—¡Bagheera! —grito una vez que he entrado en casa.

Cierro la puerta a mi espalda y luego procedo a desabrocharme el abrigo.

—¡Ya he llegado!

Tiro de una de las mangas de dicho abrigo, hasta que mi brazo queda libre de su tela, y después hago lo mismo con la otra. Cuando me lo quito por completo, lo doblo sobre mi brazo y me acerco a la cocina que tengo a mi derecha, para luego asomarme por la puerta de la misma en busca de Bagheera, pero no está.

—No sé para qué me molesto en hablar con un gato —murmuro a la vez que suelto un pequeño suspiro.

Atravieso el estrecho pasillo de mi piso hasta llegar al salón y, una vez allí, dejo en el respaldo del sillón mi abrigo. Las llaves y el informe del chico al que debo vigilar las dejo sobre la mesita de centro. Hecho esto, me tiro en el sofá que hay al lado agotada de haber estado todo el maldito día preparando cafés y entregándoselos a las personas que me lo pedían. Apoyo mi espalda completamente en el respaldo del mismo mientras miro de reojo el sobre con el informe.

Es verdad que quiero ser policía, pero una de verdad, no una que prepara cafés a sus compañeros de trabajo. No me entrenaron para camarera. Pero vigilar a un asesino y hacerte amigo suyo para luego traicionarlo si hace algo indebido... ya es otra historia y no me gustaría morir por ello. A parte de que sigo siendo novata, y este trabajo no es para alguien como yo.

Luego de respirar profundamente, me incorporo de golpe y cojo el informe con un suave tembleque en mis manos, mientras tanto, me quito las zapatillas con ayuda de mis pies. Finalizada la acción, subo las piernas en el sofá y las cruzo como los indios.

Bueno... vamos allá.

Abro el sobre sin pensármelo más veces y saco de él unas hojas unidas por un pequeño clip que evitan que salgan esparcidas por ahí. Dejo el sobre a mi lado mientras me dispongo a ojear un poco por encima la primera parte del informe; en esta se encuentra toda la información personal del chico, como varias fotografías suyas, su nombre completo, el lugar de su antigua residencia, el nombre de los padres y su fecha de nacimiento.

Le doy la vuelta a la hoja, viendo así la número dos; en esta pone todo lo referente a su delito, el lugar del crimen, la descripción del mismo, las armas homicidas utilizadas en él, el número de víctimas y el nombre de estas.

Paso a la siguiente y última hoja, la cual contiene el nombre de la persona que ha denunciado el delito, el comportamiento del chico al ser denunciado, al estar en la cárcel y a la hora de salir, las condiciones que ha prometido cumplir a cambio de su libertad y la fecha del crimen.

Nunca he visto un informe tal cual lo estoy viendo ahora, pero tengo la sensación de que aquí faltan hojas. No puede ser que solo haya tres.

Regreso a la primera página y me fijo en las fotos del chico, en las que me muestran varios detalles de su ser desde distintas direcciones: de frente, derecha e izquierda, mostrando su número de preso.

Él tiene los ojos marrones oscuros, el pelo castaño, corto y totalmente alborotado. Al tener puesta una camiseta de tirantes, puedo ver la tinta que le recorre la piel. Tiene el brazo derecho completamente tatuado, hasta la mano, al contrario que el otro que está sin tatuar. En dicho brazo tiene una rosa negra, la rama con espinas está enredada alrededor de este, por encima del codo, y escala hasta la parte superior del hombro, donde se encuentra la parte de la rosa. En el codo tiene una pequeña tela de araña de color negro, y alrededor de su muñeca, como si de una pulsera de tratase, se encuentra tatuado un alambre de espino con seis nudos. Su mano izquierda tiene tatuada la palabra "Sail" en la parte superior de los dedos, debajo de los nudillos, con una letra en cada uno de ellos y el pulgar libre de tinta; en el lateral izquierdo de la mano, a pocos centímetros del meñique, tiene dibujado lo que parece ser un barquito de velas en blanco y negro. En el lateral izquierdo de su cuello, tiene una pequeña corona de rey. Y, por último, está el tatuaje de una pequeña lágrima al lado de su ojo derecho.

Ese tatuaje de la lágrima... vaya. Sí que tiene aspecto de delincuente. No es la primera vez que lo veo, es más, muchos presos la llevan tatuada. Aunque tienen significados diferentes para cada persona y también es una forma de intimidar a los de su alrededor.

Bueno, tengo que admitir una cosa, y es que este hombre está para comérselo. Desvío la mirada de la fotografía y la fijo en el texto que la acompaña, para después comenzar a leer:

"Nombre: Axel Williams Hale.

Nombre de los padres: Margott Williams y Charlie Williams.

Fecha de nacimiento: 14/04/1993.

Residencia en la que vivía antes de ser denunciado: Calle Heaven down, portal 10, piso 5°B."

Paso a la segunda hoja al ver que en la primera no hay nada que me pueda ayudar con mi trabajo, y me pongo a leer detenidamente el informe detallado del crimen.

"Las víctimas del crimen son cuatro personas: tres varones y una mujer: Stephan Cold, Richard James, Kevin Deft y Margott Williams, la madre de Axel."

Frunzo el ceño al leer esto; aún no soy capaz de asimilar que alguien haya sido capaz de matar a su propia madre. No debería de sorprenderme este tipo de cosas, pero no puedo evitarlo. Suelto un leve suspiro y continúo con la lectura.

"El arma homicida es un revólver del 98, propiedad de Charlie Williams, el padre de Axel. No hay pruebas que culpen al sujeto del asesinato de su madre Margott Williams, ya que las heridas de bala de dicha mujer son de un calibre distinto al del revólver que usó para matar a las otras tres personas."

A ver, a ver, a ver. Vamos a parar aquí. Si son de un calibre distinto al de las demás heridas... ¿Por qué lo culpan de ese asesinato también? Es verdad que es posible que los encargados de la investigación se rindieran y, ya que Axel se había declarado culpable ante este asesinato, ellos también lo culparan. Pero no me parece bien, deberían haberlo investigado más a fondo.

Tras quedarme unos segundos pensando en ello, decido seguir con la lectura. A lo mejor las dudas se me aclaran más adelante.

"El escenario del crimen es la vivienda de la familia de los Williams."

¿Informe detallado del crimen? Já. Y una mierda.

Vuelvo a pasar la hoja y leo la última que queda.

"El responsable de la denuncia es el mismo que el denunciado, Axel Williams Hale. El sujeto se entregó a las autoridades por su propia voluntad después de haber cometido el crimen."

Esto no tiene ni pies ni cabeza, vaya.

"En ningún momento Axel dio explicaciones del porqué del asesinato de las cuatro personas, ni siquiera del de su madre Margott Williams, pero igualmente se declaró culpable ante este último, aunque no había pruebas que lo culparan del mismo.

Obtuvo una reducción de condena por buena conducta en la cárcel y la libertad condicional gracias a la promesa de hacer trabajos sociales a cambio de esta."

Parece ser que él no sabe nada de qué van a mandar a alguien, en este caso a mí, para que lo vigile. Voy a seguir leyendo, pero una bola de pelo negra se pone encima del informe impidiéndome hacerlo.

—Ah, ahora si vienes ¿no? —Bagheera me mira fijamente con sus pequeños ojos negros sin moverse de su sitio—. Aparta, bicho. —Muevo el informe haciendo que mi gato se mueva levemente tras soltar un bufido, sin embargo, luego se vuelve a acomodar sobre él.

Ruedo los ojos y le cojo para tirarlo con cuidado al suelo, provocando que me vuelva a bufar cuando ya está en él, encogiendo su espalda y enseñándome los dientes. Yo le miro con los ojos achinados y le bufo de vuelta, lo que hace que este se vaya dando pequeños trotes a la vez que suenan los pequeños golpes que sus patas al colisionar con suavidad contra la superficie.

Tan diablillo como siempre.

Vuelvo la mirada al informe con una pequeña sonrisa en mis labios por los actos de mi gato, y continúo leyendo.

"El crimen fue cometido el 12/11/2010, cuando Axel tenía diecisiete años de edad. Estuvo cinco meses en un centro de menores hasta que cumplió los dieciocho años, y luego fue trasladado a la cárcel, donde estuvo solo seis años preso gracias a la reducción de condena y la libertad condicional."

Cierro las hojas y luego las tiro sobre la mesa, soltando un sonoro suspiro mientras me tiro de espaldas al respaldo del sofá.

No. Mis dudas no se han aclarado. El chico se ha declarado culpable de un asesinato que no ha cometido y, aunque no me sorprendería que me hayan quitado información del informe para que no me entere de todo lo referente al caso, me parece raro que esto esté tan inconcluso.