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Capítulo 7

Barry Allen "criminal" starter Pack;


Me mantengo mirando un punto fijo en el medio de la blanquecina mesa.
Junto a mi, Josef no deja de observarme.
—¿Estás bien? —Demasiado harta de esa pregunta, pongo los ojos en blanco y bufo.
—Si. —Reitero por decimosexta vez.
Oigo como suspira pero no llego a mirarle en ningún momento. 

—Oye, no quiero que te molestes ¿Vale? Pero desde que pasó lo de aquella azotea te he notado rara. Vas por tu cuenta, te pones en peligro, estás distraída, pasas más tiempo en el baño que aquí y no aportas nada a la investigación. Sólo quiero que sepas que puedes contarme lo que sea. —Su mano va a tocar la mía pero me aparto.

Entonces, la luz se abre paso en mi cabeza y casi sonrío por el ingenio de mi idea.
—¿Recuerdas que mis padres querían divorciarse? —Le miro directo a los ojos, profundizando en mi mentira.
—¿Han cambiado de idea? —Niego.

—Del revés. Ninguno quiere ceder o irse de casa. Están tenido muchos problemas. Ya son mayores y odio tener que dejarlos solos. No quiero que se maten por unas sartenes. —Sueno divertida en lo último aunque no pretendía hacerlo.

Me mantiene la mirada. Sé que le enseñaron a cazar mentirosos pero a mi me enseñaron a mentir.

Y no sé lo cree del todo. Lo noto. Pero asiente y pasa página, dejándolo ir.

—¿Qué sabemos de los tres atracadores muertos? —Me mira apretando los labios.
—No hemos podido identificarles. Ninguno de ellos tenía antecedentes penales pero estamos revisando las cámaras y hablando con los testigos. Llevaban tres días vigilando el banco.
Ahora supongo que el resto del grupo retrasará o cancelará el golpe. Se han quedado sin hombres.

Me veo tentada a decir en voz alta lo que sé. Van a dar el golpe, justo como lo tenían planeado.
Pero no puedo simplemente abrir la boca y soltar "El atracador de la banda, mientras me seducía en su Club de stripteases anoche, me dijo que son un grupo grande y perfectamente formado y que van rotando" ¿Verdad?

No es lo que esperas que tu compañera te diga, precisamente.

Las horas pasan despacio y sin ningún tipo de avance. Cuando el reloj marca las ocho, agarro chaqueta y bolso y salgo por la puerta.
Josef se me queda mirando hasta que entro en el ascensor y sus ojos están teñidos con la decepción. Aprieta los labios y en la distancia, le aparto la mirada.

Agarro el pomo de la puerta y lo giro. Presiono el interruptor de la luz y me deshago del bolso.
Mi casa es un lugar sencillo pero elegante.
Un salón tamaño mediano con un par de sofás de cuero marrón y una televisión ancha.
La cocina tiene los electrodomésticos normales junto con una mesa negra y varias sillas del mismo tono.
Dos habitaciones y un baño.

No llego al salón cuando la luz de una lámpara se enciende sola.
Bueno, sola no.
Apreto los dientes y me llevo la mano a la pistola. Pero sé quien es y vuelvo a dejar caer la mano del arma.
—Esta noche no. No tengo fuerzas para esto hoy. —Le informo. Y yo misma me sorprendo de la tranquilidad con la que me tomo que el líder de una banda de atracadores esté en mi casa.

Pero no he mentido. Hoy simplemente no me siento con la fuerza suficiente de luchar contra él. Contra la pasión. Contra mi misma.

Sonríe en medio de la oscuridad y me predispongo a ignorarle. Me giro sobre mis talones y dejo los tacones de color negro en el suelo.
—¿Un mal día? —Bromea. Le lanzo una mirada rabiosa y camino hasta abrir la puerta que da a la calle.
—Largate. —Se pone de pie y comienza a caminar con su asquerosa actitud chulesca y decidida.

Pero se detiene frente a mi. Y de nuevo, ya como por costumbre, tira de mi cintura.
—¿Es que no has oído que no tengo fuerzas para esto hoy? —Susurro.
—¿Fuerza de voluntad para resistirte a mi, te refieres? —Quiero golpearle con la culata de la pistola.
Pero sus labios comienzan a acercarse. Y los míos no se alejan.

Iniciamos un juego. No nos tocamos pero tampoco nos separamos.
¿Quién se rendirá primero?
¿Alguno se rendirá, acaso?

Su aliento a tabaco y menta hace que toda la piel se me erice. Noto el sudor frío en mi espalda y una corriente eléctrica recorrer cada centímetro de mi anatomía.
Entonces, susurra.

—Dejame llevarte al infierno, Caitlin.

Y lo hago. Me acabo por rendir yo. Dejo de luchar.

Mis manos se enredan en su cuello y mis labios chocan contra los suyos. Desesperado, hambriento, feroz.

Al principio le cuesta reaccionar pero cuando lo hace, su lengua pasa a mi boca y sus manos agarran mis piernas y me levantan hasta que me subo a su cintura.
Mi temperatura corporal sube tanto que, a pesar de estar justo frente a la puerta, siento la necesidad de deshacerme de toda mi ropa.

Su lengua ardiente examina con curiosidad toda mi boca y los latidos de mi corazón suben y suben sin parar.
No hay techo. No tienen techo. No dejan de aumentar.

Pero no es suficiente. Quiero más, mucho más.

Caminamos a ciegas hasta estrellarnos contra el sofá y ambos caemos en él.
Se pone encima de mi y sus manos curiosas comienzan a desabrochar el botón de mis pantalones.
Nos separamos para tomar aire pero no resisto por mucho tiempo y vuelvo a besarle.
Estoy desesperada, demasiado. Urgida.

Todo mi cuerpo está estremecido, mi piel erizada a pesar del calor y la electricidad recorriendo mis venas.
Rompo los botones de mi camisa, demasiado apresurada para quitarlos de uno en uno.
Me incorporo para quitarme la camisa y una de sus manos apresa mis brazos por encima de mi cabeza.
Abandona mis labios y gruño ante la falta de sus besos.

Deposita un beso húmedo en mi cuello y gimo. Un suspiro cargado abandona mis labios y noto la repentina necesidad de deshacerme del sujetador.
Mis pezones se vuelven duros como rocas y la tela de la prenda interior comienza a molestarme.

Libera mis manos y aprovecho ese momento para quitarle la camiseta.
Exploro sus músculos bajo esta y toqueteo todo lo que encuentro a mi paso.
Sus manos liberan mis pechos del sujetador y se posan ahí, tocándolos con notable experiencia.
Vuelvo a soltar otro gemido.

Sus labios vuelven a mi y noto en mi barriga el bulto de sus pantalones.
Llegando al límite, intento bajarle el zipper de estos pero mis manos torpes, sudadas y nerviosas fallan.
No puedo pensar. No puedo respirar.
No puedo resistirme.

Necesito que lo haga ahora. Necesito sentirlo ahora.

Él mismo toma el control y se quita los pantalones. Yo hago lo mismo con los míos nuestros ojos se cruzan por un instante.
Pupilas dilatadas por la excitación.
Por fin, baja la última prenda que le queda en el cuerpo y yo me arranco sin piedad alguna las bragas.

Sus manos siguen explorando su cuerpo y nuestros labios vuelven a unirse.
Aún no está dentro de mi. Y ya sé que este es el mejor sexo que he tenido en mi vida.

¿A qué estaría dispuesta a renunciar por esto?
Si tuviera esto el resto de mi vida, no hay nada a lo que no renunciaría.
El FBI, mi carrera, mi casa, mi vida entera.

Mis uñas se entierran en sus hombros sin querer y un profundo gemido se escapa entre mis labios cuando por fin entra en mi.
—Joder. —Gruñe en un suspiro. Comienza a moverse y una oleada de placer llena cada célula de mi cuerpo.

Cierro los ojos sin querer, disfrutando al máximo mientras sus labios juguetones se pasean por mi cuerpo sin piedad.
Marca cada zona y me quema allí por donde su boca pasa.

Sigue subiendo el ritmo de sus embestidas y el placer aumenta junto con mis gemidos.
—¡Oh, si! —Continúo exclamando.

Por un instante, abro los párpados y le veo observándome. Una sonrisa estúpida se dibuja en nuestros rostros.
Sus embestidas no se detienen y mis manos se aferran a la tela del sofá. Apreto tan fuerte que noto una de mis uñas romperse.

Y llegamos al clímax, gritando en conjunto y notando como su semen me llena por dentro.
Sale de mi vagina y nos miramos por unos segundos.
Una fina capa de sudor en su frente y su pelo despeinado pegado a su cara.

¿Es posible que ahora me parezca incluso más guapo?

No decimos nada. Mis ojos se cierran por el cansancio minutos después ya no sé lo que ocurre después.

PASÓ. PASÓ. YA PASÓ.

No si a alguien le moleste que haya pasado tan rápido pero esta historia no está centrada en ellos poniéndose calientes sin hacer nada. No iba a seguir así 20 capítulos más cuando es algo que iba a pasar tarde o temprano xd.

Y bueno, una última cosa es que no acostumbro a escribir este tipo de escenas. Por eso, dejadme en los comentarios lo que pensáis o si creéis que debería cambiar/añadir algo y sentidos libres de darme consejos si creéis que los necesito. Mucho amor x.

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