18.
Dos semanas.
Era la cantidad de tiempo exacta que llevaba "separado" de Kardia, dándole vueltas una y otra vez al asunto sin llegar a una conclusión. Creía que no duraría tanto tiempo sin tener a ese bicho hiperactivo cerca, que cualquiera de los dos buscaría al otro, pero no había sido así, él no se movia de su habitación y Kardia no venia a verlo. Su mamá le aseguraba que estaba respetando su espacio, pero que todos los días la llamaba a ella para saber como estaba o si necesitaba algo.
Acostado en su cama cubrió sus ojos con el brazo izquierdo. No sabia que hacer, las cosas se le complicaron un poco más cuando Mystoria de alguna forma dio con su casa y vino a decirle cuanto sentía haber dicho lo que dijo, por levantar falsos sin saber la verdad del todo. No le pidió que lo perdonara porque realmente no creía merecerlo, con que lo supiera se conformaba y si no quería volver a verlo estaba bien.
Sintió la puerta de si habitación abrirse despacio, su corazón se acelero al creer que era Kardia el que entraba, se desilusionó al ver a su mamá entrar con algo entre sus manos.
- Camus, salí a las 11 de mañana, son las cuatro de la tarde y te encuentro en el mismo lugar.- se sentó en la cama a un lado de su hijo- ¿Comiste algo al menos?.
- Si..
- A ver, ¿Que?
- Lo que sobro de la cena de ayer. Mamá me conoces, estaré triste, enojado o lo que sea pero no dejo de comer. Ademas ¿Que traes ahí?
Aurora descubrió su pequeño tesoro, era un charlotte de frutilla recién hecho, al menor le brillaron los ojitos, hasta que cayó en cuenta de algo, en el único lugar que decoraban ese postre así es en el restaurante de Kardia, antes de que pudiera preguntarle a su mamá si lo había comprado ahí ella le gano.
- Kardia te lo envía, sabe que te gusta mucho. Me pregunto como estabas y solo pude responderle que con la cabeza en las nubes pero bien de salud.
Llevo ambas manos a su rostro, ¡Queria correr e ir a abrazarlo y decirle que no se preocupara tanto por el! Que estaba bien, seguía un poco confundido nada más, algo le faltaba resolver y no sabia que era. Eso lo frustrada porque no le permitía hacer lo que de verdad quería. De seguir así ese problema no se resolvería nunca y ninguno de los dos seria feliz de verdad, le dolía el pecho de solo imaginarlo.
- Camus.
Ignoró a su madre a propósito. Sabia que le daría algún consejo para ayudarlo pero que él no lo usaría como venia haciendo hasta ahora.
- Camus.
¿Que debía hacer? Seguir pensando cosas que no lo llevarían a nada o hacerle caso a su corazón de una buena vez y ahorrarle sufrimiento a los dos. Aparte que tambien extrañaba su collar, ese pequeño copo de nieve que lo hacia sentirse cerca del griego de alguna manera.
- Camus Bellrose.
Dijo su apellido, estaba en problema si no le respondía pronto.
- ¿Que pasa?
- Dime una cosa, ¿Tu lo quieres?
Suspiro, para que mentirse a si mismo y a ella, cuando era mas que obvio lo que sentía.
- Más que solo quererlo.
- Entonces, ¿Que esperas? A ese muchacho se le nota desde lejos que te quiere por lo que tu eres, el pasado es eso pasado, y si solo te hubiera querido por eso te habria dejado hace mucho, pero aquí sigue esforzándose para estar contigo, para no dejarte solo. Él te ama cariño, tu te ganaste su corazón, ya no lo pienses mas y corre que como ya te dije Kardia me encanta como yerno.
Solo pudo abrazarla con fuerza, eso necesitaba que alguien le asegurará lo que su corazón sentía y su mente le negaba, que esos sentimientos que tenia era correspondidos. Era día domingo cerraban más temprano a esa hora Kardia ya debía estar en su casa.
~•~
Estaba harto de tanto trabajo, ese día y el anterior tuvo reserbaciones de más de 50 personas algo bueno para el negocio pero muy agotador. Por lo mismo penas llego a su casa saludo a su abuelo, sin notar quien lo acompañaba y se tiro a su cama a dormir de ser posible lo haría hasta el día siguiente.
De no ser que algo extraño le sucedió.
- "Kardia"
Escuchaba una voz a lo lejos, la que repetía su nombre una y otra vez en un tono algo desesperado, no reconocía a quien le pertenecía, de hecho nunca la había escuchado.
- "Kardia"
Cada vez la sentía más cerca, trataba de ignorarla, quería dormir y nadie se lo iba a impedir
-" ¡Kardia, despierta. Por favor tienes que evitarlo!"
Eso lo asusto ¿¡Evitar que!?, sintió un peso encima suyo, pero uno que le parecía demasiado liviano para su tamaño.
-" Kardia, no se puede repetir"
Abrió los ojos de golpe con esas ultimas palabras, pensó que no se encontraría con nadie que solo había sido un sueño o pesadilla demasiado real, se equivoco y mucho. Debía ser un juego de su imaginación o algo parecido: frente suyo medio traslúcido se encontraba un joven, sus largos cabellos verdes caían sobre su rostro, la piel parecía pálida pero hermosa, tenia un rostro que creía reconocer, lo hizo una vez que vio el color de sus ojos, esos ojos violetas jamás saldrían de su memoria por el simple hecho de que en solo dos personas los había visto, Dégel y Camus.
- Dégel...
- "¡tienes que encontrarlo!"
Lo vio sostener su pecho como si algo le doliera. ¡Ni siquiera sabia si un fantasma podía sentir dolor! Por lo mismo se asusto mucho algo muy malo debía estar pasando. Trato de tomarlo de los hombros y para su sorpresa pudo lograrlo.
- ¿Que esta...?
- "Corre, hacia el norte no te detengas hasta que lo encuentres"- sus frías manos tomaron las suyas, su corazón latía como un loco - " Bichito, por favor, evitalo no se puede volver a repetir, no te quiero volver a dejar... No te preocupes por mi, salvalo a él"
Con esas ultimas palabras Dégel desapareció, y solo un nombre llego a su mente.
- ¡Camus!
❄❄❄
No se ustedes pero a la simple aparición de Dégel ataca mi corazón de pollo y más sabiendo que se apareció para un pedido de auxilio 😭
¡Corre Kardia! 😭
ScorpioNoMilo 💕
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