Los días pasaron mucho más rápido de lo que pensó, y esa fecha amada y odiada se acercaba cada vez más. Le quedaba muy poco tiempo y no sabia que haría una vez que Camus comenzara a olvidar su vida como Dégel.

Tenia claro que debía hacer algo para que no se olvidara de él conforme pasara el tiempo. ¡Pero no sabia qué! Pasaron un montón de opciones por su cabeza y ninguna le convencía parecían demasiado comunes o simples... no, lo simple no era el problema, era que nada le parecía lo suficiente para ese niño, nada que dijera "Aquí estoy, no te olvides de mi"  que no se olvidara de la vida que habían tenido juntos .

- ¿A ti que te pasa? No es tu flojera normal...

Eso era cierto ahora estaba de vacaciones, no hacia nada pero esta vez era muy distinto, estaba tirado en su cama mirando el techo como si fuera la cosa más interesate del mundo. Con un monton de pensamientos pasando por su cabeza y ninguna le parecia servir.

- ¡Abuelo! Tu que todo lo sabes y lo que no lo inventas...- Milo levanto una ceja, una clara señal para que se apurará- Necesito ayuda, no sé que regalarle a Camus en su cumpleaños.

Lo quedo mirando entre divertido pero conmovido, se daba cuenta de que quería tanto a ese niño que de verdad deseaba darle algo que dejara una huella en él para el resto de su vida. Se sento en la cama al lado de su nieto.

- ¿Tienes alguna idea?

- Al principio quería darle algo gigante, porque se lo prometí pero ahora no sé...- se sentó en la cama, mirando al mayor - me acorde de lo que me decía mi papá:  que muchas veces las cosas simples y hechas con cariño significan más para una persona que algo grande y vistoso.

- Y tiene mucha razón. Que tal si; le heces dos regalos, algún juguete de alguna caricatura que le guste o algo por el estilo, y también algo que signifique mucho para él.

- ¡Gracias viejo eres el mejor! - lo abrazo con fuerza.

~•~

Casi las dos de la noche y el seguía dando vueltas en su habitación, ya sabia que darle solo pera él: un oso gigante siempre había querido uno y Aurora no se lo podía comprar, tenia los ahorros necesarios para comprarle uno más o menos de su tamaño. Pero lo otro, no tenia idea.

Compartió muchas cosas con Dégel sabia que le gustaba mucho leer, que su sueño era escalar un arbol juntos, llevarlo algún vez a Francia para que conociera a sus abuelos. Cosas que nunca pudieron hacer. Decidió acostarse ya era demasiado tarde. Apenas toca la almohada cayó dormido.

" Corría tras ese niño de cabellos verdes que era como el hermano que nunca tuvo. Trataba de atraparlo pero se le escapaba de las manos cada vez que se cría cerca.

- ¡Dégel espera!

- ¡Atrapame!

Corria mucho más rapido que él. A su espalda podía escuchar la voz de su papá diciendole que tuvieran cuidado de no caerse. Dégel paro de repente, casi choca  con él.

- Kardia, muchas gracias por ser mi amigo. Antes de conocerte estaba solo, te quiero mucho.

- ¡Nunca voy a dejarte solo de nuevo!, es una promesa.

Dégel abrazó con fuerza, sabia que se tenían el uno al otro y con eso le bastaba, al separarse un delicado collar se enredo entre los cabellos azules de Kardia, tuvieron que ir con sus padre para que los ayudaran.

La imagen del dije de ese collar quedo gravada en su memoria, por los largos 15 minutos que paso Zaphiri tratando de desenredarlo."

Despertó de golpe lo primero que hizo fue ver la hora, las ocho de la mañana.

¡Ya sabia que regalarle! Ese collar tan delicado, tan lindo y tan parecido al propio Dégel que por ese pequeño detalle comenzó a llamarlo copito de cristal.

Tomo su celular para llamar a Albafica era el único que podía ayudarlo ahora, su papá es dueño de una joyeria y su amigo era muy bueno para dibujar si se lo describía bien.

- Kardia... ¡Son las malditas ocho de la mañana! ¿¡Que te dio por madrugar!?

- Si si, yo tambien te quiero... ¡Albita tu que eres dueño del corazón del cangrejo! ¿Me haces un favor?

Kardia rió despacio, por el silencio de Albafica supuso que estaba tan rojo como los cabellos de su papá. Se tomo sus segundos para responder.

- ¿Que quieres?

- Necasito que dibujes algo y despues se lo pases a tu papá para que lo haga, se lo pagare pero necesito que sea lo más parecido posible.

- De acuerdo.

Le describió lo mejor que pudo el dije de su recuerdo. Quería que fuera igual ese collar se le perdió un día que estaban jugando, lo buscaron por mucho tiempo y nunca lo encontraron incluso hoy en día lo seguía buscando. Ese collar era muy importante por que se lo dio su abuela Garnet, una mujer que falleció al mes despues de hacerlo su nieto.

Su celular vibro, Albafica le había enviado una foto de su trabajo, quedo tal cual se lo  recordaba. El día que fuera a buscarlo le pediría a Lugonis que en la parte trasera le escribiera algo especial.

Esperaba que todo saliera bien, porque presentía que algo iba a pasar.

~•~

Aurora contesto una llamada, la otra persona al otro lado de la linea sonaba preocupada, asustando a la mujer. Lo que le pido no lo gusto pero no tenia de otra. Miro a su hijo el que leía el libro que Kardia le había dado.

Lo que le iba a decir no le iba a gustar para nada.

- Cam, cariño debemos volver.

- ¿A donde?- dejo de jugar para prestarle toda su atencion a su mamá.

- A Francia.

Las lagrimas bajaron solitas por sus mejillas, no se quería ir.

- ¡No quiero!

- Cam...- trato de hablarle lo más dulce que podía no le gustaba verlo llorar.

- ¡Quiero quedarme con Kardia!- se abrazo a su mamá. Tanto que le costo volver para que ahora tuviera que irse.

- Cariño, si puidera te dejaría con él, pero no puedo.

❄❄❄

¡Esto se va a descontrolaaaar!

ScorpioNoMilo 💕