Bill regañaba a Mabel por decir aquello y ella le contestaba con una adorable puchero que le derretía él corazón, pero tenía que aprender a no decir aquello, al menos no aun.

Pero él flash de una cámara y él sonido de esta lo hizo dejar de regañarla, encontrandose con él mismo castaño él cual tenía su celular en manos y acababa de sacarles una fotografía. Sabia que era él sobrino de aquel molesto oficial así que no dudo en caminar hacia él para sacarle él celular de las manos tirándolo al suelo y pisándolo.

El no hizo mas que quedarse quieto y temblando del miedo.

— ¡Dipper! — Lo llamo la castaña corriendo hacia él para darle un abrazo — ¿No deberías estar con tu tío? Debe de estar muy preocupado — Al parecer aun no se daba cuenta de lo que estaba ocurriendo, o tal vez si que se dio cuenta e intentaba calmar las cosas.

— S-si.. Emm.. Mabel, necesito que vengas conmigo. — Tomo la mano de la castaña en un intento de alejarla del hombre rubio, pero este tomo su otra mano alejándola de él —

— Ella no ira a ningún lado. — Hablo cargándola en brazos dedicándole una mirada llena de odio al castaño —.

— ¡No puedes alejarla de su hermano! — Grito Dipper cansado de que aquel hombre lo alejara de ella. —

— Me pertenece. — Y dicho aquello se alejo lo mas rápido que pudo, Dipper no perdió tiempo y comenzó a seguirlos pero los perdió de vista entre tanta gente. —

— ¡Mierda! — Insulto él, ahora no tendría la oportunidad de ver a su hermana otra vez, aquella persona la cual estuvo buscando por tanto tiempo ahora era alejada de él —.

Mientras Mabel quien era cargada por él rubio se quedo en silencio, no le sorprendía que Bill dijera aquello o que reaccionará de aquella manera, si no eran las palabras del castaño que resonaban en su cabeza.

¿A que se refería con hermano? Su madre nunca le hablo de haber tenido un hermano, menos un gemelo, había la posibilidad de que aquella no fuera su verdadera familia pero no era así ¿verdad? Siempre la trataron como si fuera su hija. Pero.. El comportamiento de su madre, de su padre siempre discutiendo allá abajo y diciendo cosas que no entendía y que ahora así.

No le molestaba él hecho de que esa familia la hubiese adoptado, le molestaba.. Que no se lo hubiesen dicho, le entristecía que su verdadera familia no la hubiese querido como una verdadera hija.

Una lágrima recorrió su mejilla y esta no paso desapercibida por su acompañante. — No llores estrellita.

— Ellos no me querían Bill. — Hablo ella haciendo que mas lágrimas salieran por sus ojos y recorrieran sus mejillas —.

Por lo menos la hubiesen visitado, le hubiesen dicho la razón del por que la abandonaron, por que.. Debe de haber una buena razón ¿no? Tiene que haber una.

— ¿Acaso no era una buena niña? — Continuaba llorando mientras Bill secaba sus lágrimas e intentaba calmarla con caricias en la cabeza — ¿No hubiese sido una buena hija, una buena hermana? — Lloraba ella colocando su rostro en la cabeza de su conejito — Por que.. Por que no me hubiesen hecho un peluche si no me querían..

Sus adoptivos padres le dieron aquel peluche diciendo que eran de unos conocidos, ella lo acepto felizmente. Aquellos conocidos eran sus padres, solo tenían que decírselo, lo hubiese aceptado, pero no era necesario ocultarlo de una manera tal cruel, con mentiras.

— Ellos no son mi familia Bill. — El al verla en ese estado beso su cabeza levantando su rostro. —

— Eres una buena niña, Mabel. — Con su pulgar seco las lágrimas que quedaban —

— «Tu si eres mi familia». — Le dio un tierno abrazo mientras sonreía, tal vez si no hubiesen dicho aquellas cosas, no lo hubiera conocido y no hubiese conocido la verdadera felicidad, de tener a alguien que de verdad te quiera.

Bill Chiper, aquel asesino y ladrón que le faltaba un tornillo, era aquella felicidad.