Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 10

Esto se va a poner intenso... 😂🔥

¿Así que a ese capullo manipulador y asqueroso le gusta jugar?
¿Así que le gusta utilizar su cara bonita y sus trucos de niñato para conseguir lo que quiere?

Si cree que es un buen jugador, es que no conoce a Caitlin Snow.

El cartel de Dirty Dream se abre paso en mi camino por la carretera.

Cuando voy a atravesar la puerta, el gorila de seguridad se lleva una mano al pinganillo y la otra la pone en mi pecho. Innecesariamente, su mano roza mis pechos y el asqueo crece desde mi estómago.
-Usted no puede pasar. -Distingo un acento checo en su voz.
Sonrío. Alzo la cabeza y mi mirada busca la cámara de seguridad.
La encuentro justo allí, apuntándome como un arma cargada.

Sonrío a la cámara, alzo mi dedo medio y articulo con mis labios «Disfruta de esto, capullo»

Entonces, mi mano se convierte en un puño que impacta directo a la cara del guardia. Doy una vuelta sobre mi misma para impactar una patada en su estómago y cuando se dobla sobre sus rodillas, agarro su cabeza y le propino un rodillazo en la nariz.
La sangre comienza a salir y me aparto para que mis impolutos tacones no se manchen.

-La próxima vez que quieras tocar a una mujer sin su permiso, piensatelo dos veces. -Escupo al suelo y camino dentro del local.
Sin importarme quien me vea, atravieso la puerta y el pasillo. Mi hombro choca contra la última puerta y se abre dando un fuerte golpe contra la pared.

-¿Te parece que esas son formas de tratar al personal? -Su dedo índice señala al portátil en sus manos. Una imagen de la cámara de seguridad y del gorila incorporándose mientras trata de taponar la sangre que sale de su nariz.

Me fijo en que lleva una corbata. Es la primera vez que le veo tan "elegante".
Me aprovecho de eso y camino hasta estar lo suficiente cerca para agarrar esa corbata en mis manos y tirar de ella.
Le ahogo un poco y sus mejillas enrojecen. Pero su desagradable sonrisa no se borra.

-¿Has venido a terminar lo que empezamos el otro día? -Examina mi cuerpo con lascivia. El abrigo de color crema abotonado que me llega hasta debajo de las rodillas.
Pero hoy, por primera vez en algún tiempo, sé perfectamente lo que he venido a hacer. Lo que quiero y como lo voy a conseguir.

Le rodeo, liberando su corbata y agarro la silla que está tras la mesa de su despacho.
La pongo en el centro del lugar. Curioso y expectante, sigue con sus iris verdes cada movimiento que hago.

Me posiciono frente a él y le pego un empujón fuerte que hace que caiga sentado en la silla. Orgulloso de mi comportamiento, sonríe de lado.
Pero yo sonrío más. Porque por fin sé como voy a conseguir borrar esa sonrisa.

Abro mis piernas y me siento encima de él. Nuestros cuerpos vibran cuando deja escapar una carcajada.
-¿Cómo te llamas? -Pregunto. Alza una ceja de forma burlona.
-Eso no va a funcionar conmigo. -Advierte. Mantengo mi mirada en él. Decidida y seductora.

Mientras tanto, mis manos se entretienen quitándole la corbata, dando algunos tirones bruscos.
Cuando se la quito, la alzo entre mis manos y los dos desviados nuestras miradas hasta ella. La dejo caer en el suelo.

Sigo con los botones de su camisa verde agua.
Uno por uno, alegrando mi vista con su pecho desnudo.
Mis manos recorren sus músculos.
Sus brazos son atléticos, bien definidos. Tiene los abdominales marcados pero sin exagerar.

Muerdo mi labio y mis iris nunca dejan de conectar con los suyos.
Toqueteo su piel, notando el calor bajo esta.
Acerco mi boca a la suya, provocando que nuestras respiraciones choquen.
Jugueteo con él. No le beso pero tampoco me alejo.
Mientras que mis manos juguetonas no se detienen.

-¿Cómo te llamas? -Repito y mi voz se desnuda. Sexy, cruda y egocéntrica.
Entonces, sus labios se tuercen en un gesto de burla.
-No puedes ganar al jugador que inventó el juego. -Se pavonea.

Entonces, dejo que mis labios se encuentren con los suyos. Apenas un roce, en la comisura de su boca.

Me pongo de pie de nuevo y deshago el lazo que mantiene mi abrigo cerrado.
La tela se abre en dos y me la saco del cuerpo, dejando que caiga al suelo.
Larga otra risa y comienza a humedecer sus labios mientras me mira, provocándome.

Bajo mi abrigo, una falda de tubo gris con una abertura en la pierna derecha y una camisa blanca.
La primera prenda que retiro es la camisa.
Voy lentamente, sin prisa.
En sus ojos distingo como va creciendo el ansia y como sus pupilas se dilatan con excitación.

Abandona mi rostro para admirar mi cuerpo cuando la tela blanca toca el suelo. Mi sujetador de encaje negro con transparencias no deja mucho a la imaginación.
Bajo la cremallera de la falda y el sonido de ésta es lo único que se escucha en toda la habitación.

No aparta sus esmeraldas de mis piernas, observando cada palmo de estas.
Y yo, le doy alguna mirada furtiva a su pecho desnudo.
Tatuaje de un diamante en su pectoral derecho, diez centímetros de diámetro.
Tatuaje de una daga en su brazo izquierdo, veinte centímetros de diámetro.

La falda se desliza por mis piernas y doy una vuelta sobre mi misma para que mire más allá. Mientras observa mi trasero, descubierto por el tanga, pongo ambas manos en mis pechos y nuestros ojos se encuentran de nuevo.

Entonces, con un par de pasos, me pongo frente a él. Sus manos se posan en mis piernas pero niego, haciendo un ruido de desaprobación y apartándolas.
Mira desde mis tobillos hasta llegar a mi cara, haciendo un escáner completo.

Y cuando me siento sobre él, noto su excitación a través del bulto en sus pantalones. Sonrío de lado tras haber conseguido mi objetivo.
-¿Cómo te llamas? -Me ignora.
Abro mis piernas lo suficiente para meter mi mano y bajar la cremallera de sus vaqueros. Libero su erección.
Parece agradecerme con sus ojos y observo que pasa saliva.

Pero voy más allá. Mucho más allá.

Tomo su miembro entre mi mano y comienzo a moverlo. Gimotea y echa la cabeza hacia atrás, cerrando los ojos.
Por completo rendido, se deja hacer.
Sigo moviendo mi mano cada vez más rápido y sus manos se mueven hasta llegar a mi cintura.
Entonces, me detengo un par de segundos y gruñe.

-¿Cómo te llamas? -Insisto. Una vez más, se niega a mi pregunta y comienzo a mover mi mano de nuevo.
Lo hago mucho mejor. Mucho más rápido. Susurra mi nombre entre gemidos y suspiros que se entrecortan y llego al punto perfecto.

Sé que está al borde del clímax.
-¿Cómo te llamas? -Repito por última vez. Y cuando finalmente llega al orgasmo, no logra aguantar.
-Barry... Barry Allen.

Las comisuras de mis labios se ensanchan en la sonrisa más complaciente de mi vida y me pongo de pie.
Ante la falta repentina de tacto, abre los ojos.
Consumido por el deseo, no es consciente de lo que ha hecho.

Me giro sobre mis talones y sus ojos me siguen.
-No... -Susurra con una pequeña sonrisa. Pero no una de sus sonrisas egocéntricas si no una que suplica que no me marche.

Todavía semi desnuda, doy media vuelta y su mirada baja bruscamente hasta mis nalgas.
Volteo la cabeza para mirarle.

-No eres el único que sabe jugar, Barry Allen. -Al pronunciar su nombre, la sangre desaparece de su cara y sólo entonces se da cuenta de lo que ha hecho.

Moviendo mis caderas exageradamente, provocando sus instintos más salvajes y todavía en ropa interior, agarro mi abrigo y abro la puerta del despacho.

Me pongo la prenda y paso a empujones entre la gente. De fondo, oigo sus gritos pidiéndome que me detenga. Pero no lo hago.

Porque esta partida la he ganado yo.

¿Todavía sigues pensando que soy un animal herido, Barry?

¿Es que alguien en serio pensaba que Caitlin era una mojigata sin recursos? 😂😂😂😂😂
Mi chica tiene muuucho que aportar al juego... 🔥😏

Y ahora un poco de spam ⛔🚫❎:

Las Reglas De La Princesa”
próximamente en mi perfil. ⏳⌛

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro