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Capítulo 16: El arma

-¿Que paso que?- pregunte con preocupación. Apenas me encontraba cambiada para salir hacia la agencia cuando Rampo llamo.

- Lo que escuchaste, atacaron a Akutagawa, aún que conociendo lo, seguramente él provocó la pelea- dijo desde el otro lado- aunque, no se ni porque razón te lo digo, ese sujeto puede cuidarte.

- Siento que hay datos que nadie aquí quiere decirme- dije con cansancio sentándome en una de las sillas- no... Quiero que me las digan, pero... Al menos saber si hay razones detrás de todo.

- No puedo decirte nada, lo lamento- dijo el detective. Lo escuché suspirar- enserio, te diría si supiera, pero resulta que... Hay cosas las cuales no podemos dar explicación y tú eres una de ellas.

- Eso más que responder me da más preguntas- digo con ironía. Lo escucho reír.

- Ese sujeto- hablo- el de la Port Mafia, seguro tiene sus razones, tal vez... Incluso sepa más que todos nosotros.

- Gracias- dije y colgué. Mire mi teléfono unos segundos. ¿Que quiso decir con eso? Tenía pensado que Dazai sabría más al respecto, pero así?

Salte de golpe en mi lugar cuando la puerta fue tocada, me resultó raro ya que era un lugar privado.

-¿Q-quien es?- pregunte y tome un paraguas para defenderme. Para poder llegar hasta la puerta de entrada, antes se debía de pasar por una zona restringida de la cafetería.

- ¿Quien más podría ser, mi bella flor de loto?- la voz carismática y divertida de Dazai se hizo escuchar.

Solté un suspiro y fui a abrir la puerta. Del otro lado, el castaño esperaba con una sonrisa en su rostro.  Note que solo estaba con su pantalón de vestir negro, zapatos y camisa blanca.

- ¿Pensabas golpearme con eso?- pregunto divertido. Entro sin más, me sonroje al ver el paraguas en mis manos.

- Y...yo no era... Digo... Bueno... Hmmm- mire en otra dirección avergonzada. Soltó una risita y tomo mi mentón para hacer que lo viera a sus ojos.

No se había puesto la venda en ellos. Me miraba con una sonrisa, me acerco y me beso. No tarde en seguirlo.

- Buenos días- susurro cuando nos separamos.

- B.buenos días- conteste avergonzada- ¿Que hacías aqui?

- Olvidé mis cosas- alzó su mano con un dedo hacia arriba- casi me asaltan, pero el Chihuahua llegó para que no sucediera.

- Lo lamento, también me olvidé de ello- dije suspirando.

- No lo hagas, de echo- miro alrededor del departamento- me gustó no tenerlas por un rato.

- Ahora las busco, si quieres... Siéntete como en tu casa- fui directo a mi cuarto y tome la gabardina colgada, fui donde había dejado el arma, abrí la caja y abrí los ojos al no estar allí.

-¿Pasa algo?- pregunto el castaño.

- Yo.... Juraba que deje tu arma aquí- comencé a revolver los cajones y los sitios cercanos.

-¿No está?- pregunto.

- Debe de estarlo, anoche no la saqué ni nada- revolvía la habitación. ¿Cómo era esto posible?

No recordaba si Nana hubiera entrado, nadie lo hizo, ¿Dónde estaba el arma?

- Nono, enserio- me levanté y mire en varias direcciones- estaba aquí, lo juro!- voltee a ver a Dazai, este miraba con seriedad por la ventana.

- Dime algo- volteo a verme- ¿Las cosas comenzaron a desaparecer? ¿Objetos específicamente que hayas tocado con anterioridad?

- Yo....- ahora que lo pensaba...- si, y aparecen también, objetos que nunca ví en mi vida.

- Bien- tomo su garbadina y sonrió- ¿Hoy no trabajas verdad? Tampoco estudias.

-¿Cómo lo..?

- El arma es lo de menos- le resto importancia- puedo conseguir otra- sonrió como si fuera lo más normal del mundo- ¿Quieres venir conmigo? Debo hacer algunas cosas.

- Pero ...

- Será entretenido- sonrió, me extendió la mano. La mire unos segundos.

Podían llamarme como quisieran, podían decirme lo que quisieran. Pero desde que conocí a este sujeto, desde que conocí a Dazai Osamu, sentí que todo saldría bien.

Contradictorio para cuando te enteras que es un miembro de la Port Mafia, alguien que guardaba muchos secretos, ¿Que podría decir al respecto?

Todos tenemos secretos, la Agencia de detectives armados también tenían, yo quería respuestas, y Dazai....

Rampo dijo que le preguntara a Dazai.

-¿A dónde vamos?- pregunte tomando su mano. Sonrió casi cerrando los ojos.

- A la Port Mafia.

Narrador Omnisciente. AU... Original.

El castaño leía los archivos que le había dado Algo. Frunció el ceño, no había nada que se acercará lo más mínimo a lo que podría llegar a especular.

Los poderes de todas aquellas personas solo se limitaban a ciertas acciones de transporte de objetos. En ninguno se abrían portales. Tal vez, como mucho intercambio.

Te dejo esto y me llevo esto. Pero nada más.

- Hay que aburrimiento!!- dijo en queja. Miro de reojo a ver si causaba alguna razón en Kunikida.

-¿Sucede algo Dazai?- pregunto Tanizaki.

- Solo otro caso con poca información- contesto en queja- bueno, tendré que dejarlo de lado y hacer ot...

- No se te ocurra- Kunikida lo miro con mal gesto- no puedes empezar un caso, dejarlo a la mitad y luego empezar otro.

- Pero si ni siquiera dije algo- dijo con inocencia fingida.

- Luego asegúrate de hacer el papeleo- lo fulminó con la mirada y siguió con lo suyo. Dazai soltó una leve risita, luego miro los papeles una vez más.

- Rampo- llamo Dazai. El detective estaba en su lugar de siempre comiendo unos dulces- ¿Podrías ojear esto y decirme lo que pienses al respecto?

- ¿Que ganó a cambio?- pregunto mirando al castaño.

- Si ves algo que yo no vea, te compraré una caja de chocolates- dijo entregándole la carpeta con toda la información.

- Pues ve a comprarla- dijo con cierta confianza, Dazai rio y se tiró hacia atrás en su silla.

El detective tomo los archivos y los leyó, nadie le prestaba mucha atencion, ya que sabían que no sería muy complicado para el contrario.

- ...- saco sus anteojos y se los coloco. Abrió los ojos ante la sorpresa. Dazai se enderezó en su lugar de forma sería mirando hacia adelante- yo... No veo nada.

Todos voltearon a verlo. No sé creían lo que acababa de decir. Miraron a Dazai, esperando una respuesta suya.

- Lo suponía- se levantó y enseguida el teléfono de este comenzó a sonar- ¿Atsushi?- pregunto al contestar.

- Dazai... Acaba de aparecer otro objeto en la habitación- contesto el peliblanco.

- ¿Que cosa ahora?

- Un arma.

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