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cap 9

El rubio daba vueltas en su cama, no sabía el porqué, pero estaba preocupado por el pequeño azabache. Él no dejaría de escribirle así como así, no había pasado nada malo. Miró su teléfono y abrió el chat del pequeño.

El mocoso; última vez ayer a las 10:56 pm.

En definitiva algo andaba mal.

Había pensado en escribirle él, pero no estaba seguro, es decir, no acostumbraba a escribirle a nadie y mucho menos a él, siempre era el azabache quién le escribía.

Luego de un rato de estarlo pensando, decidió escribirle, no podía dormir y todo por culpa del mocoso ese.

Kook hyung.

Ey, mocoso ¿Dónde estás?


Listo, era suficiente. Esperaba que con eso el pequeño se conectara y le escribiera. No iba a permitir que le dejara de escribir así como así.

•••

Había terminado de comer, estaba bastante lleno y solamente se recostó en la camilla. Quería levantarse pero no sabía si debía hacerlo, dejó con cuidado el desayunador a un lado de la camilla y en ese momento, vió como su madre entraba con una sonrisa.

—Ya despertaste cariño— se acercó y se sentó a un lado en la camilla —¿Te sientes mejor?— recibió un asentimiento —Adivina qué.

—¿Qué sucede mamá?— sonrió un poco.

—El doctor me acaba de decir que te va a dar de alta en unos minutos— sonrió alegre, transmitiendole aquella felicidad a su hijo.

—¿De verdad?— preguntó sonriente, recibiendo un asentimiento por parte de la castaña.

—Si, por eso te traje esto— sacó de una bolsa, ropa limpia y su celular —Cámbiate para que nos vayamos. Te espero afuera— le guiñó un ojo y se retiró del lugar.

Jimin tomó su ropa, empezó a quitarse la bata del hospital y la reemplazó por su propia ropa. Se quitó la intravenosa con cuidado y se levantó de la camilla, se puso zapatos y volvió a sentarse. Quería escribirle al rubio antes de irse del hospital. Apenas abrió el chat y miró el mensaje, no pudo evitar que una sonrisa adornara su rostro.

El mocoso.

Hola Kook Hyung, perdón por no escribirle
hoy, tuve un pequeño problema, espero que lo entienda </3

08:13 p.m.

Apenas envió aquel mensaje, apagó su teléfono y fue hacia su madre, quién lo esperaba en la puerta del cuarto.

—¿Nos vamos, cariño?— recibió un asentimiento.

Fueron a pagar la cuenta del hospital y a recoger los medicamentos recetados por el enfermero. Minutos después salieron del lugar y se fueron a casa.

El camino fue bastante tranquilo, al llegar entraron y Jimin se dirigió hacia el sofá, se tiró en él y cerró sus ojos.

—No vayas a dormirte en el sofá, Mini— la castaña sonrió y lo jaló suavemente de su brazo para que se levantara, consiguiéndolo a los pocos segundos.

El azabache se despidió de su madre y luego de tomarse uno de los medicamentos otorgados, se fue a la cama y miró su app de mensajes. Se sorprendió de ver que Mark le había enviado cerca de cuatrocientos mensajes. Al abrir su chat, sonrió al ver que cada uno de ellos era de preocupación y buenos deseos, decidió enviarle un mensaje para que ya no se preocupara tanto.

Bebé Minie.

Hola Mark Hyung, perdone la ausencia,
tuve un pequeño problema pero mañana se lo explicaré todo. Descanse :3

08:44 p.m.
✓✓

Mark Hyung.

¡¡¡MINIIII!!!

Me tenías preocupado.

Está bien, bebé. Pero me explicas temprano
por qué me abandonaste hoy, descansa.

08:45 p.m.
✓✓

Bebé Minie.

Jsjsjs, está bien hyung. Descanse

08:45 p.m.
✓✓

Salió del chat y se metió al de Kook al ver que éste le había respondido a su mensaje.

Kook hyung.

Hasta que apareces mocoso. ¿Se puede saber por qué hoy no me escribiste en todo el día?
porque creo que merezco una explicación
¿No lo crees?

08:14 p.m.
✓✓

El mocoso.

Hyung... ¿Lo puedo llamar? :c

08:46 p.m.
✓✓

Jungkook  al ver ese mensaje abrió sus ojos como platos y salió de la sala rápidamente y se metió a su habitación.

Kook hyung.

Está bien.

08:47 p.m.
✓✓


Marcó el número del rubio y luego de un par de segundos, éste contestó.

—Hola...

—¿Y bien?— aquella voz le provocó escalofríos.

—¿Está enojado conmigo?

—Eso depende de lo que me respondas ¿Por qué hoy no me escribiste?

Tragó saliva y tomó una bocanada de aire.

—Estaba internado en el hospital hyung. Sufrí un desmayo, tal parece que tuve un bajón de azúcar.

Apenas escuchó eso, el pálido se quedó callado por unos segundos. Ahora no sabía qué decirle al azabache, se sentía culpable por haberlo juzgado sin conocer su situación. El silencio incomodó a Jimin, quien aclaró su garganta antes de hablar.

—Hyung...¿Sigue ahí?

—Si— escuchó en un susurro.

—Entonces ¿Está enojado conmigo?

—No.

Suspiró aliviado, al menos el rubio no se había enojado con él. Iba a hablar pero antes de que pudiera hacerlo, escuchó la voz al otro lado de la línea.

—Perdón.

Iba a preguntar porqué, pero la llamada se cortó en ese preciso momento. Volvió a marcar pero la operadora le indicó que el número al que estaba llamando se encontraba apagado.

Quedó desconcertado ¿Por qué le había pedido perdón? Decidió tratar de ignorar el tema y se dispuso a dormir.

Mientras tanto, un Jungkook estaba sufriendo un ataque de remordimiento. Ahora sí se sentía mal y no encontraba la manera de sentirse mejor. Jackson entró a su cuarto y al ver a su hermano en posición fetal con cara de que se le murió su perro, se sentó a su lado.

—A ver...¿Y ahora qué te paso?

—Nada.

Rodó los ojos y le dió una palmada en su hombro.

—¿Ya estás empezando a sufrir por amor, querido hermanito?— soltó una risita porque apenas dijo eso, su hermano abrió sus ojos como platos y frunció su ceño a más no poder.

—Sabes muy bien que yo no tengo tiempo para esas estupideces, nunca me he ni me enamoraré de ninguna persona.

—Si ya lo sé, porque eres un ser oscuro y lleno de maldad...Lo sé hermanito, lo sé— dió unas cuantas palmaditas en su cabeza y se levantó antes de que el rubio lo golpeara.

—Idiota.

Y es que Jungkook pensaba que nunca en su vida se iba a enamorar.

•••

El azabache dormía plácidamente hasta que el sonido de su celular perturbó su hermoso sueño, iba a apagarlo hasta que recordó que debía ir a clases. Con pereza frotó sus ojos y se sentó sobre la cama, tomó su teléfono y lo abrió para leer el mensaje que le había llegado. Sus ojos se abrieron como platos y su mandíbula casi cae al piso al ver quién le escribía.

Kook hyung.

Buenos días mocoso.

07:25 a.m.
✓✓

No podía creerlo. Se pellizcó su brazo para asegurarse de que estaba despierto y no estaba soñando, al sentir el punzante dolor se quejó y sobó el área afectada. Sin querer, una sonrisa se plasmó en su rostro, no sabía la razón pero estaba feliz de que su hyung haya tenido la iniciativa de escribirle.

El mocoso.

Buenos días kook Hyung ¿Cómo está? :3

07:28 a.m.
✓✓

Kook hyung.

Bien ¿Dormiste bien?

07:28 a.m.
✓✓

El mocoso.

Sipi, dormí como un bebé UwU

07:29 a.m.
✓✓

Kook hyung.

Me alegra.

07:29 a.m.
✓✓

El mocoso.

Disculpe que se lo pregunte hyung ¿Pero qué
lo motivó a escribirme?

Por lo general yo siempre le escribo a usted.

07:30 a.m.
✓✓

En ese momento ya no sabía que responder, se estaba insultando de todas las maneras posibles por no haber creado una excusa antes de escribirle al azabache. Estuvo varios minutos tratando de pensar hasta que se le ocurrió algo.

Kook hyung.

Bueno, por lo de ayer...No quiero que vuelva
a suceder que te desaparezcas todo un día y
yo no sepa nada, por eso te escribí. Además
no tiene nada de malo ¿Verdad?

07:36 a.m.
✓✓

Al ver eso, Jimin volvió a sonreír, le parecía tierno que el mayor hiciera eso. Salió del baño y se secó el cuerpo para después volver a contestar.

El mocoso.

Owww, que tierno de su parte hyung :3

07:38 a.m.
✓✓

Kook hyung.

Si si, lo que sea (ಠ_ಠ)

07:38 a.m.
✓✓

El azabache soltó una risita por la cara que había puesto y se terminó de secar el cabello.

El mocoso.

Hyung, me tengo que ir. Cuando regrese de la
escuela le escribiré. Adiós (. ❛ ᴗ ❛.)

07:39 a.m.
✓✓

Kook hyung.

Adiós, cuídate.

07:39 a.m.
✓✓

Apagó su celular y terminó de arreglarse. Con una sonrisa que no se la quitaba nadie, fue al comedor y se dirigió a su mamá quien se encontraba cocinando. Ésta al verlo sonrió y le dio un suave beso en la mejilla.

—Veo que estás feliz ¿Se puede saber el motivo?— sonrió y dirigió su mirada nuevamente a la cebolla que estaba picando.

—No hay motivo alguno— mintió bajando su mirada —El desayuno se ve delicioso— cambió de tema mirando lo que la azabache estaba cocinando.

—Si cariño, ya te voy a servir, siéntate— hizo caso y se sentó en la mesa del comedor en espera de su anhelado desayuno.

La mujer acercó dos platos con dos panes y huevos revueltos, acompañados de una taza de chocolate. Al ver su desayuno se relamió los labios y empezó a comer.

—¡Está delicioso!— exclamó con la boca llena, ganándose una mirada de desaprobación de la azabache que no le duró mucho porque dejó salir una leve risita de sus labios.

Empezaron a desayunar y cuando iban a la mitad del desayuno, el timbre de la casa sonó. Jimin se levantó y fue a abrir para ver quién era y al hacerlo, la figura de Mark lo abrazó fuertemente.

—H-hola Markie— sonrió y correspondió al abrazo.

La señora Park se levantó y fue hacia el peli morado para saludarlo con una cálida sonrisa.

—Hola Mark ¿Cómo estás?— el nombrado se separó del abrazo y los miró a ambos con una sonrisa melancólica en su rostro.

—Bien, estaba preocupado por Mini así que quise venir para que nos fuéramos juntos a la escuela— dejó su maletín en el piso y cerró la puerta —¿Ya estás listo?

—Ya casi— sonrió y corrió hacia la mesa para terminar de desayunar.

—¿Ya desayunaste Mark? Puedo darte algo— se iba a dirigir a la cocina hasta que la mano del más alto la detuvo.

—Descuide, ya desayuné en mi casa— sonrió y se sentó en el mueble en espera de que el pequeño terminara su desayuno.

Cuando lo hizo, corrió a cepillarse los dientes para después de unos minutos regresar ya listo.

—Vamos— sonrió y tomó su maletín. Se dirigió a su madre y le dió un beso en la mejilla —Adio...— fue interrumpido.

—Espera, no te tomaste la pastilla— corrió hacia el estante donde había guardado los frascos, sacó una de uno de ellos y se la extendió al menor, quien la recibió y la pasó con un vaso con agua.

—Gracias mamá, ahora sí vamonos— le dedicó una última sonrisa y ambos chicos salieron de la casa.

En el camino, Jimin sentía que el mayor quería preguntarle algo pero no se atrevía, ya sabía que era exactamente, por lo que después de unas cuantas cuadras habló.

—Si te preguntas por qué fuí al hospital, no fue por un intento de suicidio— empezó llamando la atención del más alto —La verdad...Tuve un bajón de azúcar, el doctor me recetó una dieta y unos medicamentos, también escuché que debo hacer ejercicio.

Mark lo iba escuchando atentamente sintiéndose mal por su bebé, lo abrazó por los hombros y le dio un suave beso en la sien.

—Yo te acompañaré todos los días para que hagas ejercicio ¿Vale?— sonrió mostrando su encía gomosa provocándole un sentimiento de ternura al menor.

—¡Muchas gracias, hyung!— lo abrazó completamente —Así no me voy a aburrir— estiró sus labios en forma de patito, haciendo que al mayor le diera un coma diabético.

—De verdad, un día de estos me vas a matar— sonrió y picó suavemente los cachetitos del azabache.

Ambos rieron y se dirigieron a la escuela, Jimin agradecía en el alma tener un amigo como Mark, ese hombre era su ángel guardián.

Llegaron a la escuela y pasaron su día como si nada, sin saber que desde lo lejos alguien los había estado observando.

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