Debo confesar que:

Yo también miraba las gotas de lluvia en el cristal del auto y simulaba una carrera épica.

Yo también creía que el monstruo en el armario era el peor miedo de todos

Yo también pensaba que las heridas en la rodilla eran lo más doloroso que me podía pasar en la vida.

Yo también creía que mamá y papá eran eternos

Yo también aprendí que nada es para siempre y que eterno solo es el recuerdo

Yo también tengo anhelos de la infancia por los que aún lucho

Yo también he tenido ataques de sinceridad y después me digo¿Para qué?

Yo también tengo secretos innegociables.

Yo también he roto corazones en defensa propia.

Yo también he querido con todo sin tener nada.

Yo también he armado rompecabezas para luego romperlos y empezar de cero.

Yo también doy los consejos que me gustaría escuchar alguna vez.