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10.

Miraba su auto y le daban ganas de quemarlo, la razón; los odiaba uno se llevó la vida de papá y el otro casi se lleva la de su abuelo, el medico le dijo que era casi un milagro que Milo siguiera con vida y que no tuviera secuelas graves más que una ligera cojera. No teniendo de otra se subió al auto era la única manera en la que llegaría a su restaurante.

Termino de estudiar, trabajo el tiempo suficiente en distintos restaurantes hasta tener el dinero suficienre y crear el suyo propio, comenzó de apoco con la ayuda de Manigoldo y Albafica. "Antares" comenzo a tener renombre en el rubro y ahora era dueño de dos instalaciones más. Milo ya no trabajaba porque él podía mantenerlos a los dos, nunca se caso, tuvo una que otra pareja pero ninguna duraba más haya de cuatro meses, menos mal que no tuvo hijos.

- ¡Oye bicho llegas tarde!- Dohko lo esperaba en la cocina, era el chef encargado en ese lugar- me ayudas aquí o vas a estar de mesero.

- Voy a estar de mesero, no tengo cabeza para ayudarte en la cocina.- mientras hablaba se arreglaba el uniforme- por cierto, no te distraigas con Shion. Te vigilo imitación de Jackie chan.

Dohko solo le saco la lengua, y Kardia se fue a atender a los clientes que llegaban a tomar desayuno.

Aunque estuviera "concentrado" haciendo su trabajo, su cabeza estaba en las nubes, era 10 de marzo, hoy se cumplian 15 años desde la ultima vez que supo algo de Camus. Años que fueron muy largos para él, siempre pensando como estaría ese niño, si lo extrañaría como lo hacia él o siquiera se acordaba de quien le había dado ese oso de peluche que esperaba aún concervará.

Suspiro, debía concentrarse sino terminaría tirando la comida sobre los clientes. Antes de que llegara la ahora del almuerzo decidió salir a dar una vuelta.

Sus pasos lo llevaron al parque en el que solía jugar con Dégel, donde tenían su base secreta. Ese lugar lo había visto llorar, reír y hasta caerse, tanto con Dégel como con Camus, tal vez le ayudaria despejar su loca cabeza.

Fue hasta la que aún era su base secreta, en sus años de niño ese árbol hueco se veía enorme, ahora con suerte caía sentado.

- Mi copito de cristal, como me gustaria que estuvieras conmigo en este momento. Siento que te he perdido más de una vez. Sabia que cuando Camus cumpliera los cinco años lentamente te irías, estaba preparado y listo para eso, pero no para como de verdad sucedio. Extraño a ese enano, no porque hayas sido tú, realmente lo extraño a él.

Comenzó a arrancar el poco pasto que había en el interior. Cualquiera que lo encontrara hablando solo lo tacharia de loco, pero en este momento le servia.

- ¿Que hago? Dégel donde sea que estes ayúdame.- su mano choco con algo que lo pincho, cuando quiso ver que era se encontró con la punta de algo que le parecio familiar- no puede ser.

Desenterro su descubrimiento y le dieron ganas de llorar; era el collar que se le habia perdido a Dégel, estuvo todos esos años escondido para que nadie más lo encontrara. Eso era una señal de algo, estaba seguro. Lo limpio lo mejor que pudo y volvió al restaurante. Sentía que algo bueno le iba a pasar pronto.

~•~

Estaba de vuelta en tierras helenas, donde paso una pequeña parte de su infancia la que recordaba muy poco, pero ese poco fue suficiente motivo para traerlo de regreso a ese lugar, se fue de ahí con cinco años volvia con 20 y las cosas se veían mucho más pequeñas que en esos años.

La razón que lo hizo volver fue una muy extraña demasiado, se acercaba incluso a lo paranormal.

" Esa noche le había costado mucho dormir, se giraba sobre la cama una y otra vez sin resultados. Decidio acudir a su solución "mágica" se levanto para buscar ese oso de peluche que cuidaba con su vida. Se acordaba muy poco de quien se lo había dado, pero si sabia su nombre "Kardia" porque así se llamaba su oso.

Una vez con él pudo dormir, pero no pensó que tendía el sueño más extraño de su vida.

Se podia ver en una cama de hospital, no, ese no era él sino un niño muy parecido tanto que le daba miedo. Ese pequeño sostenía la mano de otro.

- Kardia, ¿que crees que hay más allá?

- ¿Allá? no sé, ¿el tercer piso?

Esa pequeña ocurrencia le enternecio el corazón, pero confundio su mente ese niño de cabellos azules se llamaba igual ese chico que él conoció.

- Volveré... por ti lo haré.

-  Te esperare el tiempo que sea necesario.

Cuando el niño en la cama cerro los ojos, sintió como se le apretaba el corazón en el pecho, al escuchar el llanto contenido del otro.

-  Es triste ¿no?

Quiso gritar, no se espero que alguien apareciera a su lado, era un joven muy parecido a él, solo que los cabellos verdes eran más largos, y usaba anteojos.

- ¿Quien...?

- Un gusto, soy Dégel. - le extendió la mano. La que dudo en tomar.- Camus, necesito que vuelvas a Grecia. Lo viste, Kardia te necesita, nos necesita. Fuiste yo un tiempo, hace 15 años, se que tienes que hacer tu vida pero...

- No te preocupes, despues de todo quería volver.-tomo entre sus dedos el collar que no se quitaba por nada de mundo.

- Lo encontró...

- No lo sé. Te necesita no es así.

- Nos necesita.-lo abrazo con fuerza- por favor, haz lo que mi me falto por hacer.

En ese momento despertó mirando el techo de la habitación. Se levanto de un salto sin importarle la hora que fuera.

- ¡Mamá, debemos volver a Grecia"

Ahora se encontraba recorriendo las calles junto a su mamá, pensado en lo mucho que había cambiado la ciudad. Había muchas cosas que antes no existian, un ejemplo el enorme restaurente que se encontraba frente a ellos.

- "Antares" ¿Entramos?

Solo pudo afirmar con la cabeza. Al lado del cartel que tenia el nombre del lugar se encontraba un copito de nieve tan claro que parecía de cristal, como el collar que colgaba en su cuello. Se sentaron en una mesa cerca a la ventana.

- ¡Kardia deja de coquetear, entraron clientes!

- Cállate borrego, aquí el único que coquetea es Dohko y tu te haces el que no te das cuenta, que vergüenza. ¡Ya correspondele a Jackie!

- ¡Kardia!- estaba más rojo que el color rojo. Estaba apunto de darle con un sarten en la cabeza.

- ¡Ya me voy!

Busco con la mirada a los clientes, le llamo la atencion el color de cabello que ambos tenian pero solo podia ver el rostro de la mujer, y se le hacia terriblemente conocido, decidio ignorarlo por el momento.

- Bienvenidos a Antares, ¿que desea ordenar?

Se sintio algo incomodo cuando la mujer lo quedo mirando, no era la primera vez que le pasaba pero no significaba que le gustara.

- ¿Kardia?

- ¿Señora Aurora?

No espero a que le respondiera. Giro a ver al muchacho que la acompañaba. No podia creer como ese pequeño niño cambio tanto, si lo hubiera visto en la calle no lo reconocería.

- Camus...

- Hola, Kardia.

❄❄❄

Ataque mi propio corazón de pollo con la aparición de Dégel.

¡Waah, se volvieron a encontrar! 💕😭

ScorpioNoMilo 💕

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