Capitulo 5: ¿Quien eres?
No tengo derecho a amarte, pero lo hago
Los papeles eran cada vez más y ya resultaba aburrido. Aún así no me rendía y seguía pasando los datos a la computadora y enviando algunos correos.
Cada tanto miraba de reojo el que Kunikida no me sacaba los ojos de encima en algunas ocasiones. Ya llevaba tres días viniendo, no soy una extraña. ¿O si?
La verdad ya no sabía que creer. En cierta forma parecía que todo el mundo do sabía sobre mi, las miradas no faltaban en la calle, aveces me sentía perseguida.
- Tn- llamo Oda por lo que me gire a verlo- deja los papeles por el momento, tenemos que hacer otra cosa.
- Esta bien- asenti. Todos alrededor dejaron de hacer lo suyo. Comenzamos a preparar las cosas, al parecer iban a hacerle una prueba al nuevo. Me resultaba extraño, a mi no me hicieron una prueba.
Una vez que movimos los bancos y mesas, mientras se terminaba de armar la bomba improvisada que no iba a ser más que un contador, preparamos a Naomi como una rehén.
- Ya está- le dije al de cabellos rojos. Este asintió.
- Rampo- llamo el mayor, el mencionado se acercó- Tn se quedará contigo en la enfermería.
- Si, es mejor- asintió- estaremos más seguros que aquí afuera- terminó de decir para luego tomarme de la muñeca y arrastrarme hacia la enfermería.
Estuvimos en silencio los primeros minutos. Miraba la puerta esperando a que alguien diera alguna señal cuando pudiéramos salir.
- Sigues preguntandote el como te admitimos en la agencia, ¿no es verdad?- pregunto rompiendo el silencio. Lo mire con asombro.
- Si- murmure no muy alto luego de un rato.
- Nos llegó información anónima de que ciertas personas te estaban buscando- respondió mientras comía unos dulces sin importarle mi reacción.
- ¿Qué?- pregunté levantándome y viendolo- ¿quién les dijo? ¿Y quienes me buscan?- dije algo alterada por la nueva información.
- Con respecto a la primer pregunta, no tengo idea, es un misterio hasta para mi- dijo tranquilo, luego levantó la vista- y respondiendo la segunda, son personas malas.
- ¿Quienes?- pregunté. Este me miraba cono pensando en si decirme o no.
Los minutos pasaron, del otro lado de la puerta se escuchaba el griterío con respecto a que ya estaba transcurriendo la prueba, pero me centre más en el detective.
Ladeo la cabeza a un costado. Sacó sus anteojos para la "Super deducción" cuando se los colocó y seguía mirándome, este sólo estaba serio con sus ojos clavados en mi.
- ¿Quién eres?- pregunto. Lo mire extrañada- ¿Enserio tu nombre es Tn?¿ de dónde eres realmente?
- No entiendo- dije incrédula- ¿qué tratas de decir?
- Ya basta- dijo el presidente Fukuzawa entrando a la enfermería. Mire a Rampo y luego al mayor- ya es suficiente, la prueba terminó por lo que ya es hora, puedes volver a casa, Tn.
Asenti. Mire a ambos hombres y sólo salí de allí. En el camino junte mis cosas, había varios bancos tirados y desparramados, pero no le di importancia.
- ¡Y ella es Tn!- grito Naomi presentandome.
Levante la mirada. Era un chico, mayor a mi o de mi misma edad. No había mucha diferencia, o eso quería creer.
Era de una constitución delgada y una piel muy pálida. Cabello negro, corto y entrecortado con flequillos laterales que le llegan hasta la barbilla y se vuelven blancos en las puntas. Sus ojos eran agudos, algo holgados y de un gris oscuro y vacío.
Una mirada que te intimidaba de cierta manera y en mi caso, no me daban ganas de mantenerla.
Llevaba un abrigo gris deshilachado, una camisa negra de manga larga con tirantes grises casi oscurecidos y una corbata blanca. Además, lucia un par de pantalones oscuros a rayas hasta la pantorrilla, calcetines de color malva oscuro que llegan debajo de sus pantalones y mocasines negros.
- Un gusto, y bienvenido- mencioné. Este sólo me miraba como si estuviera aburrido.
- No me interesa hacer amigos- respondió sin más y me paso de largo. Suspire para luego simplemente saludar a todos e irme de allí.
Llegar a la cafetería fue algo ajetreado, había tránsito por lo que las calles estaban llenas, no entendí muy bien, pero al parecer uno una serie de accidentes múltiples.
Dentro, la Nana me había dado el tiempo libre, pero como deseaba distraerme de lo que Rampo había dicho, me puse a atender a los clientes.
¿A qué se refería Rampo con sus preguntas?¿quién era?¿de dónde? Y sumándose a eso, no sabía si estaba del todo segura, no quería que nada malo pasará si es que me buscaban personas peligrosas.
Levante la vista viendo a la mujer que me había criado y enseñado todos estos años. Esta estaba tranquila atendiendo las mesas y sonriendo.
¿Que clase de personas peligrosas me buscaban?
- Buenas tardes! Bella flor- dijo una voz cerca de mi oído haciendo que pegue un salto ante el susto y sorpresa.
Me aparte unos pasos, por más de que yo estaba de un lado del mostrador y el contrario del otro. Este apoyo su codo en la mesada que nos separaba y me sonreía levemente.
- ¿Te asuste?- pregunto divertido- perdón por eso, estabas distraída y no sabía cómo llame tu atención.
- N-no, e-eres bien, fue culpa mía- dije regulando mi respiración y lo mire- lo lamento, ¿en qué puedo ayudarle?- pregunté.
Era ese hombre, el del traje y vendas.
- Desearía un... dos cafés- se corrigió enseguida- y una mesa para dos cerca de la ventana- dijo señalando un sitio cerca del ventanal a la calle.
- Esta bien- asenti- ¿algo más?
- Por ahora no, pero tal vez mi acompañante si quiera algo cuando llegue- asintió.
En cambio termine de anotar las cosas y lo guíe al lugar que quería, este se sentó en una de las sillas y me sonrió. Le devolví el gesto y volví a la cocina para preparar lo pedido.
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