¿Su padre tuvo una aventura con Krest?

¡No podia creerlo!, siempre pensó que lo de ellos era una fuerte amistad y nada más, nunca se los imagino en algo más mucho menos amoroso. Quería pensar que era una mentira, un invento solo para joderle la existencia un poquito. Pero también sabia que Krest no jugaría con la memoria de su padre como él tampoco lo haría con la de Dégel.

- ¿Es en serio?

Krest lo miro con un poco de vergüenza fue una parte de su vida que disfruto como ninguna, que no debió pasar, pero sucedió se dio casi por si sola y casi le agradecia esa mujer que dejo a Zaphiri para que volviera a  sus brazos. Trato de sonreírle al menor aunque le salio más parecido a una mueca.

- Sí. Fue antes de que conociera a Flourite. Él fue de vacaciones a Francia, se alojo en el pequeño hotel de mi familia en que yo ayudaba en vacaciones y apenas lo vi, sucedió. No sabria como explicártelo.

Sabia como se sentia esa sensación, él la sintio y nunca se dio cuenta porque era muy pequeño, ahora a sus 17 se percato que para  él Dégel siempre fue mucho más que un amigo, ahora era demasiado tarde para decirlo aunque tuviera una nueva oportunidad la diferencia de edad era demasiada.

- Cuando se fue creí que nunca más lo volvería a ver, me equivoque.- miraba el nombre gravado en la lapida con una mezcla de tristeza y añoranza, nostalgica- tiempo despues me mude a Grecia, casado con Flourite y él convivia con una hermosa mujer de cabellos castaños, no recuerdo su nombre. Pero si te puedo asegurar Kardia, que era preciosa, delicada, y parecía de buen corazón. Cuando lo volvia ver tu ya estabas en tus ultimos meses de gestacion y yo recien me enteraba de la existencia de Dégel. Nadie se hubiera imaginado de lo que ella seria capaz de hacer ni Zaphiri. Él acudió a mi destrozado sin saber que hacer, lo unico que tenia claro era que nunca te dejaria solo porque tu era su más grande tesoro.

Kardias sonrió esta vez con algo de nostalgia, su padre hizo hasta lo imposible para que nada le faltara, lo cuido como ninguno y fue muy cruel la forma en que el destino se lo quito, ni tiempo de despedirse tuvo, solo lo vio una vez que había perdido la vida y no pudo volver a escuchar su voz de nuevo.

- La pequeña relación que tuvimos ese verano en Francia había vuelto a florecer. Sí me sentía mal por serle infiel a mi esposa pero no quería dejarlo, de habernos conocido antes o de yo tener el valor de separarme tu y mi hijo hubieran sido hermanos- rió un poco, una idea absurda que no pudo ser- ¿Lo crees posible? Una pequeña decisión pudo haber cambiado nuestro destino para siempre. Pero no tuve ese valor. Dejamos de vernos después de casi cinco años de una relacion oculta, ese día en que perdió la vida tu abuelo me llamo diciendo que Zaphiri pedía por mi y me acobarde. No sabes como me arrepiento.

Debía enojarse en vez de sentir lastima por su historia. No le cumplio su ultimo deseo a su papá, le fue infiel a su esposa y supo por boca de Milo que en un principio no lo quería dejar ver a Dégel ese día que su copito de cristal dejo este mundo. Pero no podia, no podia odiarlo o algo parecido, ese hombre cargaba sobre sus hombros la pena de decepcionar a la persona que amo, no tuvo su misma suerte de poder despedirse de su ser amado ni mucho menos de verlo de nuevo.

¿Debería hablarle sobre Camus?, ¿Dejar que volviera a rodear con sus brazos a su pequeño hijo una vez más? Corría el riesgo de que lo llamara lunático o que pensara que se estaba burlando de él. Ademas debía consultarlo con Aurora ella era su madre y no podia llevar gente a su casa como si nada.

Decidio que guardaría ese secreto un poco más pero que sí o sí lo llevaría con él antes de los cinco años de ese pequeño.

- No creía que fuera una historia tan trágica, eso si le aseguro algo, conozco lo suficiente a mi papá como para saber que no le guarda rencor y si lo ha venido a visitar estos ocho años él ya lo perdono, le puedo asegurar que hasta lo cuida.

- Te pareces a él más de lo que creí... fue un gusto verte Kardia.

Krest se levanto del pasto rumbo a su casa, con una rara sensación de alivio.

- ¿Eso era lo que querias contarme algún día? Tuviste una historia de amor digna de una novela, ¡Viejo eres y siempre sera el mejor.

~•~

Cuando volvía a su casa ya era pasado el medio día, le aviso a su abuelo que ese día llegaría más tarde porque pasaría el resto del día con Camus. Le haría caso a sus consejos, reforzaría los antiguos recuerdos y crearia otros para que ese pequeño niño nunca se olvidara de él y lo que vivieron.

- ¡Te tardaste!- se cruzo de brazos.

- Ah,no me hagas berrienche enano, lo importante es que ya estoy aquí. Toma.- saco de su mochila un libro infantil el que significaba mucho para los dos.

Camus tomo ese regalo entre sus manos, y  le brillaron los ojitos "La caperucita roja" fue el primer libro que Kardia le había regalo para uno de sus cumpleaños el que aún conservaba en su habitación y que posiblemente aún estaba ahí.

- Kardia, pero si ya me lo habías dado...

El mayor quiso gritar, ¡Se acordaba! Con cada cosa que hacia o decía le confirmaba que era Dégel no podia ser otro.

- Si lo hice, pero hace mucho tiempo, puedes leerlo una y otra vez como antes.

Jugo un rato con él ante la atenta mirada de Aurora. Le agradecía enormemente a ella por dejarlo estar cerca de su hijo sin pensar que era raro o algo por el estilo, le hablo sobre su idea de decirle a Krest y la mujer pareció pensarlo.

- Deberías preguntarle a él si quiere verlo, si te dice que sí y ese hombre desea verlo no me opondré.

- Señora dejeme decirle que usted es un Ángel.

- Ojala lo fuera pero no, ahora solo Aurora por favor, señora es mi madre.

Sintió un tirón en su mano, Camus ya había descansado lo suficiente y quería jugar de nuevo. Decidió llevarlo al parque.

- Kardia mira una manzana.

Apuntaba a la punta de un manzano donde dicha fruta colgaba, se le hizo agua la boca.

- Esta muy alta, ya no puedo subirme a los arboles como antes.

Al no recibir respuesta miro para todo lados buscando al pequeño revoltoso, ¡No lo encontró por ninguna parte! No podia perderlo Aurora lo mataria se pasaba algo así. Un fuerte golpe en su cabeza lo saco de su desesperación, una manzana le había caído.  En la sima del árbol estaba él mirándolo con ganas de reírse.

- ¡Mocoso del demonio casi me matas del susto! -Cuando bajo reviso que no se hubiera lastimado.- no vuelvas a subirte a un árbol tan grande te puedes caer.

- Mi papá también me prohibía cosas pero... ¡Pero yo ahora estoy bien! Puedo hacer lo que quiero ya no tiene que prohibirme nada... solo queria esa manzana para ti.

Lo abrazo con fuerza, aguantandose las lagrimas, recordando las veces que él escalaba por alguna cosa y Dégel lo esperaba abajo. Le dolía recordar sus ojitos llenos de ilusión por querer hacer lo mismo y no poder. Se separo de Camus para tomarlo de los hombros.

- Escúchame Cam. Claro que puedes hacer lo que quieras, puedes correr, escalar, saltar como cualquier niño y como siempre quisiste, como siempre me viste hacerlo a mi... pero por favor, ten más cuidado que si te pasa algo me muero.

Hablarle sobre su padre paso a segundo plano, ahora lo único que le importaba era quitar esa carita de pena a ese pequeño niño que en poco tiempo se convirtio en su más grande tesoro y de quien esperaba no volver a separarse. Pero la vida es cruel.

❄❄❄

Esto lo iba a subir ayer pero no pude 😅

Vaya historia que tenían Zaphiri y Krest.

Kardia esta recuperando a su cubo, pero nadie sabe lo que puede pasar y tal vez no estén tan juntos como él hubiera querido, solo les aviso 😕

ScorpioNoMilo.  💕