Capítulo 03: La venganza es dulce...muy dulce.
Desperté muy impaciente hoy era el gran día, después de 4 días, hoy.....¡Era el día de mi venganza! Miré hacia la cama del mastodonte y él estaba durmiendo. Hoy teníamos clases a las 2:00 p.m. asi que tengo toda la mañana para preparar mi broma. Miré la hora en mi celular "10:05 a.m." Me levanté y me vestí silenciosamente, para no despertarlo. Ya vestido, tome mi bolso y salí de la habitación. Me escabullí y pude salir del instituto y me dirigí a Tokio, ya que estaba algo alejado de la cuidad pero no tanto. Tenía que comprar todo.
3 HORAS DESPUÉS.
Ya tenía todo listo, ya había llegado nuevamente al instituto, mire el reloj "1:45 p.m." Falta poco para que empiecen las clases. Me dirigí a la habitación y cuando entré, el mastodonte no estaba, que bien, no tengo ganas de verlo. Dejé mi pequeña broma guardada en un mueble, dentro de una bolsa. Me puse el uniforme del instituto y me dirigí a clase.
Tocó timbre y salí rápidamente del salón, para dirigirme a mi habitación, era la hora del almuerzo, cuando llegué a la habitación tomé mi broma y lo guardé en mi bolso, para después salir corriendo a la cafetería.
Mientras el mastodonte servía su comida con sus amigos, yo me escabullí en la cocina, mientras que una chica le hablaba.
-Hola, quería decirte que eres muy guapo, ¿lo sabías? -le dijo la chica.
-Claro que lo sé, es obvio que soy sexy -respondió moviendo su cabello coquetamente, todos sus amigos le prestaban atención a la chica, rápidamente salí de mi escondite y le cambié la comida a ese idiota y me salí de la cocina.
Cuando terminaron de hablar con ella se fueron a sentar a una mesa y empezaron a comer, lo raro es que el mastodonte no se dio cuenta de que le había cambiado la comida. Le había cambiado su comida por una empanada y adentro tenía muchos gusanos, ojalá que te guste idiota.
Me fui a sentar a una mesa no muy lejos, para observar la escena.
Ellos solo hablaban, hasta que veo que el mastodonte se lleva su comida a la boca, para después comerla. Estaba a punto de estallar de la risa.
El mastodonte hizo una mueca de asco y escupió su comida, para luego beber una bebida que tenía.
Estallé de risa.
- ¡MALDITA PULGA! -gritó, acercándose a donde estaba yo, agarrando el cuello de mi camisa
- ¿Qué pasa? ¿No te gusto tus empanaditas? -le pregunté, con una sonrisa burlona.
-Maldito idiota -pronunció, golpeando mi rostro, haciéndome caer.
Me levanté del suelo con rapidez.
-Maldito mastodonte -dije tirándome encima de él y lo golpee, todos nos observaban, haciendo un círculo alrededor de nosotros, yo solo le pegaba.
- ¿Que está pasando aquí? -escuché la voz de una mujer acercándose a nosotros.
De un momento a otro estaba en castigo con el mastodonte.... ¡Sí! Yo y el puto mastodonte.
-Ahora explíquenme, ¿qué acaba de pasar en la cafetería? -su voz daba miedo y me iba intimidando poco a poco.
- ¡Él me tiro un globo con harina y pescado crudo! -dije, apuntándolo con mi dedo.
- ¡Él cambio mi comida por gusanos! -pronunció casi gritando y mirándome con odio.
- ¡Cállese señor Takaiichi!, no quiero que se vuelva a repetir, para la próxima llamare a sus padres y vamos a resolver este problema todos juntos, ahora se quedan los dos en castigo hasta que terminen las clases
-Pero -alcanzó a decir el mastodonte.
-Nada de peros, se quedan hasta que toque timbre, ahora no quiero que se peleen aquí, si vuelven a pelear los expulsaré a los dos -dijo, con una voz intimidante- ¿Está claro Alexander?
-Está claro...
-Muy bien -se levantó y se fue de la sala.
4 horas con el mastodonte, en una sala cerrada... siento que nos vamos asesinar mutuamente.
-Esto es por tu culpa, no tienes paciencia -dije, asesinándolo con la mirada.
- ¿Que dijiste? maldita pulga.
-Solo cállate.
-Há, oblígame.
Le dejé de hablar y miré hacia otro lado. De repente siento una mirada en mí, cuando me doy vuelta para preguntarle al mastodonte porqué me miraba, me doy cuenta que sus ojos se posaban en...mi... ¡¿ENTREPIERNA?! ¡¿WTF?! ¿Está mirando mi miembro?.
- ¡¿Qué estás mirando?! -dije tapando mi entrepierna y sintiendo un calor en mis mejillas.
-Nada -dijo, mirando hacia otro lado.
- ¡Pervertido! -chillé.
- ¿Quién sabe? -dijo, con una sonrisa burlona.
- ¡Maldito pervertido! -miré con rapidez hacia fuera.
Aún sentía un calor en mis mejillas, esperen...me había...¡¿SONROJADO?! ¡WTF! ¿Desde cuándo yo me sonrojo? Más encima, ¡por su culpa!.
-Así que te llamas Alexander ¿verdad? -preguntó de un momento a otro.
-Si -dije serio.
-Y ¿cuál es tu apellido?
¿Qué le pasa? de un momento a otro ¿Quiere saber cosas de mi? Es bipolar ¿O qué?.
- ¿Por qué ahora eres amable conmigo? -pregunté entrecerrando los ojos.
- ¡Solo quiero ser amable!
-Tsk, es Williams -le dije, aún mirando hacia afuera.
- ¡Mírame cuando te hablo! -me gritó.
- ¡Lo siento! -le grité, girando mi cabeza para verlo.
¡¿WTF?! Realmente es bipolar.
-Ahora sí -pronunció un poco más tranquilo- Yo me llamo Takumi Takaiichi.
-Y quiero sacarte los ojos...
- ¿Qué? -dijo algo confundido.
Oh.... ¡MIERDA! parece que lo dije es voz alta y ahora ¡¿QUE DIGO?!.
-Nada -dije un poco nervioso.
Ojalá que se lo crea....ahora pensara que soy raro.
-Ok -dijo, mirando hacia otro lado.
De la que me salve, si me hubiera escuchado capaz que me dice.
Miré hacia afuera y observé el paisaje, empecé a tararear mi canción favorita.
- ¿30 seconds to mars? -preguntó el mastodonte, posando sus ojos en mí.
-Sí.
- ¿Closer to the Edge?
-Sí, ¿tú igual los escuchas? -le pregunté, entusiasmado.
-Sí, ¿son geniales verdad?
- ¡Sí! es mi banda favorita -le dije, casi saliéndome arcoíris por la boca.
Es la primera vez que encuentro a alguien que le guste ese tipo de música.
- ¿Enserio? La mía igual -dijo entusiasmado.
Después empezamos hablar y nos dimos cuenta que tenemos muchas cosas en común. Fue realmente divertido hablar de lo que me gusta y se veía que el mastodonte igual se estaba divirtiendo.
De un momento a otro el timbre sonó, esperen, ¿ya pasaron las 4 horas? Tan rápido.
Me paré del asiento y abrí la puerta para irme de la sala.
- ¿A dónde vas ahora? -preguntó curioso.
- ¿Ahora? voy a la biblioteca a leer un poco.
- ¿Quieres que te acompañe?
- ¿Eh? claro, si quieres -respondí y nos dirigimos a la biblioteca. A los dos nos gusta leer así que no hay problema.
La verdad se siente extraño hablar tan natural con él, como si lo conociera de toda la vida
Cuando llegamos agarre un libro y lo empecé a leer, el mastodonte hizo lo mismo.
Pasaron varios minutos y lo empecé a observar.
- Creo que debo cambiar mi pensamiento hacia él -pensé, observando sus hermosos ojos azules.
De repente nuestras miradas se juntaron y nos quedamos mirándonos por varios minutos. Hasta que me di cuenta de lo que estaba haciendo y lo dejé de mirar posando mis ojos en el libro. Me sentía nervioso y sentía un calor en mis mejillas, ¡¿OTRA VEZ ME SONROJÉ?!
¡¿Por qué mierda me sonrojo?! ¡No entiendo!
Ahora el mastodonte preguntaría porqué lo estaba mirando, pero lo raro fue que no preguntó nada y siguió leyendo.
Me calmé un poco e hice lo mismo.
Pasaron varias horas, cuando miré el reloj eran las 10:00 de la noche.
-Mierda, ya es tarde hay que irnos -dije, levantándome de la silla y yendo a guardar el libro.
-Tranquilo, si todavía es temprano -dijo, todavía leyendo.
-Y si nos descu-alcancé a decir y apareció la inspectora.
- ¿Qué están haciendo a esta hora? ¡Váyanse a dormir los dos!
-Tranquila, si aún es temprano -dijo el mastodonte, de lo más tranquilo.
- ¿Me está contradiciendo señor Takaiichi?- dijo, con una expresión de enojo en el rostro.
-Claro que s-alcanzó a decir y le tapé la boca.
-No, claro que no, ¿verdad? -le pregunté, mirándolo, él solo tenía una expresión de enojo- ahora nos vamos -dije, tomándolo del brazo y llevándolo hacia la salida. Se notó que no hizo fuerza para oponerse porque si hubiera sido así me hubiera mandado a la mierda.
- ¡No quiero volver a verlos en la biblioteca a estas horas! -gritó.
-No se volverá a repetir -dije, yendo hacia la habitación.
Cuando llegamos, abrí la puerta y le solté el brazo.
-Eso estuvo cerca -dije, aliviado.
-Vieja de mierda -dijo el mastodonte aún enojado.
-Tranquilo, igual tenía razón, es tarde.
- ¡TSK! -dijo, enojado y se tiró en la cama.
Yo igual hice lo mismo, estaba cansado y quería dormir.
-Ahora que recuerdo -dijo el mastodonte, más tranquilo- en dos días más toca 30 Seconds to Mars aquí en Tokio.
- ¡¿Enserio?! -le pregunté casi gritando, saltando de la cama.
-Sí, ¿no lo sabías? -preguntó.
-No, ¡genial! tengo que ir a comprar las entradas.
-Lo siento, están agotadas.
- ¿Qué? -dije, algo decepcionado.
-Pero, para tu suerte un sexy mastodonte tiene 2 entradas.
- ¡¿Enserio?!
-Sip, ¿quieres ir conmigo? -me preguntó feliz.
- ¡CLARO QUE SÍ! -dije saltando de la emoción.
-Jajajajja, tranquila princesita.
- ¡MUCHAS GRACIAS! te debo una.
Él se paró de la cama y caminó hacia mí.
-Tranquilo, no me debes nada -me dijo, acariciándome la cabeza.
En ese momento sentí un gran calor en mis mejillas.
-Ahora, anda a dormir, que es tarde -me dijo y él se dirigió al baño.
-S-Sí -dije, yendo a la cama.
Es raro que en solo 4 horas nuestra relación haya cambiado tan rápido.
Realmente me siento algo mal por haberlo tratado de esa manera, aunque él igual era insoportable, pero ahora me di cuenta que no es tan malo como pensé...
N/A: Holi :3 si les gusto marquen la estrellita :D
Adiós
¡Gracias por leer, votar y comentar!
Imagen de Alexander cuando el mastodonte le dijo si quería ir con él al concierto *w*
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro