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CAPÍTULO XI: PERDIDO EN MIAMI

STAR ISLAND, MIAMI, FLORIDA (FL):

Por fin unas merecidas vaciones, sin embargo no todo es diversión en esta vida...

Eran unas vacaciones relajadas para un compañero de Emily que trabajaba en la Unidad Internacional del FBI al mando de Emily, había llegado a Miami a descansar con la brisa y la ola de calor característica de Miami, Adolf Durants, era el nombre de aquel agente de nacionalidad franco-alemana, se había bajado del avión y se había dirigido hacia la salida a buscar un hotel, alguien lo seguía desde el avión, además de eso quien le perseguía sabía que era policía, Adolf no lo notaba, había decidido irse caminando hacia el hotel más cercano, todo iría bien cuando de un momento a otro Adolf comenzó a sentirse asfixiado, intentó sacar su arma para detener al causante de su ahogamiento, sin embargo, él cayó al suelo sin aire y sin vida mientras que su agresor tenía una sonrisa con una mezcla extraña entre la satisfacción y la decepción a partes iguales. 

Sin decir nada más miró la credencial de policía que el oficial llevaba colgada en su bolsillo izquierdo antes de tomarla y desprenderla de la camisa para verla más de cerca como si saboreara la muerte que acababa de ocurrir, soltó un risa antes de arrojar la placa para que esta cayera a un lado del cuerpo del policía e irse del lugar sin levantar sospechas. Aquello solo era el comienzo de un caso complicado para el equipo de Emily y para el FBI en general, una guerra declarada en su contra, una guerra de la cuál ninguno sabía si estarían bien, en especial un agente.

CUARTEL GENERAL DEL  IBCS*(International Bureau of Crime-Solving), VIRGINIA (VN):

Mientras tanto en la oficina de la rama internacional del FBI...

 Adolf había muerto, su asesino verificó que era uno de los que tenía en la mira, había logrado su cometido, ahora faltaba deshacerse del otro oficial que era a quién verdaderamente buscaba y además había estado espiando a esa rama FBI desde hace tiempo, desde que Jake Sanders ingresó al Buró federal, aquel sujeto iba tras Sanders, nadie sabía el porqué, solo Sanders sabia porque lo buscaban, la noticia llego a oídos de los directores de ambas agencias, quienes no tardaron en ponerse de acuerdo en llamar tanto a Emily como Sanders, Sanders fue el primero en asistir a la oficina del director del FBI de la sede Washington.

-¿Me ha mandado a llamar señor?-. Preguntó Sanders algo tímido pero consevando su profesionalismo como un agente de campo experimentado mientras entraba a la oficina del director y cerrando la puerta.

-Así es agente Sanders, lo mandé a llamar para hablar seriamente sobre un caso que se acaba de presenciar en Miami-. Respondió el director indicándole que tomara asiento frente a él en su escritorio.

-¿En Miami?, ¿Por qué me llamo señor?-. Sanders seguía sin entender el motivo de su llamada, su jefe solamente soltó un suspiro antes de sacar un folder con la información del agente al que habían asesinado unas horas antes y se lo tendió por encima de la mesa para que lo revisara.

-Resulta que la víctima es un agente federal parecido a usted, agente Sanders, es por eso-.

-¿A quién mataron?-. Preguntó Sanders mientras comenzaba a abrir el sobre que le entregaron, una expresión de sorpresa y susto se plasmó en su rostro al divisar la foto del agente y amigo de equipo, pero lo que aumentaría aún más su miedo y nervios sería lo que diría el director después.

-A Adolf Durants, lo encontraron muerto a dos cuadras del aeropuerto internacional de Miami, aún no se sabe cómo murió-. Sanders leía la información mientras inútilmente luchaba por ocultar el terror que sentía y viajaba a cada celúla de su cuerpo, erizando los pelos de su nuca y comenzaba a sudar en frío, sabía que en algún momento su peor pesadilla se volvería  realidad a menos que él hiciera algo, pero en esos momentos se sentía inútil e incapaz de luchar por su vida y la de su equipo.

-Eso no puede ser, tengo que serle sincero señor, hace tiempo tengo a alguien que me persigue, hablé con él y dijo que no descansaría hasta dar conmigo y matarme, traté de averiguar el motivo y dijo que estaba obsesionado conmigo y no sé porque-.

-¡¿Por qué lo ocultaste Sanders?!-. El director se levantó de su asiento encarándolo mientras que Sanders solo atinó a pasar saliva, ahora y con ese comportamiento de su jefe con él su miedo estaba disparado, incluso llegó a pensar en la estupidez de cometer suicidio o autolesionarse justo ahora para escapar del problema.

-Para protegerlos y protegerme a mí, si los mantenía alejados no se acercaría a ellos, al único que le comente de eso fue a Adolf, él prometió ayudarme con eso y no decirle a nadie, ni siquiera a nuestra jefa, si tengo que renunciar aquí dejo mi placa-. Sanders se levantó de su asiento para quitarse la placa, más su arma y extenderlos hacia el director, sosteniéndole la mirada aunque por dentro estaba muerto de miedo y con ganas de rendirse.

-No, no lo harás, tendrás que ser estudiado para victimología y serás testigo clave para el caso, después pensaremos en un posible acuerdo o transferencia-. Sanders lo miró algo sorprendido pero a la vez asustado, el director tomó el equipo de Sanders y se lo extendió golpeándolo un poco en el pecho. -Toma tus cosas y enfrenta el maldito problema, luego veremos qué hacer respecto a tu renuncia o posible traslado, lo que sea mejor para ti-.

-Si señor-....

CUARTEL GENERAL DEL FBI, QUÁNTICO, VIRGINIA (VN):

Mientras eso ocurría con el agente y jefe Sanders, en Miami levantaban el cadáver para llevarlo a Quántico por petición del director Tom Morrow, el director no quería que el Departamento de Policía de Miami-Dade se involucara en el caso federal, aunque la noticia no pasó desarpecibida para el novio de Emily como jefe del Departamento y eso lo preocupó, sin embargo optó por no discutir con el director de la agencia de su novia, por experiencias que ella misma le había contado cada vez que llegaba a casa y él la recibía gustosamente con una cena y un masaje relajante. Una vez terminaron de conversar con él y que Hans aceptara a regañadientes la extraña petición del director, Morrow mandó llamar a Emily a su oficina, salió a la baranda que daba vista hacia la Sala General.

-Teniente Kennedy, a mi despacho inmediatamente-. Emily se encaminó hacia allá con una mueca de desagrado y rodando los ojos, mientras que sus compañeros murmuraban a sus espaldas y ocultaban algunas risas, eran conscientes de que en realidad solamente soportaban a su director por políticas de la empresa, además entre él y Emily siempre había una tensión palpable.

-¿Por qué la habrá llamado a su despacho?-. Preguntó Sean con algo de preocupación hacia su superiora.

-No lo sabemos, debe ser algo serio por la cara de "el mañana"-. Dijo James sin despegar la vista de la puerta de la oficina del director manteniendo el ceño fruncido.

-Ojala no la vaya a destituir, porque no me importa entrar en su oficina y sujetarlo de su preciado traje y botarlo por la ventana-. Dijo Ted causando risas y miradas de asombro de parte de sus compañeros que manifestaron apoyar la moción, incluso bromearon con inventarse una excusa en caso de que el director temrinara "accidentalmente" con un hueso roto.

 Mientras tanto en la oficina del "querido jefe" de los chicos...

-Diga, señor-. Dijo Emily cuando entraron a la oficina del director y tomando asiento, cruzando una pierna sobre otra, tenía unas ganas de poner los pies sobre el escritorio pero se contuvo, aunque fantaseaba con hacerlo solo por enojar al director.

-Un agente de su unidad murió esta madrugada en Miami, lo trasladamos aquí-. Volvió a hablar con su horrible acento marcado en la "r" y dirigiéndole una mirada con algo de desdén mientras intentaba intimidarla con su mirada, cosa que no tenía efecto en Emily.

- ¿De quién se trata?-.

-Adolf Durants-.

-No puede ser-. Exaclamó ella, cambiando totalmente su expresión ante la noticia, se llevó una mano a su boca para luego soltar un suspiro fuerte. Cuando estaba en el IBCS él era uno de sus mejores agentes, incluso lo llegó a considerar su mano derecha pero optó por dejarle esa responsabilidad a otra persona. Emily estimaba a Adolf y a cualquier miembro de su equipo, incluso sus compañeros subordinados la veían como un ejemplo a seguir, una gran jefa y les afectó cuando la llamaron para dirigir la otra división.

-¡¿Por qué no estuvo ahí para evitar su muerte?!-. Comenzó a reprocharle el director mientras le manoteaba, Emily se mantenía serena pero con ganas de ponerlo en su lugar, los demás miraron hacia la oficina y ganas no les sobraban de derribar la puerta y "rescatarla". -¡Pudo hacer algo por su agente, pero no, esta muerte es su culpa!-. Emily se acercó hasta el escritorio del director y lo sujetó de las solapas de su traje y con su mirada matadora que heredó de su tío, le dijo lo siguiente:

-En primer lugar, yo no soy la madre de Adolf para estar tras él cuidándolo, era su jefa en esa unidad y compañera-. Siseaba y apretaba los dientes sin dejarlo de sostener. -Además si lo mataron no es mi culpa porque no ordené que un maldito lo siguiera, en segundo lugar-.  El director la miraba impresionado, sabía que su intento de intimidarla había fallado. 

-Teniente...-. Intentaba hablar pero Emily lo había mandado a callar con un ademán de mano, haciendo que tragara saliva.

-Por último, puede ser muy mi director pero eso no le da derecho de elevarme el tono de voz, si vuelve a suceder ya sabe lo que pasará, ¿Ha entendido señor?-. El director estaba asustado y asintió temblorosamente, Emily lo soltó y le dijo que tendría los resultados, salió de la oficina dando un portazo pero con una sonrisa de satisfacción, los demás miraron hacia arriba con cara de extrañados pero curiosos. -Anciano imbécil-. Susurró mientras bajaba las escaleras.

-Menos mal saliste porque estábamos a punto de entrar, ¿Qué sucedió?-. Preguntó Ted tan pronto los demás se le unieron y comenzaron a seguirla a la salida, en claro indicio de que había un nuevo caso.

-Después les contaré, partimos en 30 minutos para Las Vegas, adelántense ustedes, tengo que ir a Washington a hablar con el director, vayan en sus carros, nos veremos allá-. 

CUARTEL GENERAL DEL FBI, QUÁNTICO, VIRGINIA (VN):

Pasados los treinta minutos Emily se dirigió en su Hummer hacia Quántico, tenía que hablar con su tío sobre este caso, ya que ella era jefe de la Unidad Internacional y no solo con él sino también tendría que hablar con Ellis porque él era aliado suyo y además era el jefe de la UAC. Llegó, parqueó la Hummer, tomó el ascensor hasta la planta donde trabajaba la UAC y estaba el despacho de su tío, lo que no sabía era que su antiguo jefe de unidad Jake Sanders estaría allí, porque cuando abrió la puerta se llevó una sorpresa.

-¿Jake Sanders, qué haces aquí?-. Se sorprendió al ver a su antiguo jefe del IBCS, la pequeña rama donde Emily estuvo mientras fue agente del MI6 antes de entrar completamente al Equipo Internacional de respuesta y finalmente hasta donde estaba. Le tendió una mano a modo saludo para luego saludar a Ellis de manera más efusiva con un abrazo.

-Soy testigo del caso-. Respondió con cortesía aunque sudando un poco por los nervios, los dos eran grandes referentes en el FBI con cada equipo.

-Sanders y Ellis salgan un momento por favor-. Ambos salieron de la oficina. -Ahora, supongo que sabes por qué estás aquí, ¿Verdad Emily?-. Habló el tío de Emily con una voz algo autoritaria pero también con preocupación.

-Por la muerte de Adolf-. Respondió calmadamente a su tío, no quería discutir, desde su visita a Morrow andaba algo tensa y estresada. -Ya lo escuché de mi idiota director-.

-Exactamente, tú eres la responsable por la muerte de un miembro del IBCS-. Emily estaba empezando a disgustarse, en especial porque su tío le dijese eso, la persona que más amaba y en quién más confiaba. Odiaba que la tratara como la única culpable, como si hubiera sido ella misma la que lo mató y no ese miserable.

-¡Ya es suficiente!-. Soltaba exaltada y provocando que Edison abriera sus ojos grises a modo sorpresa, primera vez que ella elevaba su tono de voz con él. -Otra vez dicen que esto es mi culpa, si vas a continuar por ese camino encárgate tú mismo, yo renuncio-. Emily se quitó su placa y pistola, las dejó sobre la oficina de su tío y salió del despacho, conteniendo algunas lágrimas, odiaba discutir con él.

-¡Emily espera!-. Su tío intentó detenerle pero ya había salido, sabía que no debió decirle eso y ahora Edison se odiaba por ello, se odiaba por haberse dejado llevar por la ira y estrés laboral, golpeó el escritorio con frustración, Ellis ingresó al despacho y lo miró con extrañeza. -Soy un imbécil-.

-¿Sucede algo señor?-. Preguntó Ellis que estaba vestido con traje gris, camisa blanca, corbata negra y zapatos negros.

-Necesito que detengas a Emily, dijo que iba a renunciar y no quiero eso, la necesito, tal vez a ti te escuche, le debo una disculpa, no debí tratar así a mi sobrina, no quiero que se rompa nuestra relación y que pasemos solamente a una profresional-. Ellis lo miró con confusión en el rostro, Edison soltó otro suspiro pesado. -Básicamente la culpé por la muerte de su compañero, lo sé fui idiota, pero por favor, no quiero que Emily le de la espalda a su sueño-. El agente McGivney cogió el equipo de Emily y salió del despacho hacia el ascensor para detener a Emily.

-Emily espera, no te vayas-. Emily volteó a verlo, justo ahora era cuando quería el consuelo de su novio Hans, tenía algunas lágrimas.

-¿Qué quieres Ellis?-. Preguntó limpiando las lágrimas traicioneras que habían salido.

 -Tu tío no quería decirte eso, además sabes que la responsabilidad la carga todo el Buró federal, no solo tú. Emily por favor, no lo hagas por mí, hazlo por tu tío, además tu dijiste eso por rabia y presión al igual que él, porque sé lo difícil que fue conseguir este puesto para ti-. Ellis le estiró la mano con su arma y placa. -Yo te necesito, tu tío te necesita, tu equipo te necesita, Estados Unidos te necesita, vamos cógelo-.

-Está bien, tienes razón no solo es mi responsabilidad, que en paz descanse-. Se ponía de nuevo la placa y el cinturón con el arma a la izquierda. -Trabajaré pero con una condición, tu equipo y mi equipo aliados-.

-De acuerdo y si quieres tomar el mando, adelante-. Ambos salieron en sus respectivas camionetas rumbo a Las Vegas para empezar a trabajar en equipos de dos: Emily y Ellis como jefes, Ted y Dharma como médicos forenses, James y Kristen como analistas técnicos, AJ y Allan como los que analizarían los rastros, Paige y Scott estudiarían victimología, Joe y Mark analizarían el Modus Operandi y por último Matthew y Sean harían el perfil geográfico del asesino.

Aquí comienza una persecución por casi toda Estados Unidos del FBI a aquel sujeto que le arrebató la vida al pobre Adolf Durants.

I'll tip my hat to the new Constitution...

PD: Multimedia de apreciación del tío de Emily, Edison Kennedy

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