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Prólogo

Aquel hombre de avanzada edad, tal vez unos 50 a 65 años se encontraba alejado del grupo de oficiales que fueron a acudir por petición del oficial Charlie Swan, ante la alerta de osos en zona peatonal cerca del bosque en Forks. Este hombre de ojos marrones oscuros, pequeños y cejas pobladas con aquellos párpados inferiores marcados casi en bolsas de cansancio con patas de gallo en cada lado de los ojos, los pómulos se marcaban en las comisuras de los labios dando un aspecto facial corpulento, su cuello ancho con la piel arrugada ya colgada por el desgaste muscular de los años; junto a su cabellera blanca tirando al color grisáceo con el corte de pelo que llegaba hasta unos pocos centímetros después de la nuca, portando una remera azul y pantalón holgados de tela con botas de caza. Harry Clearwater, uno de los miembros indios de la reserva quiluete, poseedor de una piel semi oscura y medio clara rojo-naranja; había ido en plan "apoyo" para Charlie por la fuerte declaración de Bella Swan (hija) la cual había visto lobos gigantes, que no eran osos como se creía. Siendo así como Harry, tuvo que estar involucrado para tapar las evidencias de sus protectores ante las demás personas.

Sin embargo, la existencia y presencia de un vampiro de cabello pelirrojo y figura femenina, había logrado alejarlo mucho del grupo, en busca de que aquella mujer no hiciera daños graves en gente que no estaba involucrada con seres sobrenaturales, topandose con Victoria, un vampiro de ojos rojos y piel pálida; quien al parecer había olfateado a Bella Swan que se encontraba a kilómetros pocos de distancia para el olfato vampirico, casi cerca de un acantilado finalizando el bosque donde estaban.

—¡Vete de aquí, cara pálida!

Harry Clearwater había decidido imponer fortaleza y seriedad, sin demostrar que su cuerpo ya presentaba debilidad digna de la vegez por haberse esforzado tanto en alejar al vampiro de los demás, su corazón ya no podía soportar otro esfuerzo más exigido por él.

Victoria lo miró con burla y diversión, y cuando apuntó a arrojarse le, causando una impresión fuerte de susto en el corazón de Harry, una fuerte presencia y fuerza abismal la desnucó partiendo en dos, inmovilizandola al ras. El hombre quiluete no pudo con tanto cayendo al suelo y agarrándose con desespero el corazón, casi con un hilo de respiración. Sin embargo, una figura femenina acudió rápidamente a socorrer lo con palpaciones musculares de emergencia para hacer reaccionar calmadamente al corazón, acorde sentía un ambiente mentolado casi parecido a la anestesia local, restando el porcentaje de dolor acorde los segundos transcurrían.

—¿Amor? —pregunta el hombre de piel medio morena, ojos castaños ojizos expectante sin saber muy bien con hacer con la cabeza pelirroja que iba colgada de su manos.

—Quemadla de raíz, amor. La cabeza completa el cuerpo hasta la mitad, solo deja la cintura y piernas, al fondo del mar. —guió con pura seriedad y concentración en salvar al hombre caído a sus pies, mientras de sus manos emanaba un brillo dorado pálido por todo el rango del corazón y pulmones en Harry— Lo llevaré al hospital, te veo pronto.

—Si. —confirmó y sin dudar ni un momento de sus manos empezó a emanar fuego puro, quemando y desintegrando la cabeza sin ningún ápice de compasión. Haciendo lo mismo con el cuerpo. El hombre mientras viera seguridad en su pareja no dudaría en realizar sus peticiones guiadas. —Nos vemos pronto, te amo.

La joven mujer de piel oliva, ojos rojizos naranjos, cabello negro corto y de aspecto casual de guardabosques; que estaba salvando la vida de Harry Clearwater ocasionada ante la insolencia de Bella Swan, desvía un momento la mirada del hombre auxiliado al que había dicho tales palabras, regalando una sonrisa que expresaba alivio.

—También te amo, cuidate mucho.

—Si. —afirmó con seguridad, desapareciendo con una velocidad sobrenatural con los restos del vampiro, detuviendose a metros del acantilado, nota como una figura se arroja al agua y aprovecha para arrojar lo que queda de la amenaza. Sin embargo, en cuanto iba a retroceder, recuerda que también debía alertar de esto a quien pudiera—¡Auxilio! No se nadar y alguien a caído al agua!

Y en verdad era cierto, su pareja era quien sabía nadar, no podía hacer más que esto. Además que sólo debían inmiscuirse en lo necesario, no en todo. Palabras claras y fijas de su pareja, por lo que no salvaría directamente a la causante principal de todo este lío.

Poco después Jacob Black vino en la ayuda, advertido por el grito. Arrojándose a salvar a su amada Bella. Mientras que Sam Uley se encontraba con el hombre.

—¿Quién eres?

Siendo así como uno del par de salvadores había sido retenido y por bastante tiempo por el protector Quileute, haciendo que la costumbre de llegar cinco minutos tarde se expusiera nuevamente frente a su pareja. No había momento en que el mundo conspirara en hacerlos sufrir con la distancia.

—Yo...

[...]

Harry no entendía quien era la mujer, cabe decir que no podía visualizar completamente por el cansancio físico y mental, pero había escuchado la voz de una pareja: una mujer y un hombre. Era la mujer que lo auxiliaba en ese momento pero de las manos podía notar como iluminaba directo a su pecho una cálida sensación mentolado que controlaba y calmaba la sensación de dolor en el pecho.

—Tranquilo, usted hoy no morirá. —dice la mujer pálida de ojos mieles, casi rojizos-anaranjados y cabellos cortos poseedora de una suave sonrisa tranquilizadora.

—¿Qui-quién eres? —pregunta apenas con el aire que va recuperando.

—Runa Rossel, por hoy, su salvadora.

Seguidamente de eso, Charlie llega alterado y preocupado al ver a su amigo en el suelo con una mujer guardabosque que al estaba auxiliandolo. Reconociéndola al instante, era la pareja de guardabosques que habían llegado hace poco a Forks:

—Señorita Rossel, ¿Que ha pasado aquí? —pregunta el sheriff.

—Ha tenido un ataque al corazón, pero he logrado estabilizar su ritmo cardíaco por ahora, lo mejor sería llevarlo al hospital antes de que pueda empeorar. —comenta la mujer presentada anteriormente.

Harry se siente mejor pero aún se siente anestesiado no comprendiendo como es que Charlie podía conocer a quien lo ayudaba, sin embargo, escucha y siente que este reacciona cooperando con la mujer, perdiendo el conocimiento pero en brazos de conocidos al parecer. Olvidando así el suceso por el cual estaban reunidos en aquel bosque de Forks.

Tras varias horas después, Harry estando hospitalizado por un período de 24 horas, se encontraba a la espera de sus familiares en compañía de la agradable mujer que poco después se presenta mejor, dejando en claro su puesto y posición, una guardabosques que recién llegaba a Forks en compañía de su esposo.

—Estoy en deuda con usted señorita Rossel —admite Harry con la bata del hospital y la máquina de signos vitales marcándolo tranquilamente.

—¿Le puedo pedir que a través de esa deuda me lo pague através de su confianza? —pregunta la mujer mientras dibuja garabatos en su pierna, tras los jeans de licra color negro, que poseía.

Harry curioso e intrigado asiente, listo para escucharla.

—Soy un vampiro pero no como ustedes conocen. Mi esposo es mi alimento y yo el suyo, nunca nos hemos alimentado de personas ni animales, y…

—Si se alimenta de su esposo sigue siendo canibalismo o bien, igual que los caras pálidas. —contraataca Harry.

—No me se explicar... Uh... Digamos que mi esposo tiene un don llamada "Humanidad cálida" que le permite emanar calor-fuego y afectarme humanamente posible para alimentarme de comida humana. Tal vez sea contradictorio, pero cada cierta semana necesito sangre en mi sistema inmortal para poder hacer la digestión de alimentos, por lo que sólo bebo lo necesario de mi esposo. —explica totalmente incômoda de admitir su modo de alimentación pero era necesaria.

Harry la observa expectante, pensativo y a detalle, llegando a observar el color de los ojos que este vampiro poseía dando rasgo característico al motivo de la alimentación, era una mezcla de ambos colores de ojos que los vampiros que conocía tenía: miel y sangre. Un color naranjo-rojizo.

—Te creo. ¿Porqué me cuenta esto? —pregunta aún con la duda. No era suficiente saber que querría su confianza, había algo mal en el trasfondo de aquella petición.

—Quisiera que me diera el beneficio de la duda para poder ayudarle de aquí hacia el presente próximo. —admite ligeramente insegura.

Harry se altera ligeramente y el marca-passo cardíaco lo notifica inmediatamente pero al ver que la mujer no tenía intenciones de atacarle, la observa a detalle viendo la extrema palidez y la belleza que aquellos seres poseen.

—¿Y su esposo es…?

La puerta se abre ligeramente, para dar paso una figura ligeramente corpulenta, mientras busca con necesidad en la mirada la presencia de alguien en particular.

—... Thomas Rossel, Guardabosques de Ohio, pero actualmente nos mudamos a Forks, debido a los problemas con los lobos. El Sheriff Swan buscó ayuda específica. —se presenta acercándose con paso relajado y seguro hasta la mujer. —Cariño, todo está solucionado, así tal cual me dijiste lo resolví.

La mujer se levanta y lo abraza con la misma necesidad con que el hombre la buscaba tener cerca. Ambos aspiran sus aromas y se relajan considerablemente. El hombre era de complexión mediana maciza y piel medio moreno, cabellos negros y parecía desprender cálidez.

—Usted… no parece ser vampiro. —afirma totalmente sorprendido Harry, tranquilizado.

—Porque no lo soy, bueno más o menos. Sus mordidas me afectan ligeramente pero no lo suficiente como para ser totalmente vampiro, debido a que tengo el mismo gen protector y la capacidad lobuna que vuestros chicos. —comenta haciendo un pausa sin ningún ápice de inseguridad. Sabía que debía ser sincero ante el hombre mayor que su mujer había salvado. Así era el plan—Y mi mujer es mi compañera, yo el suyo. —finaliza diciendo, Thomas.

—Una pareja muy anormal, he de… reconocer. —argumenta Harry aún en shock por dicha información.

—Señor Clearwater, he de confesarle que tampoco somos de este mundo, somos o bueno éramos parte de un mundo paralelo a este, pero entre un fenómeno meteorológico fuimos puestos en este mundo, antes éramos humanos comunes pero hoy día somos una pareja disfuncional de dos especies que se odian eternamente, o bueno parecemos. —la mujer añade con cierta pesadez.

Thomas la abraza y acaricia suavemente la nuca intentando diluir aquella pesadez, aquella culpa que no era suya, aunque se sintiera así.

—Aún no estoy comprendiendo su afán de buscar la confianza en mi. ¿Cuál es su motivo particular al contactarme? —pregunta con parsimonia.

—Por qué he cambiado el orden de este curso al salvarlo, usted iba a morir en manos de aquella pelirroja, pero no pasó y debo hacerme responsable de las consecuencias que traerá esto a su vida. —Runa admite sonriendo nerviosamente.

—¿Y cómo sé que puedo confiar en esta deuda y no atacará a nuestra gente? —pregunta aún reticente a ceder, Harry.

—Por qué puedo ayudarle a usted con lo que próximamente acontecerá con su hija, sé todo de ustedes porque en nuestro mundo está vida era una historia fantasiosa, pero he de confesar que no puedo comentar acerca del mismo para no cambiar tan trascendental el curso de este ciclo de vida que todos tenemos actualmente. ¿Lo entiende verdad? Si el equilibrio se tambalea…

—El mundo que conocemos se podría quebrar con ello. —prosigue con lógica el Señor Clearwater.

—Exacto, sé que no tendremos problemas de ningún lado, sé lo suficiente como para entender que mi compañera y esposa es lo que ustedes llaman… —comenzó a decir un tanto inquieto Thomas.

—Impronta. No la tocaremos, la respetaremos si ustedes siguen con este trato cordial. —acepta Harry.

—Gracias por la oportunidad, no se arrepentirá. —suspira por reflejo no necesario la vampiresa, mientras se acurruca en su esposo, quien por reflejo le acaricia la nuca y espalda con suavidad, en busca de relajarla.

Siendo así como de estar viviendo una vida común y corriente como humanos, habían sido traídos al mundo favorito de la joven mujer, sin ser separados pero también siendo un dúo muy peligroso si los incordiase la vida de alguno.

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