Luego de que aquella niña se calmase Bill la cargo hasta su casa la cual era un simple departamento, no era ni muy grande ni muy pequeño, él espacio perfecto para que vivieran mínimo 2 personas.

— Esta es mi casa, no toques nada, no comas nada sin preguntarme y- ¡SUELTA ESO! — Grito al ver como la niña sostenía una escopeta, y como si de flash se tratase se la saco de las manos —.

— ... perdón. — Se disculpo avergonzada —

— No te perdono nada. — Soltó un suspiro dejando la escopeta en un lugar alto para que no la agarrara, miro detenidamente a la niña, sus ropas estaban sucias por tierra y sangre seca que recién había notado además de que ella estaba descalza y sus pies estaban lastimados. Parecía alguien de la calle.

— Pero mira que fea y sucia que estas. — Hablo él avergonzando cada vez mas a la pobre castaña — Mejor vete a bañar, no quiero niñas sucias en mi casa.

— ¿Pero que me voy a poner? — Preguntó ella sin separarse de su conejito — ¡Y yo no soy sucia ni fea!

— Con esa apariencia dices todo lo contrario. — La tomo en brazos nuevamente para caminar hacia él baño — Te pondrás mi ropa, mañana comprare algo mas.. Decente para ti.

La dejo en él baño y le enseñó como abrir la ducha, luego de eso se fue cerrando la puerta y dejando a la niña sola en él baño.

— Ese hombre es raro Bunny... Primero quiere matarme y ahora me esta cuidando — Dejo a su conejo sobre la tapa del cesto de ropa sucia, se saco su pijama dejándolo al lado de su conejo. —

Prosiguió a entrar en la ducha y abrirla como Bill le había enseñado, después de muchos intentos logró poner el agua tibia para ella.

Se quito toda la suciedad de su cuerpo y pelo llenándolo de jabón, con él agua se quito todo rastro de este y salio de la ducha envuelta en una toalla.

— Bill todavía no me trajo la ropa... — Se envolvió bien en su toalla y abrió la puerta, Bill estaba apuntó de abrirla pero la pequeña le gano — ¡Oh! Muchas gracias Bill.

Agarro la ropa y sin dejar decir nada al rubio cerro la puerta.

— ... ¿Estaba envuelta en una toalla no? — Se preguntaba él parado frente a la puerta —

Minutos después la pequeña salio con una camisa negra que le llegaba hasta unos centímetros mas abajo de las rodillas y un short que con un nudo bien atado le quedaba bien. Bill no pudo aguantar la risa y estallo en una carcajada, se veía terriblemente ridícula y tierna.

— ¡Oye! ¡No te rías de mi! — Se quejo ella con las mejillas infladas y los brazos cruzados —.

— Perdona Estrellita ¡jajaja! — Por mas que se disculpara seguía riéndose —

— ¿Estrellita?.

— Es tu nuevo apodo Estrella Fugaz, sería aburrido llamarte Mabel todo él rato. — aquel apodo se le ocurrió al ver él pijama de la niña, que original ¿no? —

— Humm... — Dudo ella haciendo una pequeña mueca —

— Vamos no es tan malo, además te queda bien ese apodo. — Se acerco a ella para agacharse y ponerse a su altura —.

— Puedo acostumbrarme a ese apodo.. — Hablo bajo para luego soltar un bostezo — Bill, tengo sueño.

— Ya lo note. — Miro a su al rededor, no tenía un cuarto donde ella podría dormir y no podría dejarla en él sofá — Bien, dormiras conmigo.

— ¿Contigo? — Pensó un poco y luego asintió con la cabeza, tomo su conejito de peluche y levanto su brazo libre para que la cargara —

— ¿No piensas usar tus piernas? — Ella negó con la cabeza y él solamente suspiro para así tomarla en brazos y dirigirse a la habitación. La dejo en la cama cubriéndola en las sabanas, luego se acostó él tapandose igualmente.

La niña lo quedo mirando, se apego a él dándole un abrazo con su conejito en medio. Bill la miro por unos segundos pero termino por abrazarla de la misma manera, ambos se quedaron durmiendo en esa posición.