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Capítulo 10: Te quiero sentir.

Estaba guardando mis cosas, al fin me habían dado de alta, ya había pasado unos cuantos días de que desperté y como me siento mucho mejor, el doctor decidió que volviera a mi vida normal.

—Alexander, tu padre te está esperando abajo —dijo la enfermera.

—Okey, gracias por avisarme.

—De nada —dijo, cerrando la puerta.

Todo volvería a la normalidad.

Bajé por las escalera y vi a mi padre.

— ¿Nos vamos? —preguntó.

—Claro.

Salimos del hospital y nos subimos al auto, ahora tenía que volver al instituto, tengo que ponerme al día.

De repente siento un dolor en el tobillo, bueno el doctor dijo que me dolería por un tiempo y que para el dolor me tomara unas pastillas, así que no había de que preocuparse.

Hoy era viernes, mire el reloj "4 p.m." las clases habían terminado, genial no habrá nadie en el instituto. Podría haberme quedado con papá pero tengo que estudiar y ponerme al día con todo lo que han pasado, sé que no será fácil y por eso, mi padre aceptó.

—Muy bien, ya llegamos.

—Okey.

— ¿Seguro de que te quieres quedar?

—Papá, ya hablamos de esto, ya sabes porque me tengo que quedar.

—Si, lo sé, lo siento. Solo quería asegurarme.

Me bajé del auto y saqué mi mochila, para después dirigirme a la entrada del instituto.

—Nos vemos —gritó mi padre.

—Adiós —respondí, entrando al instituto.

Cuando entré el instituto no había nadie, no se escuchaba ningún ruido. Parece que soy el único que está aquí. Me dirigí a la habitación, mientras observaba por todos lados, buscando signos de vida, pero nada.

Cuando llegué, abrí la puerta y ahí estaba, tirado en la cama, leyendo. El sol le alumbraba su cabellera, resaltando su color azulado al máximo.

— ¡¿T-Takumi?! —pregunté, confundido.

— ¡Ale! Pensé que te quedarías con tu padre —dijo, sorprendido y a la vez feliz.

—Me iba a quedar con él pero tengo que ponerme al día con todo lo que han pasado en estas semanas...pero... ¿tú qué haces aquí? ¿No deberías estar en tu casa, con tu familia?

De repente, su mirada cambió, se volvió fría y triste. Su felicidad se había desvanecido en tan solo 5 segundos. Mierda creo que dije algo que no debía.

—Lo siento...no debí haber dicho... —alcancé a decir.

—No, tranquilo enano, solo...no quiero hablar de eso...lo siento.

— ¿Eh? ¿De qué te disculpas? No pasa nada, cuando quieras hablar solo dímelo y escucharé —dije sonriendo.

Su rostro había cambiado, estaba sonriendo.

—Deja de ser jodidamente lindo, que después no es mi culpa —dijo, acercándose a mí.

— ¿Lindo? —pregunté, confundido, caminando un poco hacia atrás.

—Si, tan lindo y tierno, que podría darte duro ahora mismo... —dijo, acariciando mi cabeza.

— ¡¿Q-QUÉ?! —pregunté, sonrojándome violentamente.

—Pero antes...salgamos. Hace unos días abrieron un parque de diversiones, ya que te dieron de alta, vamos.

—Iría pero...

—No, nada de peros, nos vamos —dijo, agarrándome de la mano, saliendo de la habitación.

—Takumi... —susurré, sonriendo.

No me negué, quería dejar de estar encerrado, quería distraerme un poco.

—T-Takumi...ya dejé que me llevaras, ahora...¿por qué aun me tienes agarrada la mano? Estamos en público....

 —Por eso mismo, quiero que todos sepan que estamos juntos —dijo, mirándome.

Me sonrojé al instante. Sentía como mi corazón latía a full.

—I-Idiota —dije, mirando el suelo.

— ¿Estás bien enano? —preguntó, acariciando mi cabeza con su mano libre.

—E-Estoy bien...además, ¡deja de llamarme enano!, ¡tú eres el gigante! —chillé.

— ¿Qué?, tú eres la pulga, deberías comer mejor para crecer.

—No gracias, así estoy bien.

Caminamos un poco más y habíamos llegado.

—Woooow, esto es súper grande —dijo Takumi, con la boca abierta.

Se había sorprendido, ¿nunca había venido antes?

— ¿No los conocías? —pregunté.

—No...nunca.

¿Nunca había venido con su familia?

— ¡Muy bien!, entonces tenemos que hacer muchos recuerdos y subirnos a todos los juegos, ¡VAMOS! —grité, agarrándole la mano, para después correr a cualquier juego.

Quería hacerlo feliz, quería que nunca olvidara este día.

—Hey, tranquilo, que lo juegos no se van a escapar. ¿Y si primero compramos una cámara? Mira ahí venden una, —dijo apuntando un puesto— vamos —dijo, acariciando mi cabeza con su mano nuevamente.

— ¡S-Sí!, ¡vamos!

*

Nos subimos al último juego que nos quedaba, la noria, habíamos sacado como más de 50 fotos, observé a Takumi, se veía feliz.

Eso me hacía muy feliz.

Cuando nos subimos, se podía ver el atardecer, se veía hermoso.

Observé a Takumi nuevamente y podía ver su expresión de asombro igual que la mía.

Miré el reloj "7:30 p.m." era súper tarde teníamos que...esperen, para que llegar temprano si no hay nadie en el instituto.

Me pregunto...qué fue lo que pasó con su familia...

Agaché la cabeza, mirando el suelo.

— ¿Pasó algo? —preguntó Takumi, preocupado.

— ¿H-He?, no nada...fue un genial día, ¡mira!, tenemos un montón de recuerdos —dije, mostrándole la cámara.

—Gracias, esta salida era para que tú te sintieras feliz, pero parece que fuiste más atento conmigo y yo me la pasé mejor. Lo siento, debió haber sido al revés —dijo, levantándose de su asiento, sentándose al lado mío.

Me empezó acariciar la cabeza.

—Realmente gracias y lo siento si te causé muchas molestias.

¡Idiota! ¡Claro que no me causaste molestias!

—N-No tienes porqué disculparte, solo...q-quería hacerte feliz —dije, sonrojándome.

Dirigí mi mirada hacia fuera, intentando esconder mi sonrojo, pero Takumi agarró gentilmente mi mentón, girándome la cabeza, haciendo que me encontrara con esos hermosos ojos y ese hermoso cabello.

Es tan hermoso...

—Ale...

Takumi se empezó acercar lentamente pero decidido. Hasta que nuestros labios se unieron en un apasionado beso, después de unos minutos introdujo dulcemente su lengua. En ese momento me sonrojé más de lo que estaba.

Podía escuchar los latidos de mi corazón.

—Ale... —susurró en mi oído— quiero sentirte...

Los dos queríamos lo mismo...

Nos bajamos de la noria y nos dirigimos al instituto.

Llegamos a la habitación.

Cuando cerré la puerta por dentro, Takumi se acercó a mí y me comenzó a besar. Me llevó hasta la cama sin dejar de besarme.

Una parte de mi tenía miedo...era mi primera vez, pero la otra ya lo quería dentro de mí.

Comenzó a sacarme la camisa, lentamente. Ya cuando estaba desabrochada, la jaló, dejándome con el torso desnudo. Nuevamente me beso, después bajó por mi abdomen, dejando un camino de besos. Sus dedos empezaron a jugar con mis pezones, haciendo que lanzara un gemido de placer. Llevé mi mano a mi boca. Me daba vergüenza lanzar otro gemido, pero me costaba contenerlos.

—No te aguantes, quiero escuchar tus gemidos —dijo sacando mi mano de mi boca.

Llevó su mano hacia mi miembro y comenzó a masajearlo sobre el pantalón. Lance un gemido, no me pude contener, desabrochó mi pantalón y lo jaló, hasta quedar solo con bóxer.

Se alejó de mí por unos segundos para sacarse la polera y sus pantalones. Se pegó nuevamente a mí. Sus dulces labios se pegaron contra los míos, para después introducir su lengua, explorando todos los lugares de mi boca. Lance otro gemido, él bajo su mano hasta llegar a mi bóxer, introdujo su mano, tocando mi miembro mientras que con la otra jugaba nuevamente con mis pezones, esta vez lamiéndolos.

Lancé otro gemido.

—Te amo, Ale —dijo, mientras me observaba con esos hermosos ojos azules.

—Y-Yo igual te amo...—susurré mientras me perdía en su mirada.

Mi respiración entrecortada me decía que me iba a correr.  Me arranco el bóxer, observando mi miembro. Me sonrojé al instante.

Empezó a besarme y con su mano cogió mi miembro y empezó a masajearlo con sus dedos. Lancé otro gemido.

Estaba llegando a mi limite, pronto me iba a correr y sin darme cuenta estaba lanzaba otro y después otro gemido.

Me corrí en sus manos.

De un momento a otro su boca bajo por mi abdomen.

—No puedo más... —susurró, para después sacarse el bóxer.

Pude ver su miembro duro y erecto.

Sus dedos empezaron a bajar por mi abdomen, bajaron hasta entrar dentro de mí.

—T-Takumi...a-ahí no... —dije, en un hilo de voz.

Pero no me hizo caso y empezó a mover sus dedos dentro de mí, haciendo que me excitara cada vez más.

—Entraré...

De repente vi que algo se acercaba a mi trasero, para después sentir que se introducía con dulzura y suavemente. Centímetro a centímetro se introducía cada vez más, de primera dolía pero cada vez que entraba más el dolor desaparecía envolviéndome de placer.

Me aferré de las sabanas, sentía cómo se me erizaba la piel, como mi cuerpo empezó a temblar.

Sus embestidas eran suaves, llenas de placer. Me doblé para juntar nuestras miradas, estremeciéndome de excitación. Takumi lanzó un gemido, llevando una descarga eléctrica por todo mi cuerpo. Su miembro se adentraba cada vez más, mis caderas empezaban a tomar ritmo de sus embestidas. Poco a poco aumentaba el ritmo, hasta que las embestidas se volvieron  más excitantes.

Se acercó a mi rostro dándome un tierno beso, su lengua se adentró en mi boca, mientras me embestía. Sentí como me corrí nuevamente en las sabanas. Takumi no aparto sus labios y podía escuchar como lanzaba gemidos igual que yo, su voz es tan excitante.

Levanté los brazos y me aferré a su cuello, Takumi me levanto y me empujo contra él, metiendo finalmente por completo su miembro una y otra vez. Se estremeció y lanzando un jadeo, sentí como eyaculaba en mi interior.

Caímos los dos a la cama, estábamos cansados.

—Realmente te amo... —pronunció Takumi, entre jadeos.

Lo abracé, quería más de él, quería que entrara de nuevo.

 —Hey, tranquilo, estoy aquí...¿quieres ir a tomarte un baño?

—Sí...

Me intenté levantar, pero me arrepentí, sentí un gran dolor por mi espalda, era insoportable.

— ¿Te duele mucho? —preguntó Takumi, preocupado.

—E-Estoy bien..

—Mejor duerme, mañana te bañas.

—Sería lo mejor...

Me tiré nuevamente en la cama, estaba cansado, los ojos se me cerraban lentamente.

—Duerme, yo me iré a tomar un baño..

Caminó unos centímetros y le agarré la mano, quería que durmiera conmigo.

— ¿Pasa algo?

—D-Duerme conmigo... —dije, sonrojándome.

— ¡Ves! Y me dices que no eres adorable —dijo, acostándose al lado mío, abrazándome.

Podía sentir su aroma, era tan dulce.

Estaba tan cansado, que cerré un poco los ojos y me quedé dormido, sintiendo sus brazos que me entregaban amor y paz...





N/A: Hard *0* si les gusto denle a la estrellita :D

¡Hasta la próxima!

¡Gracias por leer, votar y comentar!


Imagen de Takumi y Alexander

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