Capítulo 5
Después de que Peter me encontrara en uno de los tantos callejones que daban a la preparatoria, desaparecí ante sus ojos. No me había quitado la máscara por si Peter me seguía siendo Spiderman. En efecto, mientras me balanceaba entre los diferentes muros, Peter en este caso Spiderman. Me gritaba para que me detuviera. Me fije en uno de los tantos edificios y me pare en el bordillo sentándome en el. Note la presencia de Peter detrás de mi. Me giré, estaba como le recordaba con su antiguo traje, ante de que luchara contra Thanos. Intente aguantar mis lágrimas.
Spiderwoman: vaya parece que estabas buscándome, no ¿arañita? - Spiderman se acercó más a mi, me levante del bordillo. Me subí sobre él y encontrando el equilibrio lo recorría. Paso a paso.
Spiderman: no soy arañita - me miraba con los brazos cruzados - soy spiderman - puso sus manos en sus caderas haciendo pose de héroe. Intente aguantar las ganas de reírme. Era tan Peter, tan Spiderman. Se acercó lo más posible a mi, parándose enfrente de mi. Nos separaba pocos metros.
Spiderman: quiero que respondas a mis preguntas - me cruce de brazos. Di un salto encima de su cabeza, girando sobre mi misma haciendo un mortal.
Spiderwoman: primero me tendrás que coger Spidey - con mi mano le solté un beso. Empecé a correr, notando como Spiderman iba detrás de mi. Colgada de los edificios, me dirigí hacia el edificio más alto de todo Queens el CITICORP. Cuando vi que mis telarañas no se sujetarían al edficio, empecé a trepar. Pisándome los talones se encontraba Peter. Notaba su nerviosismo. En este tiempo no había subido tan alto en su vida. Llegué al final y me apoyé en el muro acristalado. La oscuridad llenaba las calles de Queens de luces brillantes. Spiderman también acabó el trayecto y se apoyo conmigo en el muro. Me senté en el suelo, él lo hizo también a mi lado.
Spiderwoman: primero respira tigre, o ¿acaso eres tan viejo como para no aguantar? - esperaba su defensa, sabía que Peter cuando se metían con su edad siendo spiderman le molestaba.
Spiderman: no soy viejo, solo que nunca había trepado tan alto, ¿ahora podrás responder a mis preguntas? - asentí con la cabeza - ¿quien eres?, ¿digo en que bando te encuentras? ¿cuál es tu propósito? - apoye mi cabeza en el duro muro. Eran tantas preguntas, y tantas respuestas que dar.
Spiderwoman: hey tigre, para el carro una a una. Soy spiderwoman. Vengo en son de paz. Es decir estoy en el bando de los buenos. Vengo a ayudaros.
Spiderman: ¿como obtuvistes tus poderes? - larga historia. Empecé a contársela. Evitando nombres como el de Peter de aquel mundo alterno, o el de mi padre. Al terminar se sorprendió - eres una mutante, ¿y tienes mis poderes? - se levantó necesitaba pensar lo sabía.
Spiderwoman: hey Spidey, tranquilízate, al mutar mi sangre, tengo tus mismos poderes y puedo hacer otras cosas - antes de que dijera nada desaparecí delante de sus ojos.Me camuflé. Me acerque a él, estaba confundido ya que su sentido arácnido le prevenía pero no me veía. Aparecí a escasos metros de sus labios, tan apetecibles. Y le asuste, cayendo al suelo. Empecé a reír.
Spiderman: no tiene gracia - notaba su sonrojo debajo de la máscara. Le cogí de la mano y le levante. Tenía sus manos en mi cintura. Pude notar su nerviosismo, y acercándome a su oído - tengo más poderes que te enseñare con el tiempo Spidey - me separe de el, aún así le cogí de la máscara ante su asombro y se la levanté hasta la altura de sus mejillas, se la besé. Un beso tímido y cálido. Se quedó embobado. Solté una pequeña risa, empecé a correr al llegar al borde del bordillo salté haciendo un salto de fe. Notando como la brisa chocaba con mi pelo, y antes de llegar al suelo. Accioné los dispositivos de mis muñecas, y me dirigí hacia el edificio Porsche ante de que mi padre notara que había desaparecido.
-Punto de vista de Peter-
Me quite la máscara. Notaba como mis mejillas se empezaban a poner rojas de la vergüenza. ¿que había pasado?. Me había vuelto a poner la máscara y me fui para casa balanceándome entre los edificios. Debía de hablar con el señor Stark. Pero debía de darme prisa, no quería que su Tía May, le encontrase fuera de la cama. Mientras me balanceaba entre los edificios, todavía notaba los labios de Spiderwoman en mi mejilla.
Entre por la ventana. Di en el logo de mi pecho el traje se cayó. Lo guarde en el armario. Me puse el pijama, y caí rendido en la cama. Esperando un nuevo día, pero aún así no pude dormir mucho aquella noche. Pero no dormía por la nueva superheroína de Queens, sino soñaba con la sonrisa de María. Llevaba varios días que no paraba de verla en sueños. En clase me pasaba igual, era tan dulce y cariñosa. Gran amiga de sus amigos. Defendía a todo el mundo. Inteligente, y sobre todo preciosa. Ya me había quedado mirándola en muchas clases. A pesar que me gustaba Liz desde hace bastante. Y aunque eran amigos, no sabía mucho de ella. Sólo sabía que era huérfana, no conoció a sus padres. Murieron en un accidente de coche. El señor Stark la había metido en la beca Stark. Al no tener casa, vivía en el edificio Porsche. Mañana podría verla. Cerré los ojos.
-Punto de vista de María-
Entré con disimulo en el edificio Porsche, con cuidado de que no me encontraran. Todavía llevaba mi traje de Spiderwoman puesto. Desapareció en cuanto la luz roja apareció en mi cabeza.
María: Viernes, necesito que me haga invisible para las cámaras, y el Viernes de esta época - y lo hizo. Mando una sobrecarga de electricidad. Tenía 5 minutos antes de que las reservas de energías activaran las de emergencia.
Al poco entre en mi habitación por la ventana, bajando del techo con sigilo. Note mi sentido arácnido alterándose. Me tumbe rápido en la cama tapándome con las sabanas. Me hice la dormida. Note la presencia de mi padre. Se sentó en el borde de la cama.
Tony: Viernes, ¿todo bien?- me retiro un mechón de pelo de mi cara. Me besó en la mejilla. Se levantó.
Viernes: si señor Stark, la sobrecarga de energía se ha podido arreglar - Tony apagó a Viernes de su reloj de bolsillo. Se fue de la habitación. Debía de hablar con el mocoso, ya que había visto a la chica araña por youtube. Se sentó en la silla de su despacho. Se echó para atrás recargando su espalda. Ya había tenido suficiente con un mocoso araña, que ahora tenía que lidiar con otra mocosa.
-Fin del capítulo-
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