Cosas en general.
Pues queridos y queridas, siento no dar mucha información en esta investigación...se más de lo que pongo aquí, pero algunas cosas si las llego a poner me podría meter en problemas, más de lo que estoy. Además de que mucha información es falsa y solo pongo lo poco que considero verdaderamente importante.
También... Creo que conocí a La.Jack cuando era pequeña.... Suena raro, lo sé pero no me di cuenta hasta ahora.
Flashback (?) (retrocedemos al verano de 2005, cuando tenía 4 a 5 años)
Andaba con mi madre por una pequeña plaza secandom el sudor de la frente mirando las hojas verdes de los árboles que se hayan sobre mi creando una sutil sombra que conseguía eclipsar el solben ocasiones.
Paseamos por allí unos quince minutos hasta que de la nada un anciano sentado en un banco con una boina que le tapaba los ojos nos saludo cordialmente.
A mi me miró con una sonrisa de oreja a oreja y me entregó unos caramelos rojizos, sorprendente mi madre no dijo nada, con lo sobreprotectora que es.
Yo acepté los caramelos con una sonrisa sin desconfiar, los niños no dejarían pasar una oportunidad como esa.
Unos días más tarde, volvimos a salir a pasear, esta vez llevaba un pequeño lazo rojizo en el pelo, todos me hacían cumplidos al verme pasar, lo que hacía que mis mejillas enrojecieran.
Volvimos a pasar por aquella plaza y el mismo anciano me llamó a su lado para darme caramelos de nuevo, también haciéndome un cumplido por lo mona que iba ese día
Aquello ya se convirtió en una costumbre, cada vez que pasaba por allí, el me daba un puñado de caramelos rojizos. Lo raro es que no le daba a ningún niño más, solo a mi cada vez que me veía pasar.
Cuando crecí y mis padres decidieron mudarse, yo ya no lo volví a ver y tampoco conseguí encontrar en una tienda aquellos caramelos que él me entregaba.
Fin del flashback (lo hice en plan natación porque me apetecía(?))
Ya dicho esto, diré lo que pienso de esto ahora.
Leí y me dijeron que los creepys son capaces de hacerse invisibles o cambiar de forma alterando su entorno.
Yo al recordar esto y juntar las piezas me di cuenta de lo tonta que fui al aceptar caramelos del mismo L.Jack... Sabía que aquel anciano ne daba mala espina, tenía los ojos de un negro profundo y aquella espeluznante sonrisa de oreja a oreja con la que me miraba.
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