Hotel Miramar
Ante todo, avisaros de que el único nombre própio que daré es el del propio título, entre otro más.
Hay muchísimos hoteles con este nombre por lo tanto no tengo porque preocuparme. Si doy nombres de personas no os molestéis en buscar nada. Ya he comprobado que no hay nada al respecto.
Hace pocos días que nos fuimos de excursión hacia una ciudad de la costa donde se encuentran unas ruinas románicas. Después de pasar todo el día mirando piedras y adentrándonos al interesante mundo de la historia, nos dejaron las tres últimas horas libres.
Yo y dos amigos más fuímos a pasear.
Decir que, si la he nombrado ciudad es por su gran extensión de hoteles ya que hay ruinas románicas, costa e interesantes islas por los alrededores. Una pequeña fuerza turística, si. Pero ese día no había nadie por las calles. Llovía nuevamente.
Solo se escuchaban las gotas caer y truenos de lejos. Todos los establecimientos estaban cerrados, y eran escasas las personas que se dejaban ver.
Estábamos a 50 metros de la playa, donde más hoteles hay.Mientras mis dos amigos preferían quedarse sentados debajo de un toldo, yo me fijé en una gran arboleda en medio de tanto hotel.
-¿Un parque?- me preguntaba -Es algo extraña su ubicación...
Fué entonces cuando nos entró la curiosidad a todos.
Husmeamos con cautela y, desde la calle, vimos a una pista de tenis muy olvidada:
-Pues vaya con el parque... Resulta que es un chalé de un rico que se aburre con su dinero. Fijaos como esta todo. -dije yo.-¿Eso de allí no es un... teléfono? -
nos preguntó uno de ellos señalando con el índice en medio de la pista. -Seguramente lo habrán tirado desde la calle, ¿no? Pero es extraño... -concluí yo.
Rodeamos el edificio y dímos con la entrada principal:
HOTEL MIRAM R (Si, sin A)
Descubrimos entonces que era un hotel. Y no solo eso, también que estaba abandonado y parcialmente con mobiliario destruido.
A los tres nos encanta este tipo de aventuras, así que penetramos en él con cautela.
Había dos edificios. Uno era el hotel, y el otro... al principio pensaba que era la casa donde residía el propietário, pero no.
Primero fuímos donde el edificio desconocido.
Recordaros que estaba lloviendo, todo el mobiliario estaba destruido y las habitaciones realmente oscuras.
Con solo analizar la primera habitación tuve una conclusión que te dejaba perplejo.
-Todos estos muebles... ¿No os dáis cuenta? No puede haber pasado más de 10 años desde que este hotel fué inagurado. Es todo tan nuevo... Aquí ha tenido que pasar algo muy grave. -dije.
-¿Un incendio, por ejemplo? -comentó uno.
-Podría ser pero... Todavía no he visto indicios de alguno. Además, aquí hay cosas de valor que han sido olvidadas. ¿Porque el propietario no las ha recuperado? Y me juego el cuello a que aquí deben haber robado más de una vez. -contesté.
-Y organizar 'botellones' también... -añadió el tercero mirando botellas vacías de alcohol.
Contínuamos nuestro periplo por un pasadizo hasta llegar a otra sala donde habían escaleras que subían, y otras que bajaban.
-¡Mirad las escaleras que suben! Están totalmente bloqueadas.En efecto, habían sillas, mesas, lámparas... Me recordó a la saga de videojuegos Silent Hill. Sólo podíamos bajar al sótano, yo fuí el primero.Seguíamos la ténue luz que emitía mi teléfono móvil. Llegamos a una espécie de recibidor, con una cama destrozada en medio de la sala.
-¿Un recibidor? ¿En el sótano de la casa del propietário? -dije.-Bah, tiene que ser una espécie de 'pub' aparte. -aseguró otro.Y no se equivocaba. Atravesamos salas que parecían ser bares: con botellas rotas y mesas de billar.
Yo y uno nos armamos con 2 tacos de billar para abrírnos paso entré el mobiliario.
Llegamos hasta una sala donde se encontraban libros. Yo examiné una pequeña hoja de papel iluminada por un rayo de luz procedente del piso de arriba:
--------------------------------------REGISTRO DE HUÉSPEDES (?-?-2002)Ana Pintó - Habitación 213--------------------------------------
(? = No lo recuerdo)
Era simplemente eso, y yo, al ver la hoja llamé a mis dos amigos.-Esto es rarísimo- se interesó uno- ¿acaso no lo ves? 2002, hace solo 6 años.-¿Y bien? ¿No dijimos ya que este hotel es raro de por si? Os dije que el mobiliario no podía tener más de 10 años, y fijaos, ahora ya sabemos que como mínimo solo seis años- añadí.-Pero...-empezó a decir el tercero- ¿Una hoja de papel para registrar los huéspedes? ¡Venga ya! Y además, ¿qué hace esta hoja fuera del hotel, aquí, en un 'pub'?-Probablemente sea solo una nota de la recepción.
Estoy seguro que cualquier equipo de ordenador, electrodomésticos o cosas de extremo valor han sido robadas... -conluye.Me puse la nota en el bolsillo y nos dirigimos al otro edificio, el hotel. Te sentías incómodo al leer un letrero que decía:
COMEDOR, seguir la flecha de este y encontrarte con unas puertas destrozadas, unas mesas rotas y unas vajíllas polvorientas esparcidas por el suelo.
Aún te entraban más ganas de conocer la historia de este hotel.
Mientras mis dos amigos querían ir a ver las habitaciones del hotel, yo deseaba ver un despacho o algo semejante para obtener información, aunque solo sea un poco. Al final, primero fuímos a ver las habitaciones.
Examinamos un poco las del primer piso. La mayoría de ellas estaban muy iluminadas pues era de día, y todas tenían rotos los cristales de las ventanas. En una ví un teléfono exactamente igual al de la pista de tenis.
Numerosas visitas habían sido planeadas desde que a este hotel le pasó algo grande, no tenía duda alguna.
-Se nos ha hecho tarde. Tenemos solo diez minutos para volver al autobús.
-Vaya...-me decepcioné-Esta ciudad está a casi tres horas de la mía. Volver aquí algún dia sería mucha suerte...
Debíamos aprovechar al máximo nuestra visita.
Subímos al segundo piso a ver la habitación 213.
Solo por curiosidad, sabíamos que no encontraríamos nada fuera de lo común.
Cuando me acerqué a la puerta semiabierta de la 213, donde se había hospedado esa mujer de ese día de 2002, la puerta se me cerró violentamente delante de mi cara.
A mí se me cayó el taco de billar al suelo, y mis dos amigos echaron a correr hacía la salida.
Yo, en ese momento, pensé en varias explicaciones en cuestión de décimas. ¿Viento, por ejemplo? No...Cuando miré dentro de la habitación no había luz, por lo tanto tampoco podía haber corriente de aire.
Cuando me dí cuenta ya estaba corriendo por el pasadizo, detrás de mis dos amigos, al llegar a las escaleras, alcé la vista y ví un espejo al final del pasillo (también había uno en el primer piso)Ví a una persona detrás de mí.
La verdad es que no estoy muy seguro... Estaba oscuro, yo asustado, y había muchos muebles que podía haber confundido con una persona humana. Pero a juzgar por la apariencia... si de verdad eso era una persona, debía encontrarse a escasísimos metros de mí.
Muy por delante de la 213. Yo, por supuesto, ni me paré a pensar. Solo seguí a mis dos amigos hasta la calle. Pasaron varios segundos desde que lo abandonamos cuando yo les expliqué lo que me había parecido ver.-Alguien... tiene que haber cerrado la puerta de la habitación... Ese alguien debe haber sido quien tu has visto.Un 'okupa'... seguro- explicó sobresaltado y exhausto de correr como nunca.-Imposible... No he oído nadie correr detrás de mí. Además, solo se encontraba a un par de metros...Y la 213 de la escalera a veinte, como mínimo -contesté.
-¡Ya es suficiente!- nos gritó el tercero, que parecía estar muy afectado-
Se cerró por el viento, y 'esa persona' tendría que ser algún mueble. Estaba muy oscuro, ¿o no? Solo fuí yo quien se fijó en ese detalle de la oscuridad en la habitación. Era imposible que fuese viento si no había otra entrada de aire en la habitación. Peró no dije nada de esto, no quería alarmarlos más.
Cuando volvíamos al autobús vímos a una señora que paseaba a un bebé.
-Perdone, usted debe ser de aquí, ¿verdad?
Ella afirmó con la cabeza, esperándose la típica cuestión preguntándo donde se encontraba algo famoso de por la zona.
-¿Qué le pasó al Hotel Miramar?
-¿Acaso... habéis entrado?
-No, pero desde fuera ya se nota que el hotel está algo.. 'dejado'. ¿Hubo un incendio o algo por el estilo?
-Hace cosa de... 5 o 6 años una mujer se suicidó en el hotel. Desde entonces no dejaron de pasar desgracias... Entre ellas la muerte del propietario. Los tres nos quedamos estupefactos.Legalmente ahora el hotel es de su hijo, que no vive aquí, pero él no quiere saber nada de maldiciones y histórias de fantasmas.
Yo, a lo que parecía ser la última pregunta pues ella se disponía a marcharse, le dije si sabía el nombre de la mujer fallecida.
La mujer del bebé pronunció su nombre y se fué. Dijo:
Ana Pintó.
Recordaba ese nombre mejor que el mío, y para comprobar que no me equivocaba, que esa era la huésped de la 213, saqué la nota que me puse en el bolsillo.
O al menos, lo intenté. Mi bolsillo estaba vacío...
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