una respuesta-Lo acabo de decir,y te termino preguntando...No importa la razón,estas bien,o lo estarás pronto,perdiste mucha sangre y te lastimaste el musculo,pero no corre peligro tu vida...Oh Lucille...si lo hubieras logrado...No quiero pensar en eso,tu tampoco lo hagas¿Si?-.
Asentí.Aun respirar dolía, esperaría a sanar para tratar de comunicarle mis razones.Thomas estaba a mi lado,eso era lo importante,eso era todo.
-No volveré a dejarte...nunca,lo prometo,nunca,jamas te dejare.Te amo tanto hermana...no voy a volver a arriesgarme a perderte jamas-me dijo recargando en sus palabras un profundo sentimiento.
Sonreí.Su promesa era todo lo que necesitaba para querer seguir viviendo.
Cerré los ojos otra vez,estaba cansada.Thomas se apoyo al lado mio sobre la cama y me acaricio el cabello con ternura.Suspire,el estaba conmigo,todo estaría bien.
Pero no lo estuvo.Estuve una semana mas internada.Al día siguiente al despertar,una psiquiatra vino a hacerme una consulta por mi intento de suicidio.Me receto dos clases distintas de medicamentos,ansioliticos y antidepresivos.
Patalee y grite un poco para tomarlos.Pero Thomas,con su nueva postura protectora me convenció de hacerlo. Decía, yo jure estar contigo para siempre,ahora es tu turno de hacer lo necesario,y temiendo que se arrepintiera de su promesa accedí y comencé con el tratamiento.
Como dije, salí a la semana.
Al mes,ya no me reconocía.Pensar con claridad era una tarea ardua.No estaba triste ni feliz,enojada ni contenta,solo estaba.
Aceptaba todo lo que ocurría como si no pudiera participar en nada,como si solo fuera una espectadora neutral de una vida que ya no parecía la mía.
De a poco,Thomas la introdujo en casa.Si, a Edith.Me dio la noticia de su noviazgo con ella con una absoluta delicadeza,me hablo como si fuera una niña pequeña,y acepte lo que me dijo,que le parecía estar enamorándose de ella,que quería darnos la oportunidad tanto a mi como a el de vivir una vida normal,de encontrar ese alguien que nos amara sin tener que sufrir vergüenza,ni culpa.
Lo acepte.No tenia fuerzas para pelear,la leona era ahora una gatita asustada,mi gran temor era perderlo de nuevo,la sola idea me aterraba.
Miraba por horas la nada.Estaba en una calma mortuoria que parecía una milagrosa sanidad,cuando solo era fruto de aquel adormecimiento cruel que me habían impuesto.
Edith venia y me hablaba.Era muy vivaz y se la notaba muy inteligente.Nunca la vi correr detrás de Thomas,ni mirarlo desesperada, parecía amarlo de forma segura,dejando su dignidad intacta,de esa manera que ni yo ni las otras habíamos podido lograr nunca.
Edith también me leía.Historias de otros y también las suyas propias.Un día me dijo que pronto publicarían uno de sus libros,la felicite con pocas palabras.Todo mi vocabulario era así ahora,poco y escueto,falto de ingenio y de todo sentimiento.
Pasaron los meses.Siete.Thomas se veía feliz y eso me alegraba débilmente,por lo menos el lo era.Me trataba con la dulzura y el cuidado de un hermano,con un cariño fraterno y puro.
Yo no tenia fuerzas para sentir casi nada.Observaba su belleza,que ahora enamorada parecía alumbrar la casa,pero no lo podía desear,no tenia energía para nada mas que no fuera respirar, y voluntad solo para subsistir en este limbo amargo.
Unos 10 meses después anunciaron su compromiso.Thomas y ella me lo dijeron con grandes sonrisas.Ese día mas allá de la pesadumbre medicinal, sentí y pensé algo.
Thomas era cruel.Me enoje, después de mucho.El era cruel al hacerme participe de su amor,al tratarme como si nunca hubiéramos sido amantes desesperados,al seguir con su vida como si nada.¿Era un castigo quizás?¿Acaso el me castigaba por haberlo hecho vivir y hacer todo aquello que tanto le pesaba?
Me enfurecí con el.No se me notaba,pero cada día crecía mi ira. Cada vez que por las noches me abrazaba y me decía cuanto me amaba,cada vez que me apretaba contra su pecho y me susurraba que yo pronto estaría bien y seria tan feliz como el.
Solo lo miraba. Quería que lo leyera de mi mirada.
Una mañana no las tome,las escondí debajo de mi lengua y luego al ir al baño las tire por el inodoro.
Luego otro mas,y así,10...20...30...Un mes sin medicación y casi,casi,casi era otra vez yo.
Nadie vio el cambio,no permití que lo vieran.
Volví a sentir la ira corriendo como un fuego ardiente por mis venas y algo mas volvió de nuevo,mi obsesionado amor,mi hambre por el,mi lujuria por volver a estar en sus brazos,pero me contuve.
-Todo a su tiempo,Lucille...me decía...Todo a su tiempo.
Era febrero,un día un poco fresco,y con un sol que lograba calentar la tarde muy débilmente.
Me vestí con un delicado traje de dos piezas color crema.Por fuera me veía impávida,perdida en mis pensamientos ,pero por dentro esta alerta,viva,despierta.
La ceremonia del cuarto casamiento de Thomas seria en apenas dos horas.
-Te ves hermosa Lucille-escuche su voz detrás mio,y rememore otras tantas salidas al altar y nuestras charlas pre enlace.
-Gracias...No tengo palabras para describirte-le correspondí yo,con voz pausada,queriendo aun imitar mi anterior letargo.
Thomas con un traje gris muy moderno parecía un ángel revestido en plata.Era perfecto,siempre lo ha sido,y no estaba dispuesta a perderlo.
Lo había decidido, volvería a tener a Thomas, volvería a ser mio,pero antes...una pequeña venganza.
-¿Salimos?...¿Estas lista?-me pregunto y cuando asentí me dio su brazo para bajar por las escaleras.
Poco después nuestro auto nos dejaba en la Iglesia de San Sebastian.
La novia esperaba.Entre primero luego de darle un fuerte abrazo y un suave beso.
Camine por el pasillo,buscando mi lugar.El lugar estaba lleno,y todos parecían estar muy felices por la boda...todos menos yo,pero no era la primera boda que sufría así que supe aparentar.
Poco después entro mi hermoso hermano menor.Me dirigió una sonrisa y un guiño de sus ojos claros,y se acomodo en su lugar.
Unos minutos mas corrieron y se escucho la marcha nupcial.Todos miramos hacia atrás.
Un sinfín de exclamaciones acompaño su elegante paso.
Estaba horrible y espantosa.Ojala fuese cierto...Estaba espectacularmente preciosa,era irreal, una elfa de cuentos míticos con una belleza que sobrepasaba todo lo conocido.
¡Maldita!
Odie cada paso de ella al altar,pero ame el hecho de poder volver a odiar.
Se miraron con dulzura.Luego comenzó mi tortura mental.Esta vez como nunca,porque esas palabras se escuchaban veraces,sonaban a una absoluta verdad.
Votos y promesas...¡Que romántico!¿Alguien tiene veneno para ratas para pasar el trago amargo?
Y la parte que esperaba...por fin.Ah...dulce venganza.
-Si alguien tiene alguna razón para que no se lleve a cabo esta boda que hable ahora...o que calle para siempre-dijo el sacerdote.
He dormido con el novio,mi hermano, por los últimos... déjeme ver...15 años,ah y también le di un hijo...
¿Eso influiría en la decisión de la novia acaso?...Bueno...veamos.
Levante en alto mi mano y dije un ¡Yo! fuerte y seguro.
Todos los presentes me miraron,y mas que nada ellos dos.
-Si...-dijo el sacerdote extrañado-Diga lo que tenga que decir...
Ah...¡Que dulce es la venganza!
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